EI desarrollo del análisis del discurso

 

En:

Dijk, Teun, Van (1990): La Noticia como Discurso. Buenos Aires: Paidós


 

El análisis del discurso es un campo de estudio nuevo, interdisciplinario, que ha surgido a partir de algunas otras disciplinas de las humanidades y de las ciencias sociales, como la lingüística; los estudios literarios, la antropología, la semiótica, la sociología y la comunicación oral. Resulta notable que el desarrollo del moderno análisis del discurso tuviera lugar más o menos simultáneamente en estas disciplinas, es decir, a fines de los años sesenta y a comienzos de los setenta. Si bien al principio estos desarrollos fueron más o menos autónomos, durante la última década se observó un creciente aumento de las influencias recíprocas y la integración, lo cual llevó a una nueva disciplina del texto o de los estudios del discurso más o menos independiente.

Antecedentes históricos: la retórica

Históricamente, el análisis del discurso puede investigarse en retórica. Hace más de dos mil años, los retóricos como Aristóteles clasificaron las diferentes estructuras del discurso y señalaron efectividad en los procesos de persuasión en contextos públicos. A partir de un gran cuerpo de conceptos normativos, sin embargo, la herencia de la retórica en nuestra época se ha visto frecuentemente restringida al estudio de las figuras del lenguaje que puede aún encontrarse en los libros de texto tradicionales sobre el lenguaje y la comunicación. Sólo en los sesenta se tomó conciencia de que la retórica clásica tenía algo más que ofrecer. La retórica fue definida como nueva retórica y comenzó a desempeñar un rol más importante en el desarrollo del análisis estructural del discurso, por ejemplo en los estudios literarios. Habiéndose centrado la retórica en la persuasión, no obstante, no sólo el estilo del lenguaje sino también las estructuras argumentativas fueron estudiadas en estos desarrollos contemporáneos de la retórica.

Del formalismo ruso al estructuralismo francés

Para otras disciplinas, el desarrollo del análisis del discurso está estrechamente relacionado con la aparición del estructuralismo. Una primera rama de esta empresa estructuralista surgió de la antropología, la lingüística y los estudios literarios, más tarde unificados a menudo bajo la etiqueta de semiótica. Así, parte de los enfoques estructuralistas que surgieron en los sesenta, sobre todo en Francia, tienen su raíz en el así llamado formalismo ruso. Los formalistas rusos, que comenzaron a publicar intensamente durante la época de la revolución, contaban entre ellos con importantes lingüistas, como Roman Jakobson, y teóricos literarios como Sklovski, Tinianov y Eijenbaum. Por otra parte, la lingüística estructuralista, después del influyente libro de SAUSSURE (1917), desarrolló pronto su propia metodología y propuso un enfoque sistemático de los sonidos lingüísticos en forma de fonología, pero las formas del discurso literario y otras sólo fueron objeto de atención mucho más tarde. Atravesando diversos límites disciplinarios, fue en especial el trabajo de PROPP (1958) sobre la morfología de los cuentos populares rusos, el que proporcionó el mayor impulso para un primer análisis sistemático del discurso narrativo, después de la traducción de este libro tres décadas más tarde. En mayor medida que en cualquier otra parte, Francia se convirtió en el escenario de este esfuerzo, Propp fue introducido por el antropólogo Lévi Strauss y los formalistas literarios rusos traducidos por TODOROV (1966). Este interés común entre los antropólogos, los lingüista; y los estudiosos de la narrativa literaria, tanto en el discurso como en los films o los cómics, fue una de las perspectivas que se abrieron con la nueva disciplina de la semiótica.

Simultáneamente, este movimiento semiótico-estructuralista (en el cual se pueden distinguir muchos enfoques diferentes) recibió importantes orientaciones de la disciplina de la lingüística estructural, hasta entonces independientemente desarrollada. En realidad, más que ninguna otra disciplina, la lingüística llegó a desempeñar un rol metodológico de bisagra para la semiótica y el estructuralismo en general, ya fuera en los estudios literarios, en la antropología o en otras disciplinas (incluyendo algunas nuevas, como los estudios de films). El modelo lingüístico de aquel momento distinguía entre el sistema del lenguaje (langage) y el uso de la lengua (parole), y entre una expresión y un nivel de contenido de las unidades básicas -los signos- del sistema de la lengua. La fonología, la morfología y la sintaxis describen modelos de sonidos abstractos, sus combinaciones (morfemas) en palabras y las combinaciones posibles de las palabras (las categorías de las palabras o grupos de palabras en oraciones. La semántica, desarrollada sólo a fines de los sesenta, reconstruye el contenido o el significado mediante la construcción del significado de las palabras y las oraciones a partir de los elementos o dimensiones del significado elemental de la palabra.

A nosotros nos resulta interesante el hecho de que esta rama del estructuralismo europeo no se detenga necesariamente en el límite de la oración, tal como mucho antes y más tarde había hecho por lo general el estructuralismo norteamericano (con excepción del más bien aislado trabajo de HARRIS,1952). Por el contrario, métodos parecidos se aplicaron al análisis del discurso en general y de la narrativa en particular. Así, GREIMAS (1966) definió las bien conocidas funciones narrativas y las unidades de Propp en términos de una semántica estructuralista. Esto fue posible debido a que su análisis del significado de la oración incluía la distinción entre los diferentes roles de los participantes (paciente, agente, etc.), que también puede distinguirse en niveles de análisis más globales, por ejemplo dentro del argumento de un relato. Los desarrollos posteriores en la lingüística y la semántica sobre "gramática de casos" efectuaron análisis funcionales semejantes de los significados de la oración, que fueron posteriormente también utilizados para caracterizar significados totales de discurso. Después de algunas renovaciones y prolongaciones del trabajo previo de Propp, el estructuralismo semiótico se aplicó muy pronto a muchas otras formas del discurso como la poesía, los faits divers del periódico y especialmente varios géneros folklóricos como los mitos y los relatos populares y sus variantes modernas, como los relatos policíacos.

Muchos de los últimos desarrollos del análisis del discurso, así como de otras disciplinas como la psicología, han recibido influencia directa o indirecta de estos diferentes enfoques del estructuralismo semiótico francés. Como vimos en el capítulo anterior, esto también se ha aplicado al análisis de las noticias y a otros medios del discurso, principalmente en Inglaterra. En la propia Francia, la década de los setenta trajo varios desarrollos del así denominado postestructuralismo, influido por el psicoanálisis, el marxismo y la historia. Gran parte de este trabajo, sin embargo, se halla limitado a la crítica literaria. La atención previa, más general, dedicada al análisis del discurso no acabó convirtiéndose, lamentablemente, en una rama independiente de investigación.

La sociolingüística y la etnografía del habla

La mayoría de los restantes desarrollos del análisis del discurso se mantienen cercanos a la lingüística y la antropología y poseen una relación indirecta con este estructuralismo semiótico. Gran parte del análisis del discurso surgió de la antropología estructural, ejemplificada en el análisis de los mitos o de los relatos folklóricos de Propp y de Lévi-Strauss, y lo mismo puede decirse del desarrollo de la antropología y la etnografía en los Estados Unidos. Más o menos al mismo tiempo que en Francia Hymes publicó una imponente cantidad de artículos sobre lingüística antropológica. Este volumen ya contiene los primeros artículos de la nueva disciplina de la sociolingüística y también esboza los primeros ensayos que tratan acerca del análisis estructural de los textos y de la conversación. Tanto la sociolingüística como la etnografía han dado origen a las ramas socioculturales y empiristas más interesantes de la década de los setenta. Así, Labov, en sus estudios sobre inglés negro vernáculo, no sólo examinó las variaciones fonológicas o sintácticas del inglés negro, sino también el estilo de narrativa y otras formas de discurso, como los duelos verbales. Su trabajo previo con Waletzky fue retomado nuevamente en algunos de sus propios artículos sobre el análisis de la narrativa. En oposición a la mayor parte del trabajo estructuralista previo sobre la narrativa, este enfoque consideró los relatos orales, espontáneos, y tomó en cuenta los géneros narrativos fijos o escritos, como los mitos, los cuentos populares o los relatos policíacos. El interés por las formas de discurso habladas, espontáneas, en contextos naturales, fue objeto luego de un amplio desarrollo en la década de los setenta, no sólo en la sociolingüística y la etnografía, sino también en los análisis lingüísticos y sociológicos de la conversación. El enfoque etnográfico, bajo la etiqueta de "etnografía del habla" o "etnografía de la comunicación", se interesó muy pronto por muchos géneros del discurso informales y formales en contextos culturales.

EI análisis de la conversación

Un tercer desarrollo de este enfoque más socialmente orientado del discurso fue más independiente, ya que se inspiró en las nuevas directrices de la investigación en la microsociología, principalmente en la así denominada etnometodología. Este trabajo se centró en los detalles de la interacción cotidiana y en particular en el habla informal cotidiana, es decir, en la conversación. En gran medida, como en la gramática estructural previa, estos análisis intentaron descubrir las reglas básicas y las unidades de la conversación cotidiana, como las referentes a los turnos del habla, secuenciación y los movimientos estratégicos. El análisis se basa en el examen pormenorizado de transcripciones detalladas del habla natural, incluyendo pausas, rectificaciones, la entonación y otras propiedades hasta ese momento descuidadas en la lingüística. Como en la sociolingüística, de esta manera el énfasis se desplazó desde las proposiciones abstractas formales e inventadas, al uso del lenguaje real en el contexto social. Esta focalización no se limitó al habla cotidiana, sino que pronto se amplió a otras formas de diálogo o de discurso hablado, por ejemplo al habla en las aulas. En la última década, estas diferentes ramas del análisis de la conversación han influido mucho en el análisis del discurso e incluso han sido identificadas como análisis del discurso tout court, en oposición a otras formas del análisis textual (discurso escrito).

La lingüística del texto

Entre las muchas otras ramas del análisis del discurso surgidas en la década de los sesenta, se dio un enfoque más lingüístico a la mayoría de los textos escritos; este desarrollo tuvo lugar principalmente en la Europa continental, primero en la Alemania Democrática, la Alemania Federal y los países vecinos. Metodológicamente, la así llamada lingüística del texto, y especialmente su dirección más específica, denominada gramática del texto, se inspiró primero en las gramáticas transformacionales generativas tal como fueron desarrolladas por Chomsky. De manera similar a la mayoría de los restantes analistas del discurso en otras disciplinas, rechazaron la limitación artificial de la oración y sostuvieron que la competencia lingüística y sus normas debían también extenderse a las estructuras del texto más allá de la proposición. Se afirmó que muchas propiedades de la sintaxis, y especialmente las de la semántica, no se limitaban a una oración sino que más bien caracterizaban secuencias de cláusulas, proposiciones o textos completos: los pronombres; los artículos definidos e indefinidos, los demostrativos; muchos adverbios, conjunciones de varios tipos y fenómenos como la presuposición, la coherencia y la actualidad. Desde una perspectiva algo diferente, otros lingüistas sostuvieron afirmaciones parecidas. En las más estrictas gramáticas proposicionales sintácticas y semánticas, se tomó pronto conciencia de que muchas propiedades formales de la oración y del significado requieren al menos la aplicación de un punto de vista discursivo. Y aun cuando muchas directrices de la lingüística y la gramática más corrientes siguen centradas sobre las estructuras de la oración, la aceptación del hecho de que debe incorporarse una descripción sistemática del lenguaje a las formas del discurso fue cada vez mayor, ya fuera en términos gramaticales abstractos o en términos de las teorías del uso del lenguaje. Debe añadirse, sin embargo, que la gramática del texto, otras direcciones de la lingüística del texto o cualquier otro enfoque lingüístico del discurso surgieron junto con otras ramas del análisis del discurso en los últimos años. Pueden establecerse diferencias en los desarrollos históricos y las influencias o en los intereses por distintos tipos de discurso y fenómenos, pero todos tienen al menos un objetivo central común: elaborar una teoría explícita de las diferentes estructuras del discurso hablado o escrito.

Integración y nuevos desarrollos

Desde los pasos iniciales que se produjeron a mediados de la década de los sesenta y la publicación de ciertos influyentes libros en 1972, el análisis del discurso demostró poseer una fertilidad e integración cada vez mayores. La lingüística, que llegó al análisis del discurso moderno algo más tarde, pero cuyos métodos y teorías explícitos desempeñaron un importante rol en los métodos anteriores, no sigue siendo en modo alguno la principal fuente de inspiración para el análisis del discurso. Las categorías especiales, las unidades y los fenómenos estudiados en la semántica, la retórica, la etnografía, la sociolingüística y la microsociología, no pueden seguir siendo caracterizados con los términos tradicionales y los métodos de análisis de las gramáticas proposicionales. Muchos fenómenos, como las estrategias retóricas o las estructuras narrativas, fueron estudiados por muchas ramas diferentes del análisis del discurso, si bien a menudo desde perspectivas diferentes. Pese a estas diferencias y conflictos teórico metodológicos, podemos en consecuencia hablar de una integración creciente del análisis del discurso como una nueva pluridisciplina. Obviamente, esta disciplina tiene sus propias especializaciones y subdisciplinas, y las que se ocupan de la entonación, por ejemplo, puede que no siempre estén interesadas en (o conocer) lo que se está haciendo con las relaciones semánticas, las estrategias de interacción o las dimensiones cognitivas de la comprensión del discurso.

La psicología y la inteligencia artificial

Simultáneamente, otras disciplinas también se añadieron a la empresa analítica del discurso, pero sería demasiado complicado presentar aquí ni siquiera una sucinta revisión de estos desarrollos. Como veremos con mayor detalle en los capítulos 3 y 4, ejemplo uno de los principales desarrollos tuvo lugar en la  psicología cognitiva y en la inteligencia artificial (I.A.). Desde un punto de vista experimental y de simulación, respectivamente, estas disciplinas se interesaron sobre todo en presentar modelos de la producción del discurso y la comprensión por parte de los usuarios del lenguaje. Un enfoque cognitivo de este tipo se formula en términos de estructuras de la memoria y de los procesos implicados en la interpretación, el almacenamiento y la reintegración del discurso y en el rol del conocimiento y las creencias en estos procesos de comprensión.

Otras disciplinas

De manera similar, la atención especial hacia formas específicas del discurso o contextos sociales condujeron a un enfoque analítico del discurso legal, estableciendo así un vínculo con los estudios de las leyes. Las disciplinas como comunicación oral y el interés por la retórica y el lenguaje persuasivo llegaron también a integrarse en el contexto más amplio de los enfoques analíticos del discurso legal. Por último, el estudio de los medios y la comunicación de masas se fue integrando crecientemente en un enfoque analítico del discurso con respecto a varios géneros de los medios de comunicación. Las contribuciones en este último campo ya se han revisado y se detallarán en los apartados que siguen.

Conclusiones

A partir de esta breve revisión del desarrollo histórico y de las distintas direcciones del análisis del discurso, podemos concluir primero que el análisis del discurso no concierne solamente a una disciplina única. La focalización original sobre la lingüística y gramática ya se ha ampliado, especialmente hacia las ciencias sociales. En segundo lugar, los primeros análisis estructurales de textos, especialmente narrativos, no sólo fueron más explícitos debido a los métodos formales nuevos de la descripción, sino también fueron complementados con una descripción de dimensiones cognitivas, sociales y culturales del uso del lenguaje y del discurso. En otras palabras, tanto el texto como el contexto son el campo real de la descripción analítica del discurso y de la formación de la teoría. Tercero, después del interés inicial por los textos fijos y escritos, hemos observado una atención creciente por los tipos orales y dialógicos del habla, en una variedad de situaciones sociales, principalmente informales, de la conversación diaria. En cuarto lugar, el énfasis, que primero sólo se situó sobre algunos géneros del discurso, como la conversación los relatos, ha sido actualmente ampliado hacia muchos otros géneros del discurso, como las leyes, el discurso oficial, los libros de texto, las entrevistas, la publicidad y el discurso periodístico. Y, finalmente, el marco teórico se enriqueció con nuevos desarrollos por parte de la gramática formal, la lógica y los programas de I.A. de computación simulada. De ahí que, tanto metodológica como teórica y empíricamente, hemos obtenido una disciplina que ha alcanzado rápidamente su completa maduración, y que se halla lista para nuevas aplicaciones en áreas inexploradas. A pesar de estos rápidos avances, también existen, por supuesto, limitaciones. EI campo tiene sólo veinte años, y ha realizado la mayor parte de su trabajo sustancial en la última década. Para descifrar muchos niveles y dimensiones del análisis, aún carecemos de los instrumentos técnicos necesarios. Así, aún sabemos poco acerca de las estructuras concretas y los procesos discursivos de los medios de comunicación.