De Carnap, Rudolf (1992): Autobiografía Intelectual. Buenos Aires: Paidós. Pp. 29-73.
  Pulse aquí para leer el documento completo  


Ya antes de ir a la universidad empecé a dudar gradualmente de las doctrinas religiosas sobre el mundo, el hombre y Dios. Y una vez en ella me alejé de estas creencias de manera mucho más deliberada y definitiva. Bajo la influencia de libros y de conversaciones con amigos, me di cuenta de que esas doctrinas, interpretadas literalmente, eran incompatibles con los resultados de la ciencia moderna, especialmente con la teoría de la evolución en biología y con el determinismo en física. A la sazón, el movimiento librepensador estaba representado en Alemania por el Monistenbund (sociedad de monistas), y estudié con ansia las obras de sus líderes, por ejemplo el biólogo Ernst Haecke y el eminente químico Wilhelm Ostwald. Pese a que la mayoría de estos libros no podían considerarse como escritos filosóficos serios sino que más bien pertenecían a la literatura popular, y pese a que desde el punto de vista de la Epistemología sus formulaciones me parecían muchas veces bastante primitivas, compartía su insistencia en que el método científico era el único método para obtener un conocimiento bien fundado y sistemáticamente coherente, así como su objetivo humanista de mejorar la vida de la especie mediante procedimientos racionales.