Emilio Sáez Soro © 2000
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El objeto de este trabajo es el de analizar el marco del Ciberespacio como contexto de acción social, analizar las relaciones sociales que se producen en dicho medio y definir sus características. En este caso concreto, la vía elegida para observar y estudiar el citado objeto es la del análisis de uno de tantos "productos" sociales que se generan en dicho marco: las páginas web personales.
La teoría de la Acción Comunicativa.
Al plantearnos describir el modelo de comunicación que se establece a través de
las páginas web personales adoptamos como estructura clave la Teoría de la
Acción Comunicativa de Jürgen Habermas. En principio esta teoría está basada en
la relación comunicacional lingüística. Esta composición estructural nos lleva a
tomar como elemento de referencia, estructuras de funcionamiento que no son
iguales con las que trabajamos en este contexto. No cabe duda por otra parte que
dicho constructo es un sólido baluarte desde el que poder analizar procesos
comunicativos desde su esencia.
La estructura conceptual de esta teoría en la parte en la que desarrolla los
mecanismos de Acción Comunicativa se retrotrae a la explicación de otros tipos
de acciones sociales que se extraen de las relaciones entre actor y mundo. Este
esquema genealógico nos sirve para detallar los procesos que hacen que en el
seno del Ciberespacio se constituya un entorno de Racionalidad Comunicativa
fuertemente desarrollado.
Como nudo conductor para explicitar dicha racionalidad es necesario remitirse al
concepto de "entendimiento" que se alcanza como un acuerdo racional entre
actores donde se evalúan las "pretensiones de validez" como representaciones
simbólicas del saber.
La "racionalidad comunicativa" se establece de esta forma desde las distintas
posibilidades de generar el discurso y en las relaciones que a través de la
"acción comunicativa" los actores realizan con el mundo. Habermas elige la
teoría popperiana del "Tercer Mundo" para explicitar las relaciones actor-mundo.
Desde este punto comienza a explicitar las implicaciones de los conceptos
asociados a las "pretensiones de validez" en la racionalidad.
Habermas detalla los elementos de la teoría del Mundo3 (REGUERA, IS. 1994: 15)
de Popper como punto de partida para el desarrollo de la propia de la "Acción
Comunicativa". De esta forma la primera se convierte en pilar de la segunda. En
la teoría popperiana se distinguen tres mundos o universos: "el mundo de los
objetos físicos o de los estados físicos; en segundo lugar, el mundo de los
estados de conciencia o de los estados mentales o quizá de las disposiciones
comportamentales para la acción, y en tercer lugar, el mundo de los contenidos
objetivos de pensamiento, en especial del pensamiento científico y del
pensamiento poético y de las obras de arte" (nota de Epistemología sin sujeto
cognoscente). Habermas resalta que Popper más adelante hablé del "mundo de los
productos de la mente humana" con especial referencia al hecho de las relaciones
que se establecen de forma interna entre los productos simbólicos; y lo que más
interesa en este trabajo concreto, sobre aquellas que aguardan ser descubiertas
y desarrolladas por la mente humana (HABERMAS, 112).
En la descripción de los elementos pertenecientes a cada uno de los mundos
mencionados se establecen formas específicas para los mismos según pertenezcan a
uno u otro. Son de especial interés para Habermas los "objetos incorpóreos del
Mundo3" (unembodied objects), en particular, los contenidos semánticos
explícitos o implícitos (como no encarnados), que son "una clara muestra de la
independencia propia del mundo del espíritu objetivo" (HABERMAS, 113). Esta
independencia se manifiesta en el hecho de la problematización de los productos
de la mente humana para ella misma. Estos productos se convierten en autónomos.
Hecho, que se manifiesta además en la producción desde este contexto de nuevos
problemas no buscados.
Es importante resaltar esta concepción de los "unembodied objects" porque
significa la independencia como trascendencia. En este sentido las
manifestaciones materiales de los objetos de este mundo (libros, películas,
esculturas, etc.) pueden ser dejados atrás porque su existencia es precedente a
los mismos. Esta noción es muy coherente con la relación de este concepto con la
teoría de las ideas de Platón y con la del espíritu objetivo Hegeliano, aunque
con diferencias decisivas. (Reguera, 1994:18 y 28)
Queda demostrado con el dinamismo de estos objetos del "Mundo3" que siendo
producción de los humanos, es autónomo a los mismos. Podemos actuar sobre él
pero no podemos dominarlo. Este mundo ha crecido más allá del alcance de todos
los hombres juntos y éstos en cierto sentido, quedan englobados por él, pues lo
necesitan para relacionarse.
Siguiendo la teoría popperiana, tanto el primer mundo, el segundo y el tercero,
están todos en contacto. Este contacto queda limitado en el hecho de que el
primero y tercero sólo interactúan a través del segundo. Se quiere resaltar en
este sentido la garantía que representa la autonomía del "Tercer Mundo" en "el
conocimiento de cómo la intervención en los estados del mundo objetivo vienen
mediados por el descubrimiento de la lógica específica de los nexos internos de
sentido..." Se inicia así un proceso de generación, extrañamiento, penetración y
apropiación de productos del espíritu humano, al servicio del crecimiento del
saber teórico y de la ampliación de los saberes técnicos. El "Tercer Mundo", se
compone "esencialmente" de problemas, teorías y de argumentos. (HABERMAS,115)
Desde esta descripción, Habermas argumenta como en la sociedad los hombres
tratan constantemente de orientarse en el mundo "cartografiándolo" y coordinando
los mapas resultantes. "La vida en una sociedad inmanejablemente grande y
cambiante no permite ni un proceso de cartografía perfecto ni tampoco una
completa coordinación de los mapas. Esto significa que los miembros de la
sociedad tienen que estar aprendiendo constantemente algo sobre ella, ....Esta
propuesta ilumina, por un lado, la interesante conexión que existe entre un
concepto sociológico de acción y las relaciones actor/mundo que ese concepto
presupone." (HABERMAS, 116)
Habermas para usar el concepto de mundo para una teoría de la acción lo modifica
en tres sentidos:
a. Sustituye el concepto ontológico de mundo por un concepto de mundo que se
plantea en términos de teoría de la constitución de la experiencia y adopta la
pareja conceptual «mundo» y «mundo de la vida». La tradición cultural compartida
por una comunidad es la que forma el "mundo de la vida" que los miembros
individuales encuentran ya interpretado en lo que atañe a su contenido. El
"mundo de la vida" constituye el trasfondo de la acción comunicativa. En este
sentido, la teoría popperiana del Mundo3, explica cómo los contenidos semánticos
de la cultura y los objetos simbólicos pueden concebirse como algo en el mundo y
distinguirse como objetos de nivel superior, de los eventos físicos
(observables) y de los eventos mentales (vivenciables).
b. La necesidad de sustituir la versión cognostivista unilateral del concepto de
espíritu objetivo, superándola con un concepto de saber cultural como
diferenciado en distintas pretensiones de validez.
c. Habermas mantiene que sólo el mundo objetivo se puede entender como correlato
de la totalidad de los enunciados verdaderos. Son por otra parte, los tres
mundos los que constituyen conjuntamente el sistema de referencia que los
participantes suponen en común en los procesos de comunicación. "Con este
sistema de referencia los participantes determinan sobre qué es posible en
general entenderse." (HABERMAS, 121)
Habermas emplea la teoría del "Tercer Mundo" de Popper para establecer los
presupuestos ontológicos sobre los que apoyar la explicitación de los conceptos
sociológicos de acción. Propone cuatro ideas básicas:
Concepto de "Acción teleológica". "El actor realiza un fin o hace que se
produzca el estado de cosas deseado eligiendo en una situación dada, los medios
más congruentes, y aplicándolos de manera adecuada. El concepto central es el de
una decisión entre alternativas de acción, enderezada a la realización de un
propósito, dirigida por máximas y apoyada en una interpretación de la
situación."
Este tipo de acción se amplía y transforma en "Acción estratégica" al incluir
las expectativas de decisiones de otros agentes, en el cálculo del éxito. Este
segundo concepto lo asociamos en la clasificación que estamos realizando al
primero.
El concepto de "Acción regulada por normas" se refiere a los miembros de un
grupo social que orientan sus acciones por valores comunes. Las normas expresan
acuerdos existentes en el grupo social. El concepto de "observancia de una
norma" implica el cumplimiento de expectativas generalizadas de comportamiento.
El concepto de "Acción dramatúrgica" hace referencia a participantes en una
interacción que constituyen un público ante el cual se ponen a sí mismo en
escena. "En la acción dramatúrgica, los implicados aprovechan esta circunstancia
y gobiernan su interacción regulando el recíproco acceso a la propia
subjetividad, la cual es siempre exclusiva de cada uno." El concepto central es
el de "autoescenificación", implicando éste una estilización de la expresión de
las propias vivencias.
El último concepto y central en esta teoría es el de "Acción comunicativa". Con
éste se refiere a la interacción de por lo menos dos actores capaces de
desarrollar un lenguaje y de acción que establecen una relación interpersonal.
En este contexto, los actores buscan entenderse sobre una situación de acción
para poder así coordinar de común acuerdo sus planes de acción y con ello sus
acciones. El concepto central es "interpretación", refiriéndose principalmente a
la negociación de definiciones de la situación. El lenguaje ocupa en este
esquema un lugar fundamental. (HABERMAS, 122-124)
En la "Acción comunicativa" (de ahora en adelante AC) el entendimiento
lingüístico aparece como un mecanismo de coordinación de la acción. En el resto
de acciones el lenguaje sólo aparece en algunos de los aspectos que éste ofrece,
es en la AC donde aparece como un medio de entendimiento en sí. "Qué el
entendimiento funcione como mecanismo coordinador de la acción sólo puede
significar que los participantes en la interacción se ponen de acuerdo acerca de
la validez que pretenden para sus emisiones o manifestaciones, es decir, que
reconocen intersubjetivamente las "pretensiones de validez" con que se presentan
unos frente a otros". (HABERMAS, 143)
Estas pretensiones de validez se establecen como criterios de VERDAD, RECTITUD y
VERACIDAD.
a. Pretensión de Verdad. Enunciados verdaderos, en el sentido de que todas las
entidades enunciadas sean verdaderas.
b. Pretensión de Rectitud. Qué los actos de habla sean correctos en relación con
su contexto, siendo este contexto consensuado. Esta pretensión trasladada al
"mundo social" exige que todas las relaciones sociales estén legítimamente
reguladas.
c. Se exige la coincidencia de las intenciones expresadas con los pensamientos.
Es en el terreno del "Mundo Subjetivo" donde se deslindan las vivencias del
hablante, en el que se exige Veracidad en el sentido expresado.
Como iremos viendo a lo largo de este trabajo, existen ciertos elementos de
interacción social en el Ciberespacio, que sobrepasan la capacidad explicativa
de este esquema. La teoría elegida nos sigue siendo muy útil en estos casos, ya
que el contraste que existe entre la "realidad" del Ciberespacio y la de las
relaciones "físicas" es más relevante en la contemplación de los elementos que
no pueden explicarse con los sistemas de comunicación "clásicos".
Tampoco quisiera que se entendiese que elijo dicho sistema explicativo con el
afán de superarlo. Entiendo que el detalle en la descripción de procesos de
acción social en sus distintas formas, así como la solidez de los conceptos
generados es para mí una garantía de que el referente que adopto es una buena
guía para el camino.