APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE
OBJETIVIDAD EN KARL POPPER.
Eutimio Mejía Soto, en
http://www.gestiopolis.com/recursos2/documentos/fulldocs/eco/objepopper.htm
Popper: una visión general.
El método inductivo fue
considerado, el método científico en la ciencia empírica, durante mucho tiempo
como el único y verdadero, tenía una orientación verificacionista, la validación
de la ciencia a través de la sumatoria de casos que apoyaban la hipótesis
formulada. Popper en contraposición al método inductivo y su vía de
verificación, formularía la teoría de la falsación, caracterizada por la
utilización de un método deductivo, donde la verificación negativa no busca
hechos que confirmen la hipótesis, sino hechos que tengan un comportamiento
diferente; el buscar éstos hechos de forma sincera es parte de la honestidad
intelectual, tal como lo denominaría Lakatos.
La objetividad en Popper se da
entonces en la actitud honesta del científico o del hombre que formula una
conjetura y no acude a toda serie de argumentos para defender su propuesta, los
más dogmáticos acuden a “estratagemas inmunizadoras” con el objeto de salvar su
teoría del error; el espíritu crítico por el contrario, se convierte como autor
de la conjetura o teoría en el principal crítico, buscando desde su génesis la
forma de demostrar su falsedad, único camino que permite la evolución del
conocimiento, una vez que el dogmatismo no permite el avance y desarrollo de la
ciencia. Si se utiliza el lenguaje de Kuhn se diría que para Popper la ciencia
está en una constante “Revolución científica”.
La falsación propuesta por Popper
se sustenta en el Modus Tollendo Tollens[1]
de la lógica simbólica. Conforme a lo planteado por (Suppes y Hill, 1983, p.
53-56)[2]
se define como “la regla que tiene el nombre Modus Tollendo Tollens se aplica
también a las proposiciones condicionales –si... entonces... - pero en este
caso, negando el consecuente, se puede negar el antecedente de la condicional”
Ejemplo:
Premisa 1: Si tiene luz propia,
entonces el astro es una estrella
Premisa 2: El astro no es una
estrella
Conclusión: Por tanto no tiene luz
propia.
Popper conecta de esta forma la
teoría y la práctica; la formulación teórica de carácter hipotético busca
imponer leyes a la naturaleza y no descubrirlas como es el propósito de los
inductivistas, en la contrastación el mundo real le responde a través de la
falsación si se encuentran hechos contrarios a la formulación hipotética o con
la aceptación temporal de la teoría si la misma a pesar de tener un conjunto no
vacío de posibles falsadores, no se ha llegado a falsear empíricamente.
Popper tomó la consideración que el
hombre impone las leyes a la naturaleza de la línea de Kant, tal como lo muestra
en (Popper, 1994, p. 237) “la solución de Kant es bien conocida. Supongo
–correctamente, creo yo- que el mundo tal como lo conocemos es el resultado de
nuestra interpretación de los hechos observables a la luz de teorías que
inventamos nosotros mismos. Para decirlo con palabras de Kant: “nuestro
intelecto no extrae sus leyes de la naturaleza... sino que las impone a la
naturaleza”. Aunque considero esencialmente correcta esta formulación de
Kant, creo que es demasiado radical y preferiría, por lo tanto, expresarla en la
siguiente forma modificada: “nuestro intelecto no extrae las leyes de la
naturaleza, sino que trata –con diversos grados de éxito- de imponer a la
naturaleza leyes que inventa libremente.”
En el siguiente párrafo de Popper
se determina la diferencia conceptual que tiene con Kant y así su orientación
hacia una objetividad popperiana, que se determina no por el resultado final
(pero en la teoría del mundo tres, la objetividad se determina es en las
construcciones del mundo tres –mundo objetivo-), sino por la conducta frente a
la ciencia, la que considera como una actitud crítica permanente, donde Kant vio
una verdad, Popper propone una teoría no refutada; (Popper, 1994, p. 237-238)
“la formulación de Kant no sólo implica que nuestra razón trata de imponer
leyes a la naturaleza, sino también que tiene éxito invariablemente en estos
intentos. Pues Kant creía que el hombre había impuesto exitosamente las leyes
de Newton a la naturaleza; de lo cual concluía que debe ser verdadera a priori[3]”
La objetividad en Popper exige que
las hipótesis deben ser falsables, es decir “si la clase de sus falsadores no es
una clase vacía”, se exige que los enunciados tengan la propiedad en potencia
de ser falsables; los enunciados que no tienen la propiedad de ser falsables no
pertenecen a la ciencia y por tanto no son objetivos, así los enunciados que
son lógicamente imposibles de falsar no pertenecen al campo científico.
Las teorías científicas lo son por
su capacidad explicativa y aun más por su capacidad predictiva, no por su
capacidad de adecuar los hechos ocurridos a su formulación conceptual, lo que
se puede calificar como defensa subjetiva e injustificada de una teoría. La
objetividad del científico se revela en las predicciones riesgosas y
refutables que hace y que ponen a prueba las hipótesis; lo que ejemplifica la
honestidad intelectual del científico que no teme que su teoría entre en
contradicción con la realidad y sea refutada; Tal actitud del hombre de ciencia
lo califica como objetivo, a pesar de que su teoría sea refutada (pero que tenía
toda la estructura lógica interna coherente, conforme a un procedimiento
argumentativo deductivo).
Para Moulines (1997, p. 418-419),
la obra de Popper continúa desarrollando un método inductivo y presenta diversas
dificultades, tal como se presenta en el siguiente párrafo, donde formula la
teoría popperiana como una respuesta a los problemas del programa inductivista
de Carnap fundamentalmente “... el programa inductivista de Carnap y su escuela
entra a finales de los sesenta y principios de los setenta en una fase de
estancamiento de la cual no se ha recuperado. Uno de los más feroces detractores
del programa inductivista es K. Popper, que comanda la escuela epistemológica
rival conocida como falsacionismo o refutacionismo. Este programa alternativo
es iniciado por Popper en los años treinta con la publicación de la Lógica de
la investigación científica (1935), pero permanece prácticamente ignorado,
salvo por unos pocos, durante más de veinte años hasta que se traduce la obra al
ingles a finales de los cincuenta. El falsacionismo se consolida a partir de
los sesenta y constituye durante casi dos décadas la epistemología dominante en
los países anglosajones y nórdicos, influencia que ha ido muchas veces más allá
de la comunidad de especialistas y se ha extendido al gran público...
El lema del falsacionismo de
Popper es el siguiente: el método científico no es inductivo, el método de la
ciencia es el de conjeturas y refutaciones. Ésta es la esencia del famoso
racionalismo crítico de Popper. Sin embargo, este lema es parcialmente confuso.
Es cierto que Popper niega que la ciencia proceda inductivamente, pero sólo
si por “inducción” se entiende estrictamente lo que los carnapianos entienden.
Como veremos, y aun a pesar de las protestas de su fundador, la metodología
popperiana se puede calificar de inductiva en un sentido amplio”.
El criterio de demarcación asociado
directamente al método deductivo, como respuesta a las críticas del inductivismo,
es expuesto por Popper como elemento fundamental para entender el concepto de
“objetividad”, una vez que la demarcación pretende delimitar los enunciados
científicos, de los enunciados no científicos, siendo la objetividad una
característica de los enunciados de la ciencia, los cuales se distinguen por
su falsabilidad, es decir, en potencia su capacidad real de ser falseados.
Es de notar la línea de la
falsación como se involucra en todos los elementos de la formulación de Karl
Popper y que se puede contraponer a otros criterios de objetividad como el
expresado por (Max Weber, 1978, p. 47)[4]
donde el criterio de ciencia se relaciona con la verificación lógica “... es y
seguirá siendo cierto que una demostración científica metódicamente
correcta en el ámbito de las ciencias sociales, si pretende haber alcanzado
su fin, tiene que ser reconocida también como correcta por un chino (indica que
en cualquier parte del mundo). Dicho con mayor precisión: debe aspirar en
cualquier caso o tal meta, aun cuando ésta, por deficiencia de los materiales,
no sea alcanzable. Esto significa también que el análisis lógico de un ideal
en cuanto a su contenido y sus axiomas últimos, y la indicación de las
consecuencias que su persecución producirá en los terrenos lógicos y
prácticos, han de ser validos también para un chino, si es que deben
considerarse logrados”
La preocupación de Popper por la
honestidad intelectual, que representa una actitud objetiva lo lleva a
distanciarse de teorías donde los autores asumen una posición dogmática, tal
como el mismo lo muestra en (Popper, 1994, p. 58) “durante el verano de 1919
comencé a sentirme cada vez más insatisfecho con esas teorías –la teoría
marxista de la historia[5],
el psicoanálisis de Freud[6]
y la sicología del individuo de Adler[7]-
comencé a sentir dudas sobre su carácter científico. Mis dudas tomaron al
principio la siguiente forma: ¿qué es lo que no anda en el marxismo, el
psicoanálisis y la sicología del individuo?, ¿Por qué son tan diferentes de
las teorías físicas, de la teoría de Newton y especialmente de la relatividad?”
Popper encontró que lo que tenían
en común estas tres teorías era un poder explicativo todopoderoso, donde todo
se podía explicar dentro de su área desde estas teorías, donde en cada hecho se
confirma una vez más la teoría a lo que (Popper, 1994, p. 59) aduce “Hallé
aquellos de mis amigos que eran admiradores de Marx, Freud y Adler estaban
impresionados por una serie de puntos comunes a las tres teorías, en especial su
aparente poder explicativo. Estas teorías parecían poder explicar
prácticamente todo lo que sucedía dentro de los campos a los que se referían...
se veían ejemplos confirmatorios en todas partes: el mundo estaba lleno de
verificaciones de la teoría. Todo lo que ocurría la confirmaba”. Bajo esta
justificación Popper rechazó las teorías verificacionistas y se acerco a la
teoría de Einstein.
La actitud objetiva representa que
el hombre de ciencia debe asumir una actitud de expectativa frente a su propia
teoría con respecto a los errores que la misma pueda tener, estar dispuestos a
buscarlos, aceptarlos e intentar corregirlos, Popper admira la posición
autocrítica de Kepler, que no pretende que su teoría todo lo explique y de forma
concluyente y absoluta, (Popper, 1995, p. 10) expone “su gran modestia ayudo a
Kepler –más que a los otros dos (Galileo y Newton) a ser conscientes una y otra
vez de sus errores, pudiendo aprender así que sólo podían superarse con las
mayores dificultades”.
Con respecto a la teoría marxista
afirma (Popper, 1994, p. 60) “Un marxista no podía abrir un periódico sin
hallar en cada página pruebas confirmatorias de su interpretación de la
historia; no solamente en las noticias, sino también en su presentación –que
se revela en el sesgo clasista del periódico y especialmente, por su puesto en
lo que el periódico no decía-, los analistas freudianos subrayaban que sus
teorías eran constantemente verificadas por sus observaciones clínicas... “ y
con respecto a Adler dice “le informé acerca de un caso que no parecía
particularmente adleriano, pero él no halló dificultad alguna para analizarlo
en términos de su teoría de los sentimientos de inferioridad, aunque ni
siquiera había visto al niño. Experimente una sensación un poco chocante y le
pregunté cómo podía estar tan seguro, “por mi experiencia de mil casos”,
respondió; a lo que no pude evitar de contestarle: y con este nuevo caso,
supongo, su experiencia en mil y un casos”
Con el análisis de tres teorías
consideradas por Popper como no científicas, subyace una crítica al método
inductivo, tal como reseña (García, 2001, p. 11) donde inicia el acápite “Popper
y la solución al problema de Hume: el rechazo de los métodos inductivos” con
una cita de Popper en el texto “Búsqueda sin término”, “así pues, la inducción
es un mito. No existe ninguna “lógica inductiva” y aunque exista una
interpretación lógica del cálculo de probabilidad, no hay ninguna buena razón
para asumir que esta “lógica generalizada”... sea un sistema de lógica
inductiva”
El problema de la inducción es
abordado por Karl Popper en varios de sus textos, en “la lógica de la
investigación científica” lo desarrolla con el objeto de declararlo como un
método no válido científicamente y no objetivo, por dar un salto argumentativo
lógicamente no correcto, (Popper, 1982ª, p 27) define la inducción como “una
inferencia cuando pasa de enunciados singulares (llamados, a veces, enunciados
particulares), tales como descripciones de los resultados de observaciones o
experimentos, a enunciados universales, tales como hipótesis o teorías”
A renglón seguido Popper invalida
tal pretensión de universalidad “desde un punto de vista lógico dista mucho de
ser obvio que estemos justificados a inferir enunciados universales partiendo
de enunciados singulares, por elevado que sea el número; pues cualquier
conclusión que saquemos de este modo corre siempre el riesgo de algún día ser
falsa: así cualquiera que sea el número de ejemplares de cisnes blancos que
hayamos observado, no está justificada la conclusión de que todos los cisnes
sean blancos”
Define Popper el problema de la
Inducción como “la cuestión acerca de si están justificadas las inferencias
inductivas, o de bajo que condiciones lo están... la cuestión sobre cómo
establecer la verdad de los enunciados universales basados en la experiencia”.
El problema de la inducción es interpretado por primera vez por Hume del cual
toma Popper para ampliarlo; Hume encontrara en la inducción un problema de
carácter lógico y otro de tipo psicológico.
(Popper, 1982b, p. 17-18) “Hume
estaba interesado por la condición del conocimiento humano... planteó dos
preguntas una lógica HL y una psicológica HPS, con la
característica importante de que sus respuestas chocan entre sí de la algún
modo”:
La pregunta lógica: “¿cómo se
justifica que, partiendo de casos (reiterados) de los que tenemos experiencia,
lleguemos mediante el razonamiento a otros casos (conclusiones) de los que no
tenemos experiencia?”.
La pregunta psicológica es la
siguiente: “¿por qué, a pesar de todo, las personas razonables esperan y creen
que los casos de los que no tienen experiencia van a ser semejantes a aquellos
de los que tienen experiencia?”.
Tales consideraciones de Hume, le
permiten a Popper construir una propuesta deductiva como método válido para el
conocimiento científico, es decir la inducción es no objetiva, la ciencia debe
de ser objetiva, el método deductivo es un método objetivo, si lo que busca la
ciencia es la objetividad, entonces el método de la ciencia es el método
deductivo; siendo la falsación el criterio de delimitación entre la ciencia y la
no ciencia.
Toda demostración de Popper contra
la inducción es para demostrar que carece de objetividad, en tal sentido las
tres teorías de Marx, Freud y Adler, se sustentan en argumentos inductivos. A
diferencia de la teoría de Einstein, donde su teoría gravitacional conducía a
la conclusión que la luz debía sufrir atracción de los cuerpos de gran masa,
precisamente de la misma manera en que son atraídos los cuerpos materiales,
argumenta (Popper, 1994, p. 60) que “lo impresionante en el caso mencionado
(Einstein) es el riesgo implicado en una predicción de este tipo. Si la
observación muestra que el efecto predicho está claramente ausente, entonces la
teoría queda refutada”.
El concepto de objetividad en
Popper se puede seguir también por medio del discernimiento sobre el método por
él propuesto y adoptado para los estudios de carácter científico, sin hacer la
distinción entre el método de las ciencias naturales y las ciencias sociales y/o
humanas. A la propuesta de unidad de método propuesta por Karl Popper se le
conoce como el “monismo metodológico”. Tal unidad de método es defendida desde
la teoría unificada de la tríada “problema, conjetura y refutación”.
El monismo metodológico propuesto
por Karl Popper, determina un criterio de objetividad general en el estudio de
las ciencias, ya sean naturales o sociales, en cuanto a la dinámica de problema,
conjetura e intentos de refutación; pero no indica ello que entre las mismas
no existan diferencias, por el contrario las diferencias en las mismas son de
gran significado, tal como se expresa en (Popper, 1981, p. 145) “No pretendo
afirmar que no existe diferencia alguna entre los métodos de las ciencias
teóricas de la naturaleza y de la sociedad; tales diferencias existen
claramente, incluso entre las distintas ciencias naturales, tanto como entre
las distintas ciencias sociales... pero estoy de acuerdo con Comte y Mill... en
que los métodos de los dos campos son fundamentalmente los mismos... el método
consiste en ofrecer una explicación causal deductiva y en experimentar por medio
de predicciones. Este ha sido llamado a veces el método hipotético-deductivo, o
más a menudo método de hipótesis, porque no consigue certeza absoluta para
ninguna de las proposiciones científicas que experimenta; por el contrario,
estas proposiciones siempre retienen el carácter de hipótesis de signo
tentativo, aunque este carácter pueda dejar de ser obvio después que se han
superado gran número de experimentos y pruebas severas”.
La actitud objetiva del científico
exige que en el proceso de experimentación y validación de la teoría, se
busquen elementos falsadores y no casos de confirmación que obedecen a una
actitud de ceguera intelectual, la actitud del hombre de ciencia debe de ser
una posición crítica. “Porque si no mantenemos una actitud crítica, siempre
encontraremos lo que buscamos: buscaremos, y encontraremos confirmaciones y
apartaremos la vista de cualquier cosa que pudiese ser peligrosa para
nuestras teorías favoritas, y conseguiremos no verla. De esta forma es demasiado
fácil conseguir lo que parecen pruebas aplastantes a favor de una teoría que,
si se hubiese mirado críticamente, hubiese sido refutada; con el fin de que el
método de la selección por eliminación funcione, y para asegurarse que sólo
las teorías más aptas sobreviven, su lucha por la vida tiene que ser severa.”
Se hace ciencia bajo la unidad de
método, sin que ello lleve a decir que es una sola la ciencia, tiene las
ciencias sociales sus características particulares que la distinguen de la
ciencia natural, así se expresa en (Popper, 1981, p. 155) “tendemos a comparar
lo que no es comparable; quiero decir, por una parte, situaciones sociales
concretas, y por otra, situaciones físicas experimentales artificialmente
aisladas”; se puede expresar que las situaciones artificiales aisladas de las
ciencias sociales, es una situación que no se dan en los procesos de
experimentación aislados, neutrales y sin consecuencias, una vez que sólo se
puede experimentar en la realidad, generando consecuencias esperadas e
inesperadas. Además se presentan dificultades de generalización, el individuo
en condiciones de aislamiento o cautiverio, adopta comportamientos diferentes
–antagónicos posiblemente- a los que adoptaría en un estado de libertad, el
hecho de verse en observación genera en el un cambio de actitud; frente a tal
concepción Desmon Morris, parte de estudios de etología para trasladar
afirmaciones en el hombre, tal como lo expresa en “El zoo humano” y “El mono
desnudo”.
En “La Responsabilidad de vivir”
(Popper, 1995, p. 17-41) detalla la conceptualización expuesta anteriormente,
para afirmar que si bien, hay elementos distintos en las ciencias naturales y
sociales, el criterio de objetividad exige para ambas el mismo tratamiento
“tanto las ciencias naturales como las ciencias sociales parten siempre de
problemas; de que algo despierta nuestra admiración, como decían los filósofos
griegos. Las ciencias utilizan el mismo principio para resolver esos problemas,
el mismo método que emplea el sano entendimiento humano: el método de ensayo y
error. Expresado con más exactitud: es el método de proponer tentativamente
soluciones de nuestro problema y después eliminar las falsas soluciones como
erróneas. Este método presupone que trabajamos con una pluralidad de
soluciones a modo de prueba. Una solución tras otra es puesta a prueba y
eliminada”
Se desarrolla el método en tres
pasos: el problema, los intentos de solución y la eliminación; el primer paso
surge para Popper en una escena de perturbación, donde las condiciones son
altamente subjetivas, el problema y su ubicación o creación es un punto del
individuo, donde actúa con toda su carga emocional, sin desconocer que aplica en
ella de igual forma su carga lógica y teórica; el segundo paso donde surgen los
intentos de solución, es decir, los ensayos para solucionar el problema, paso
que requiere un mayor grado de rigurosidad y objetividad, una vez que la
honestidad intelectual le exige que los constructos alternativos para la
solución de problemas se sometan a los más exigentes test de contrastación; el
último paso, denominado la eliminación o supresión es donde más cobra fuerza la
objetividad, donde el científico se desprende del aprecio por la teoría y se
convierte en su principal crítico, única lógica de la evolución del
conocimiento.
La teoría científica antigua
planteaba que la ciencia parte de observaciones, tal como lo muestra el camino
de generalizaciones: observación, sistematización de observaciones, intentos de
generalizar regularidades, contrastación de las regularidades y leyes-teorías;
argumenta Popper que dicho proceso es falso en la ciencia, pues en la ciencia
no se da ninguna observación sin antes tener un problema o situación
problemática que oriente la observación; de tal consideración parte la tríada
propuesta por Popper.
En la defensa del método crítico
donde Popper sustenta la tríada, problema, enunciado y corrección, resalta la
importancia del pensamiento objetivo, es decir el pensamiento formulado, que se
somete a la contrastación a través de la verificación negativa, al pensamiento
escrito preferiblemente le otorga el carácter de esencial para la ciencia; en
(Popper, 1995, p. 23) expone “mi tesis es que se trata de un paso enormemente
importante, un paso por así decir sobre un abismo, el que va desde mi
pensamiento, no pronunciado: “hoy lloverá” al mismo pensamiento pero expresado
en una proposición “hoy lloverá”. En un primer momento, este paso, la expresión
de un pensamiento, no parece en absoluto un paso, tan grande. Pero la
formulación lingüística significa que algo, que antes era parte de mi
personalidad, de mis expectativas y quizá de mis temores, ahora se presenta
objetivamente y, con ello, se hace accesible a la discusión crítica general. Y
la distinción es inmensa también para mí mismo. La proposición expresada, por
ejemplo, la predicción expresada, se separa de mi personalidad por medio de la
formulación lingüística. Con ello se hace independiente de mis estados de animo,
esperanzas y temores. Se hace objetiva el enunciado al expresarse y así, la
pueden afirmar tentativamente otros, pero también yo mismo, al igual que se
puede negar tentativamente; las razones en pro y en contra se pueden sopesar y
discutir; y puede llegarse a una formulación de partido en pro y contra la
predicción”
Lo que Popper considera pensamiento
objetivo lo desarrolla en la propuesta de los tres mundos; (Popper, 1982, p.
148) “El mundo consta al menos de tres sub-mundos antagónicamente distintos:
el primero, es el mundo físico o de los estados físicos; el segundo, es el
mundo mental o de los estados mentales; el tercero, es el de los inteligibles
o de las ideas en sentido objetivo, el mundo de los objetos de
pensamiento posibles: el mundo de las teorías en sí mismas y sus relaciones
lógicas, de los argumentos y de las situaciones problemáticas tomados en sí
mismos”.
El desarrollo de la teoría de los
tres mundos en Popper, nos muestra una distinción entre lo que es el mundo en
sí, el mundo subjetivo y el mundo objetivo; el mundo en sí permanece en sí, en
un lenguaje Kantiano, como el noúmeno, que es incognoscible al hombre, de él
solo podemos estudiar los fenómenos; el segundo mundo de las concepciones
individuales de pensamiento, mundo totalmente subjetivo, por su dependencia
exclusiva de la mirada del hombre y el tercer mundo es un mundo objetivo por su
validación Intersubjetiva de las concepciones inicialmente de carácter
individual.
En el acápite referenciado “La
teoría de la ciencia desde el punto de vista teórico-evolutivo y lógico”[8],
Popper presenta las siguientes tesis que fundamenta una orientación objetiva
de la actividad científica.
1.
Las ciencias naturales y
las ciencias sociales parten siempre de problemas.
2.
El esquema de tres etapas
(a- el problema, b- intentos de solución y c- eliminación) también es
aplicable a la ciencia.
En (Popper, 1973, p. 145-158) se
encuentra el siguiente análisis en defensa de la unidad de método: “voy a
proponer la doctrina de unidad de método; es decir, la opinión de que todas las
ciencias teóricas o generalizadoras usan el mismo método, ya sean ciencias
naturales o ciencias sociales... este ha sido llamado a veces el método
hipotético-deductivo, o más a menudo el método de hipótesis, porque no
consigue certeza absoluta para ninguna de las proposiciones científicas que
experimenta...” el método propuesto en la tríada problema, conjetura y
refutación, es fundamentalmente doble: de un lado enfrenta a otras teorías
para determinar su consistencia y la rigurosidad lógica de sus proposiciones y
por otro lado una verificación negativa de la realidad, es decir, una
contrastación empírica, tal como lo expone Popper “con el fin de que el método
de la selección por eliminación funcione, y para asegurarse que solo las
teorías más aptas sobreviven, su lucha por la vida tiene que ser severa”.
La objetividad se representa por
su sinceridad en la crítica a las teorías propuestas, aun a las teorías
propias. El método de ensayo-error es un método objetivo porque no dogmatiza
ninguna concepción teórica, no protege las construcciones intelectuales contra
evidencia que revele sus inconsistencias lógicas y empíricas, por el contrario
la tarea más importante del científico es buscar esas incoherencias de las
teorías, para falsearlas y avanzar en el conocimiento, en la búsqueda de una
hipótesis más fuerte.
En (Mardones, 1991, p. 94) se
encuentra en un apartado de Popper una cita de Hayek[9]
en la cual se hace una defensa de la unidad de método, “el físico que quiera
entender el problema de las ciencias sociales con la ayuda de la analogía tomada
de su propio campo tendría que imaginar un mundo en el que conociese por
observación directa el interior de los átomos y no tuviese la posibilidad de
hacer experimentos con pedazos de materia, ni l oportunidad de observar nada
más que las interacciones de un número comparativamente pequeño de átomos
durante un período limitado. Con su conocimiento de las diferentes clases de
átomos construiría modelos de las diversas formas en que estos átomos podrían
combinarse en unidades más grandes, y haría que esos modelos reprodujesen más y
más exactamente todas las características de los pocos casos en que pudiese
observar de cerca fenómenos complejos. Pero las leyes del macrocosmos que
pudiesen derivar de su conocimiento del microcosmos siempre serán deductivas;
casi nunca, dado su limitado conocimiento de los datos de la compleja
situación, le permitirían predecir con precisión el resultado de una
determinada situación; y nunca podría verificarlas mediante experimentos
controlados –aunque quizá quedasen refutadas por observación de
acontecimientos que según su teoría son imposibles”.
Objetividad y tercer mundo: un tema
que permite entender el concepto de objetividad en Karl Popper es la “tesis de
la epistemología sin sujeto cognoscente”, que parte de la teoría de los tres
mundos: el mundo de los objetos físicos, el mundo de los estados de conciencia o
estados mentales y el mundo de los contenidos de pensamiento objetivo,
especialmente de los pensamientos científicos y de las obras de arte.
Existen en la propuesta los
siguientes elementos a resaltar:
1.
Que el tercer mundo es el
mundo objetivo
2.
Que en el mundo objetivo no
solo se encuentran construcciones cinéticas, sino también poéticas y
artísticas.
3.
Que la existencia del
mundo objetivo es independiente de la existencias de los otros dos mundos, si
bien requiere de los dos mundos anteriores para su construcción, después de
creado es independiente y relativamente autónomo.
El tercer mundo expuesto por Popper
es muy amplio y su delimitación es un tanto ambigua, como elementos de tercer
mundo hacen parte del conocimiento objetivo, entre ellos se pueden encontrar,
(Popper, 1982b, p. 107) “entre los inquilinos de mi tercer mundo se encuentran
especialmente los sistemas teóricos y tan importantes como ellos son los
problemas y las situaciones problemáticas. Demostraré también que los
inquilinos más importantes de este mundo son los argumentos críticos y lo que
podríamos llamar –por semejanza con los estados físicos o los estados de
conciencia- el estado de discusión o el estado de un argumento crítico, así
como los contenidos de las revistas, libros y bibliotecas”
La anterior afirmación puede
conducir a una ambigüedad (parece dar un doble significado al término), en la
determinación del concepto de objetividad, una vez que se puede entender como
una actitud del científico en el proceso de desarrollo del conocimiento y
también como una construcción no sólo de los hombres de ciencia, sino una
creación humana, independiente perteneciente al tercer mundo. Lo que puede
ampliar la discusión del mundo objetivo o tercer mundo es la inclusión en el
mismo de las obras poéticas y las obras de arte, una vez que la validación por
objetividad científica sería posible en la tal caso a partir la
capacidad-potencia de la obra de ser interpretada.
Popper defiende la existencia y
autonomía del tercer mundo con la ayuda del siguiente ejemplo “todas las
maquinas y herramientas han sido destruidas, junto con todo nuestro aprendizaje
subjetivo, incluyendo el conocimiento subjetivo sobre las máquinas, las
herramientas y como usarlas. Sin embargo, sobreviven las bibliotecas y nuestra
capacidad de aprender en ellas. Está claro que, tras muchas penalidades, nuestro
mundo puede echar a andar de nuevo”.
La propuesta de la existencia de un
tercer mundo autónomo e independiente, le permite a Popper presentarlo como un
mundo objetivo y su estudio epistemológico como una actividad de carácter
objetiva, que se opone a la epistemología tradicional subjetiva centrada en el
segundo mundo (las concepciones derivadas del pensamiento cartesiano son un
ejemplo, donde la objetividad y búsqueda de verdad se centraba en encontrar
las “ideas claras y distintas). Entiende la epistemología como “la teoría del
conocimiento científico” y “el conocimiento científico pertenece al tercer
mundo, al mundo de las teorías objetivas, de los problemas objetivos y de los
argumentos objetivos”
El sentido del conocimiento
objetivo, se orienta al contenido objetivo y no a la actitud de pensar, lo que
indicaría que no es la actitud del hombre de ciencia o del hombre de arte o que
merece tal atributo; “el conocimiento en este sentido objetivo es totalmente
independiente de su creencia o disposición a asentir o actuar. El conocimiento
en sentido objetivo es conocimiento sin conocedor: es conocimiento sin sujeto
cognoscente”.
La propuesta de un tercer mundo
objetivo se resume en seis tesis, tres básicas y tres de apoyo:
Tesis básicas:
1.
La irrelevancia de una
epistemología subjetivista.
2.
La relevancia de una
epistemología objetivista
3.
Una epistemología
objetivista que estudia el tercer mundo contribuye a arrojar luz sobre el
segundo mundo de la conciencia subjetiva, pero la conversa no es verdadera.
Las tres tesis básicas, permiten
evaluar la preeminencia del tercer mundo como conocimiento de carácter
objetivo, la epistemología denominada por Popper como subjetivista, tiene gran
relación con la sociología y la sicología del conocimiento, que él denominaría
como la epistemología tradicional, que bajo su apreciación no puede recibir el
nombre de epistemología. Tal análisis permite advertir que la epistemología
es el estudio de los elementos del tercer mundo, sin estudiar las razones de su
origen y los factores extra-lógicos que lo fomentaron, impulsaron y
desarrollaron.
Tesis de apoyo:
1.
El tercer mundo es un
producto natural del animal humano, comparable a una tela de araña.
2.
El tercer mundo es autónomo
en gran medida, pero los hombres actúan sobre él y él sobre los hombres.
3.
Hay interacción entre el
hombre y el tercer mundo, existiendo una estrecha analogía entre el crecimiento
del conocimiento y el crecimiento biológico.
La preocupación por el estudio del
conocimiento en un sentido objetivo, llevó a Popper a marcar clara diferencia
entre la sociología del conocimiento y la lógica del conocimiento; para
distinguir entre ambas disciplinas y determinar la supremacía de la lógica de
las estructuras cognoscitivas sustenta las siguientes tres tesis:
1.
”Deberíamos tener siempre en
cuenta la distinción que hay entre los problemas relacionados con nuestras
contribuciones personales a la producción del conocimiento científico, por una
parte y los problemas relacionados con la estructura de los diversos productos,
como teorías o argumentos científicos, por la otra”.
2.
“Deberíamos constatar que
el estudio de los productos es mucho más importante que el estudio de la
producción, incluso para comprender la producción y sus métodos”
3.
“Podemos aprender más sobre
la heurística y la metodología e incluso sobre la sociología de la
investigación, estudiando las teorías y los argumentos en pro y en contra que
empleando un método directo conductista, psicológico o sociológico. En general,
podemos aprender muchísimo sobre el comportamiento o la psicología mediante
el estudio de los productos”
Las tres tesis anteriores de
Popper, refuerzan la importancia del tercer mundo, como un el mundo objetivo,
autónomo en gran parte e independiente en gran medida. La objetividad se
concentra entonces en el producto, en el conocimiento científico o en la obra
artística y no en el proceso cultural humano que dio origen y desarrollo al
mismo. Tal consideración permite identificar como “objetivo” al “tercer mundo”
y como “subjetivo” al “segundo mundo”. La inquietud puede hacerse sobre el
“primer mundo”, el cual es autónomo, independiente, pero de igual forma no
perceptible en su totalidad, se puede acercar al primer mundo desde la óptica de
Kant, como noúmeno, el cual permanece como la cosa en sí, tal como lo expone
(Jaramillo, 2001, p. 23) “aunque nuestro conocimiento es sólo de fenómenos, sin
embargo, Kant también postula –como objeto pensable, no cognoscible- una
realidad nouménica, la de la “cosa en sí” como “algo” completamente
independiente del sujeto”.
La autonomía del tercer mundo la
ilustra Popper en el siguiente ejemplo “un libro sigue siendo un libro –cierto
tipo de producción- aunque no se lea nunca”, el contenido continúa siendo
objetivo, aunque nunca sean consultados. Lo que nos indica que después de la
producción del conocimiento, el conocimiento mismo adquiere vida propia,
objetividad y autonomía; no requiriendo más del hombre para su existencia y su
objetividad, una vez que esa separación del pensamiento subjetivo es lo que le
da su carácter de conocimiento objetivo.
Bajo este enfoque el concepto de
objetividad no se relaciona de forma directa y proporcional con el de verdad;
una vez que el conocimiento objetivo puede ser verdadero o falso; si se
relaciona con el criterio utilitarista del conocimiento, una vez que el
conocimiento puede ser útil o inútil (en el momento), así se expresa en
(Popper, 1982b, p. 114) “lo que hace de algo un libro es la posibilidad o
potencialidad de ser comprendido, su carácter disposicional de ser comprendido
e interpretado o incomprendido y mal interpretado. Ahora bien, esta
potencialidad o disposición puede existir incluso sin ser actualizada o
realizada nunca”. De tales afirmaciones se desprende también, que el
conocimiento objetivo no pierde su condición de objetividad por el hecho que no
sea consultado, que no sea comprendido, que se haya incluso demostrado su
falsedad o porque sea reemplazado por una mejor construcción.
A pesar del “tercer mundo” ser una
creación del hombre, la misma alcanza su propio “campo de autonomía”, cada
conocimiento además creará nuevos hechos in-intencionados (espontáneos e
insospechados), nuevos problemas inesperados y nuevas refutaciones. “hay también
un efecto importantísimo de retroalimentación entre nuestras creaciones y
nosotros mismos, entre el tercer mundo y el segundo, ya que los problemas nos
impulsan a crear nuevas cosas”
La interrelación entre el “segundo
mundo” y el “tercer mundo” permite desarrollar el método propuesto por Karl
Popper para la evolución del conocimiento enmarcado en su racionalismo
crítico, así:
Surge el problema, se presenta una
teoría tentativa como alternativa de solución al problema, a través de la
falsación se eliminan o detectan los errores, lo que da como consecuencia el
surgimiento de nuevos problemas; estos nuevos problemas se pueden generar
involuntariamente fruto de las relaciones entre el problema inicial y las
teorías tentativas propuestas, que arrojan situaciones no planeadas y hasta
inesperadas.
La epistemología se convierte en la
teoría de la evolución del conocimiento, la teoría del progreso del
conocimiento, del aumento del conocimiento. Una vez que su función es estudiar
el conocimiento objetivo, la resolución de problemas, la construcción crítica y
la contrastación crítica de teorías conjeturales que compiten permanentemente
(revolución científica permanente, en términos Kuhnianos).
La meta del científico es
conseguir que las teorías propuestas sean altamente contrastables “nuestra
meta es conseguir teorías que sean no sólo interesantes intelectualmente y
altamente contrastables, sino también que, de hecho, hayan salido mejor paradas
que sus rivales de las contrastaciones rigurosas; que, por tanto, resuelven
mejor sus problemas y que den lugar a nuevos problemas inesperados y fecundos,
si su carácter conjetural se pusiese de manifiesto mediante su refutación”
Para Popper el “tercer mundo” es el
mundo objetivo, pero este mundo crece y evoluciona gracias fundamentalmente a
la honestidad intelectual de los científicos, que “intentan eliminar sus
teorías falsas, intentan dejarlas morir en su rincón. El creyente –hombre o
animal- perece junto con sus creencias falsas”. Es asimilable y comprensible
en el caso de la ciencia su evolución a partir de conjeturas y refutaciones.
Pero como aplicar dicho método (hipotético-deductivo) a las obras de arte y la
poesía, que Popper también incluye entre los inquilinos del tercer mundo. Pero
además surge un interrogante con respecto a la idea de verdad que el autor
identifica como “proximidad a la verdad” y al cual le da el nombre de
“verosimilitud”, a lo que se puede preguntar: ¿si la verdad no existe o el
hombre no la puede alcanzar y si la alcanza no podría advertir su existencia,
por qué es posible comprobar en una teoría un mayor contenido de verdad que otra
teoría?, dice Popper que es posible comprobar la falsedad de una teoría pero
no su verdad, ¿cómo puede decirse que una teoría es más verosímil que otras,
es decir, que tiene mayor “proximidad a la verdad” si la verdad no se conoce”
Se puede decir en términos
popperianos que el grado de verosimilitud de una teoría se determina por su
capacidad de resistir exitosamente genuinos test falsadores, es decir, que
frente a los auténticos intentos de falsación, la teoría ha respondido
favorablemente. Frente a tal apreciación se puede responder en términos de
Kuhn, donde la permanencia de una teoría provisional no mide la rigurosidad de
teoría, sino la capacidad de la comunidad científica para falsear la teoría en
cuestión o de proponer una teoría mejor –con mayor contenido empírico y/o
teórico.
En el texto “Conocimiento objetivo”
acápite “El problema de la comprensión”, Popper fundamenta la teoría de los
tres mundos en relación con la comprensión, “hermenéutica”, formulada para
las ciencias sociales, “partiré aquí del supuesto de que el problema central
de las humanidades es la comprensión de los objetos que pertenecen al tercer
mundo... la interpretación, en cuanto objeto del tercer mundo, será siempre una
teoría, como por ejemplo, una explicación histórica apoyada por una cadena de
razonamientos y quizá por elementos de juicio documentales”. Tal aseveración
permite continuar sustentando la unidad de método, la validación a través de
la falsación y la defensa de la libertad de pensamiento como criterio esencial
en el progreso científico y artístico; pero ante todo sostener que en las
ciencias sociales también el hombre construye conocimiento objetivo que se
representa en el tercer mundo.
El acto de comprender es entendido
por Popper como un acto subjetivo, pero expone que el mismo sólo puede
entenderse a través de las relaciones que se presenten en el “tercer mundo”
que es un mundo objetivo. Para lo cual presenta las siguientes tres tesis:
1.
“Todo acto subjetivo de
comprensión está engarzado en gran medida con el tercer mundo”
2.
“Casi todas las
consideraciones que pueden hacerse en torno a dicho acto consisten en señalar
sus relaciones con los objetos del tercer mundo”
3.
“Dicho acto consta
fundamentalmente de operaciones hechas con objetos del tercer mundo: operamos
con ellos casi como si fuesen objetos físicos”.
Objetividad y valoración: éste tema
es abordado en detalle en el título primero “las doctrinas anti-naturalistas
del historicismo” del libro “La miseria del historicismo”, donde Popper
presenta los siguientes comentarios:
“... cada observación está basada
en un intercambio de energía entre el observador y lo observado, esto lleva a
una incertidumbre, normalmente insignificante, en las predicciones físicas, que
se suele describir bajo el nombre de “principio de la indeterminación”. Es
posible mantener que esta incertidumbre es debida a una influencia mutua
entre el objeto observado y el sujeto observante, ya que ambos pertenecen al
mismo mundo físico de acción y de interacción”. Tal afirmación genera la
posibilidad de concebir en Popper una línea de subjetividad en la relación
sujeto-objeto, mucho más acentuada en las ciencias sociales, “nos enfrentamos en
el mundo de las ciencias sociales con una plena y complicada interacción o
influencia mutua entre sujeto y objeto”.
La explicación, predicción y
experimentación en las ciencias sociales tiene unas condiciones muy singulares,
por la influencia que el hombre puede ejercer sobre el hecho u objeto
“puede, en un caso extremo, incluso causar el acontecimiento que predice: el
acontecimiento podría no haberse producido en absoluto de no haber sido
predicho. En el otro extremo, la predicción de un suceso inminente puede llevar
a ser evitado e impedido...”. Tal afirmación permite analizar la
objetividad de las ciencias sociales y aún ubicarla en un puesto no
garantizado de imparcialidad, frente a tal situación, Popper de forma
categórica afirma “y esto no obsta para que en ambos casos observe el principio
que parece garantizar la objetividad científica: es decir la verdad y nada más
qué la verdad”. No se puede olvidar que tal frase puede ser contradictoria desde
varios puntos de vista; primero la verdad no se puede conocer y es posible que
no exista en términos absolutos, segundo, el conocimiento es objetivo
independiente de la verdad que puede tener la misma y tercero la objetividad es
una característica (la principal de los productos del tercer mundo) y su
existencia es independiente de la de los hombres, como no parece ocurrir en las
predicciones e intervención de los sujetos en las ciencias sociales.
El principio de objetividad que
subyace en la afirmación anterior, se asocia con el concepto de verdad, que
es un concepto problemático y que Popper lo desarrolla y lo aborda
utilizando el término verosimilitud; tal acepción de concepto de objetividad,
ligado al concepto de verdad presenta dos problemas: el primero, que puede
interpretarse como una contradicción con el concepto de objetividad entendido
como “honestidad intelectual”, y a la actitud crítica del científico frente a su
propia teoría y las de los demás y el segundo problema es que el concepto de
verdad es un concepto problemático en obra de Popper, teniendo tal concepto
diferentes acepciones, debiendo mucha de la claridad del mismo el autor a la
obra de Tarski (a quien dedica su libro “Conocimiento objetivo”.
El concepto de verdad desarrollado
por Tarski lo aplicó Popper a su formulación teórica, en tal sentido se
presentara un breve comentario de tal criterio de verdad, expuesto en el texto
“la concepción semántica de la verdad y los fundamentos de la semántica”
(1972); donde su principal problema es lograr una definición satisfactoria de
la verdad, que sea materialmente adecuada y formalmente correcta y se fija
además como objetivo, (Tarski, 1972, p. 10) “especificar las palabras o
conceptos que deseamos usar al definir la noción de verdad y también debemos
dar las reglas formales a que debiera someterse la definición”
En el trabajo desarrolla
criterios tales como:
1)
Una definición satisfactoria
de la verdad. Enunciado como el problema principal.
2)
“La extensión del término
verdadero”: orientando tal extensión a las oraciones, sin excluir
secundariamente a otra clase de objetos.
3)
“El significado del término
verdadero”: se acerca a la concepción aristotélica clásica de la verdad “decir
de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es falso, mientras que decir
de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero”.
4)
“Un criterio de adecuación
material de la definición”: a lo cual expone (Tarski, 1972, p. 16) “deseamos
usar el término verdadero de manera tal que pueda enunciarse todas las
equivalencias de la forma (T), y llamaremos adecuada a una definición de la
verdad si de ella se siguen todas estas equivalencias”; (T) dada por X es
verdadera si, y sólo si, p); donde X es el nombre de la oración y p es la
oración.
5)
La verdad como concepto
semántico: la semántica se ocupa de relaciones entre las expresiones
lingüísticas y los objetos; (Tarski, 1972, p. 18) “la manera más simple y
natural de obtener una definición exacta de verdad es la que acarrea el uso
de otras nociones semánticas, Ej. Satisfacción”.
6)
“Lenguajes con una
estructura especificada”: se hace necesario especificar la estructura del
lenguaje formal y el vocabulario del lenguaje en que se han de dar las
definiciones.
Con las orientaciones anteriores y
los criterios de “incoherencia de los lenguajes semánticos” y “lenguaje, objeto
y metalenguaje” logra formular una definición de verdad (Tarski, 1972, pp.
33-35) “llegamos a una definición de la verdad y de la falsedad diciendo
simplemente que una oración es verdadera si es satisfecha por todos los
objetos, y falsa en caso contrario... la concepción semántica de la verdad no
nos da por así decir, ninguna posibilidad de elección entre diversas
definiciones no equivalentes de esta noción”. La definición del concepto de
verdad permite extenderse para tratar otras “nociones”, importantes tales como:
satisfacción, designación y descripción.
Es claro al advertir que su
concepción de la verdad no es la correcta, ni la única posible; una vez que es
una noción que habrá que seguir trabajando, llegado a expresar y proponer que
(Tarski, 1972, p. 42) “no nos enfrentamos con un concepto sino con diversos
conceptos diferentes denotados por una palabra... debiéramos convenir en
usar diferentes términos para designar los diferentes conceptos”.
Popper aborda su concepción de la
verdad desde Tarski, al igual que en él se encuentra un fuerte aire popperiano
en los criterios de aceptación de una teoría empírica. (Tarski, 1972, p. 65)
“nos preguntamos si es razonable el siguiente postulado: -“una teoría
aceptable no puede contener (o implicar) enunciado falso alguno”-. La respuesta
a esta última pregunta es claramente negativa. Pues, ante todo, estamos
prácticamente seguros –sobre la base de nuestra experiencia histórica- que
toda teoría empírica aceptada hoy sería tarde o temprano rechazada o
reemplazada por otra teoría”, expresa de igual forma “Tan pronto como logramos
mostrar que una teoría empírica contiene (o implica) frases falsas, ya no puede
considerarse aceptable”
En el acápite “Teoría de la
verdad objetiva: la correspondencia con los hechos”, (Popper, 1994, pp.
272-279); se resalta el gran aporte de Tarski, “ la gran realización de Tarski
y la verdadera importancia de su teoría para la filosofía de las ciencias
empíricas residen, creo, en el hecho de que restableció una teoría de la
correspondencia de la verdad absoluta u objetiva, que se había vuelto
sospechosa. Reivindicó el libre uso de la idea intuitiva de la verdad como
correspondencia con los hechos. Gracias a la obra de Tarski, la idea de
verdad objetiva o absoluta, esto es, de la verdad como correspondencia con los
hechos; parece ser aceptada con confianza en la actualidad por todos los que
la comprenden.”
Le permite además a Popper hacer una distinción entre la ciencia pura y la ciencia aplicada “si deseamos dilucidar la diferencia entre ciencia pura y ciencia aplicada, entre la búsqueda de conocimientos y la búsqueda de poder o de instrumentos poderosos. Entonces no podemos prescindir de ella -noción de verdad-. Pues la diferencia es que, en la búsqueda de conocimiento, tratamos de hallar teorías verdaderas o al menos, teorías que estén más cerca de la verdad que otras, que correspondan mejor a los hechos; mientras que en la búsqueda de teorías que sean meramente instrumentos poderosos para ciertos propósitos, en muchos casos nos sirven muy bien teorías de las que sabemos que son falsas”
Verdad y objetividad: para abordar
el concepto de verdad en Popper, se puede lograr desde diferentes posiciones del
autor, para lo cual abordaremos únicamente dos puntos: el concepto de las
fuentes del conocimiento y el concepto de verosimilitud. De las fuentes del
conocimiento, se expondrán las principales tesis extractadas del artículo
“Fuentes del conocimiento y de la ignorancia” a saber:
1.
No hay fuentes del
conocimiento. Debe darse bienvenida a toda sugerencia, pero todas deben ser
sometidas a un examen crítico.
2.
La pregunta epistemológica
correcta no se refiere a la fuente sino más bien si la afirmación hecha es
verdadera. Es decir si concuerda con los hechos.
3.
Un procedimiento típico es
examinar si nuestras teorías son compatibles con nuestras observaciones.
4.
Tanto cualitativamente como
cuantitativamente la fuente de nuestro conocimiento que es, con mucho la más
importante –aparte de nuestro conocimiento innato- es la tradición.
5.
El punto anterior no quiere
decir que se defienda la actitud tradicionalista, pues toda parte de nuestro
conocimiento tradicional y aun el innato, puede y debe someterse a la crítica.
6.
El conocimiento no puede
partir de la nada, ni tampoco de la observación, el avance del conocimiento
consiste en la modificación del pensamiento anterior. Aunque por casualidad
tenga otra razón.
7.
Las epistemologías
pesimistas y optimistas están igualmente equivocadas. Denota que están
equivocadas las posiciones de quienes niegan toda posibilidad del conocimiento
por no poder justificar el mismo, como quienes creen en la posibilidad de
alcanzar conocimiento verdadero y absoluto; los optimistas epistemológicos se
dividen en dos corrientes los racionalistas y los empiristas; los racionalistas
consideran que lo único objetivo en el conocimiento son las ideas, que la verdad
está en la razón (Descartes); los empiristas por el contrario creen que la
verdad está en las impresiones que se dan a través de los sentidos, donde la
verdad se alcanza por medio de una lectura correcta del libro de la naturaleza
(Bacon).
8.
Ni la razón, ni la
observación son autoridades. La intuición intelectual y la imaginación son muy
importantes, pero no son confiables, pueden mostrarnos las cosas muy claras y
distintas pero conducirnos a error. La mayoría de las teorías son falsas,
por no decir que todas.
9.
Aunque la claridad es
valiosa en si misma, no sucede lo mismo con la exactitud y la precisión: puede
no valer la pena tratar de ser más preciso de lo que nuestro problema
requiere. La precisión lingüística es un fantasma; por lo que deben evitarse a
cualquier precio los problemas verbales.
10.
Toda solución de un
problema plantea nuevos problemas sin resolver, y ello es tanto más así cuanto
más profundo era el problema original y más audaz su solución.
En la sociedad el papel que juega
el hombre de ciencia es más influyente en su objeto de estudio, que la
influencia que se puede ejercer en las ciencias naturales, así se expone en
(Popper, 1981, p. 30) “por tanto, no debemos sorprendernos al ver que en las
ciencias sociales no haya casi nada parecido a la objetividad y al ideal de
búsqueda de la verdad que vemos en física. Es de esperar que nos encontremos
en las ciencias sociales con tantas opiniones como se puedan encontrar en la
vida social, tantos puntos de vista como hay intereses”. Aunque Popper
acepte este argumento historicista, no comparte que el mismo impida la
objetividad de las ciencias sociales, una vez que el análisis de los
elementos no objetivos pertenece al “historicismo” o a la “sociología de la
ciencia”, pero el estudio de la lógica de la ciencia conserva su posición
crítica y por tanto se centra en el conocimiento objetivo.
El segundo elemento en mención
además de las fuentes del conocimiento, es el concepto de verosimilitud, como
aproximación al concepto de verdad, representa el grado de cercanía de una
teoría en comparación con otra a la verdad, lo que se determina, por medio del
análisis de su “contenido de verdad” y su “contenido de falsedad”. Pero el
concepto de verosimilitud ha generado gran polémica como lo muestra (Moulines,
1997, p. 426-427) “como ha reconocido el propio Popper, su definición de
verosimilitudes es defectuosa, pues produce inconsistencias... el principal
problema es que dicho concepto, independientemente de la medida específica
que se dé, no resuelve el problema para el que el realista recurre a él...
debemos elegir las hipótesis mejor corroboradas, pero tiene nada garantiza
que corroboración y verosimilitud vayan de la mano. Es perfectamente posible
que hipótesis cada vez más corroboradas sea cada vez menos verosímiles. La
verdad sigue estando ausente de la investigación científica. Que la ciencia
avanza hacia la verdad es un supuesto injustificado y, por tanto gratuito. El
realismo de Popper es puramente testimonial...”
El profesor García, desarrolla “La
paradoja de la verdad variable”, para criticar fuertemente el concepto de verdad
y de verosimilitud expuesto por Popper, (García, 2001, p. 71-74) “permítanme
iniciar este apartado recurriendo a un símil gráfico. El propósito de la
ciencia consiste en aproximarse, tanto como sea posible a la verdad. Popper, y
con él muchos otros autores, han expresado su acuerdo al respecto, pero al
tiempo nos han advertido que la línea de llegada no se encuentra dibujada de
manera definitiva. Como en un universo en expansión, va modificándose de manera
permanente de modo que a lo único que realmente alcanzas las teorías es la
verosimilitud. Es como la carrera de Aquiles y la Tortuga: el veloz corredor
no consigue alcanzar a su lento adversario a pesar de sus crecientes esfuerzos;
si bien con cada momento que transcurre puede acercarse más. Se parece a la
zanahoria que, colgada unos centímetros adelante del hocico de un jumento
recalcitrante, le sirve como acicate para no desfallecer en su camino. En
una representación esquemática que Popper incluyó en su libro Conocimiento
objetivo aparece una diana en cuyo centro debe clavarse los dardos disparados
por las teorías. La idea, escribe el autor, “es acertar tanto como sea posible
en la región de la verdad”, pero olvidó decirnos que esos enunciados que
ocupan el espacio demarcado para la verdad, no permanece allí por siempre. Como
resultado de un fenómeno harto difícil de explicar, la ubicación de estos
enunciados en la región de la verdad es temporal. Conforme se transforman las
teorías científicas y surgen nuevos hallazgos, algunos enunciados abandonan
este campo y son reemplazados por otros, que pueden ser esencialmente nuevos o
haber sido reputados como falsos en el pasado“.
“El asunto se complica si tenemos
en cuenta que Popper ha hecho de la verdad un asunto intemporal. En sus obras
más recientes ha escrito que los enunciados son de una vez y para siempre
verdaderos o falsos. Tal sugerencia es correcta, nuestra comprensión del mundo
se vería afectada cada vez que seamos incapaces de descubrir con exactitud el
valor de verdad de los enunciados... el descubrimiento de la verdad se torna
en una meta que no puede alcanzarse jamás de manera efectiva... como no hay
verdad definida es posible prolongar el juego para siempre, pues cuando
pensemos haber acertado descubrimos que la meta se ha redefinido y que es
indispensable revisar y modificar nuestras jugadas, si queremos seguir
participando en él.”
Se culmina esta crítica con una
cita de Popper[10],
“existen verdades inciertas –incluso enunciados verdaderos que consideramos
falsos- pero no existen certezas inciertas. Como nunca podemos conocer nada con
seguridad, simplemente no vale la pena buscar la certeza; pero sí vale la pena
buscar la verdad; y esto lo hacemos principalmente buscando equivocaciones a
fin de poder corregirlas. Por ello la ciencia, el conocimiento científico, es
siempre hipotético: es conocimiento por conjetura. Y el método de la ciencia es
el método crítico: el método de búsqueda y eliminación de errores al servicio
de la verdad”.
También descarta Popper la
necesidad del conocimiento histórico como fundamental para la comprensión de
la estructura lógica de las teorías, “no necesitamos saber, además, cuál de
los planetas es el más viejo, o cuál entró en el sistema desde fuera: la
historia de la estructura, aunque sea interesante, en nada contribuye a
nuestra comprensión de su comportamiento y de su desarrollo futuro”
Con respecto a la sociología o
sicología del conocimiento, Popper presenta una consideración especial para las
ciencias sociales y el papel que juega la historia en la comprensión de las
mismas, lo que sería parte de su análisis objetivo, “es obvio que las
estructuras físicas difieren grandemente en este sentido de cualquier
estructura social; estas no pueden ser entendidas, ni su futuro predicho, sin
un cuidadoso estudio de su historia, aunque tuviésemos un conocimiento
completo de su “constelación” en este momento”
Las diferencias en el estudio de la
física y las ciencias sociales, se encuentra también en la posibilidad de
aislar el objeto de estudio, para extraer del mismo las conclusiones “los
experimentos sociológicos a gran escala nunca son experimentos en el sentido
físico. No están hechos para hacer progresar el conocimiento como tal, sino
para conseguir el éxito político. No son llevados a cabo en un laboratorio
aislado del mundo exterior; por el contrario, el mero hecho de que sean
llevados a cabo, cambia las condiciones de la sociedad. Nunca pueden ser
repetidos precisamente bajo las mismas condiciones, ya que estas condiciones
fueron cambiadas por su primera ejecución”, “... la situación puede haber
cambiado mucho antes de que nadie haya notado el cambio”.
La discusión que sostiene Popper
con los historicistas, implica no solo una refutación a tal concepción, sino
también un reconocimiento de muchas de las tesis por ellos defendidas, pero
que encierran una concepción de objetividad particular; para delimitar la
acepción del término, se transcribe la concepción del autor sobre el
historicismo, (Popper, 1981, p. 17) “entiendo por historicismo un punto de
vista sobre las ciencias sociales que supone que la predicción histórica es el
fin principal de éstas, y que supone que este fin es alcanzable por medio del
descubrimiento de los ritmos o los modelos, de las leyes o las tendencias que
yacen bajo la evolución de la historia”.
La disertación se agudiza con
respecto a la unidad de método o a la diferencia de método que debe utilizar
las ciencias naturales y las sociales; para argumentar la unidad de método
Popper expone “la sociología, como la física, es una rama del conocimiento que
intenta ser, al mismo tiempo empírica y teórica...” al definir qué se entiende
por empírico y por empírico, se determina que la objetividad en ambas
ciencias es alcanzada a través de la utilización del mismo método”
“Al decir que es una disciplina
teórica, entendemos que la sociología tiene que explicar y predecir
acontecimientos, con la ayuda de teorías o leyes universales (que intentan
descubrir); al describir la sociología como ciencia empírica, queremos decir
que ha de estar corroborada por la experiencia, que los acontecimientos que
explica y predice son hechos observables y que la observación es la base que
acepta o rechaza cualquier teoría propuesta”.
En la anterior afirmación de
Popper, subyacen los siguientes elementos problémicos; el sociólogo (o el
físico) no intentan descubrir leyes, bajo el lenguaje popperiano ellos
intentarían imponer leyes a la naturaleza (lo argumenta Popper desde la
concepción de Kant), (Popper, 1994, p. 237) “para decirlo en palabras de Kant
“Nuestro intelecto no extrae sus leyes de la naturaleza... sino que las
impone a la naturaleza” ... preferiría, expresarla en la siguiente forma
modificada –nuestro intelecto no extrae sus leyes de la naturaleza, sino que
trata –con diversos grados de éxito- de imponer a la naturaleza leyes que
inventa libremente”, una vez que no es objetivo el intento de descubrir leyes,
con la ayuda del método inductivo. Otro elemento problémico es la
observación sugerida Popper, la cual debe entenderse necesaria en el proceso
de validación de la teoría y no en su construcción; es decir, la teoría se
formula a partir de la utilización de un método deductivo y la observación
permite falsear cualquier teoría científica, en tal sentido no es cualquier
tipo de observación la que propone el autor, es una observación que se
centra en los hechos que evidencien el no cumplimiento de lo prescrito por
la teoría; la otra observación que busque confirmaciones de la teoría no es
una herramienta objetiva, pues esta búsqueda de elementos confirmatorios no
permite la evolución del conocimiento científico, una vez que la verdadera
validación de la teoría se logra con intentos reales de falsación.
Argumenta Popper la unidad de
método en la siguiente afirmación “cuando hablamos de éxito, en física,
pensamos en el éxito de sus predicciones; y el éxito de sus predicciones puede
decirse que es lo mismo que la corroboración empírica de las leyes de la
física. Cuando contrastamos el relativo éxito de la sociología con el éxito
de la física, estamos suponiendo que el éxito de la sociología consistiría, de
la misma forma y básicamente, en la corroboración de las predicciones. De aquí
se sigue que ciertos métodos –predicciones con la ayuda de leyes y el poner a
prueba las leyes por medio de la observación- tienen que ser a su vez comunes a
la física y a la sociología”.
La corroboración empírica de la
teoría ha de entenderse más que por el cumplimiento de las formuladas, porque
no se den los hechos que la teoría prohíbe. Pero la formulación de una unidad
de método no implica el desconocimiento de diferencias entre las ciencias
sociales y las ciencias naturales; pero tales disimilitudes no impiden que la
objetividad del estudio de las mismas se desarrolle en unos esquemas generales
de intentos de imponer leyes que determinen regularidades en los universales,
más que centrados en análisis de comportamiento de los singulares.
La objetividad es entendida en
Popper no sólo como un factor de tipo individual, sino como un factor de
carácter colectivo y social; el autor lo expresa en (Popper, 1981, p. 170-171)
“es interesante que lo que normalmente se llama objetividad científica se basa,
hasta cierto punto, en instituciones sociales. La ingenua opinión de que la
objetividad científica se basa en la actitud mental o psicológica del hombre de
ciencia individual, en su educación, cuidado y desinterés científico, genera
como reacción la opinión escéptica de que los hombres de ciencia no pueden
nunca ser objetivos. Según esta opinión, su falta de objetividad será
seguramente desdeñable en las ciencias naturales, en las que las pasiones no se
excitan, pero en las ciencias sociales, en las que quedan implicados prejuicios
sociales, preferencias de clase e intereses personales, puede ser fatal. Esta
doctrina, desarrollada con todo detalle por la llamada “Sociología del
conocimiento”, olvida enteramente el carácter social o institucional del
conocimiento científico, porque se basa en la ingenua opinión de que la
objetividad depende de la psicología del hombre de ciencia individual. Olvida
el hecho de que ni la sequedad ni la abstracción de una materia de estudio de
las ciencias naturales impide que la parcialidad y el interés propio influyan
en las creencias del hombre de ciencia, y que si tuviésemos que depender de su
desinterés, incluso la ciencia natural sería totalmente in-hacedera. Lo que la
sociología del conocimiento olvida es precisamente la sociología del
conocimiento, el carácter social o público de la ciencia. Olvida el hecho de
que es el carácter público de la ciencia y de sus instituciones el que impone
una disciplina mental sobre el hombre de ciencia individual y el que salvaguarda
la objetividad de la ciencia y su tradición de discutir críticamente las
nuevas ideas.
... como la investigación
científica de problemas sociales tiene necesariamente que influir en la
vida social, es imposible que el sociólogo que advierta esta influencia
mantenga la debida actitud científica de objetividad desinteresada. Pero no
hay nada privativo de la ciencia social en esta situación. Un físico o un
ingeniero físico están en la misma situación. Sin ser un sociólogo, puede darse
cuenta de que el invento de un nuevo avión puede tener una influencia
tremenda sobre la sociedad”.
En la afirmación anterior Popper
hace referencia al término de objetividad sin determinar efectivamente lo que
entiende por el mismo, aunque reconoce que no es una actitud desinteresada del
científico frente al conocimiento científico, deja la sensación de que la misma
es una actitud particular del hombre de ciencia, entendido no en el sentido
individual, sino en su condición cultural, de miembro de una sociedad. Pero esta
concepción dista mucho de la definición que da de “objetividad” desde la teoría
de los tres mundos, donde lo objetivo es una construcción teórica o artística
que se ha independizado del hombre después de ser creado, cobrando por sí misma,
autonomía e independencia.
Popper coincide con Hayek en la
defensa dela libertad como fundamento del hombre, la libertad como necesaria en
el progreso del hombre, así lo expone Hayek en sus obras “Camino de
servidumbre” y “fundamentos de la libertad”, donde la coacción solo puede ser
permitida, cuando se ejerce por parte del estado para evitar o reparar la
coacción que individuos ejercen sobre otros individuos; se expone que cualquier
intento de generalizar principios, valores y fines sociales, lo único que logra
es la tiranía del deber ser construido por un grupo de personas y que negaría
la opción que otros hombres asumieran su propio camino, asumiendo también sus
respetivas consecuencias, una vez que liberad no pueden existir sin
responsabilidad. Si asociamos el término libertad con el de objetividad,
entendiendo la objetividad desde actitud y no desde tercer mundo, se diría que
la objetividad requiere el máximo de libertad del hombre de ciencia para
investigar, de lo contrario el investigador es un constructor de teorías de
“falso conocimiento” o “ad hoc” con el propósito de justificar las acciones
presentes o futuras de quien cancela la investigación.
Popper en similar sentido al de
Hayek, expone que la ciencia no debe intentar controlar el factor humano, una
vez que si busca manipular la naturaleza humana, se sustenta tal intento en un
“capricho” de un grupo o un individuo, actitud contraria a la ciencia misma.
“Sin duda, la biología y la sicología pueden resolver o podrán pronto resolver,
“el problema de transformar al hombre”. Sin embargo, aquellos intenten hacer
esto destruirán inevitablemente la objetividad de la ciencia y de esta forma a
la ciencia misma, ya que ambas están basadas en la libre competencia del
pensamiento; es decir en la libertad; (en este sentido y aplicado a la ciencia
social, escribió el libro “La sociedad abierta y sus enemigos). Si se quiere que
continúe el crecimiento de la razón y que sobreviva la racionalidad humana,
nunca se habrá de intervenir en la diversidad de los individuos y de sus
opiniones, fines y propósitos (excepto en casos extremos, cuando la libertad
política esta en peligro); incluso la llamada, tan satisfactoria
emocionalmente, a una común tarea, por excelente que sea, es una llamada a
abandonar toda rivalidad de opiniones morales y la mutua crítica y discusión
causadas por esas opiniones. Es una llamada a abandonar el pensamiento
racional”.
La anterior consideración
popperiana expone la relación directa que existe entre la libertad y la
objetividad, entre la objetividad y el progreso del conocimiento, en tal
sentido, la racionalidad crítica exige la defensa de condiciones de libertad
como criterio fundamental para el desarrollo del conocimiento científico
objetivo. “El evolucionista que pide control científico de la naturaleza no
advierte lo suicida que es esta petición. El resorte y motor de la evolución y
el progreso es la variedad del material que puede llegar a ser objeto de
selección. En cuanto concierne a la evolución humana, lo es “libertad de ser
singular y distinto del vecino”, “de estar en desacuerdo con la mayoría y
seguir el propio camino”. El control holistico, que llevaría no a la
igualación de los derechos humanos, sino a la de las mentes humanas,
significaría el final del progreso”
El trabajo de Popper al enmarcarse
dentro de la línea de la lógica de la investigación, traza límites con la
historia de la ciencia y con los análisis que pretenden entregar a la historia y
a la sociología un papel más importante, que el de anecdotario de ensayos y
errores; situación que le permite al profesor Antonio Beltrán en la
introducción al texto de Kuhn “¿Qué son las revoluciones científicas?”, hacer
el siguiente comentario (Kuhn, 1995, p. 13) “pronto vendría Popper a crítica
las tesis centrales del empirismo lógico, defendiendo el falsacionismo contra
el verificacionismo, el método hipotético-deductivo contra la inducción y
proponiendo como problema básico el del crecimiento de la ciencia. Pero eso no
acercaba en lo más mínimo la filosofía de la ciencia a la historia de la
ciencia. Por el contrario Popper pone más énfasis aún en que ambas cosas no
sólo son distintas sino que la historia está subordinada a la filosofía de la
ciencia. Formulara así lo que llama “principio de transferencia”. Esta es una
de las joyas popperianas que luce así -“todo lo que es verdad en el dominio de
la lógica, lo es también en el método científico y en la historia de la
ciencia”-“
Lakatos expone que la historia debe
nutrirse de la filosofía de la ciencia y viceversa, para ello toma la frase de
Kant “la filosofía de la ciencia sin historia de la ciencia es vacía; la
historia de la ciencia sin filosofía de la ciencia es ciega”. Sus tesis las
presenta de la siguiente forma (Lakatos, 1983, p. 134) “se defenderá que: a) la
filosofía de la ciencia suministra metodologías normativas con las que el
historiador reconstruye la “historia interna”, ofreciendo de este modo una
explicación racional del crecimiento del conocimiento objetivo; b) dos
metodologías rivales pueden ser evaluadas con ayuda de la historia (interpretada
normativamente); c) cualquier reconstrucción racional de la historia debe
ser complementada mediante una historia externa (socio-sicológica)”. Tal
aseveración de Lakatos permite encontrar una diferencia con respecto a la
objetividad en el estudio de la ciencia; mientras para Popper la objetividad la
impone el estudio lógico de la investigación, desde el análisis de las
estructuras de las teorías y su validación; para Lakatos el estudio del
conocimiento objetivo exige un análisis desde la filosofía de la ciencia y
desde la historia de la ciencia.
Bajo la anterior concepción, Popper
considera objetivo los lineamientos desarrollados bajo los criterios lógicos,
que supeditan las demás consideraciones sobre la ciencia que se hacen desde
estudios diferentes a los de la lógica de la investigación científica; a lo que
el profesor Beltrán contrapone la afirmación de Koyré “la historia del
pensamiento científico no es enteramente lógica. Por eso, para comprender su
evolución hay que tener en cuenta factores extra-lógicos”[11]
La dicotomía puede superarse
delimitando las disciplinas y reconociendo en ellas de forma individual su
autonomía, su independencia y objetividad; formulando que tienen igual objeto
material de estudio “la ciencia”, pero cada una tiene un objeto formal de
estudio muy particular (filosofía de la ciencia, historia de la ciencia,
sociología de la ciencia, sicología de la ciencia); lo que permite además
potenciar el enriquecimiento teórico-práctico desde el diálogo igualitario y
no pretendidamente jerárquico entre las mismas; de donde se puede concluir que
no existe un mayor grado de objetividad en una de estas disciplinas de forma
per se y a priori, sino que cada una tiene su campo de acción específico y la
objetividad se determina a partir del estudio crítico de las mismas.
El trabajo conjunto entre
filosofía de la ciencia e historia de la ciencia no disminuye la objetividad
a ninguna de las dos disciplinas, por el contrario las puede fortalecer, como
se expone en (Kuhn, 1995, p. 19) “la historia de la ciencia puede contribuir a
salvar la brecha que hay entre los filósofos de la ciencia y la propia
ciencia, y puede ser para ellos una fuente de problemas y datos”.
El profesor Beltrán expone que las
consecuencias de la discusión en la que participa o inicia Popper frente a la
distinción entre la “lógica de la justificación” y la “lógica del
descubrimiento” o “contexto del descubrimiento” ha llevado a Popper a defender
argumentos que lo ubicarían en una actitud no crítica, contraría al modelo pro
el expuesto, en los comentarios siguientes del profesor Beltrán se evidencia
tal crítica donde analiza la reacción de Popper frente a la propuesta kuhniana,
que pone en tela de juicio la objetividad popperiana (Kuhn, 1995, p. 33-37)
“la reacción de Popper no fue una muestra de su racionalismo crítico que había
postulado, o quizá si lo fue. El hecho es que haciendo extensibles las
consecuencias que la inconmensurabilidad tenía en su lógica a las dimensiones
históricas y sicológicas, la rechazaba como un “dogma peligroso” e insistió
desde entonces, sin más, en la afirmación de la racionalidad y el progreso según
sus criterios. Al aceptar la existencia de la “ciencia normal” era para decir
que “el científico normal” tal como Kuhn lo describe, es una persona que habría
que compadecer. Parece que si el análisis lógico de los productos científicos
o la metodología popperiana consiste en esforzarse por elaborar unas reglas
metodológicas que nadie usa, para una ciencia que nadie hace, podemos
preguntarnos qué sentido tiene todo esto.” Cita Beltrán las posturas de Sneed,
Stegmüeller y Moulines entre otros, quienes encontraron sumamente importante la
obra de Kuhn y sobre Popper afirman “la versión de Popper o sus antecesores es,
efectivamente insostenible porque con su “imitación dela manera de proceder
matemático” utiliza un concepto de teoría inadecuado”
Feyerabend ha sido uno de los
grandes críticos de Popper, al respecto se presentaran unas de las críticas más
significativas que él presentó al racionalismo crítico en el texto “Diálogos
sobre el método”, donde con respecto a Popper dice que “no es un filósofo, es
un maestro de escuela” sobre la crítica de Popper a Freud y la admiración que
siente por Einstein, expone el siguiente comentario: “no ha existido nunca el
monstruo del “psicoanálisis” tal como es descrito por Popper. Cuando Freud
salió a la luz pública estaba solo. Tenía ciertas ideas que fue desarrollando,
contrastando y modificando. La teoría de Freud y Breuer constituye la primera
etapa de este desarrollo. Según esta teoría, la histeria se debe a eventos
traumatizantes y puede curarse ayudando al paciente a recordar y revocar
dichos eventos. La teoría no sobrevivió. Se descubrió que no siempre es
suficiente el recuerdo del evento y se descubrió además que las supuestas
curaciones sólo sustituyen unos síntomas por otros. En consecuencia, Freud
volvió a modificar su teoría. Luego, sus discípulos y colaboradores empezaron a
criticarle. Se consiguió así la sicología individual y la sicología de
Jung. La teoría de la relatividad nunca condujo a semejante proliferación de
puntos de vista ni a semejante plétora de críticas. Muy al contrario, cuando
la teoría especial de la relatividad tropezó con su primera dificultad,
Einstein no se impresionó por ello. Subrayó que la teoría era simple, que
tenía sentido para él, y que no estaba dispuesto a abandonarla. Posteriormente
ridiculizó a quienes se impresionaban por la “verificación producida por
pequeños efectos” como solía llamar, de forma un tanto irónica, a los
procedimientos de contrastación. Así que ya ve usted, la explicación que aduce
Popper de la situación histórica no profundiza mucho y es incorrecta incluso en
la superficie...”, “... lo que usted llama la “Teoría de Popper” constituye una
contribución a la teoría de la confirmación y no tiene nada que ver con la
ciencia”.
Continúa diciendo de Popper que
“los enunciados contrastantes son enunciados que supone han de obtenerse por
medio de experimentos o de la observación. Después de todo, Popper es un
empirista e insiste hasta la saciedad en ello... pues su Lógica de la
investigación científica, nos encontramos con enunciados generales y enunciados
singulares. Pero ahora no nos interesa esta deficiencia. Se trata de una
deficiencia susceptible de enmienda. Vamos a suponer en consecuencia, que el
modelo de Popper constituye una re-construcción correcta de una parte de la
ciencia; ello deja intacta la cuestión de si dicho modelo funciona en este
mundo... el problema es el siguiente. Si usted hace una generalización y no
encuentra evidencia alguna que la amenace, entonces puede usarla en alguna
tarea constructiva. Puede contrastarla, en el decurso de la contrastación
encontrará hechos nuevos y así aumentará gradualmente tanto su conocimiento
factual como su comprensión del mundo. Si después de 50 años se ve forzado a
abandonar su teoría debido a la evidencia en contra, no se habrá producido
ningún perjuicio, pues la teoría, aunque falsa, le ha ayudado a hacer avanzar
la ciencia... en nuestro mundo, las reglas de Popper son instrumentos
inadecuados para seleccionar teorías de modo racional”.
Con respecto a al objeto de la
ciencia Popper desarrolla un capitulo (Popper, 1994, p. 181-192), de donde se
sustentan las siguientes afirmaciones:
1.
Los científicos tienen
diferentes metas (pero por ello la ciencia no pierde objetividad), la ciencia
carece de metas.
2.
La ciencia consiste en dar
explicaciones satisfactorias de todo aquello que nos parece precisar una
explicación.
3.
Se deben rechazar como
insatisfactorias las explicaciones de tipo circular, por lo que se pide una
explicans (explanans) que sea contrastable independientemente.
4.
Con respecto a las
regularidades dice “las leyes de la naturaleza las pensamos, más bien, como
descripciones (conjeturales) de las propiedades estructurales de la naturaleza
–o de nuestro propio mundo-
5.
Concluye sobre el objeto de
la ciencia “la razón es que, una vez que se ha dicho que el objeto de la
ciencia es explicar y que la explicación más satisfactoria será aquella
contrastable y contrastada de hecho de un modo más rigurosa, sabemos todo lo que
necesitamos saber como metodólogos.
En Popper se pueden estudiar tres
aspectos fundamentales: el principio de demarcación, el rechazo a la
inducción-modelo alternativo de la deducción y el falsacionismo; los tres
elementos están relacionados con la objetividad de forma directa, a continuación
se presenta cada uno de estos tópicos y su interacción con la objetividad.
1.
El problema de la inducción
La vida cotidiana ha llevado al
hombre a que por “hábito o costumbre” se anticipe a hechos, o intente
interpretar sucesos pasados a partir de las enseñanzas de las experiencias
pasadas, en múltiples ocasiones las predicciones resultan acertadas, pero ello
no da certeza a la validez universal del método; el profesor (García, 2001, p.
13) expone sobre éste aspecto “creemos en estas leyes porque han actuado
durante miles de millones de años hasta el presente (o así nos parece), pero,
como lo insinúa Bertrand Russell un número cualquiera de casos en que se haya
cumplido una ley en el pasado “no proporciona evidencia de que se realizará
en el futuro”, la asociación de eventos pasados-futuro nos persuade de que en
el porvenir ocurrirán las cosas tal como ocurrieron antes, o cuando menos de
manera muy parecida”
La inducción conforme a lo expuesto
por Popper tampoco es un punto que permita la distinción entre ciencia y
no-ciencia, una vez que la verificación por inducción es una verificación
limitada a los hechos observados y no puede pretenderse la universalización de
las regularidades observadas con sentido universalista; en tal sentido la
inducción no es el método que permite la distinción entre la ciencia y la
metafísica; (Popper, 1994, p. 309) “La razón de ello es que el concepto
positivista de “significado” o “sentido” (o de verificabilidad, o de
confirmabilidad inductiva, etc.) es inadecuado para permitir esta demarcación,
simplemente porque no es necesario que la metafísica carezca de sentido para
que no pueda ser ciencia”.
En “La lógica de la investigación
científica” (Popper, 1982a, p. 29) resalta los problemas de la inducción e
invalida el intento de solución que ofreció Kant para superar el obstáculo
advertido por Hume “el principio de inducción tiene que ser un enunciado
universal. Así pues, si intentamos afirmar que sabemos por experiencia que
es verdadero, reaparecen de nuevo justamente los mismos problemas que motivaron
su introducción: para justificar éstas hemos de suponer un principio de
inducción de orden superior, y así sucesivamente. Por tanto, cae por su base el
intento de fundamentar el principio de inducción en la experiencia que lleva
inevitablemente, aun regresión infinita... Kant trató de escapar a esta
dificultad admitiendo que el principio de inducción (que el llamaba “principio
de causación universal”) era “valido a priori”. pero a mi entender, no tuvo
éxito en su ingeniosa tentativa de dar una justificación a priori de los
enunciados sintéticos”
Entre las objeciones más comunes
al principio de inducción pueden encontrarse las siguientes, (García, 2001, p.
14):
a.
La inferencia inductiva, no
importa cuan grande sea el número de casos particulares observados, no es
concluyente.
b.
El principio de inducción no
puede ser una verdad puramente lógica (como una tautología o un enunciado
analítico)
c.
El principio de inducción
tiene que ser un enunciado sintético, pero si se aceptase esta restricción,
caeríamos en incoherencias lógicas y finalmente nos veríamos llevados a una
regresión al infinito.
d.
La interpretación de la
inducción en términos de probabilidad no resuelve el problema. Conduce a un
regresus a la doctrina del apriorismo
e.
Aún sin la inducción es
posible resolver el problema de si el futuro será semejante al pasado
f.
“Es verosímil que el futuro
no sea muy diferente del pasado”, es una regla muy vaga y poco interesante,
además presupone una teoría del tiempo en la que éste se define como un
transcurrir homogéneo.
g.
Las proposiciones
universales, mediante las cuales se expresan las leyes de la ciencia, no son
empíricamente verificables.
Popper no acepta la inducción como
criterio de definición de la ciencia y
En el proceso epistemológico de
crítica a la inducción, hay que diferenciar dos elementos en el conocimiento, el
contexto de descubrimiento y el contexto de justificación; el segundo exige el
máximo de objetividad, coherencia, lógica y rigurosidad; el primero responde a
todos los factores extrínsecos e intrínsecos que confluyen en el surgimiento de
una teoría. Así bajo una orientación positivista extrema el desarrollo del
conocimiento científico se da en tres etapas: dos de ellas no científicas y una
científica, las cuales se denominan: Contexto genético (no científico), contexto
de validación (científico) y contexto pragmático (no científico).
2.
Criterio de Demarcación
El problema de la demarcación ha
preocupado a filósofos desde la época de Bacon, y desde tal época se ha creído
que el método experimental inductivo es el método de la ciencia y que la
distingue de la metafísica; entendiendo que la objetividad es utilizar el
método de la ciencia para descubrir sus verdades, Popper nunca aceptó tal
concepción, y por el contrario propuso la refutabilidad como criterio de
demarcación, (Popper, 1994, p. 312) “un sistema sólo debe ser considerado
científico si hace afirmaciones que puedan entrar en conflicto con las
observaciones y la manera de testar un sistema es, en efecto, tratando de
crear tales conflictos, es decir, tratando de refutarlo. Así, la testabilidad
es lo mismo que la refutabilidad y puede ser tomada igualmente, por lo tanto,
como criterio de demarcación”.
Se considera que el enfoque crítico
es la esencia de un método científico, la crítica es gradual, todos los intentos
de testar una teoría no son de igual dimensión, algunos son más rigurosos y
exigentes que otros, las teorías más precisas tienen un mayor riesgo potencial
de ser testadas, pero si no es testada tal teoría después de originales y
sinceros intentos de falsación, la teoría será más firme y sólida, no por ello
verdadera en términos absolutos. Lo que permite afirmar que la objetividad
también es cuestión de grado, las de mayor grado de objetividad son las que se
someten de forma más riesgosa a genuinos test falsadores y otras teorías que
son objetivas en un menor grado tienen predicciones menos riesgosas, lo que hace
que objetivamente tengan menor nivel.
3.
La Falsación
Frente a la imposibilidad lógica
de la inducción, queda que las teorías no son más que suposiciones; en tal
caso la actitud del científico se orienta a preferir entre las distintas
teorías alternativas que se presentan, frente a ello, Popper expone las
siguientes consideraciones, entendiendo que la falsación es también el criterio
de demarcación, que permite tratar las proposiciones científicas de la
seudo-científicas:
1.
“Está claro que el problema
de la preferencia surgirá fundamentalmente, en relación con el conjunto de
teoría rivales; es decir que se ofrezcan como soluciones a los mismos problema”.
Tal criterio permite advertir que Popper admite la existencia de teorías que
resuelven los mismos problemas, como coexistencia de teorías rivales, tal
coexistencia se presentará hasta que una de las teorías demuestre mayor
consistencia de las alternativas, a través de la resistencia a intentos de
falsación.
2.
“El teórico que se interesa
por la verdad, debe también interesarse por la falsedad, pues descubrir que un
enunciado es falso equivale a descubrir que su negación es verdadera”. La
falsedad de un enunciado no sólo permite descartar el mismo como verdadero,
sino que además, permite la evolución del conocimiento, descubrir la falsedad de
un enunciado, obliga al hombre de ciencia a construir nuevas teorías, más
consistentes y más resistentes a los auténticos intentos de falsación.
3.
“Si el teórico persigue
este fin (la falsedad), entonces descubrir dónde falla una teoría, además de
suministrar una información teóricamente interesante, plantea nuevos
problemas... toda teoría nueva no sólo tiene que tener éxito donde la teoría
anterior fue refutada, sino que debe de tener éxito donde lo tenía la teoría
anterior refutada, sino que debe de tener éxito también donde ésta fallaba...”.
Hay dos aspectos a resaltar, el primero que la falsación de una teoría genera
la posibilidad del avance del conocimiento y la falsación en sí ya es un
progreso, brindando la posibilidad de nuevos descubrimientos y segundo que una
nueva teoría que reemplaza a una anterior representa un progreso científico.
En Lakatos (1983, p. 18) se hace
referencia a la diferencia entre Popper y Kuhn con respecto a la lucha
permanente de los científicos por el derrocamiento de las teorías “Kuhn piensa
de otro modo. También él rechaza la idea de que la ciencia crezca mediante la
acumulación de verdades eternas. También él se inspira fundamentalmente en la
destrucción de la física newtoniana realizada por Einstein. También su
principal problema son las revoluciones científicas. Pero mientras que para
Popper la ciencia es una revolución permanente, y la crítica, la medula de la
empresa científica, para Kuhn las revoluciones son excepcionales y, en realidad
extracientíficas; en tiempos normales la crítica es un anatema”. Lo que además
puede indicar que para Kuhn la acumulación temporal es la oportunidad que tiene
la ciencia de crecer y progresar, pues si la ciencia fuera una revolución
permanente las teorías nunca alcanzarían a crecer cuando ya son refutadas, es
decir, en estado de párvulos las teorías serían falseadas.
4.
“Suponiendo que en el
momento t la nueva teoría no se ve refutada por una nueva
contrastación, también en otro sentido será mejor que la refutada”. Indica la
preferencia objetiva por las mejores teorías, una teoría no refutada es mejor
que una teoría que ya fue refutada, en el sentido que la no refutada permanece
con su categoría de teoría verdadera provisional.
5.
“El teórico apreciará tal
teoría, no sólo por su éxito y su posible verdad, sino también por su posible
falsedad...”. La teoría no falseada ofrece un doble atractivo, el primero su
condición de verdad provisional y segundo el desafío que representa para la
formulación de rigurosos y genuinos test que demuestren su falsedad.
6.
“La teoría nueva puede ser
falsa, como toda teoría no refutada. Por eso el teórico intentará por todos
los medios detectar cualquier teoría falsa en el conjunto de las competidoras
no refutadas; intentara cazarla...”. Es de resaltar que cuando Popper se refiere
a una teoría no refutada, habla de una teoría que puede ser falsa, es decir, no
toda teoría necesariamente será falsa, es posible que una teoría llegue a ser
verdadera en sentido absoluto, pero el hombre nunca podrá demostrar que una
teoría es verdadera; en términos de Popper si el hombre se encontrara con una
teoría verdadera, el nunca podrá saberlo; lo único que podrá decir es que tal
teoría no ha sido refutada aun.
7.
“Con este sistema de
eliminación podemos dar con una teoría verdadera. Mas a pesar de que sea
verdadera, este método no puede en ningún caso establecer su verdad, ya que el
número de teorías verdaderas posible sigue siendo infinito en cualquier
momento y tras cualquier número de contrastaciones cruciales...”. El criterio
de falsación permite identificar una teoría como falsa, pero nunca decir que
una teoría es verdadera, porque ello representaría anticipar el comportamiento
de la naturaleza y pensar que las condiciones que hoy se presentan continuaran
estando vigentes, además presupone que en su estudio se evaluaron todas las
variables posibles que intervienen en un hecho, cosa que es imposible.
8.
“El procedimiento descrito
puede conducir a un conjunto de teorías que compitan en el sentido de ofrecer
soluciones al menos a algunos problemas comunes, aunque cada una de ellas
ofrezca por su parte solución a diversos problemas que no comparten con
otras...”. En tal caso la evaluación y comparación de las teorías para la
elección de la mejor se hace con referencia al problema en común, siendo los
criterios objetivos de coherencia, consistencias y resistencia a las
refutaciones los elementos que permiten la preferencia por una de las teorías
en competencia.
Kuhn en este mismo punto de la
competencia de teorías, expone que en ciencias naturales es en ocasiones
excepcionales que se presenta la coexistencia de teorías rivales, una vez que la
comunidad científica más por factores sicológicos acepta e impone un paradigma
y la elección del mismo no garantiza efectivamente mayor consistencia,
coherencia y contenido teórico y empírico, una vez que el paradigma puede ser en
un momento dado, una teoría que ya ha sido refutada pero que la comunidad
científica no lo acepta de forma generalizada, por lo que se sigue trabajando
sobre la base del paradigma anterior.
9.
“El teórico puede estar
especialmente interesado en un momento t, en descubrir la teoría más
contrastable para someterla a nuevas contrastaciones...”. Una teoría no
refutada pero refutable es un desafió para la actitud honestad de un hombre de
ciencia, pues constituye un reto para demostrar la incoherencia que la misma
puede tener en su estructura lógica interna o en su contrastación con el mundo
empírico.
10.
“Sobre la mejor teoría se
ha supuesto que una buena teoría no es una teoría ad hoc, debe entenderse en un
problema concreto, por lo que tiene escaso interés teórico...”. Una teoría
científica tiene mayor atractivo en la medida que se pueda predicar para un
espacio empírico mayor y mientras más prohíba.
11.
“El método descrito puede
denominarse método crítico, es un método de ensayo y supresión de errores, de
proponer teorías y someterlas a las contrastaciones más rigurosas que podamos
diseñar...”. La posición de Popper ha sido en buena medida heredada de la teoría
de Darwin, en la cual la lucha por la supervivencia es vital, la lucha por
sobrevivir es una lucha a muerte.
12.
“Nada asegura que hayamos
de encontrar para cada teoría falseada una sucesora mejor”. El hecho que se
demuestre a través de un proceso de contrastación, la falsedad de una teoría no
quiere ello decir que los científicos inmediatamente tienen otra teoría que la
supere, para Popper dicha teoría hay que descartarla en el mismo momento en
que fue falseada. Kuhn en la misma situación diría que dicha teoría no es
descartada sino ante la presencia de una nueva teoría, porque el científico no
puede ejercer su actividad sino sobre un modelo y citando a Bacon expone que “es
mejor partir del error que de la confusión”.
13.
“Lo dicho hasta ahora
pertenece... a la lógica puramente deductiva... sin embargo, al intentar su
aplicación a las situaciones prácticas que surgen en la ciencia, chocamos con
problemas de distinta índole...”. la propuesta de Popper enmarcada en la lógica
deductiva es una respuesta a la crítica que se formula a la lógica inductiva;
pero su formulación lejos de ser dogmática reconoce la interacción y necesidad
de utilizar otros métodos en la construcción y validación del conocimiento.
En (Mardones, 1991, p. 186-188), se
presenta un resumen a manera de tesis sobre la concepción de ciencia de Karl
Popper, a continuación se presenta un resumen de las diecisiete tesis
expuestas:
1.
Todo conocimiento científico
es hipotético o conjetural
2.
El crecimiento del
conocimiento, y en especial del conocimiento científico, consiste en aprender
de los errores que hayamos cometido.
3.
Lo que podemos llamar
método de la ciencia consiste en aprender sistemáticamente de nuestros errores;
en primer lugar atreviéndose el hombre de ciencia a cometerlos, es decir
proponiendo nuevas teorías y en segundo lugar, buscando sistemáticamente los
errores cometidos, es decir realizar una búsqueda de errores mediante la
discusión crítica y el examen crítico de las ideas, propias y ajenas.
4.
Entre los argumentos más
importantes usados en la discusión crítica están los argumentos derivados de
los controles experimentales.
5.
Los experimentos son guiados
constantemente por la teoría, por semi-ideas teóricas de las que el propio
experimentador no es consciente...
6.
La llamada objetividad
científica consiste únicamente en la aproximación crítica; en el hecho de que si
tuviéramos prejuicios respecto a nuestra teoría favorita, cualquiera de nuestros
amigos o de nuestros colegas (o, falta de estos, alguno de los científicos de
la generación siguiente) estará ansioso por criticarnos, es decir, por refutar,
si puede, nuestra teoría favorita.
7.
Este hecho puede animaros a
intentar refutar vosotros mismos vuestra propia teoría; es decir, puede imponer
sobre vosotros una cierta disciplina.
8.
No obstante, sería un error
pensar que los científicos son más “objetivos” que el resto de la gente. Lo
que nos hace tender a la objetividad no es la objetividad o el desinterés del
científico particular, sino la propia ciencia o lo que podríamos llamar la
cooperación, al mismo tiempo amigable y hostil, entre los científicos, es decir,
su presteza para criticarse recíprocamente.
9.
Hay que añadir una
justificación metodológica del dogmatismo y los prejuicios de los científicos
particulares. Puesto que el método de la ciencia consiste en la discusión
crítica, es extremadamente importante que las teorías criticadas sean defendidas
tenazmente. En efecto, solo de este modo podemos saber cuál es su poder real; y
solo si las críticas encuentran resistencia, conoceremos plenamente la fuerza de
una argumentación crítica.
10.
La parte fundamental que
tiene en la ciencia las teorías, o hipótesis, o conjeturas, hace así que sea
importante distinguir entre teorías controlables, o falsables, y teorías no
controlable o no falsables.
11.
Solo es controlable una
teoría que afirme o implique que ciertos acontecimientos concebibles no
acaecerán de hecho. El control consiste en intentar, con todos los medios de
que podemos disponer, hacer que sucedan precisamente aquellos acontecimientos
que la teoría dice que no pueden suceder.
12.
Se puede decir, pues, que
toda teoría que pueda ser sometida a control veta que sucedan ciertos
acontecimientos. Una teoría habla de la realidad empírica solo en la medida en
que le impone límites.
13.
Por consiguiente, toda
teoría que pueda ser formulada así: “tal y tal cosa no sucede”.
Por ejemplo, la segunda ley de la termodinámica puede ser formulada: o existe
una máquina de movimiento continuo del segundo tipo.
14.
Ninguna teoría puede
decirnos nada sobre el mundo empírico a menos que, en principio, sea capaz de
entrar en colisión con el mundo empírico; eso significa exactamente que debe
ser refutable.
15.
La controlabilidad tiene
grados: una teoría que afirme mucho y por lo tanto, asuma riesgos más grandes,
se puede controlar mejor que una teoría que afirme muy poco.
16.
Análogamente, los controles
pueden ser graduados, según sean más o menos severos. Por ejemplo, los
controles cualitativos son por lo general menos severos que los cuantitativos, y
los controles de las predicciones cuantitativas más precisas son más severos que
los controles de las predicciones menos precisas.
17.
El autoritarismo en la
ciencia iba unido a la idea de fundamentar, es decir, probar y verificar las
teorías. El enfoque crítico va unido a la idea de someter a controles, o sea,
de intentar refutar o falsar, las conjeturas.
De lo expuesto por Mardones, se
puede deducir el siguiente comentario con respecto a la objetividad en Popper:
el conocimiento nunca puede asimilarse como definitivo e inmodificable, es una
actitud objetiva del hombre de ciencia analizar todo conocimiento científico,
desde su carácter conjetural; la actitud del científico debe ser siempre la de
aventurar conjeturas riesgosas y ponerlas a prueba, una vez que Popper comparte
con Kant que el hombre no descubre leyes en la naturaleza, sino que impone sus
leyes a la naturaleza, a través del método deductivo, en la formulación de
hipótesis.
Es de analizar la tesis seis en
detalle “la llamada objetividad científica consiste únicamente en la
aproximación crítica” la denota como un comportamiento del hombre con respecto a
las teorías y no se enfoca a determinar la objetividad en la teoría misma, como
lo representa Popper en la tesis de los tres mundos, que referencia el mundo
objetivo, como el mundo construido de teorías por el hombre. Tal consideración
corrobora la ambigüedad de Popper con respecto al concepto de objetividad, el
cual es confuso y no claro ni en su determinación, ni en su definición.
La tesis ocho expone “... sería un
error pensar que los científicos son más “objetivos” que el resto de la gente”,
enfocando que la objetividad se determina por “la presteza para criticarse
recíprocamente”; tal afirmación es una muestra adicional, de la relación que se
hace de objetividad con el comportamiento del científico, comportamiento que
puede enmarcarse en el mundo dos, es decir un mundo subjetivo, pues bajo lo
expuesto por Popper el único mundo objetivo es el mundo tres. Culmina con la
tesis diecisiete de donde se desprende que los intentos por verificar
positivamente la teoría son subjetivos y pertenecen a la epistemología
tradicional, mientras que la postura crítica pertenece a la epistemología actual
(popperiana) y responden a un comportamiento objetivo.
Conclusiones:
El criterio de objetividad en
Popper no es un criterio que se halla desarrollado de forma sistemática e
individual, razón que obliga a rastrearlo en toda su obra. Razón posible de la
ambigüedad con la que se aborda el concepto en la obra de Popper. Este punto
(objetividad) es abordado por lo menos desde dos puntos de vista, que si bien
no son antagónicos y si posiblemente complementarios, dejan dudas sobre el
mismo; situación que puede implicar una conceptualización particular para lo
entendido como: ciencia, método, metodología y epistemología, entre otros
conceptos.
Primero: la primera acepción a la
que se puede asociar la objetividad es a la actitud del científico, para Popper
es una actitud crítica la que define la posición objetiva del científico.
Elemento asociado con el criterio de demarcación y con el método crítico de la
falsación; donde se exige por parte del hombre de ciencia, una actitud honesta
frente a sus construcciones intelectuales (conjeturas e hipótesis), donde se
busca sinceramente puntos que permitan refutar la teoría; posición contraria con
la actitud subjetiva y seudo-científica donde el hombre de ciencia se encargaría
de buscar hechos que garanticen evidencia positiva a su teoría y aun buscaría a
cualquier precio ocultar la evidencia en contra de su teoría.
Segundo: una segunda acepción del
término objetividad es la asociada a la teoría de los tres mundos y en
particular con el tercer mundo, es decir con el mundo que él denomina objetivo.
Bajo tal concepción lo objetivo no se asocia a una actitud del científico, que
puede calificarse como parte del segundo mundo, es decir del mundo subjetivo,
así lo objetivo es una construcción del hombre, pero que tiene vida propia y
su dinámica no obedece a la concepción subjetiva de ningún hombre en
particular, ni aun de su o sus creadores. El mundo tres es un mundo autónomo que
interactúa con el mundo subjetivo, es decir con el mundo dos, se implican ambos
mundos e interactúan permanentemente, transformándose de forma continua, no por
un hombre, sino por una cultura.
Otros puntos que se pueden
dilucidar bajo el criterio de objetividad son los temas centrales de la obra de
Popper: la inducción es considerada un método no objetivo, por no tener una
justificación lógica posible, por el contrario el método deductivo propuesto por
Popper es considerado un método objetivo, una vez que tiene una validez de
carácter lógica. Un criterio de validación por verificación es no objetivo, una
vez que convierte al hombre de ciencia en un defensor dogmático de su teoría, en
un buscador incansable de evidencia positiva y en un encubridor de evidencia
negativa que ponga en tela de juicio o riesgo su teoría. Tal orientación
permite también definir su criterio de demarcación el cual es definido a partir
de su método falsacionista a partir la deducción; así la objetividad se
identifica con los enunciados de carácter científico, es decir con las teorías
que tienen un conjunto de elementos falsadores posible no vacío.
El concepto de ciencia también es
afectado por la definición y orientación que tenga el criterio de objetividad;
si se entiende la objetividad desde la actitud del científico, calificada como
una actitud crítica y honesta frente a las teorías propias y ajenas; la ciencia
es definida como una actividad del hombre, sistemática y rigurosa, que arroja en
su trasegar dialéctico y sincrónico, unos resultados que se denominan las
conjeturas, leyes o teorías científicas. Pero si se entiende la objetividad
desde la teoría del mundo tres, se relaciona con las construcciones científicas
independientes, con los productos ya establecidos y terminados; la ciencia sería
entonces el conjunto de teorías, leyes e hipótesis formuladas por los hombres
ciencia independiente de los factores que influyeron en su construcción, así lo
muestra la defensa de la lógica de la ciencia, por encima de la historia y la
sico-sociología del conocimiento científico.
Bajo cualquiera de las dos
concepciones que se aborde la objetividad, debe entenderse en el sentido de la
creencia fiel en el progreso de la ciencia, en la confianza de la razón y en la
fe de que el conocimiento científico, si bien no es un conocimiento cierto, si
es el mejor conocimiento para el hombre. Popper no es utilitarista en el
sentido científico, una vez que el conocimiento objetivo existe independiente de
su verdad o de su utilidad y su comprensión, existe aunque no sea leído e
interpretado por ninguno, pero es conocimiento científico por su capacidad en
potencia de ser comprendido; a pesar de ello Popper confía en que la
objetividad del hombre le permitirá construir un mundo mejor, una vez que así
título una de sus últimas obras; confía en que la libertad es un derecho de los
hombres y que la objetividad científica exige la libertad de los hombres y si
bien la libertad no garantiza que se adopten y tomen las mejores decisiones, si
es mucho mejor que cualquier tipo de totalitarismo.
La objetividad es para Popper una
idea reguladora fuerza, que permanece a lo largo de toda su obra, como actitud,
como proceso, como producto, como deber ser; por ello se asocia a todos los
conceptos, a la verdad, al método, a la utilidad, a la libertad, el criterio de
falsación; razón por la cual aparecerá en todos sus escritos y obras.
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[1] (Moulines, 1997, p. 428) “el Modus Tollendo Tollens sin corroboración es vacío, el Modus Tollens con corroboración es inducción (Salmon, 1966, p. 160)” muchos como Salmon, han acusado a Popper de ser un inductivista encubierto, pues su grado de corroboración es después de todo una medida de apoyo y evidencia. Popper rechaza la acusación e insiste en que su medida no pretende decir nada del rendimiento futuro o fiabilidad de las hipótesis.”
[2] Suppes, Patrick y Hill, Shirley. Primer curso de lógica matemática. Bogotá: Reverté, 1983.
[3] El criterio de verdades a priori y a posteriori es abordado por Kant en “La crítica de la razón pura” y “Prolegómenos a toda metafísica del porvenir”
[4] Weber, Max. La objetividad cognoscitiva de la ciencia social y de la política social. Ensayos sobre metodología sociológica. Amorrortu: Buenos Aires, 1978.
[5] Para el análisis se transcribe un párrafo del “Manifiesto del partido comunista”, orientación a la cual Popper hará referencia “La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases. Hombre libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna”
[6] Del psicoanálisis Freud expone “la finalidad del tratamiento puede concentrarse en procurar al sujeto, por medio de la supresión de las resistencias y el examen de sus represiones, la más completa unificación y el máximo robustecimiento posible de su Ego, ahorrarle el gasto psíquico exigido por los conflictos internos, hacer de él lo mejor que se pueda con arreglo a sus disposiciones y capacidades, y hacerle así capaz de rendimiento y de goce. La supresión de los síntomas no es considerada como un fin especial, pero se logra siempre, a condición de practicar debidamente el análisis, como un resultado accesorio. El analista respeta la peculiaridad del paciente, no procura manifestarla conforme a sus propios ideales, y le es muy grato ahorrarse consejos y despertar en cambio la iniciativa del analizado”
[7] Adler al igual que Jung, son de los primeros discípulos de Freud, publicó en 1907 su trabajo titulado “La teoría de la inferioridad de los órganos”, años más tarde rompe con Freud y funda su propia escuela, al igual que lo hiciera Jung. “El pensamiento de Adler se apoya básicamente en dos teorías: la de la tendencia a compensar el sentimiento de inferioridad y la de la agresividad innata con que se refuerza esta tendencia... el hombre, dice trata durante toda su vida de alcanzar el poder, esta visión del hombre está muy cerca de la filosofía del alemán Nietzsche –muerto en 1900- para el cual, la existencia es “voluntad de poder”, entendida sobre todo en sentido biológico y que desecha todo sentimiento moral.
[8] Popper, Karl. Conferencia radiofónica para la NDR, 7 de marzo de 1972 (Popper, 1995, p. 17)
[9] Hayek es un influyente escritor para la fundamentación del neoliberalismo, entre sus textos más conocidos se encuentra “Camino de servidumbre” (1946), “Los fundamentos de la libertad” (1959) y “La desnacionalización del dinero” (1976)
[10] Popper, K. R. En busca de un mundo mejor. Barcelona: Paidos, 1995. p. 12.
[11] La obra de Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, es profusa en este tipo de ejemplos y análisis, donde se argumenta que la ciencia se desarrolla a partir de valores, gustos, preferencias y hasta mitos; en tal sentido hay que analizar la comunidad científica que comparte un paradigma, o que fruto de un elevado número de anomalías acepta la crisis del paradigma, presentándose así una crisis de modelo y generando una revolución científica que puede terminar con el cambio de paradigma, casi como si fuera un cambio místico.