El principio de poder dar razón nos dice que podemos calcular, a partir de nuestra tarea de predicción, el grado requerido de precisión de las condiciones iniciales. Este principio tiene su fundamento en que, en principio, el resultado de un cálculo no será más preciso que el menos preciso de sus datos, y, en consecuencia, una predicción no será, en principio, más precisa que ninguna de las condiciones iniciales dadas sobre las que se basa. Si, por tanto, exigimos que sea siempre posible que nuestras predicciones sean tan precisas como deseamos, no será posible, en principio, satisfacer esta exigencia, a menos que podamos incrementar la precisión de las condiciones iniciales pertinentes tanto como deseemos