En Ferrater-Mora, José (1994): Diccionario de Filosofía. Barcelona: Ariel. Pp. 3014-3017.

 

REAL, REALIDAD

Se pueden considerar las expresiones 'es real' y 'realidad' desde varios puntos; de vista: 

1) Decir de x que es real o decir que x es una realidad no es, en rigor, decir nada de x. x puede ser azul, redondo (o aproximadamente redondo), duro, etcétera, pero no tiene sentido decir que es real (o no real); x, sin embargo, es cuantificable, de modo que puede decirse que hay o no hay un x tal que tiene tal o cual propiedad. 

2) Decir de x que es real se entiende sólo en relación con expresiones como 'auténtico', 'genuino', 'verdadero', 'natural', etc. (como cuando se dice que una manzana es natural; esto quiere decir que es real, pero en el sentido de que no está hecha de cera o no es una imagen holográfica). 

3) Decir de x que es real es decir que no es meramente aparente, o ilusorio, o que no es «sólo posible». 

4) Decir de x que es real o decir que es una realidad equivale a decir que existe, o es «actual»; la llamada «realidad» es en este caso lo mismo que la «existencia» (VÉASE).

1) y 2) son modos como pueden entenderse 'es real' e inclusive 'realidad', sin por ello suponer que hay un predicado especial (y en alguna manera «más importante» que otros) que se titula «real», o que hay algo, sea lo que fuere, a lo que cabe llamar «la realidad». Es posible reinterpretar 'es real' y 'realidad' en cualquiera de los dos modos indicados. Esto quiere decir que no es estrictamente necesario admitir, pero tampoco proscribir, estas expresiones.

Clásicamente, sin embargo, 'es real' y 'realidad' se han venido entendiendo en los modos 3) y 4), considerándose el primero como un enfoque «negativo» (bien que necesario) y el segundo como un enfoque «positivo».

3) y 4) han sido empleados por muchos filósofos. La mayor parte de éstos ha considerado que el «problema de la realidad» -la cuestión de lo que es, propiamente, « la realidad» - es un problema metafísico (u ontológico). Ello ha llevado a examinar la noción de realidad en estrecha relación con nociones como las de esencia (VÉASE) y de existencia (VÉASE). Algunos han supuesto que sólo la esencia es real, otros han proclamado que la realidad corresponde únicamente a la existencia. Otros, finalmente, han señalado que solamente una Esencia que implicara su propia existencia es verdaderamente real y que todos los demás entes son formas menos plenas (o más imperfectas) de realidad. Esta última concepción -sobre la que nos hemos extendido en el artículo sobre el argumento ontológico (véase ONTOLÓGICA [PRUEBA])- equipara la idea de realidad con la de perfección (o, más exactamente, con la de perfección infinita). En todos estos casos la idea acerca de lo que es real ha dependido de previos supuestos metafísicos (u ontológicos) y ha tendido además a equiparar la realidad (o «realidad verdadera») con lo que trasciende necesariamente a la experiencia.

Ciertos filósofos, en cambio, han hecho constar que sólo en relación con la experiencia podemos adquirir una idea justa acerca de lo que es la realidad. Lo real es dado, como Sugiere Kant, en el marco de la experiencia posible y por eso «lo que concuerda con las condiciones materiales de la experiencia (de la sensación) es real». En cuanto noción, la realidad puede convertirse en una de las categorías o conceptos puros del entendimiento: «El postulado para el conocimiento de la realidad de las cosas -escribe a este respecto Kant- exige una percepción; por consiguiente, una sensación acompañada de conciencia del objeto mismo cuya existencia ha de conocerse, pero es preciso también que este objeto concuerde con alguna percepción real según las analogías de la experiencia, las que manifiestan todo enlace real en la experiencia posible.»

Como la noción de experiencia no es siempre suficientemente clara y, además resulta a veces difícil distinguir entre la realidad en tanto que dada y la realidad en cuanto «puesta» (o categoría de la realidad), se han propuesto otras concepciones del ser real. Una de ellas hace de lo real algo que se presenta o puede presentarse a una conciencia. Otra muy difundida es la que equipara realidad a «objeto» (en el sentido amplio de este término, como aquello de que puede enunciarse algo). Todas estas concepciones eluden la dificultad que ofrecen las nociones referidas en el párrafo anterior, pero les es común a éstas el no poder distinguir entre las especies o formas de lo real. Con el fin de salvar este último obstáculo pueden adoptarse varias actitudes, de las que mencionaremos las siguientes:

Una consiste en declarar que el ser real es lo que es común -sea lo que fuere- a todas las especies de realidad que pueden describirse y en proceder a clasificar estas especies. Tenemos entonces la realidad articulada en realidad subjetiva, objetiva experimentable, ideal, etc. Ello equivale substancialmente a erigir una teoría de los objetos y en encontrar por inducción lo que es común a éstos en tanto que objetos.

Otra se basa en la idea de que el concepto de realidad no es unívoco y de que hay, además, una serie de entidades que van de lo menos real a lo más real. Usualmente hay que agregar a esta concepción una metafísica que comience por adscribir realidad máxima a ciertas entidades. Éstas pueden ser lo material, lo personal, lo temporal, lo trascendente, lo espiritual, etc.

Otra se funda en una fenomenología de la realidad (una fenomenología ontológica u ontología fenomenológica). Es lo que ha intentado hacer Nicolai Hartmann en el libro mencionado en la bibliografía. Según este autor, la realidad es una de las maneras primarias del ser. Así, es necesario ante todo distinguir esta forma de todas las que se adhieren equívocamente a ella. Hartmann distingue de este modo varios conceptos de lo real, que somete a crítica: 

1) Lo real como opuesto a lo aparente. Esta significación no puede ser admitida, pues lo aparente es también real, ya que de otra forma « no sería una apariencia real» (op. cit., pág. 54). 

2) La realidad como actualidad (Wirklichkeit) puede equipararse a la realidad como existencia (Realitdt). Tal equiparación es doblemente errónea, pues lo real (Reale) posee en sí también los otros modos -posibilidad real, imposibilidad real, etc.-, además, podemos concebir una «realidad esencial o ideal» no menos que una «realidad lógica o cognoscitiva». La mencionada equiparación es un ejemplo de confusión de la esfera del ser con el modo de ser. 

3) La realidad como actualidad puede equipararse con la efectividad (Tatstichlichkeit). Ahora bien, esta última es sólo «actualidad real» y excluye por principio las demás esferas. 

4) La realidad como actualidad puede equipararse con la existencia. Se trata de una confusión difícil de desentrañar pues, como dice Hartmann, «el ser real es lo más esencial en la existencia». Ahora bien, esto representa una confusión del modo del ser con el momento del ser. Los modos del ser son del tipo de lo real y de lo ideal. Los momentos del ser son del tipo de la esencia y de la existencia. Y la esencia reclama asimismo el ser real. 

5) Lo real puede equipararse con lo activo o efectivo. Mas esto representaría convertir un modo de ser en una determinación suya. 

6) Lo real puede ser definido como algo que designa la mayor o menor plenitud del ser (el organismo como algo más «real» que lo inorgánico, etc.). Tal concepto de realidad se aproxima al sustentado por los escolásticos, ya que hace depender la realidad de un ser de la suma de sus predicados positivos. Se confundiría en tal caso la Wirklicltkeit con la realitas. En otros términos, habría confusión del modo con la determinabilidad. Pero mientras la determinabilidad varía, el modo permanece, según Hartmann, a través de todas sus posibles determinaciones. En el modo como tal no hay gradaciones. 

7) Puede equipararse y confundirse la realidad con la actualitas en tanto que acto de ser. Mas esto significa sólo la realización de un eidos o essentia. No afecta a lo modal y presupone un esquema teleológico (el que va de la dinamis a la energeia) que no solamente no es aplicable a todo lo real, sino que excluye lo imperfecto. 

8) Puede confundirse realidad con «posibilidad de percepción de algo» y aun con « el hecho de que algo se dé a los sentidos» (como ocurre con el segundo postulado del pensamiento empírico en Kant). En este caso se hace de la realidad no una manera de ser, sino de conocer. Por este motivo una ontología crítico-descriptiva debe establecer claras distinciones entre los distintos conceptos de lo real: realidad lógica, realidad cognoscitiva, realidad esencial, etc., evitando aplicar a una forma de realidad categorías que correspondan exclusivamente a otra. La realidad como existencia puede ser, desde este punto de vista, uno de los momentos del ser, la realidad como algo distinto (u opuesto) a la idealidad, una de las formas del ser, la realidad como actualidad, uno de los modos del ser.

Otra actitud consiste en poner de relieve ciertas notas que posee lo real como real (notas, por tanto, que constituyen todo lo que es en cuanto es real). Aunque esta actitud tiene algunas analogías con la anteriormente reseñada, difiere de ella en que se apoya en una descripción metafísica de lo real, o, si se quiere, en una descripción de lo real como objeto de una «filosofía primera». Mencionaremos dos ejemplos. Para Xavier Zubiri, las dimensiones de la cosa como cosa real son «la riqueza», « la solidez» y el «estar siendo». Se trata de «tres dimensiones estructurales» por las cuales se miden diferencias de realidad, esto es, el grado de realidad. Estas dimensiones se implican mutuamente, de modo que deben ser tomadas « a una», como «unidad estructural de la realidad simpliciter de algo: su constitución física individual». Para Laín Entralgo, los caracteres o notas de la realidad son el ser «ineludible», «resistente», « asombroso», «inteligible» y « poseíble».

Todos los análisis anteriores del concepto de realidad tienen un rasgo común: el de admitir que la expresión `es real' es una expresión significativa. Los empiristas lógicos y muchos neorrealistas niegan este supuesto. A su entender, no puede enunciarse con sentido si ciertas entidades (como la materia, el yo, etcétera) son o no reales. Por lo tanto, el problema del concepto de realidad es para ellos un pseudo-problema; `realidad' es un término que no debe ser hipostasiado en una entidad. En muchos casos los autores citados entienden `es real' como equivalente a `existe', y `existe' como equivalente a `está cuantificado' (lógicamente hablando). Esta concepción tiene según otros autores, dos inconvenientes. El primero es que dentro de ella resulta imposible dilucidar si hay o no distintas formas de realidad. El segundo es que en ella no son admisibles expresiones tales como `el hombre está volcado a la realidad', `el hombre está implantado en la realidad', etc., que según algunos pensadores (por ejemplo, Zubiri) permiten entender la estructura de la vida humana y, con ella, la estructura del conocimiento (objetivo). Es difícil, pues, que el problema de la realidad pueda ser descartado de la filosofía. Algunos creen, por el contrario, que este problema es el problema filosófico por excelencia. Ahora bien se trata de un problema que no puede dilucidarse aisladamente.

Esto explica que en todas las ocasiones en que ha sido planteado se haya recurrido a litros conceptos para perfilarlo. Nos hemos referido ya a algunos de ellos: posibilidad, actualidad, existencia, esencia, efectividad, ser. Se trata de conceptos ontológicos (por lo menos en un sentido amplio de este adjetivo); no es extraño por ello que la ontología haya sido definida a veces como la ciencia de la realidad qua realidad.

Uno de los problemas más importantes que se plantean acerca de la realidad (sea ésta lo que fuere) es el de los modos de expresión de la misma. Este problema suele ser conocido con el nombre de «Realidad y lenguaje». Se trata de saber cómo es posible hablar acerca de lo real y cuáles son los marcos lingüísticos más apropiados para este propósito. Una dilucidación del problema del lenguaje (VÉASE) es necesaria antes de poder darse una respuesta a la cuestión de referencia. Ligado a este problema se halla el conocido con el nombre de «Lógica y realidad», sobre el cual nos hemos extendido en el artículo correspondiente.

Otro problema importante es el del conocimiento (posibilidades y límites en la aprehensión de lo real). Hemos tratado este punto y hemos presentado las diversas subcuestiones implicadas y las varias respuestas propuestas hasta ahora en el artículo sobre la noción de conocimiento (VÉASE).