Hernández Rojas, Acacia (2000): Derivaciones de orden pragmático. Cap. V. Derivaciones y Construcción Teórica. En: La Investigación como Discurso. Tesis Doctoral. Caracas: UNESR. Pp. 107-158.


 

 

Símbolos y abreviaturas

x: Texto o documento

I: Texto o documento investigativo

P: Proceso investigativo

D: Discurso

S: Significado

SEMÁNTICA DE LA INVESTIGACIÓN

 


2.2. derivaciones de orden semántico

(ii) Todo Texto o Documento (x) que se origina de un Proceso Investigativo (P), posee un significado (S) adecuado a la realidad o contexto de acción del discurso (D) donde se produce.

            En el enunciado anterior quedo explicada la interrelación que se establece entre P y el D, a partir de un marco situacional o red pragmática específica a D. Es decir, se explicó el ¿para qué? del D. Ahora se trata de explicar como el D se organiza en un conjunto de significados que le dan sentido y coherencia y que, además, permiten asociarlo a la red pragmática arriba explicada. Es decir, lo que se trata ahora es de desmembrar el contenido de D en un conjunto de elementos que se interrelacionan de esta manera:

a. un sistema de macro-meso y micrisosignificados: la red semántica investigativa.

a.1. Un marco de macrosignificados

 En todo P ocurre un proceso sígnico donde están presentes elementos cognitivos, lógicos y comunicativos. Lo sígnico se entiende como la acción entre tres elementos esenciales: el objeto, el vehículo del signo y el interpretante (Tordera, 1978: 106-107). Por su parte la condición de cognitivo, lógico y comunicativo aplicada a D contribuye con su carácter universal y transindividual, pues estas condiciones son las que permiten explicar qué se comunica, dentro de cuál realidad ocurre la comunicación, cómo se ordenan los signos para que tengan sentido y significado, bajo qué condiciones se elige uno u otro significado. De acuerdo a la condición cognitivo, lógico y comunicativo en D se ordenan los conocimientos e informaciones que finalmente serán compartidas.

            El conjunto de significados que el investigador utiliza para elaborar el D se puede explicar a partir del triángulo propuesto por Odgen y Richards (ver Gráfico Nº 13) donde la idea, concepto o significado es aquello que construimos dentro de nuestra mente y que en un lenguaje corriente alude a lo que decimos. El referente es el mundo particular del que hablamos y que representamos mediante la idea, un mundo posible que constituye el objeto de nuestras ideas, conceptos o significados. Y el símbolo es el vehículo social capaz de convertir ideas en señales materiales, tales como palabras y sonidos, gestos intencionales, etc. Podemos decir, sintetizando, que las personas analizan el mundo real (referente) convirtiéndolo en ideas y conceptos (significado) y, finalmente, comparten dichas ideas a través de señales comunicativas (símbolo). De algún modo, resulta cierto entonces que los significados y los símbolos funcionan como intermediarios entre las personas y el mundo circundante.

 

            Esta representación lingüística es retomada por Bühler, quien la amplia bajo un visión racionalista de la comunicación (ver Gráfico Nº 14), desde la perspectiva platónica: “la definición platónica según la cual “el lenguaje es un organum para comunicar unos a otros algo sobre las cosas”” (Padrón, 1997: 60).

 

 

 

Como puede verse, el vértice A, que en Odgen/Richards constituye el sector de la representación mental y del concepto o idea, aquí resulta equivalente al sujeto cognoscente, que es el que elabora los contenidos representacionales. El vértice B, que en el esquema anterior constituye el sector del signo lingüístico o del símbolo (la palabra, por ejemplo), aquí es reinterpretado como el sector que permite el acceso de los demás seres humanos a la propia interioridad del sujeto cognoscente, a las representaciones mentales del individuo, gracias a las posibilidades de los códigos lingüísticos o de las estructuras de comunicación. El vértice C sigue interpretado igual que en el esquema anterior: el mundo de las cosas. (Ob. Cit.: 61). (Subrayado nuestro)

 

     Ahora bien, para facilitar la construcción del modelo aquí pretendido, es necesario hacer una separación de la estructura del triángulo. La razón es puramente lógica; hasta aquí se ha agotado, supuestamente, la estructura pragmática del modelo y para abordar la estructura semántica a partir del triángulo de Odgen y Richard, es necesario detenerse sólo en dos componentes, o vértices del triángulo: primero, las ideas y el referente para analizar la SEMÁNTICA INVESTIGATIVA y, segundo, el símbolo para lo que será la estructura sintáctica del modelo, como se justifica a partir del subrayado de la cita anterior.

Entonces, retomando sólo los dos vértices del triángulo que por ahora interesan a la construcción de este modelo, se tiene que en todo D ocurre un proceso de ideación o conceptuación de determinados referentes, los cuales adquieren un sentido especial o particular al D, si se asocian a la intención que subyace al D y que anteriormente quedó explicada por la pragmática.

Dentro de la acción asociada a todo P se concreta un D que sólo es posible explicar por los significados contenidos en D. En estos significados se logran relacionar ideas y referentes quedando, tácitamente, en evidencia dos importantes acciones discursivas: para qué y por qué se escribe (o se habla) y qué se escribe (o habla). En la fase pragmática quedó analizada la primera de esas acciones (puede escribirse para describir, para sistematizar, para teorizar, para contrastar, etc., siempre en estrecha relación a las macrointenciones de D vistas en el gráfico Nº 12). Ahora, el otro vértice del triángulo, qué se escribe y acerca de qué se escribe (o habla), es explicable a partir de la noción de que existen mundos posibles en los que para cada P es real la posibilidad de describir algo, de sistematizar algo, de teorizar sobre algo, etc. Lo que aquí queda justificado es que para ciertos D existe un mundo que resulta posible describir (o teorizar, o contrastar, o demostrar), aunque tengamos razones para estar en desacuerdo. Echando mano de una situación ficticia, pongamos como ejemplo el siguiente caso: un individuo cualquiera pretende escribir (o hablar) acerca de los unicornios e inicia un relato donde deja entrever que los unicornios son ‘seres rodeados de un alo de ternura y color’ que ‘despiertan en las personas un sentimiento sublime’.

La estructura de esta construcción semántica tiene dos componentes: por un lado los unicornios como seres especiales con las características antes descritas, que representan una idea, un concepto acerca de algo y por otro, la existencia de un mundo posible (creado, inventado) donde existen los unicornios. Tal y como se aclaró, podríamos centrarnos en la discusión acerca de la validez de esta construcción y nos atreveríamos a decir que esta construcción es inválida porque los unicornios no existen. Sin embargo, existe una particular realidad o referente real para el escritor que, dentro de una estructura discursiva, es calificada como mundo posible donde es posible escribir (o hablar) acerca de los unicornios y sus características simplemente porque existen dentro de ese mundo posible y por ello también es posible elaborar un discurso particular para escribir (o hablar) de los unicornios.

Una construcción como la del ejemplo se puede repetir obteniéndose siempre como resultado una idea y un mundo donde es posible ubicar esa idea. Dentro de cada P se manifiesta un D donde las ideas y los mundos posibles en que éstos se encuentran son típicas de D. Retomando el gráfico Nº 12 donde se representan las macrointenciones de D, se tiene que por cada macrointención se vincula un macrosignificado con ideas y referentes correlacionados que genera, en consecuencia, una red semántica asociada a cada macrosignificado (ver Tabla 12). Esta red cumple con las mismas condiciones estructurales previstas en la Red Pragmática. Es decir, en toda red semántica existe:

-         Una macrointención vinculada a un macrosignificado.

-         Unos macrosignificados que contienen las claves presuposicionales de P.

-         Unos macrosignificados que hacen que D sea particular a la Línea o Programa donde ocurre P.

 

Una importante derivación que aquí se obtiene es que del vínculo idea-referente lo que se obtiene es un proceso de modelación adecuado a la red pragmática donde se inserta D. Es decir, cada macrosignificado construido para D es una modelación del conjunto de hechos posibles que ocurren dentro de la macrointención de describir, teorizar, contrastar, etc., y sólo dentro de esa modelación es posible aceptar o rechazar un D. Tomemos como ejemplo la investigación aquí desarrollada: a partir de interrogante inicialmente planteada se procedió a revisar las teorías que se consideraron básicas para responder a la interrogante. Luego se elaboró una hipótesis teórica y seguidamente se procedió a hacer derivaciones hasta lograr la construcción de este modelo. Entonces, la macrointención fue teorizar, el macrosignificado fue la explicación en referencia a un mundo posible donde existe un texto o documento que es P y es D (resultante). De esta manera se logró elaborar un modelo de representación de D. Ahora bien, ¿dónde está la pertinencia de esta modelación? Justamente dentro de la relación entre el mundo posible y las ideas-conceptos aquí reseñados, siempre por referencia al marco o red pragmática en cuestión.

Entonces, el marco de la semántica de D es investigativa. Esto quiere decir que la pragmática de investigar, en general, remite a una semántica del tipo problema-solución o pregunta-respuesta. Dicha semántica se construye, precisamente, en torno a una inicial carencia o deficiencia de significados (ideas o conceptos) respecto a un cierto mundo posible que resulta relevante (pragmáticamente). Tanto la falta de significados o representaciones mentales válidas con respecto a un cierto mundo, como también el consecuente trabajo de proponer alguna representación o significado satisfactorio, todo eso conforma la semántica del discurso investigativo, siempre hablando en sentido muy general. Esta semántica ocurre y es posible explicarla a partir de la suma de macro, meso y microsignificados que ocurren dentro de D. A esto llamamos red semántica, al conjunto de significados o ideas-referentes que dan sentido y coherencia a un D. Estos MACROSIGNIFICADOS, como arriba se indicó, están ligados a las MACROINTENCIONES vistas en la tabla Nº 9 y que se correlacionan semánticamente en la red de la tabla Nº 12.

 Tabla Nº 12.

Asociaciones entre macrointención, macrosignificados y referentes en el Discurso Investigativo.

 

Macrointención

 (Pragmática)

Macrosignificado/Semántica

(IDEAS, CONCEPTOS)

referentes

(el mundo posible)

Describir

Rasgos, atributos, características

Mundo u objeto observable

Sistematizar

Relaciones de orden

Información sobre el mundo (significados previamente construidos)

Teorizar

Explicaciones, interpretaciones

Relaciones no observables entre clases de hechos observables

Contrastar

Relaciones de prueba y validación

Teorías previas sobre el mundo

Demostrar

Rasgos, atributos y/o explicaciones, interpretaciones

Mundo u objetos observables y/o relaciones entre clases de hechos.

Problematizar

Relaciones de compatibilidad y consistencia

Mundo observable, ideas acerca del mundo.

Aplicar

Modelos de acción, heurismos, rutinas, modos de obrar

Mundos deficitarios (reales) y mundos mejorados (ideales).

 

Lo dicho antes se refiere, naturalmente, al discurso particular de una investigación cualquiera. Pero no debe olvidarse que esa Red Semántica se inscribe dentro de una Red Semántica supra-individual o colectiva, estrictamente asociada con la Red Pragmática. Esto explica las presuposiciones, los significados socialmente compartidos, los conocimientos intersubjetivos previos. Justamente, la misma dinámica pragmática de la que se habló antes entre el individuo y las colectividades, esa misma dinámica ocurre también en el nivel semántico, a propósito de los conocimientos, representaciones mentales e ideas: antes que el investigador individual está la Red Semántica global, intersubjetiva, en la que él se ubica (datos semánticos que él, como individuo, comparte con otros individuos). Pero, después de cada discurso investigativo, esa Red Semántica colectiva se modifica, se reajusta, dando lugar a nuevos discursos investigativos. De esa manera, la transtextualidad y la Inter.textualidad antes mencionadas no sólo son de carácter pragmático sino también, en consecuencia, de carácter semántico. Eso explica por qué el hombre actual (como entidad intersubjetiva) “sabe” más que el hombre de hace 10.000 años.

Lo más importante de todo esto es que por cada concepto pragmático obtenemos un concepto semántico asociado o respondiente. Por cada intención discursiva, obtenemos un significado discursivo de idéntica proporción y alcance. A cada Red Pragmática (colectiva o individual) se asocia su respectiva Red Semántica (colectiva o individual).

Dicho esto, no nos detendremos en las particulares implicaciones. El que a cada concepto pragmático corresponda un concepto semántico, ese hecho podría usarse para una serie de derivaciones que mostraran esas correspondencias. Se podría, por ejemplo, explicar cuáles macro/meso/micro-significados corresponden a las macro/meso/micro-intenciones vistas antes en el nivel pragmático. Pero son derivaciones bastante evidentes que los usuarios mismos de este estudio podrían hacer por su propia cuenta, una vez establecido el principio general enunciado en el párrafo anterior. Las derivaciones más pertinentes en este sentido fueron ya adelantadas en el punto anterior, cuando se mostraron las implicaciones semánticas y sintácticas por cada una de las macro-intenciones analizadas (véase toda la sección C2, arriba).

Más importante, en cambio, parece el examen de las diferentes áreas semánticas posibles en el Discurso Investigativo, lo cual se deriva del MVIE, en aquel punto en que dicho modelo postula que la Investigación es una función matemática ‘m’ (método) que proyecta valores del conjunto ‘E’ (datos empíricos) en valores del conjunto ‘T’ (datos teóricos). En la sección que sigue se muestran estas derivaciones.

A2. UN SISTEMA DE MESO-SIGNIFICADOS (áreas semánticas del D)

El modelo VIE, en uno de sus postulados, establece que la lógica interna de la investigación consiste en una proyección o una transformación de una estructura empírica (observacional y problemática) en una estructura teórica (abstracta y explicativa), gracias a una función llamado ‘método’. La fórmula establecida en MVIE para la lógica interna de la investigación es la siguiente:

m(E) = T

tomando en cuenta que m es la función método, E es el conjunto de datos empíricos y T es el conjunto de la representación teórica o explicativa. ‘E’ constituye o encierra el problema de investigación, ‘T’ constituye o encierra la respuesta explicativa al problema y ‘m’ es el esquema de trabajo mediante el cual resulta posible pasar de ‘E’ a ‘T’.

Si ese postulado es válido, entonces de allí se deriva que el Discurso Investigativo procesa tres áreas semánticas (áreas de significación): una semántica metodológica, una semántica empírica (observacional) y una semántica teórica (explicativa, abstracta).

Estas tres áreas de significación en el D Investigativo pueden verse como meso-significados desagregados del macro-significado “pregunta-método-respuesta”, también propuesto en el Modelo VIE y resultante de la macro-intención de “investigar”.

 De acuerdo a esto, cada macrosignificado es desagregable en un sistema de significados subordinados o de segundo nivel, de manera similar a como ocurre en el sistema de macro-meso y microintenciones pragmáticas (ver sección correspondiente), según el contexto del D. 

Tomando como referencia el mismo ejemplo propuesto en la sección C2 de la Red Pragmática, es posible establecer tres mesosignificados por cada macrosignifcado definido. Estos mesosignificados pueden variar en nombre o titulación pero el significado interno de cada uno oscila dentro de la idea o concepto nuclear de: definir una búsqueda, definir un método de búsqueda y definir las bases teóricas del P. Queda claro entonces que todo P, independientemente del tipo de macrointención/macrosignificado que lo oriente, tendrá como base la estructura búsqueda/hallazgo-método de solución-teorías de base, la misma estructura que propone MVIE.

- ÁREA o MESO-significado Empírico. Esta semántica remite al conjunto de Significados Referenciales que describen los hechos y eventos observables seleccionados dentro de un D y que hacen posible la definición del problema de investigación, es decir al referente y necesariamente su referencia. Se dice “necesariamente” porque la referencia es la alusión a una realidad determinada que permite el uso de significados ligados a dicha realidad, quedando por fuera posibles interpretaciones ambiguas atribuidas a los significados.

Se considera que todo Discurso Investigativo, independientemente de su propia especificidad, procesa ideas y conceptos (significados) que reflejan directamente al mundo observable, perceptible (al menos dentro de las ciencias llamadas “fácticas”, que es el caso de este modelo discursivo) y no a otras ideas ni a la forma en que el investigador trabaja. Cuando en un informe leemos, por ejemplo, que el promedio de vida en ciertas regiones de África ha descendido a los 54 años de edad, ese dato es interpretable como una semántica empírica, directamente asociada a una cierta situación observable. O sea, el discurso se mueve dentro de una representación directa de los estados observables del mundo.

Esto es válido muy especialmente para los D investigativos de intención descriptiva, en los cuales se manejan casi exclusivamente unas representaciones mentales directamente apegadas a la realidad perceptible. Pero también es válido para los D de intención teórica o explicativa, los cuales necesariamente identifican un cierto sector observable del mundo, precisamente aquél que quieren explicar o interpretar. Igualmente es válido para los D de intención aplicativa, en los cuales necesariamente hay que describir las situaciones deficitarias que requieren ser mejoradas, lo cual se traduce también en una semántica empírica. En el caso de los D contrastivos también se procesa este tipo de semántica a la hora de definir la realidad observable frente a la cual se decide la validez de las observaciones y de las teorías contrastadas. Sólo habría que exceptuar de esta regla a los D de contrastación metalógica, aquéllos que evalúan una teoría sólo desde el punto de vista de su adecuación a las reglas formales de la lógica meta-teórica (un caso de este tipo lo tenemos dentro de nuestra propia Línea de Investigación, en Andrade, 1999). De todos modos, este tipo de investigación se relaciona más con las ciencias formales que con las fácticas.

Esta área semántica está claramente ligada a las intenciones descriptivas, las cuales no sólo tienen lugar en los D exclusivamente descriptivos, sino también (aunque sólo sea parcialmente) en los D explicativos, contrastivos y aplicativos.

En el plano de los microsignificados, este tipo de procesamiento semántico del D, se expresa mediante palabras y frases de carácter concreto, singular, particularizado, ligado a un especial momento y a una especial situación observable.

- ÁREA O MESO-significado Teórico. La semántica representativa es del tipo explicativa. Es decir, aquí la referencia no es directamente el mundo, sino un conjunto de teorías donde se localizan los hallazgos o conocimientos que permiten organizar, producir, comparar, cuestionar o aplicar nuevos conocimientos. Mientras en la semántica empírica los objetos de representación mental son los hechos, procesos y entidades perceptibles o experimentables (tanto en sus rasgos o atributos como en sus modalidades facticas), en esta área semántica los objetos de representación mental son las relaciones no perceptibles entre clases de hechos, clases de procesos y clases de entidades.

Igual que en el caso de arriba, todo D, independientemente de su especificidad, procesa unos significados teóricos, aunque su macrointención sea sólo descriptiva. De hecho, siempre se manejan significados teóricos a la hora de definir categorías de cosas, de inventariar atributos, de identificar correlaciones, etc. Así lo demuestra la existencia de los “Marcos Teóricos”, “Referenciales”, etc., en todos los documentos investigativos.

De todos modos, los tratamientos semánticos de tipo teórico se hallan mucho más claramente ligados a los D de macrointención explicativa o Interpretativa.

En el nivel de los micro-significados, estos tratamientos semánticos de tipo teórico se expresan mediante palabras y frases de carácter abstracto, generalizante, universal, proyectado hacia presente, el pasado y el futuro e independientes de alguna situación especial.

- ÁREA O MESO-significado Metodológico. En estos tratamientos se resaltan significados OPERATIVOS o PROCEDIMENTALES que permiten, dentro del D, relacionar la información de la semántica empírica con la información de la semántica teórica.

Los significados operativos o procedimentales (asociados a este tipo de semántica) se caracterizan porque sus objetos de representación mental son específicamente acciones humanas estratégicas encaminadas al logro de un objetivo.

En el nivel de los microsignificados, estos tratamientos de la semántica metodológica se reconocen en palabras, frases, oraciones y párrafos de carácter concreto, singular y específico, pero que, distinto a la semántica empírica, expresan instrumentaciones, operaciones mentales y materiales, uso de recursos, administración del esfuerzo, modos de resolver problemas, vías de logro.

Igual que en los casos de las semánticas empírica y teórica, esta semántica metodológica es constante en todo D, no importa cuáles sean sus particularidades. Justamente, la existencia constante de esta semántica es uno de los rasgos fundamentales del Discurso Investigativo, hasta el punto de que podemos afirmar que aquel D que no posea una semántica metodológica no es un D Investigativo.

Este ámbito permite incorporar al D variadas alternativas o vías procedimentales, según la macrointención discursiva, lo que determina un tipo de D asociado a un método de investigación. Por ejemplo, para los D de macrointención descriptiva la semántica metodológica plantea operaciones de recolección y organización de datos, para los D cuya orientación es  teorizar su semántica metodológica plantea operaciones de construcción e interpretación teórica, para los D cuya macrointención es contrastar, su semántica metodológica está en operaciones de revisión de interpretaciones y teorías previas y para los D de macrointención aplicativa, su semántica metodológica maneja operaciones de diseño, ejecución práctica y control, aplicadas a situaciones que requieren ser mejoradas.

Entonces, al igual que ocurre una red pragmática donde se conjugan elementos para dar forma a un D, el D en su estructura semántica se construye por la asociación de palabras, frases, oraciones y bloques de párrafos que, a manera de red, se enlazan para hacer posible la construcción de variados tipos de D.

Se tiene un D empírico concebido como un proceso de modelación donde se describen entidades y/o individuos, con sus correspondientes propiedades según:

(a) las correspondencias particulares de una entidad y/o individuo y sus propiedades en una relación uno a uno, y

(b) las correspondencias generales de las entidades y/o individuos y sus propiedades en una relación uno a varios.

En (a) se ubican, por mencionar un ejemplo, las características de los estudiantes de la 1ª etapa de Educación Básica que son aplazados en matemática. En (b) se ubicarían las características de los estudiantes de todo el Sistema Educativo y la propiedad de tener problemas de rendimiento. En (a) el D es particular descriptivo, en (b) el D es general descriptivo. Pero en general para esta variedad, D es de macro-intención descriptiva y de semántica empírica.

Igualmente, se tiene un D teórico concebido como un proceso de modelación donde se relacionan las propiedades de las entidades y/o individuos descritas, con cuerpos informacionales teóricos o interpretativos. Siguiendo con el ejemplo anterior, donde se describen las características de los estudiantes del Sistema Educativo que tienen la propiedad de tener problemas de rendimiento, lo que se busca es generar relaciones o asociaciones o explicaciones o interpretaciones entre las descripciones obtenidas y cuerpos informacionales teóricos que puedan representar dicha realidad. Por ejemplo, cuerpos informacionales ubicados en la esfera del currículo, la evaluación y las teorías del aprendizaje. De esta manera se obtiene un D de macrointención explicativa y de semántica teórica.

Así mismo, se tiene un D METODOLÓGICO concebido como un proceso de modelación donde se describen las acciones que facilitan la construcción del D descriptivo y del D explicativo. Estos significados metodológicos refieren pasos u operaciones o procedimientos que facilitan dicho tránsito. En el ejemplo anterior las acciones que describen el tránsito entre un D descriptivo y un D explicativo serían: selección del contexto problemático, delimitación del problema, etc. Es decir, acciones o procedimientos conducentes a la descripción precisa del problema, que puedan luego facilitar su inserción en las bases conceptuales de lo que sería el D de macro-intención explicativo/interpretativa, gracias a una semántica metodológica (ver Gráfico Nº 15).

Cada uno de estos discursos se diferencian entre sí por el conjunto de significados en ellos contenidos. Estos constituyen una referencia a las posibles propiedades de un universo de D particular. Así, se tiene un universo de D empírico, un universo de D teórico y un universo de D metodológico (referencias acerca de Universo de Discurso en Van Dijk, 1984). Más concretamente se puede indicar que a cada D subyace una mesoestructura discursiva diferenciada por actos descriptivos,  actos explicativos y actos procedimentales asociados a un universo en particular.

 

 

De esa manera, las estructuras discursivas tienen la propiedad semántica de encadenar secuencias de palabras, de frases, de oraciones, de párrafos, que se van tejiendo unas a otras formando un red semántica discursiva específica para cada D. Este proceso de encadenamiento se asocia a cada discurso según el tópico que se trate (empírico, teórico, metodológico) complementando o incluyendo información para ampliar el tópico del D. Este encadenamiento de significados está ligado al supradiscurso pragmático en cuanto a que el D investigativo posee mayor o menor cantidad de hilación o secuenciación de acuerdo al conjunto de datos presuposiconales cognitivos contenidos en el discurso. Este es el caso, como se explicó en la red pragmática, de aquellos D en los cuales se omite o agrega información cognitiva de acuerdo al dominio y conocimiento que la comunidad académica posea del tópico del discurso.

            De manera similar, en cada D se dispone cada área semántica (descriptiva, explicativa y metodológica o procedimental), de acuerdo al macrosignificado de D. Así, cada una de esas áreas semánticas se presenta en bloques separados y claramente diferenciados uno de otro o se encadenan uno a otro alternándose, según la necesidad de hacer referencia a uno u otro discurso. Es decir, los D no son exclusivamente descriptivos o explicativos/interpretativos o procedimentales aunque exista una orientación semántica que los distinga.

Ahora bien, aquí hay que hacer una aclaración que nos parece importante. La noción de encadenamiento o secuenciación discursiva (también llamado “entretejimiento”) tiene lugar por referencia a la noción de “entrañamiento”, muy común en la teoría semántica lingüística (véase Abraham, Werner, 1981:172-173). Es decir, secuenciar es enlazar, tejer, combinar información en función de una necesidad discursiva específica, mientras que “entrañar” (= llevar en las entrañas) es implicar, llevar implícito, exigir consistencia con alguna otra cosa (del mismo modo en que el significado de “madre” entraña al de “mujer”). Entonces, la secuenciación también se basa en que unas estructuras semánticas están “entrañadas” en otras. Por ejemplo, un texto investigativo que se maneje exclusivamente dentro de un marco teórico de carácter fenomenológico-hermenéutico y que, por tanto, procesa una semántica teórica de orientación fenomenológico-hermenéutico, se encadenará con una semántica metodológica de tipo interpretativo-simbólica, la cual está entrañada en aquella semántica teórica. Sería incompatible que, luego de manejar aquella semántica teórica, luego se establezca una secuenciación con una semántica metodológica del tipo, por ejemplo, de un análisis de varianza o una regresión múltiple, la cual no está entrañada en la primera.

Este concepto de encadenamiento (entretejimiento o secuenciación) por virtud de relaciones de entrañamiento, nos lleva a una clave para analizar la consistencia o compatibilidad entre las estructuras semánticas de un D Investigativo.

Dentro de un bloque de significado teórico/interpretativo se encuentra una semántica igualmente teórica/interpretativa y, además, se puede encontrar una semántica descriptiva, dada la necesidad de ejemplificar, si es el caso. Lo que no cabe dentro de esta noción de entrañamiento es que en un bloque informacional de semántica teórica/interpretativa se encuentre una referencia normativa o histórica sin que exista justificación discursiva ajustada a tal referencia. Esta aclaratoria parece necesaria en razón de la cantidad de D teóricos/interpretativos donde con cada vez más frecuencia se encuentran relatos históricos y referencia a leyes y normas sin justificación alguna.

Otro dato teórico importante a la construcción de este modelo es que en estas áreas semánticas que estamos exponiendo se conforman ciertas reglas de construcción de mesosignificados. Dichas reglas poseen una base cognitiva que permite modelar el contenido informacional que le corresponde a cada uno de los tópicos del discurso. La construcción de estos D genera estructuras profundas que facilitan su explicación, su recuerdo y también su reconstrucción. Es decir, conociendo la estructura con la que se construye el D descriptivo, el D explicativo y el D descriptivo procedimental se puede explicar, recordar y reconstruirlo.

A.3. Un SISTEMA de microsignificados

            La función de los microsignificados dentro de D es facilitar y concretar el logro de los macro y mesosignificados y de las tres áreas semánticas que acaban de explicarse. Estos son elementos ideacionales concretos y específicos, unidades menores de significado, que se hallan contenidos en las palabras, frases y párrafos del tejido sintáctico observable de cada D.

Siendo así, es imposible establecer todas los microsignificados posibles para lograr un D coherente pues, también aquí prevalece la creatividad del investigador. Realmente es el investigador quien decide cuáles microsignificados le facilitarán la construcción del D que comunicará, por esta razón no son previsibles en su totalidad, sin embargo existe un conjunto muy genérico de microsignificados que puede ser derivado de criterios pragmáticos.

La siguiente es una muestra aproximada, organizados según cada una de las tres áreas semánticas ya vistas, mencionando su respectiva clase intencional pragmática y redactados en términos de ideas o representaciones mentales:

i) En el área semántica EMPÍRICA (asociados primordialmente a macro y meso-intenciones descriptivas) se encadenan representaciones mentales concretas de objetos, hechos, procesos, acciones o acontecimientos bajo las nociones de:

- rasgos o atributos tanto de objetos reales o posibles como de hechos, acontecimientos y procesos reales o posibles,

- distribuciones u ordenamientos de rasgos y de hechos,

-correlaciones o relaciones de correspondencia entre unos hechos y otros o entre unos rasgos y otros o entre hechos y rasgos,

- estructuras observacionales,

- inventarios,

- clasificaciones y particiones,

- conteos y frecuencias.

- relatos y narraciones

- comparaciones y analogías

Nótese que, de acuerdo al estilo epistémico (ver la siguiente sección), todos estos micro-significados asumen distintos diseños semánticos. Por ejemplo, en el estilo empirista-medicionista (o inductivo-concreto) los significados descriptivos siguen los modelos preestablecidos de las escalas numéricas (metrizaciones) o de las estructuras probabilísticas (en general, los modelos aritméticos). En el estilo deductivista (deductivo-abstracto), esos significados siguen los modelos de la lógica formal (teoría de clases, cálculo de predicados, álgebra no numérica, etc.). En el estilo introspectivo-vivencial se siguen los modelos del lenguaje natural en su forma culta o académica (pudiendo, inclusive, introducirse mecanismos metafóricos, analógicas, simbólicos, afectivos).

ii) En el área semántica TEÓRICA (asociados primordialmente a macro y mesointenciones explicativas o interpretativas), se encadenan representaciones mentales abstractas y universales de relaciones entre clases de hechos, proceso, acciones, acontecimientos, etc., bajo las nociones de:

- causas entre hechos o rasgos

- condicionamientos de un hecho o rasgo a partir de otros

- finalidades y funcionalidades (x en finalidad de y, aplicable sobre todo a órganos o miembros de un sistema)

- orientaciones o encauzamientos (x orientado a y, aplicable sobre todo a acciones o procesos sociales)

- probabilidades y proyecciones

- generaciones y transformaciones (x generado de y, aplicable sobre todo a las estructuras proceso-producto).

- reducciones o traducciones simbólicas (x interpretado como y, aplicable sobre todo a fenómenos sociales).

Igual que en el caso anterior, el procesamiento de estos significados del área teórica se ve afectado por el estilo epistémico.

iii) En el área semántica METODOLÓGICA (asociados primordialmente a macro y mesointenciones operativas o procedimentales), se encadenan representaciones mentales concretas y específicas de relaciones operativas entre fases, estrategias e instrumentaciones de logro en función de un objetivo, bajo las nociones de:

- objetivos de trabajo

- procesos y subprocesos de trabajo

- productos y subproductos de trabajo

- tiempo y recursos

- instrumentos y tecnologías materiales

- tecnologías conceptuales

- parámetros y criterios de logro

- recursos

- instrumentos

            También aquí, el manejo de estos significados está condicionado por el estilo epistémico.

Estas microsignificados también se entrañan en el discurso de manera recursiva en el sentido de que incorporan progresivamente, una u otra vez (empírica, teórica o metodológica) según la necesidad de construcción discursiva. Ello explica que en ocasiones se realice la combinación de elementos descriptivos+explicativos+descriptivos+metodológicos o la separación de elementos en cualesquiera de sus combinaciones posibles, siempre en atención a las intenciones y macrosignificados de D.

B. LA SEMÁNTICA DeL estilo epistémico

            Una importante derivación aquí obtenida permite explicar la presencia en D de procesamientos de significado en correlación con los estilos de pensamiento que explica el MVIE.

La premisa que sustenta esta deducción es como sigue: si existe un proceso de modelación específico para todo D y si todo D es producto de un P entonces, en todo D es previsible la presencia de un estilo de pensamiento asociado al investigador y a las Líneas y Programas donde se inserta D.

De esta manera se obtienen tres importantes estilos de modelar la realidad en el D Investigativo, que en este caso vendrían a ser estilos semánticos y que, por lo tanto, conformarían una “semántica del estilo epistémico”: Un estilo inductivo-concreto (o empirista-medicionista), un estilo deductivo-abstracto (o racionalista-lógico) y un estilo introspectivo-vivencial (o experiencialista-simbolista).

            Retomando la explicación que acerca del Componente Textual de la Investigación propone el MVIE, ya expuesta en el Marco Teórico, se observan tres variantes:

Una primera variante la que podríamos llamar ‘texto o lenguaje Lógico-Formal’, para hacer referencia a aquellas IE que utilizan los sistemas sintácticos de la lógica y la matemática discreta y no discreta (...) para modelar núcleos esenciales de sus tratamientos empíricos, de sus formulaciones teóricas y de sus procesos metodológicos. (...) Una segunda variante es la que podríamos llamar ‘texto o lenguaje aritmético-estadístico’, para hacer referencia a aquellos IE que emplean los sistemas numéricos (...) para modelar los núcleos esenciales de sus tratamientos investigativos. (...) La tercera y última variante de esta clase es la que podríamos llamar ‘lenguaje o texto verbal-informacional’, para hacer referencia a aquellas IE que, básica y sistemáticamente, sólo emplean el lenguaje natural culto en cualesquiera de sus tratamientos investigativos (Padrón, 1992:128-129).

 

Tal y como lo presenta el MVIE, se obtienen las siguientes combinaciones, en estrecha asociación a los estilos de pensamiento que el mismo modelo explica:

Tabla Nº 13.

Estilos de Pensamiento y Lenguaje Representacional propuesto en el MVIE

 

Estilos de Pensamiento

Texto o lenguaje

Racionalista

Lógico-Formal

Empirista

Aritmético-Probabilístico

Introspectivo

Verbal-Informacional

           

Ahora bien, tomando como punto de partida los estilos de pensamiento que propone el MVIE  y ajustando la noción de lenguaje o texto que propone el mismo modelo, se deriva que es posible concebir una semántica investigativa vinculada a cada estilo de pensamiento donde es posible concebir modelos representacionales, semánticos (correspondientes a los “textos” o “lenguajes” como los que propone el MVIE). 

Tabla Nº 14.

Estilos de Pensamiento y Semántica Investigativa

 

Estilos de Pensamiento

Modelo Representacional

Racionalista

Semántica de la Lógica formal

Introspectivo

Semántica natural

Empirista

Semántica Aritmético-Probabilística

A la luz de la semántica lo que se logra es explicar es la presencia de unos significados estrechamente vinculados a los estilos de pensamiento, de lo que se deduce que por cada D hay una modelación según un estilo de pensamiento particular como los que se ejemplifican a continuación:

- Modelación semántica del D, asociada a un estilo de pensamiento empirista:

 “Cuando, persuadidos de estos principios, recorremos las bibliotecas, ¿qué estragos deberíamos hacer? Si tomamos en nuestras manos, -por ejemplo, un volumen de teología o de metafísica escolástica, preguntamos: ¿Contiene algún razonamiento abstracto sobre la cantidad o los números? No. ¿Contiene algún razonamiento experimental sobre hechos y la existencia? No. Pues al fuego con él, porque no contiene más que sofistería y engaños”. Esta cita está tomada del Enquiry concerning Human Understanding, de David Hume. Es una declaración excelente de la posición positivista. En el caso de los positivistas lógicos, se puso el epíteto “lógico”, porque ellos pretendían añadir los descubrimientos de la lógica moderna; en particular creían que el simbolismo lógico que ha sido desarrollado por Frege, Peano y Russell les sería útil. Pero su punto de vista general es exactamente el mismo que el de Hume. Como él, dividían las proposiciones significativas en dos clases: proposiciones formales, como las de la lógica o la matemática pura, que ellos tienen por tautológicas, en un sentido que explicaré enseguida, y proposiciones de hecho (fácticas), de las que se exigía que fueran verificables empíricamente. Se suponía que esa división es exhaustiva, de suerte que, si una oración no llegaba a expresar algo que sea formalmente verdadero o falso ni algo que pueda ser probado empíricamente, se consideraba que no constituye proposición alguna en absoluto. Puede ser que tenga un significado emotivo, pero literalmente carecerá de sentido. (Ayer,1959: 10)

 

- Modelación de D asociado a un estilo de pensamiento racionalista:

(a) Para el caso de las teorizaciones no formales:

Posible futura colega:

Me cuenta Vd. que está por ingresar en la universidad y le interesa la filosofía de la ciencia. Y me pregunta qué debiera hacer para convenirse en una buena epistemóloga.

Después de haber pensado durante cuarenta años en este problema, he elaborado la siguiente receta para formar epistemólogos:

1. Consígase una familia que le asegure una capacidad innata para hacer trabajo intelectual intenso y variado, continuado y prolongado, así como profundo y original. Y ahora va en serio: cerciórese de que es capaz de realizar trabajo intelectual productivo, y ello de la única manera posible: intentándolo. Aborde problemas intelectuales difíciles aunque no imposibles para su nivel actual y haga esfuerzos sostenidos por resolverlos. Examine los resultados de su esfuerzo y asegúrese de que esta clase de trabajo le gusta más que cualquier otra.

Además, pida que le critiquen y comenten sus ensayos. Pero no se descorazone si la crítica es adversa: todo comienzo es inseguro.

2. Asista a buenas escuelas y rodéese de gentes inteligente y productivas, con intereses amplios, así como de profesiones y edades diversas. (Una mala escuela puede enseñar malos hábitos intelectuales, coartar vocaciones auténticas, o dar una seguridad injustificada. Y amigos superficiales o improductivos pueden lograr los mismos malos efectos.) Y rodéese de buenos libros y buenas revistas. Sea omnívora pero no trague todo lo que está a su alcance: seleccione.

3. Estudie a fondo una ciencia o tecnología. Escoja una ciencia o tecnología que haya alcanzado madurez teórica o esté en vías de alcanzarla. Esto la pondrá en contacto con problemas filosóficos interesantes y difíciles, y la obligará a estudiar matemática, el lenguaje de toda ciencia madura. Pero, a menos que crea sentir una vocación irresistible por la física o la química, no escoja ninguna de éstas, porque hoy día se necesita una decena de años de arduos estudios universitarios para llegar a la frontera de la física o la química. Escoja más bien una ciencia en desarrollo, de frontera más cercana, tal como la biología molecular, la biología matemática, la bioingeniería, la psicobiología, la sociología matemática, la investigación operativa, o la administración científica de empresas.

Si lo hace podrá Vd. llegar con relativa rapidez a la frontera y podrá abordar problemas científicos y epistemológicos tan apasionantes como descuidados.

4.     No se contente con leer y asistir a algunos cursos: siga estudios formales intensivos, sométase a exámenes y, en general, cumpla los requisitos para obtener el grado de licenciado en una ciencia pura o aplicada.

5.     No se contente con esto: emprenda cuanto antes investigaciones científicas, primero con ayuda, luego por sí misma. De lo contrario se verá forzada a consumir, y más tarde a vender, productos acerca de cuya manufactura no tendrá la más pálida idea. Así como para escribir buenos poemas de amor es menester amar, para filosofar bien sobre la investigación científica es preciso haberla hecho.

6.     Los filósofos que jamás la han hecho suelen trazar caricaturas de ella, al modo de los cartógrafos medievales, que jamás se habían movido de su región natal, dibujaban mapas imaginarios de comarcas lejanas.

      Todo esto implica que no le bastará una licenciatura en ciencias: apunte a una maestría y, luego, a un doctorado. Ni siquiera éste le bastará: convendrá que siga toda la vida activa en ciencias, aunque sólo sea enseñándolas, para no perder de vista el objeto mismo de su filosofía. El epistemólogo no debiera ser un científico fracasado ni un filósofo descarriado, sino un filósofo que ha tenido éxito en la ciencia pero se ha sentido más atraído por los problemas filosóficos que ésta suscita que por los problemas científicos particulares.

Especialícese en una ciencia o tecnología determinada sin descuidar las demás disciplinas científicas: manténgase al tanto, aunque sea a distancia, de lo que acontece en todas las ciencias si quiere hacer filosofía de la ciencia en general y no tan sólo de su especialidad. Para esto visite laboratorios, asista a coloquios, y lea literatura de alta divulgación. Recuerde que la ciencia es un gran sistema formado por subsistemas que se nutren y controlan mutuamente. Y recuerde que las divisiones del trabajo intelectual son ignoradas por el mundo exterior.

6.     Estudie filosofía por su cuenta al mismo tiempo que estudia ciencia o tecnología, y ello aun a riesgo de que sus estudios científicos marchen con alguna lentitud. Para esto tendrá que programar cuidadosamente su estudio independiente de la filosofía. (Si se dedica por entero a la ciencia, dejando la filosofía para más adelante, podrá perder su interés actual por la segunda. Y si se dedica desde el comienzo y exclusivamente a la filosofía, acaso llegue demasiado tarde a la ciencia. Al que logra lo más difícil poco le cuesta lo menos.)

7.     Introdúzcase a la filosofía por vía histórica o por la puerta de la lógica, según su disposición actual, pero no descuide ninguno de los dos polos. Siga los pasos de los buenos filósofos antiguos, medievales, modernos y contemporáneos. Lea algunas de sus obras. (Lea los clásicos en buenas traducciones. No pierda el tiempo aprendiendo lenguas clásicas, ya que lo necesita para aprender el lenguaje universal de las ciencias, o sea, la matemática.) Dedique un par de años a los estudios históricos, pero trate de conservar toda la vida el trato amistoso con los gigantes del pasado. Y dedique otro tanto al estudio de la lógica matemática y de sus aplicaciones al análisis de las ideas científicas y filosóficas. Este estudio de la lógica no le inspirará acaso ideas originales pero le ahorrará más de una falacia, le acostumbrará a la claridad y el rigor, y le ayudará a ordenar sus pensamientos. Una vez munida de las herramientas históricas y lógicas mencionadas, destine un año a estudiar filosofía general de la ciencia así como la filosofía de la ciencia de su especialidad. (En realidad, puesto que el asunto le interesa ya ahora, Vd. habrá estado haciendo de contrabando lecturas epistemológicas durante todo el período anterior. Tanto mejor. No hay como una pizca de desorden añadida a una vida por demás ordenada para realzar su interés.) Finalmente, dedique el último año a la semántica, la ontología y la ética de la ciencia. Si completa Vd. este programa estará en condiciones de pasar al nivel siguiente, que es el de la investigación original.

8.     No se limite a estudiar libros: consulte revistas y escriba, escriba incansablemente, desde meras fichas de datos hasta ensayos de diversa longitud. Y no guarde estos ensayos como si fuesen cartas de amor: enséñeselos a sus compañeros, amigos y profesores. Discútalos en grupo. Forme un pequeño Círculo Epistemológico compuesto por gentes de formaciones dispares pero unidas por el interés por la epistemología. De esta manera podrá intercambiar informaciones y críticas, así como recibir y dar consejos y estímulos. Ya pasó la época del filósofo solitario que no salía de su aislamiento sino para montar a una cátedra desde la que pronunciaba frases oraculares sin intentar jamás intereactuar con sus colegas y alumnos. El filósofo moderno se comporta al modo del científico: no sólo estudia y escribe por su cuenta, sino que también discute activamente con alumnos y colegas de las más diversas disciplinas. La búsqueda de la verdad, sea filosófica o científica, es una empresa social, no una aventura solitaria.

9.     Busque y ejerza la crítica pero no se deje aplastar por ella ni la fuerza por mero placer. Ejérzala con moderación y con ánimo de contribuir al avance de los conocimientos más que para sobresalir o para vengarse. Recuerde que la crítica destruye el error pero también puede matar la verdad. Recuerde que la mayoría de las personas ven con desconfianza las ideas nuevas. Y recuerde que, sea o no justificada, la crítica no sustituye a la creación. .

l0. Comience por abordar problemas modestos pero apunte a Problemas ambiciosos. La modestia inicial es necesaria por la escasez de conocimientos, pero no es cosa de pasarse la vida en el jardín de infantes. No es lo mismo modestia que impotencia. Comience por averiguar qué piensa el gran filósofo X sobre el problema Y, pero trate de pensar con su propia cabeza sobre Y. Y más adelante busque nuevos problemas. Comience por abordar un asunto bien circunscrito, acaso ajeno, con el objetivo final de ir ampliándolo o de abordar eventualmente problemas inéditos. Sin embargo, no se proponga alcanzar. La originalidad por si misma es demasiado fácil. En afecto, para ser novedoso en filosofía basta (aunque no es necesario ni honesto) decir disparates en lenguaje oscuro y poniendo cara seña. (Los argentinos llamamos macanear a esta actividad siempre de moda en los países latinos. Los franceses podrían llamarla charlacanisme.) La finalidad de la investigación filosófica, al igual que la científica, es la verdad general y profunda formulada de manera clara y exacta. En el caso particular de la epistemología, una idea es verdadera en este campo si y solamente si corresponde fielmente a la realidad de la ciencia. Las ideas de este tipo no abundan porque, para concebirlas, es preciso someterse a un largo aprendizaje, que no todos están dispuestos a hacer.

Si Vd., posible futura colega, logra recorrer el largo camino que le recomiendo, se convertirá gradualmente en una auténtica epistemóloga. Pero si no busca la autenticidad, sino tan sólo hacerse pasar por epistemóloga para ganarse la vida, ya sabe lo que no tiene que hacer.

Como ve, la decisión que Vd. está a punto de tomar es de orden moral, como lo es toda decisión que pueda afectar al prójimo. En este punto no sirven consejos. Sin embargo, no resisto el impulso de dárselo: Escoja el camino largo, no sólo porque es el único que lleva a donde Vd. quiere llegar, y no sólo porque es el único honesto, sino también porque es el único interesante. (Bunge, 1977:76-80).

 

(b) Para el caso de las teorizaciones formales:

 

La décima operación -transformación del problema- puede resultar necesaria tanto si ha tenido éxito la fase anterior como si no. Los cambios de variables pueden dar lugar a una tal reformulación del problema una vez que éste se haya enunciado en forma matemática. Por ejemplo, el problema “(?x) (ax2 + bx + c = 0)” se transforma en el problema atómico “(?y)[y2 = (b2-4ac)/4a2]” mediante el cambio de variable x=y-(b/2a); de hecho, el segundo problema es equivalente al primero y se resuelve mediante la mera extracción de una raíz cuadrada. La reformulación de un problema no afecta, por definición, al problema mismo. A veces, sin embargo, puede plantearse un problema no equivalente; por ejemplo, un término no lineal en una ecuación puede tener que despreciarse por falta de una teoría capaz de tratar la ecuación entera. (Bunge, 1985: 240)

(c) Para el caso de las modelizaciones interpretativas:

Asimismo, se incluyeron en la situación real cuatro momentos de la acción tutorial que permitieron explicar el continuo que, consciente e inconscientemente transita el tutor, los cuales van definiendo los estilos de tutores según su comportamiento en cada uno de ellos o al  transitar  la secuencia de la investigación. Dentro de esta secuencialidad, se hallan las tipologías de investigación: descripción, comparación, explicación y aplicación. Estos dos últimos elementos del componente proceso se conectan directamente con el proceso de generación de conocimiento. El modelo se encuadró apoyado en su condición de acción intencionada y diferenciable, dependiendo del comportamiento de cada uno de los niveles y de las esferas que lo explican. (Reyes, 1998: 140)

 

Las actitudes se entienden  en el modelo  como la  tendencia del comportamiento  afectivo del tutor en función de los componentes socio contextuales regidos por el conocimiento que tiene sobre las personas, organización y los procesos. De tal forma que las actitudes se asocian  con los intereses del tutor  y la estructura que lo mueve.  El  conocimiento es otra esfera que se atiende en esta investigación dentro de dos condiciones: el conocimiento  requerido  o a priori  y   el adquirido durante la investigación o   a posteriori. Ambos se comportan como exigencias necesarias en diferentes momentos del proceso. (Ob. Cit.:142-143)

            Estos ejemplos no llegan a ser una representación total del vínculo lenguaje-estilo de pensamiento. Aquí sólo se ha querido ejemplificar la particularidad de la modelación de teorizar dentro de la variante explicar/interpretar. Realmente el análisis de discursos según la modelación que se origina por cada estilo de pensamiento sería una opción investigativa de macrointención sistematizar, útil quizás para orientar el desarrollo de las metodologías de la investigación sobre la base de ejemplos concretos que ayuden a los investigadores a observar estas tendencias.

Referencias: