mente
GEN./ PSICOL.
(del latín mens) Término que a menudo ha sido utilizado como sinónimo de alma,
espíritu, intelecto o psique (RLP²), aunque nunca como un sinónimo absoluto, ya
que la mente más bien ha tendido a ser entendida como aquella «parte» o facultad
de estas otras entidades, cuya característica principal es la de actuar como
agente intelectual. En cualquier caso, la misma ambigüedad que presenta el
término «mente» (al igual que los términos que se han considerado como sus
sinónimos), ya nos indica que no es una noción plenamente elaborada. En general,
entendida como la hemos caracterizado, la mente se opone a la materia y, más
específicamente, al cuerpo. Pero definir la mente (o lo mental) como opuesto a
materia (o material) o a cuerpo (o corporal), aparte de los problemas que
plantea (ya que previamente tendría que definirse qué se entiende por materia y
por cuerpo), presupone aceptar un dualismo psico-físico, tesis que, si bien fue
claramente dominante hasta el siglo XVIII, y aunque actualmente todavía tiene
sus defensores, ha ido perdiendo adeptos. (En la entrada «mental» se hace una
referencia a la aparición de esta noción a partir de los siglos XVI y XVII, y
una breve exposición de algunas teorías actuales).
La noción de mente, entendida como opuesta a cuerpo, surge dentro de una
concepción sustancialista para dar un «soporte» a procesos o estados como los
del pensamiento, sensaciones, deseos, afectos y emociones. Es decir, surge
cuando se considera que las actividades tales como pensar, percibir, desear,
imaginar o recordar son, por una parte, completamente diferentes de las
actividades materiales y, por otra parte, son manifestación de una entidad (la
mente) que no puede entenderse como material y que, por tanto, no tiene masa, ni
peso, ni es localizable en el espacio (aunque si se entiende por mente el
«sentido interno» de Kant, sí está sometida a la forma del tiempo). En cambio,
en la medida en que las concepciones materialistas han ido ganado terreno, o
bien se han considerado los estados mentales como meras producciones de la
materia, o bien se ha obviado el término declarándolo sin sentido, como lo han
hecho las corrientes conductistas en psicología, que prescinden de lo mental
para referirse sólo a la conducta, o las corrientes de la llamada teoría de la
identidad como tipo o del materialismo eliminativo. En cuanto que la mente se
concibe sólo como un conjunto de funciones o actividades cerebrales y del
sistema nervioso, se adopta un monismo psico-físico que considerará que pensar,
sentir, imaginar, desear, etc., son procesos y actividades cerebrales o
procedentes del sistema nervioso en su conjunto. A su vez, tanto el dualismo
psico-físico, el paralelismo psicofísico o el monismo psico-físico han adoptado
distintas formulaciones a lo largo de la historia del pensamiento, de forma que
ni todo dualismo psico-físico es espiritualista, aunque sostenga que la mente
posee una existencia independiente del cerebro, ni todo monismo psico-físico es
materialista (ver relación mente/cuerpo). Actualmente, además del tratamiento
filosófico de esta cuestión, distintas ciencias están interesadas en el tema,
especialmente la biopsicología, la ciencia cognitiva, la inteligencia artificial
y la neurofisiología.
En general, la tesis que actualmente tiende a imponerse es la de considerar que
las características generalmente atribuidas a la mente, esto es: la conciencia,
la intencionalidad, la subjetividad y la causación mental (la capacidad de que
la mente pueda actuar sobre el cuerpo) son todas ellas explicables a partir de
la actividad del conjunto del sistema nervioso y, especialmente, del cerebro.
Así, aunque se sigue usando el término mente, la relación de ésta con el cerebro
no ha de causar más extrañeza que la que se establece entre movimiento y cuerpo,
o entre digestión y estómago, por ejemplo, ya que el problema surge cuando se
cosifica una propiedad, un estado, una actividad o un proceso y se dota de
existencia independiente.
Bibliografía
Diccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder
S.A., Barcelona. Todos los derechos reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores:
Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.