FÁBULA DE LA ZORRA Y EL CUERVO (ANÁLISIS DE ACCIONES)
COMENTARIO
En
el relato hay cuatro acciones (dos mayores y dos menores) y un suceso: una
cuyo actor sujeto es el cuervo (A1: el cuervo come), otra cuyo
actor sujeto es la zorra (A2: la zorra se procura comida), otra
cuyo actor sujeto es también la zorra (A3: la zorra adula al
cuervo) y otra cuyo actor sujeto es también el cuervo (A4: el
cuervo canta). El suceso (s) consiste en la caída del queso del pico del
cuervo. En un principio, se dan dos acciones paralelas (A1 y A2),
que son las acciones mayores y que dejan de ser independientes entre sí
por una situación espacio-temporal que avecina a ambos actores. Una vez
interrelacionadas A1 y A2, se plantea entre ellas
una relación de disyunción o exclusión, es decir, de mutua
incompatibilidad (dado que hay sólo un pedazo de comida, el éxito de A1
es igual al fracaso de A2 y viceversa). Es entonces cuando la
zorra diseña su acción (A2) de tal modo que, en la secuencia
de situaciones intermedias, aparezcan las dos acciones menores: una
antecedente, cuyo actor es ella misma ([A2, S1]= A3:
la zorra adula al cuervo), y otra consecuente, cuyo actor es el cuervo ([A2,
S2]= A4: el cuervo canta). De esa secuencia de
situaciones intermedias se desprende un suceso estratégico: la caída del
queso ( [A3®
A4]®
s). La cadena A2 termina en éxito (Sn = Sn’)
y, por tanto, dada la incompatibilidad A1 ╪
A2, la cadena A1 termina en fracaso (Sn <
Sn’). Como vemos, A4 queda incrustada dentro de la
secuencia de situaciones intermedias de A2 y a modo de
consecuencia de A3, también incrustada allí mismo. El cuadro
de relaciones entre acciones es el siguiente:
[A1 ╪
A2], [A2 É
((A3 ®
A4) ®
s)]. La red pragmática (marco situacional) para todas ellas es la
supervivencia (comer, alimentarse) asociada a las relaciones de dominación
(que en este caso no es violenta sino ideológica). Si analizamos en detalle a A2 (la zorra se procura alimento), podemos describir la situación inicial de esa acción en los siguientes rasgos: como pieza básica del estado de cosas, resalta el hecho de que la zorra está hambrienta y de que hay un pedazo de comida a su vista, pero no a su alcance inmediato (estado de cosas deficitario que ella inmediatamente correlaciona con una Sn’: el queso en el suelo, en su poder); como piezas básicas del conjunto epistémico están, en el orden de los valores, el hecho de que al cuervo le gustan las dotes artísticas y la fama; en el orden de los conocimientos o creencias, la información que posee la zorra acerca de la imposibilidad del cuervo de sostenerse en el árbol, sostener el queso y abrir el pico, todo al mismo tiempo; y, en el orden de las normas, la ley de la selva, según la cual sobreviven los más hábiles. Son estos tres datos los que la zorra asocia al estado de cosas y que le permiten, gracias a las sub-relaciones de interpretación y evaluación, diseñar su secuencia de situaciones intermedias. Así, A2 es exitosa sólo porque en el lado de A1 esas mismas relaciones de interpretación y evaluación no lograron detectar que A3 era una acción encubridora y bivalente (tal vez en el conjunto epistémico del cuervo no estaba a mano el dato relativo a las variaciones de acción según los niveles de declaración/ejecución y de valencia). |