En: Hernández, Acacia y Padrón, J. (1997): Referencias Básicas en la Producción de una Tesis Doctoral. San Juan de Los Morros: Colegio de Economistas.


 

 

 

 

 

Qué es y qué no es una Tesis Doctoral

Características del Texto Académico. Criterios de diferenciación de una Tesis: Tesis Doctoral, Tesis de Maestría y Tesis de Pregrado. “Tesis” versus “Ensayo”, “Monografía” y otros documentos. Criterios de adecuación.


 

Información General

En esta unidad se recoge la información referida a lo que finalmente es la ‘producción escrita’ de todo el trabajo de investigación. Encontramos en el mercado una buena cantidad de libros y manuales que intentan explicarnos ‘cómo se redacta una tesis’. Sin embargo no podemos pasar por alto ciertas normas y condiciones que proponen las comunidades académicas, las cuales finalmente orientan la correcta presentación de los trabajos de investigación. Tómense en cuenta las siguientes ideas centrales:

(i) Los resultados de todo trabajo de investigación se difunden bajo ciertas condiciones textuales que hacen posible su acceso a una comunidad académica.

(ii) El lenguaje utilizado para la presentación de los resultados de un trabajo de investigación es diferente de los lenguajes utilizados en textos didácticos, periodísticos, literarios, culturales, etc.

(iii) Los trabajos de investigación tienen una forma característica de diseminación.

(iv) Todo trabajo de investigación debe ser susceptible de crítica y de detección de errores. Por tanto, cualquier cosa que oculte los posibles errores o que evada la posibilidad de crítica descalifica el texto de investigación (por ejemplo, las metáforas poéticas e imágenes literarias, las ambigüedades, etc.).

Observación 1: Criterios de diferenciación de una Tesis Doctoral

            Hay una frecuente confusión entre palabras tales como ensayo, monografía, tesis, ponencia, trabajo de ascenso, artículo, investigación, etc. La dificultad para diferenciar unas cosas de otras está en que ellas pertenecen a criterios distintos, a niveles de análisis que son diferentes, lo cual prohibe “meter todo en un mismo saco”. La confusión sobreviene cuando pretendemos establecer definiciones comparativas entre cosas que resultan incomparables entre sí porque pertenecen a niveles o criterios clasificatorios diferentes (como, por ejemplo, cuando queremos comparar un león con un mamífero o una poesía con un chiste, etc.).

            Partamos de considerar lo que son, en general, las obras o producciones de lenguaje público[1], sin todavía pensar en el hecho académico ni en el concepto de tesis. Un primer criterio amplio que resulta significativo para diferenciar entre sí todas las posibles producciones de lenguaje público es la macro-intención sociocontextual, según la cual tenemos, por lo menos, tres grandes clases: las producciones con macro-intención de recrear o entretener, en un contexto de diversión o esparcimiento (las piezas cómicas y humorísticas, por ejemplo), las producciones con macro-intención literaria, en un contexto de creación estética (poesía, relato, ensayo… o los géneros literarios en general etc.) y, finalmente, las producciones con intención cognoscitiva, en un contexto informacional de producción y transmisión de conocimientos donde a su vez, podríamos diferenciar entre producciones de intención cognoscitiva general o medianamente especializada (noticias, obras divulgativas, obras didácticas e instruccionales, etc.) y producciones cognoscitivas de intención específica o altamente especializada, donde propiamente se hallan las producciones académicas (Tesis, Monografías, etc.).

Lo relevante de este criterio de las macro-intenciones sociocontextuales está en que nos permite diferenciar y ubicar varias de las palabras de la lista que aparece al principio. Por ejemplo, las Monografías, las Tesis, las Investigaciones, etc. pertenecen al rubro académico, mientras que las poesías, las novelas, los chistes…, pertenecen a otros rubros.

En cuanto al Ensayo, debemos distinguir entre ensayo literario y ensayo académico, ya que su uso es ambiguo, tal como se infiere de la siguiente definición en la Enciclopedia Grolier:[2]

El ensayo, la más flexible de todas las formas literarias, ofrece al escritor la máxima libertad con respecto a la selección del tema, la extensión de la obra y el estilo de expresión. Un ensayo puede ser formal o informal, personal o impersonal, altamente organizado o errático, divertido o didáctico, serio o satírico.

Es decir, un ensayo podría ser cualquier cosa, en realidad. Por eso resulta conveniente distinguir entre el ensayo común o literario, que fue el propuesto originalmente por Miguel de Montaigne (a fines del siglo XVI, a raíz de sus escritos sobre los vaivenes de la vida y de su mundo circundante, titulados precisamente “Ensayos”) y el ensayo académico, al modo de Bacon y Hume, que vendría entonces a ser sinónimo de la “Monografía”. El ensayo literario, aunque ubicado dentro de la macro-intención cognoscitiva, pertenecería más al rubro informacional general, mientras que el ensayo académico o la monografía pertenecerían al rubro informacional especializado, es decir, a la esfera de la actividad científica.

Y, precisamente, la actividad científica se caracteriza por definir procesos de producción de conocimientos, lo cual es sinónimo de “Investigación”. En otras palabras, la “Investigación” no define ningún tipo de producción escrita, no se refiere a ningún documento, sino a un proceso. Así que podríamos decir entonces que la producción lingüística que se halla dentro del rubro de las macro-intenciones cognoscitivas especializadas o académicas queda caracterizada por los procesos de investigación, en el sentido de que, cuando un proceso de investigación pasa a ser comunicado, entonces se genera un documento particular, una producción lingüística académica. Allí tienen lugar entonces las monografías, las tesis, los artículos académicos, los trabajos de ascenso universitario, las ponencias académicas, etc. Por tanto, es absurdo contraponer, por ejemplo, “investigación” y “monografía”, ya que tanto las tesis como los ensayos académicos o los trabajos de ascenso universitario pueden o no haberse generado de un proceso de investigación. El término Investigación remite a un tipo de procesos, a una caracterización abstracta, mientras que el término Tesis o Monografía remiten a un documento escrito, a un objeto concreto.

Podemos entonces, en general, decir que las monografías son un tipo particular de documento que se genera a partir de procesos investigativos y que ocurren en contextos académicos. Monografía es el término más abarcante que suele utilizarse para definir documentos académicos típicos, de modo que tanto las tesis como las ponencias, los trabajos de ascenso, los artículos especializados, etc., vienen a ser trabajos monográficos[3]. De hecho, según se reseña en la historia de las universidades, las monografías fueron uno de los principales elementos que distinguieron el quehacer científico, junto a los laboratorios y los seminarios[4].

Ahora bien, dentro de esta amplia gama de documentos monográficos (o de ensayos académicos) existe una variada gama, ya que los procesos investigativos o los contextos académicos generan muchas formas de comunicación. Y para clasificar esa variada gama debemos contar con ciertos criterios. Los dos criterios que siguen parecen relevantes y suficientes:

- La Situación socio-espacio-temporal:

Una primera situación típica es aquélla en que el académico aspira a un escalafón superior y, en consecuencia, tiene que someterse a una evaluación, para lo cual presenta un estudio monográfico que suele llamarse “Trabajo de Ascenso”. Esta expresión, entonces, no remite a ningún tipo de investigación ni a ninguna forma documental especial. Sólo remite a un marco situacional. Si dicho trabajo de ascenso es descriptivo, explicativo…, teórico o empírico…, experimental o documental…, etc., ya es otra cosa que dependerá de otro criterio, que veremos luego. Pero de por sí, la expresión en referencia sólo alude a un situación pragmática y no a otra cosa.

Una segunda situación es aquélla en que el académico aspira a un título universitario y, en consecuencia, debe someterse también a una evaluación. Presenta entonces un documento que suele llamarse “Tesis”. Esta expresión remite también, exclusivamente, a una cierta situación y no a una forma documental en sí misma. De hecho, hay carreras universitarias en que la tesis carece de exigencias científicas o académicas (por ejemplo, aquéllas que admiten un film o una obra literaria como tesis), mientras que en otras las exigencias científicas son muy altas.

Una tercera situación es aquélla en que el académico asiste a un encuentro, jornada o evento en que se ventila una determinada área de conocimientos y avances. Puede entonces presentar un documento particular que suele llamarse “Ponencia” y que también, como en las situaciones anteriores, sólo remite a esa situación típica, pero no a una forma documental específica. Las ponencias podrían ser teóricas o empíricas, universales o experienciales, etc., pero esto se refiere ya a otro criterio.

Otras situaciones típicas son: aquélla en que el académico participa en una revista especializada y presenta entonces un “Artículo”; aquélla en que es invitado especial a un evento y presenta una “Conferencia”; aquélla en que quiere someter a evaluación de sus colegas una idea determinada y elabora un “Paper”, etc.

Como vemos, el tipo de situación socio-espacio-temporal permite distinguir entre sí todas estas formas documentales que, desde nuestro punto de vista, estamos concibiendo como producciones lingüísticas académicas. A veces, para citar un ejemplo, algunos se preguntan si una Tesis vale como Trabajo de Ascenso. En realidad, lo que están preguntando es si un mismo documento que fue elaborado para una determinada situación puede ser llevado a otra situación distinta. La respuesta, entonces, será afirmativa en la medida en que coincidan las características de ambas situaciones.

- La Intención del documento:

La forma de los documentos también varía de acuerdo a lo que el autor pretende, independientemente de la situación, es decir, independientemente de que sea una tesis, un trabajo de ascenso, etc.. Unas veces, sólo pretende elaborar un plan para un trabajo posterior (el “proyecto” de tesis, por ejemplo) o ejecutar el plan (la tesis ya terminada). Otras, pretende describir un cierto ámbito de hechos científicamente interesantes (trabajo descriptivo). Otras veces, interpretar un cierto ámbito de hechos por interdependencia de otra clase de hechos (trabajo explicativo). Podría también validar o evaluar una determinada explicación o teoría previa (trabajo contrastivo) o, en cambio, aplicar una determinada teoría ya existente a la solución o mejoramiento de una cierta acción. Podría sólo limitarse a problematizar un cierto aspecto de la realidad o, en cambio, a sistematizar la información existente acerca de un determinado problema, etc. Vemos con esto que la intención del autor también define formas documentales diferentes y comparables entre sí.

Estos dos criterios que acabamos de ver pueden cruzarse a modo de matriz doble. Por ejemplo, una institución podría exigir que las tesis o los trabajos de ascenso, etc. fueran sólo aplicativos (como a veces ocurre en carreras de ingeniería y tecnología) y otras podrían exigir que, en niveles de doctorado, las tesis fueran sólo de tipo teórico amplio, etc.

Este último ejemplo nos conduce al problema de cómo diferenciar una Tesis Doctoral de las tesis correspondientes a otros niveles (Licenciatura, Especialización y Maestría). Lamentablemente, aquí no hay una respuesta concluyente, porque los usos y las exigencias varían de un país a otro y aun de una universidad a otra. Sólo podríamos atenernos a lo que recientemente ha sido una pauta de uso extendido, más que de reglamentación: las tesis de licenciatura remiten a competencias generales de profesionalización; las de maestría, a competencias especializadas dentro de una cierta área de profesionalización; y las de doctorado, a competencias megadisciplinarias de fondo, ubicadas en las más altas esferas de liderazgo y de producción de conocimientos (conducción e investigación en torno a los grandes procesos y estructuras de la sociedad).

Según esta pauta, no debería admitirse como tesis doctoral un trabajo que tratara, por ejemplo, sobre cómo reaccionan los alumnos del 4º Año de la Escuela X cuando reciben malas calificaciones. Tampoco debería admitirse, por ejemplo, una propuesta específica para la Alcaldía W, orientada a diseñar formas de recaudación de impuestos o cosas por el estilo.

Observación 2: Criterios de adecuación de una Tesis Doctoral

De entrada, la Tesis Doctoral debe cumplir las exigencias generales de todo trabajo académico, tanto en lo que toca a la forma como en lo que toda al fondo del documento (para una revisión de estas exigencias, véase la sección siguiente). Aquí sólo nos detendremos en algunos lineamientos esquemáticos que sólo se refieren a una Tesis Doctoral y que intentan reflejar las pautas de uso más recientes y extendidas. Para ello consideraremos tres criterios ya establecidos en la Teoría Semiótica: el pragmático, referido a las condiciones sociocontextuales e intencionales del trabajo; el semántico, referido a los aspectos de contenido; y el sintáctico, donde se incluyen los tratamientos de lenguaje.

- Adecuación pragmática: la intencionalidad general de una Tesis Doctoral va ligada a los más elevados niveles de necesidades planteadas dentro de la secuencia de avance de la disciplina o área académica en que se inscribe. Sería inadmisible, por ejemplo, una tesis que explique las relaciones Estímulo-Respuesta en la versión conductista clásica. Aunque la gran masa probablemente ignore todo al respecto, en los más altos niveles internacionales de construcción teórica eso es ya un asunto suficientemente esclarecido. Correlativamente, los destinatarios de una Tesis Doctoral son los miembros de la comunidad académica mundial y no los estudiantes ni los profesores del tesista, lo cual implica que las intenciones del trabajo deben adecuarse a las necesidades que aquéllos tienen dentro de la propia disciplina académica. Sería inadmisible, por ejemplo, una tesis cuya intención consista en describir las situaciones generales de aprendizaje, cuando la comunidad académica internacional no necesita tales descripciones sino que más bien está interesada en explicaciones acerca del aprendizaje y en validaciones de las hipótesis recientemente elaboradas.

Y, si se trata de una tesis aplicativa, de alguna propuesta de transformación o progreso social, industrial o tecnológico, entonces sus intenciones deberían estar orientadas a satisfacer las necesidades de quienes se hallan en los más elevados núcleos de toma de decisiones, siempre dentro del área en que se ubica el doctorado. Sería inadmisible, por ejemplo, una propuesta para resolver los problemas de financiamiento de una escuela en particular, de una alcaldía o de una institución. Lo mismo vale decir de aquellas tesis que ofrecen el diseño instruccional para una asignatura o el diseño curricular para una institución educativa. A propósito de esto, debemos tener presente el siguiente principio generalmente admitido: no puede ser intención de una tesis doctoral aquello que suele ser el trabajo cotidiano de un profesional o la función regular de un perfil ocupacional (volviendo con el ejemplo, existen los diseñadores instruccionales y curriculares, que a diario elaboran diseños según las solicitudes del sector para el cual trabajan; admitir una tesis de ese tipo, implicaría admitir que los diseñadores instruccionales elaboran varias tesis doctorales cada semestre).

- Adecuación Semántica: el contenido de una Tesis Doctoral debe ser original (propio del autor) y relativamente nuevo (inédito y de resolución desconocida para la comunidad académica mundial). No importa que el problema planteado sea el mismo de otras investigaciones, con tal de que su tratamiento y su solución sean originales y nuevos. Por otra parte, la Tesis debe estar teóricamente actualizada (no debe incurrir en el olvido absoluto de alguna teoría reciente sobre el problema que está manejando), debe fundamentarse en desarrollos de máxima profundidad y complejidad según el punto de avance de la disciplina en que se inscribe y, sobre todo, debe estar proyectada hacia la mayor universalidad posible. Aumentar los niveles de universalidad de una investigación doctoral equivale a ampliar las masas de beneficiarios del conocimiento producido. El manejo de situaciones muy singularizadas (como, por ejemplo, cierto comportamiento de la asociación vecinal de un cierto barrio) sólo tiene sentido si dicha situación se asume metodológicamente como un caso empírico particular que permite rechazar o aplaudir una teoría universal. De lo contrario, manejar el caso por el caso es mutilar las posibilidades del estudio y regatear soluciones a las grandes necesidades. Es, en este sentido, inadmisible un trabajo que elabore una teoría acerca del carácter de Pedrito, por ejemplo, o que narre una experiencia transformadora que se vivió en una aldea, etc., sin que tales casos vayan expresa y directamente conectados a un trasfondo que revista cierta universalidad.

- Adecuación sintáctica: en materia de estructuras textuales, un trabajo doctoral debería revelar el máximo dominio de los lenguajes naturales y artificiales a través de los cuales suele manejarse mundialmente el problema tratado. Sería inadmisible, por ejemplo, una tesis sobre los significados atribuibles al término “Educación”, que es un problema ligado a tratamientos lógico-lingüísticos, y que ignorara los lenguajes formales o las herramientas teórico-operativas con que la Lingüística suele abordar los problemas de significado. En general, podemos decir lo siguiente: dado un cierto contenido y dada una cierta estructura formal que universalmente subsume a ese contenido, resulta poco plausible ignorar esa estructura formal en una Tesis Doctoral.


 

[1] Nótese que el adjetivo público descarta ya de una vez lo que son producciones de lenguaje privadas, aquéllas que tienen lugar en contextos íntimos o de pequeños grupos, tal como los diálogos cotidianos, las cartas personales, etc. Además, tácitamente estamos dejando de considerar la diferencia entre producciones orales y escritas, ya que este criterio de diferenciación no es muy relevante para nuestro objetivo final. En efecto, casi todas las producciones lingüísticas públicas tienen doble versión, tanto escrita como oral.

[2] Fleischmann, W. B. (1995): “Essay”, en The 1995 Grolier Multimedia Encyclopedia. NY: Grolier Inc.

[3] De acuerdo a esto, cometen un grave error aquellos reglamentos institucionales que asignan la palabra “Tesis” a los trabajos de grado para Maestría y Doctorado, mientras que asignan la palabra “Monografía” a los trabajos finales de las Especializaciones. En realidad todos son estudios monográficos, en el sentido académico e investigativo del término.

[4] Véase, por ejemplo, la siguiente reseña, donde el subrayado es nuestro: Germany developed the most successful and widely copied national system of higher education.  The jewel in its crown was the University of Berlin, founded in 1810.  Built on the principle of free inquiry for both teachers and students, the University of Berlin attracted scholars from around the world. The seminar, the scientific laboratory, and the monographic study were products of the new form of intellectual inquiry and were widely copied in other countries. (Moore, K. M., 1995: “Universities”, en The 1995 Grolier Multimedia Encyclopedia. NY: Grolier Inc.).