III. LA ELECCIÓN ENTRE TEORIAS Y EL CAMBIO PARADIGMÁTICO

Los libros de texto, alejados de una análisis histórico, han falseado el desarrollo científico mostrándonos su devenir de una forma lineal y acumulativa.
Lo más curioso es que, mediante esta perspectiva se ha logrado que las revoluciones científicas se hagan invisibles e imperceptibles: a los lectores se les inculca la idea de que las teorías evolucionan lenta y gradualmente hasta adherirse a los hechos.
Esto, para Kuhn, es un gran error ya que las teorías surgen de una forma simultánea con los hechos a partir de una nueva reformulación científica del paradigma anterior.

Cuando acaece la crisis porque el anterior modelo no da una solución satisfactoria a un problema importante. ¿Cómo convencer a los creadores de una nueva teoría de que su forma de ver el mundo y de practicar la ciencia es la correcta? ¿Cómo se produce la transición de un x a otro? ¿Qué criterios justifican la elección entre dos modelos?.

No hay ningún criterio absoluto y objetivo que justifique totalmente la validez de las teorías científicas y de su elección. Todas las teorías se adecuan con los hechos y utilizan casi idéntico vocabulario e instrumentación. Sin embargo, las teorías son inconmensurables pues presentan distintas visiones de la naturaleza y de las normas y procedimientos de su disciplina.
Este punto va a ser muy importante porque a la hora de decidirse sobre qué tipo de paradigma va a dirigir la investigación científica, no va a haber un gran acuerdo sobre el tema haciéndose palpable la incomprensión y la escasa comunicación que padecen los dos grupos.
Por ejemplo, ante el fenómeno de la caída libre de un cuerpo es sumamente improbable que un aristotélico y un newtoniano galíleano concuerden armónicamente en sus juicios sobre este acontecimiento. La incompatibilidad de sus paradigmas y de su visión del mundo se lo impide.

El cambio de forma que comporta una revolución científica se lleva a cabo por una serie de razones que son de lo más variado.
Algunas de ellas son extrínsecas a la Ciencia y tíe nen que ver con la personalidad del que las adopta, y otras, las más racionales, son intrínsecas a la Investigación Científica, pero ello o significa que sean más decisivas o tengan un mayor peso en el cambio paradigmático.

Entre esas razones más racionales y objetivas, Kuhn destaca además de las ya mencionadas en el capítulo anterior, la superioridad en la precisión cuantitativa del paradigma nuevo, pero añade que esto no es un criterio suficiente para cambiar de modelo. Todas las teorías son más o menos exactas y poseen buenos argumentos explicativos de los hechos. La elección no se lleva a cabo entre resoluciones de problemas sino entre métodos.

LO ESTÉTICO

Kuhn va a pelar a lo estético como factor de persuasión en la competencia y lucha de los paradigmas.
El que una teoría sea más simple, más armónica y equilibrada, al margen de todo contenido, supone un elemento de atracción y de interés que va a contribuir a que muchos científicos, desconcertados por el fracaso del modelo anterior, abandonen éste y se unan al nuevo paradigma.
En el paso de la astronomía ptolomeica a la copernicana (1) el factor estético jugó un gran papel.

Las dos teorías predíctivamente y explicatívamente eran igualmente satisfactorias para dar razón de las apariencias, pero el copernícanismo era más armonioso, coherente y natural que el complicadísimo sistema de epiciclos y deferentes de Ptolomeo.
No obstante, la fuerza que opone la tradición científica al cambio es muy enrgica. No aceptará de buen grado las novedades y alimentará vana esperanza de poder resolver en el futuro todos los problemas que, por ser importantes y quedar sin soluciones, están haciendo mella en su sistema científico.

TUOKAS 2. IDEM: 'LA REVOLUCION COPERNICANA

LA FE

Otro factor esencia para que se produzca el cambio paradigmático es la f, la confianza que inspira la nueva teoría para resolver todas las cuestiones y problemas que el anterior modelo no pudo ser capaz de solucionar.
La Revolución Científica supondrá la trasposición sucesiva de esa confianza hacia el nuevo modelo hasta que ste quede configurado como la única tradi~ ción científica susceptible de llevar a buen trmino sus investigaciones y resoluciones.

EL ACUERDO


Sin embargo la fe, las consideraciones estticas y los otros factores mencionados, aunque son útiles para adoptar un nuevo paradigma, no son determinantes ni responsables del cambio.
Es, en último trmino la Comunidad Científica la que tiene a su cargo esa labor.
Si la acumulación de anomalías es el punto clave del cambio paradigmático, sin embargo, no hay criterios justificables objetivamente que indiquen con precisión la forma de establecer la validez de las teorías y de su elección.Es, precisamente la Comunidad Científica la que establece estos criterios y la que lleva a cabo la elección mediante un acuerdo que les va orientar para escoger entre teorías e inaugurar una nueva tradición científica.
Este aspecto de la teoría Kuhniana va a provocar fuertes discrepancias y un mayor divorcio entre las posturas racionalistas y no racionalistas de la ciencia, y no sólo por la imposibilidad de justifi~ car los factores que orientan la elección entre paradigmas sino por las consecuencias que esta postura va a ocasionar en la noción de progreso científico.


Una vez que se ha cambiado de modelo y la Ciencia adquiere una mayor capacidad para resolver sus problemas, ¿significa esto el progreso de la disciplina?, ¿Habrá alcanzado la ciencia en su acceso a la verdad un estadio jerárquicamente superior al anterior?, ¿supondrá esto una mayor conformidad de la teoría con la realidad?
Allí donde el racionalista vea progreso Kuhn verá un mero cambio que habrá de ser sociológica y psicológicamente explicado.