Corredoyra, Julio (1989): “Ciencia Social”, en Di Tella, T. (Coord.): Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas. Buenos Aires: Puntosur. 14-15

 

ACCIÓN SOCIAL: La Teoría de la acción social,  que toma como unidad de análisis la "acción social significativa", puede definirse como una rama del behaviorismo social. Según su principal exponente, Max Weber, la SOCIOLOGÍA es una ciencia que procura la comprensión e interpretación de la acción social para, desde ella, conseguir una explicación causal tanto del curso de la propia acción social como de sus efectos.

                La acción es social cuando el individuo tiene en cuenta el comportamiento de otro u otros y orienta su propia acción en virtud del significado subjetivo que le asigna. A la Sociología le interesa la acción en tanto posea significados, que son los que le asignan estrictamente los actores en cada situación, aunque el significado es sólo parte de los componentes causales intervinientes en la acción. Según Weber, "entender" un cierto fenómeno social implica establecer relaciones significativas entre motivos y actos, entre medios y fines. Para ello se vale del método comparativo y de los “tipos ideales”. Estos son construcciones subjetivas del investigador creadas mediante abstracciones, adecuaciones, acentuaciones de ciertos rasgos y eliminación de otros, y que sirven como herramientas complementarias del método comparativo para la comprensión y eventual predicción de un fenómeno social determinado. Valiéndose de la Sociología comparativa, es posible distinguir los factores mecánicos e instintivos en la acción de un individuo, y por otro lado los significados concretos; para Weber la acción social se torna objeto de estudio de la Sociología siempre y cuando esté orientada subjetivamente; por la referencia a otros u otros. Esta  acción puede ser: racional  con arreglo a fines (ante una pluralidad de medios y fines, el individuo opta por los medios en función de su eficacia); racional con arreglo a valores (los fines están prefijados y los medios son los más aptos para su consecución),  afectiva (los medios y fines están determinados por factores emocionales) y tradicional (cuando hábitos y costumbres son los mentores de fines y medios). Una vez elaborada esta tipología de la acción, Weber introduce el concepto de relación social, con el cual se establece el punto de nexo entre la acción social individual y los grupos e instituciones sociales. Este concepto de relación social caracteriza la conducta de una pluralidad de individuos, los cuales individualmente tienen en cuenta en la acción al resto de sus miembros; la propuesta weberiana  puede considerarse así como una sociología de la acción que la excede y entra en el terreno de un cuerpo teórico sobre las formas de interacción (o sea la relación entre las acciones de un individuo y las de otro u otros) y las formas institucionales y estructurales de la sociedad. Este pasaje de la acción a la estructura social tiene un nexo, el concepto de “orden legítimo" que, fundamentado en una creencia subjetiva, sirve de unión entre las motivaciones de los actores y las formas que presenta la vida social.

                Entre los continuadores de Weber se encuentra Karl Mannheim (1893-1947), quien desarrolló especialmente una parte de la teoría de la acción social: la Sociología del conocimiento. Al igual que Weber, Mannheim concibe la SOCIEDAD  como una “red de actos individuales significativos”, en relación con la estructuración y funcionamiento de acciones interindividuales, rescatando además de la tradición marxista la idea de que el conocimiento del hombre y su acción están basados en la clase social a la que pertenece y mediatizados por ella.

                Florian Znaniecki (1882-1958), especialmente en sus primeros aportes teóricos al behaviorismo social, incorpora la idea de los “valores" como objeto de significación en la acción social, así como el reconocimiento de las acciones sociales como unidades  de análisis del gran entramado interindividual de la sociedad.

                Con Talcott Parsons (principal artífice de !a introducción de la obra de Weber en los EE.UU.) aparece la noción del carácter de racionalidad intrínseca que la propia acción posee. En La estructura de la acción social  explícita esta idea, adjudicando “fines, medios y condiciones" a la acción social; señala que de los aportes de Emile Durkheim, Alfred Marchall, Vilfredo Pareto y Max Weber es posible extraer los elementos constitutivos de una teoría de la acción, con aspectos novedosos, que acreditan la capacidad humana de la propia elección de su acción, la que asume así una perspectiva volitiva. Esta idea de acción que se enmarca en una teoría voluntarista de la acción, de carácter unitario, tiempo después se va a transformar en Parsons en una concepción de la acción como SISTEMA. En efecto, en una segunda época de la producción parsoniana (especialmente en EI sistema social y su formulación teórica funcionalista) se considera el sistema social como un conjunto de personas en interacción “motivadas según una tendencia a la optimización de la satisfacción, y cuya relación con sus situaciones, incluyendo las de unas con otras, es definida y mediada según un sistema de símbolos culturalmente estructurados y compartidos"; por lo tanto, el sistema social es uno de los tres aspectos (junto con el sistema de la personalidad y el sistema cultural)  en que se estructura la acción social.

                Finalmente, en C. Wright Milla se encuentra una continuación de la propuesta de Weber, considerando su aporte a la teoría de la acción social; en su trabajo sobre los "white collar” analiza su vinculación con el resto de la estructura social, así como el papel que las clases cumplen en la determinación de su acción social, enmarcados en un sistema a su vez sobredeterminado por el contexto (especialmente la INDUSTRIALIZAClON, la sociedad anónima y la BUROCRACIA), factores todos éstos condicionantes y mediatizadores de la acción social.