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Investigación y Transformación Social

 

- Inicio

- Dos Modelos de Concepción de la Sociedad

- Una Teoría de la Pobreza

- Dos concepciones de la Universidad

- Dos concepciones de la Investigación Universitaria

- Conclusión

 

José Padrón Guillén

Conferencia inaugural en las X Jornadas de Investigación

Colegio Universitario Francisco de Miranda

Caracas, Venezuela,

24 de Marzo de 2004

 


 

Muy buenos días a todos, estudiantes y profesores, y muchas gracias a los organizadores de estas Jornadas por esta invitación, en particular a la Profesora Carmen Cecilia Aponte, coordinadora de este evento, quien expresamente me pidió que hablara sobre este tema: "Investigación Universitaria y Transformación Social".

Quiero comenzar diciendo que nadie niega, hasta donde yo sé, las funciones de la Investigación con respecto a la Transformación Social. Todos, aparentemente, reconocen que la Investigación está comprometida con la Transformación Social.

Pero los problemas empiezan cuando nos preguntamos qué debe entenderse por ‘Transformación Social’ o cuando nos preguntamos en beneficio de quiénes debe ocurrir la ‘Transformación Social’. Además, el sentido que le demos a esta expresión también se correlaciona con lo que podamos entender por “Investigación”.

Efectivamente, algunos podrán decir que ‘Transformación Social’ equivale al logro de los objetivos de la clase de los privilegiados, de las oligarquías, de los monopolios y oligopolios económico-comerciales y de quienes, aun no perteneciendo a esas clases, las admiran, las apoyan y las defienden, bajo la firme esperanza de alguna vez llegar a pertenecer a ellas. Para ellos la “Investigación Universitaria” es un trabajo elitesco, que comienza en las necesidades de las élites y termina en informes catalogados como prestigiosos por los núcleos de poder que manejan las “transformaciones” a favor de las élites. Las tecnologías de guerra y exterminio masivo, como las que se acaban de aplicar en Afganistán e Irak, por ejemplo, vendrían a ser productos investigativos eficientes para aquellas “transformaciones sociales” que consisten en el aprovechamiento ventajoso del petróleo y en el incremento del control y del poder por parte de los países industrializados. No hay duda de que quienes opinan de este modo creen firmemente en que la Investigación está al servicio de la Transformación Social.

Otros podríamos decir que ‘Transformación Social’ equivale a la reducción de las desigualdades y exclusiones, al incremento de la justicia social y a la redistribución de la riqueza y de las experticias, en cuyo caso entenderíamos la “Investigación” como un proceso de producción de conocimientos y de tecnologías que comienza en las necesidades de las grandes masas desposeídas y termina en soluciones teóricas y aplicativas que puedan ser aprovechadas por los núcleos de decisión a favor del mejoramiento de los estándares de vida de esas mismas clases desposeídas. Igual que antes, también en este caso creemos en que la Investigación está al servicio de la Transformación Social.

Con esto quiero decir que es ambiguo hablar de la Investigación en función de la Transformación Social, a menos que hagamos énfasis en el sentido variable de esta relación. Y, para abordar el sentido variable de esa relación, podemos valernos de dos modelos alternativos y excluyentes en la concepción de las sociedades, cada uno de los cuales conduce a una determinada concepción de la Universidad y, a su vez, a una particular noción de la Investigación. Veamos esto en detalle.

Dos Modelos de Concepción de la Sociedad

En el gráfico que les voy a mostrar a continuación intento resumir las diferencias entre dos visiones contrapuestas de la Sociedad, que voy a considerar como dos modelos de Sociedad. A uno de ellos lo llamo el “modelo Individualista” y al otro lo llamo el “modelo Colectivista”.

Como pueden ver en el gráfico, ambos modelos están representados por enunciados clave, que resumen las convicciones propias de cada modelo.

Para el modelo Individualista los enunciados están representados dentro de triángulos, lo cual pretende resaltar la idea subyacente de que, en ese modelo, la Sociedad se concibe como una competencia o escalada para llegar hasta una cima a la cual sólo pueden llegar algunos, no todos, de modo que una de las tareas de cada individuo es no sólo escalar, sino también impedir que otros lleguen a la cima. Se trata de un modelo vectorizado verticalmente.

Para el modelo Colectivista los enunciados están representados dentro de rectángulos, lo cual pretende resaltar la idea subyacente de que, en ese modelo, la Sociedad se concibe como una dinámica de cooperación y ayuda mutua. Se trata de un modelo vectorizado horizontalmente.

 

Como pueden ver en ese gráfico, los cuatro enunciados del modelo Individualista se agrupan en torno a dos rasgos gruesos elementales: la Competitividad y las Leyes de Selección Natural, las mismas que rigen para el Estado de la Selva.

Según la Competitividad, se trata básicamente de ascender, incluso a costa del descenso o estancamiento de los demás. Según las Leyes de la Selección Natural, en las cuales el hombre es un lobo para el hombre, como decía Rousseau, se trata de que gane el mejor, de que el poderoso triunfe sobre el débil, de que los más vivos acaben con los más torpes, de que los mejores se impongan sobre los peores en la perpetuación de la especie, etc.

Pero, ojo, no es necesario que todo esto sea cierto: basta con que parezca serlo. En efecto, no es necesario que Ud. sea el mejor. Basta con que todos crean que lo es. Así, cualquiera puede ascender o escalar haciendo ver que es el mejor o el más fuerte, sin que de hecho lo sea necesariamente. Es decir, en este modelo individualista se valen las trampas, los engaños, los subterfugios y, en fin, las “vivezas”. ¿Se acuerdan de la célebre “meritocracia” de la antigua PDVSA en Venezuela? Cierto: el concepto de “meritocracia” no era más que el mismo concepto implícito en la competitividad y en las leyes de selección natural, era un reflejo del modelo Individualista, pero dotado, como es normal en ese modelo, de los recursos de las apariencias. Según se pretendió hacer ver a través de aquella cultura petrolera y a través de los medios masivos, ellos eran los “mejores”, eran los que dotarían a la especie venezolana de las mejores variaciones genotípicas. Sin embargo, eso quedó totalmente en duda, al menos a juzgar por los resultados finales y desde el momento en que trazaron un plan con un único resultado esperado, sin previsiones opcionales, cosa que no hace nunca ningún planificador de mediocre calidad (y, una vez que fracasaron, culpaban al gobierno de dicho fracaso, igual que cuando un boxeador pierde un round y culpa al contrincante de su propia derrota).

En el modelo Colectivista, como pueden ver en el gráfico, los cuatro enunciados se agrupan en torno a dos rasgos gruesos elementales: la Solidaridad y las Leyes y Controles Intersubjetivos, los mismos que regulan las diferencias entre poderosos y débiles; los mismos que compensan las desventajas de éstos con respecto a los primeros; los mismos que definen los acuerdos, los estándares, los consensos y las negociaciones.

Veamos ahora los enunciados que definen la visión de Sociedad implícita en cada uno de esos dos modelos, tal como se visualizan en ese mismo gráfico, desde abajo hacia arriba.

1. En el Modelo Individualista: la felicidad de una sociedad es igual a la suma de las felicidades individuales de los miembros que la constituyen. Bajo este enunciado se pregona que el bienestar de un grupo aumenta en la medida en que aumente el bienestar de cada individuo, independientemente y por separado. Aparte de que una situación de este tipo es lógicamente imposible, por razones implícitas de competitividad, se olvida que todo sistema se define no sólo por sus estados particulares, sino además por las relaciones entre cada uno de sus estados posibles, las cuales definen un importantísimo valor agregado al valor total del sistema (lamentablemente, muchos de nuestros investigadores sociales predican el holismo, según el cual el todo es más que la suma de sus partes, pero, contradictoriamente, son decididos defensores de este principiol Individualista).

En el Modelo Colectivista este enunciado se contrapone al siguiente: La felicidad de una sociedad es mucho más que la suma de las felicidades individuales. Efectivamente, no puede haber felicidad grupal si no se regulan las relaciones entre los objetivos y los logros de cada uno de los individuos del grupo. Más que en los bienestares individuales, la felicidad de una sociedad está en las relaciones de compatibilidad, solidaridad y complementariedad de los objetivos y logros individuales.

2. En el Modelo Individualista: cada quien puede ser feliz, aunque los demás no lo sean. Bajo este enunciado se estipula que los bienestares individuales son independientes de los bienestares de los demás individuos del grupo. Las personas adscritas al modelo individualista, en sus momentos de éxito, no sienten su bienestar disminuido por el hecho de que otras personas sean infelices, es decir, son insensibles a los estados de bienestar de los demás. El adscrito al modelo Individualista incluso llega a condenar a los infelices atribuyéndoles incompetencia y desidia o, en otros casos, atribuyéndoles mala suerte. El hecho es que, bajo este modelo, cada individuo busca su propia felicidad, independiente e insensiblemente a las carencias y a la infelicidad de los demás. Este enunciado se halla caracterizado en la literatura universal bajo la figura del llamado “pariente pobre” en las familias, al que nadie atiende, del que todos huyen y al que todos condenan por incapaz o desafortunado.

En el modelo Colectivista: nadie puede ser feliz si los demás son infelices. Este enunciado expresa la convicción de que la felicidad de cada quien va condicionada por la felicidad de los demás. El dolor del otro viene a ser un impedimento, un obstáculo al propio bienestar. El otro es importante, es significativo, representa una parte importante de la propia existencia, hasta el punto de que uno de los medios para el logro de la felicidad individual es el trabajo por la felicidad de los demás. El mismo hecho de esforzarse por el bienestar de los demás constituiría, ya de por sí, un elemento del propio bienestar.

3. En el Modelo Individualista: el bienestar del individuo depende no sólo de su propio progreso, sino también del retroceso o estancamiento de los demás. Esta convicción caracteriza la misma estructura verticalizada y competitiva del modelo individualista, según la cual los competidores, además de intentar escalar posiciones, desarrollan un esfuerzo igual o mayor en hacer que los demás no progresen y disminuyan. Esto resulta obvio si consideramos la misma estructura de los triángulos piramidales, de los conos y de los embudos, en la cual, a medida que se asciende desde la base a la cúspide, desde lo ancho a lo estrecho, el espacio se va haciendo cada vez más reducido y caben cada vez menos personas (véase la teoría de la pobreza, en la sección siguiente). ¿Recuerdan aquella frase de Mafalda, el célebre personaje de las tiras cómicas de Quino, de que "nadie puede amasar una fortuna sin volver harina a los demás"? ¿Y recuerdan también aquella vieja historia que nos vendían hace años sobre el Sr. Eugenio Mendoza, que supuestamente había comenzado vendiendo empanadas y luego, poco a poco, sólo por su propio esfuerzo y trabajo, terminó acumulando una de las mayores fortunas del país?

En el modelo Colectivista: el bienestar del individuo depende del bienestar de los demás; el retroceso de los demás impide el progreso del individuo. Es otra manera de significar lo mismo que se afirma en todos los demás enunciados: no escalamos dentro de una pirámide o un embudo, sino en un espacio abierto a las posibilidades de desarrollo para todos, siempre que los demás se puedan apoyar en uno y siempre que uno pueda apoyarse en los demás. En este modelo, cualquier alegría, cualquier éxito individual se convierte en tristeza y en fracaso frente al dolor y la desgracia de los demás. Quienes se acogen a este modelo, jamás podrán ser total y absolutamente felices mientras se vean frente al dolor y al sufrimiento de los demás. Así, la felicidad de los otros es condición indispensable para la propia felicidad.

4. En el modelo Individualista: ante la trágica brecha entre pobres y ricos, se trata de esforzarse por pertenecer a las clase de los ricos. Esta idea se entenderá mejor en la próxima sección, a través de una teoría de la Pobreza, pero, por los momentos, podemos decir que este enunciado constituye el norte y la clave de quienes predican y se acogen al modelo individualista, a menudo bajo el argumento banal de que uno tiene que tener sus aspiraciones y sus metas de superación personal (pero el verdadero problema está en el modelo bajo el cual se conciben esas metas). Si son efectivamente ricos, concentrarán todo su esfuerzo de vida en mantenerse dentro de esa clase. Y, si son pobres, concentrarán todo su esfuerzo de vida en ascender hacia la cúspide de los ricos. En realidad, como veremos después y como decían nuestros bisabuelos, "los ricos están completos", lo cual expresa una verdad matemática: siendo la cúspide un espacio muy reducido que se colma o se llena muy rápidamente, una vez que ese espacio se satura, se hace imposible que entre alguien más, ni siquiera un grano de lenteja. Esto es lo que no entienden ni muchos de los pobres que están en la base ancha de la pirámide social ni muchos de los de la clase media, a quienes se les ha engañado con la tesis de la 'movilidad social'. Dado que los hijos de pobres pudieron dejar de ser campesinos y marginales después de haber estudiado en una universidad y después de haber logrado emplearse con un salario promedio (pudieron comprarse un carro y un apartamento y, quizás, pudieron viajar a Europa en alguna oferta de 2x1 en temporada baja), de allí en adelante creen que todavía pueden ascender más, hasta la cúspide de la pirámide. En realidad no lo lograrán, por simples razones matemáticas, pero pasan su vida y aun mueren bajo esas esperanzas. De allí que no son sólo los ricos los que defienden el modelo individualista, sino también muchos pobres y muchos clase-media, engañados con la tesis de la 'movilidad social' y con la falsa biografía de aquel señor que llegó a la cima comenzando por vender empanadas.

En el modelo Colectivista: ante la trágica brecha entre pobres y ricos, se trata de esforzarse por reducir esa brecha. Muchos argumentan que ya desaparecieron las diferencias entre posiciones políticas izquierdistas y derechistas y que en realidad las diferencias entre Izquierda y Derecha son ya ambiguas e indefinibles. Pero es en este enunciado donde radica la diferencia más nítida, concreta y real que podamos concebir. Ante la tragedia de las exclusiones y discriminaciones sociales, ante la opresión de ricos sobre pobres, hay dos tipos de personas: los que trabajan por aliviar y eliminar esa tragedia y esa opresión y los que trabajan por pertenecer a la clase de los ricos y de los opresores. Los primeros son la izquierda política y los segundos son la derecha política. También en esos mismos términos se definen las intelectualidades de izquierda  y de derecha. También se definen allí los académicos e investigadores de izquierda y de derecha. Pero esto es algo que no depende del discurso ni de las declaraciones, sino más bien de las actitudes y comportamientos reales ante los problemas de una sociedad. A mí me parece sumamente contradictorio, por ejemplo, declarar que uno cree en la justicia social y en la reducción de las desigualdades, mientras por otro lado, a la hora de un conflicto social, uno termina colocándose del lado de las élites, que histórica y teóricamente han sido los típicos factores generadores de desigualdades e injusticia, tales como los dueños de medios masivos, la alta jerarquía eclesiástica, los altos empresarios, etc. Yo no veo cómo quien realmente cree en la justicia social al mismo tiempo pueda coincidir ni siquiera circunstancialmente con los mismos intereses de los que típicamente generan esa misma injusticia. Si estoy equivocado, me encantaría que alguien me lo demostrara.

Bueno, ya ustedes se habrán dado cuenta de que estos cuatro pares de enunciados significan lo mismo y conducen a una misma idea. No son pares de enunciados específica o diferencialmente significativos. Sólo son distintos modos de decir lo mismo. Mi intención al presentarles a ustedes cuatro modos diversos de definir esos dos modelos ha sido sólo la de enfatizar algunas veces unos aspectos y otras veces otros. Pero, como ya ustedes se han dado cuenta, esos cuatro modos repiten siempre una misma idea: en el modelo Individualista el mundo soy yo, mientras que en el modelo Colectivista el mundo somos todos.

Una Teoría de la Pobreza

Cualquiera podría pensar que la Pobreza no tiene nada que ver con la Investigación Universitaria. Pero ya veremos que no es así. Veremos que no se puede hablar de las relaciones entre Investigación Universitaria y Transformación Social si antes no se consideran estos dos modelos de sociedad y si, además, no se toma en cuenta una explicación de la Pobreza, que es de donde surgen esos dos modelos que acabamos de ver.

Pero, considerando que todos hablan mucho sobre la Pobreza y que, al final, el asunto de la Pobreza suele reducirse al palabreo y a las ambigüedades de buenas intenciones, entonces opté por un modelo lógico-matemático muy sencillo de la Pobreza. Sé que ustedes, estudiantes y profesores de un Colegio Universitario y no de los postgrados esotéricos e iluministas en Ciencias Sociales, podrán entender mejor este modelo. Sé también que esta no es una teoría completa ni perfecta, sino más bien un modelo sencillo y parcial, pero que podría ayudar a entender la idea central de esta exposición.

La Pobreza es una estructura definida del siguiente modo:

<P, R, j, f>

donde 'P' es el conjunto de los individuos de una sociedad, 'R' es el conjunto de las riquezas producidas dentro de esa Sociedad, 'j' es una relación de orden interno que se aplica al interior de cada uno de esos dos conjuntos y 'f' es una función o correspondencia (externa, del tipo uno-a-uno) que se proyecta desde cada uno de los elementos del conjunto 'R' hasta cada uno de los elementos del conjunto 'P'. Esta estructura se puede expresar en pasos progresivos.

En un paso 1, tenemos dos conjuntos: 'P', el conjunto de los miembros de una sociedad, y 'R' el conjunto de las riquezas producidas dentro de esa sociedad, tal como se muestra en el siguiente gráfico:

 

 

Esos son los dos conjuntos (las dos primeras letras mayúsculas) que aparecen en la estructura <P, R, j, f>. Luego, el símbolo 'j' indica una relación de orden interno a cada uno de esos dos conjuntos. Esta relación los ordena a cada uno en subconjuntos de cardinalidad creciente, o sea, en subconjuntos de tamaño progresivamente mayor, de modo que, una vez aplicado este ordenamiento interno 'j', el resultado sería el que se muestra a continuación, donde para 'P', el subconjunto de menor cantidad poblacional estaría en el vértice, mientras que el de mayor dimensión poblacional quedaría en la base. Lo mismo para 'R': el subconjunto de menor cantidad de riqueza en el vértice y el de mayor cantidad en la base:

 

 

En tercer lugar, tenemos en la estructura el símbolo 'f', que expresa una función que se aplica desde 'R' hacia 'P', según la cual el subconjunto más pequeño de 'R' se hace corresponder con el subconjunto más grande de 'P' y así, progresivamente, a medida que son más grandes los subconjuntos de 'R', resultan proyectados sobre los subconjuntos más pequeños de 'P':

 

Si rediagramamos el resultado de esta correspondencia 'f' desde 'R' hasta 'P', obtendríamos una representación parecida a la siguiente, donde el subconjunto poblacional más pequeño recibe la mayor porción de riqueza, mientras que las grandes masas poblacionales reciben las porciones más pequeñas de riqueza:

 

Podemos decir que las llamadas 'clases medias' se ubican a media altura de la figura resultante de la aplicación 'f', mientras que los grandes sectores excluidos se hallan en la base de esa figura. Precisamente, ésta sería una manera de definir la 'exclusión' (así como también la distribución de los privilegios y muchos términos más que suelen ser muy repetidos en los análisis sociales).

Conste que cuando hablamos de Riqueza nos estamos también refiriendo a ciertos factores íntimamente asociados, tales como los privilegios, el poder, las ventajas, etc. (por ejemplo, las cárceles están llenas de delincuentes provenientes de las bases, pero no de delincuentes adscritos a la parte alta; otro ejemplo: son las élites las que designan ministros, jefes y gobernantes). De aquí se deduce que las élites ubicadas en el vértice tienden a defender férreamente este estado de cosas, jamás se resignarían a permitir cambio alguno de ese esquema y en su defensa lucharían con todos los medios, morales e inmorales, dignos e indignos, proporcionados y desproporcionados. Es decir, para ellos aquí vale por completo el principio de Maquiavelo, según el cual el fin justifica los medios, ya que para ellos el fin último de todas las cosas es la vigencia y perpetuación de ese esquema. No existe para ellos algo que valga más que el mantenimiento de ese estado de cosas. De allí que quede justificado, por ejemplo, dejar durante meses sin gas a toda la población pobre, permitir que muchos mueran camino al hospital por falta de gasolina o porque trancaron las vías, dejar sin clases a todos los estudiantes del país, etc. El principio es que el fin justifica los medios y no hay fin más alto que el mantenimiento de ese esquema de privilegios.

Son muchas las definiciones y las deducciones que pueden hacerse a partir de esta estructura. Una de ellas es que, mientras se mantenga este modelo en una sociedad, la pobreza siempre tenderá a incrementarse con el transcurso del tiempo, de manera que decir cosas como, por ejemplo, que durante el gobierno X la cantidad de pobres es mayor, resulta una trivialidad y una redundancia, por decir lo menos, ya que, matemáticamente, el aumento del conjunto 'P' es estrictamente equivalente al aumento de los subconjuntos poblacionales dotados de menor porción de riqueza. Resulta imposible disminuir la pobreza si no se cambia este modelo, o sea, si no se cambia la relación 'j' (y, por tanto, la función 'f'). Lo curioso de este tipo de críticas es que provienen, justamente, de aquellos sectores que se oponen a la eliminación de esta estructura piramidal. Mientras, por un lado, dicen estar de acuerdo con la justicia social, por otro lado defienden este injusto esquema de distribución de la riqueza y responsabilizan del aumento de la pobreza a quienes pretenden cambiarlo.

Como puede deducirse de este modelo, el falso reto que se les plantea a los miembros de una sociedad de este tipo es el del ascenso vertical desde la base hasta el vértice del conjunto poblacional, bajo los criterios de competencia y bajo las mismas leyes de la selección natural manipuladas convenientemente. Es decir, quedan obligados a una visión INDIVIDUALISTA del mundo y de las relaciones sociales, con los mismos principios que vimos antes, en el punto 1. En otras palabras, es esta estructura de distribución lo que lleva a esa visión individualista, mientras que, a la inversa, la visión COLECTIVISTA lleva a la eliminación de dicha estructura.

Las prédicas y el falso reto de las posibilidades de escalar desde la base hasta el vértice han sido englobados bajo la famosa tesis de la "Movilidad Social", tesis bajo la cual parecen haberse concebido nuestras universidades y nuestras mismas nociones comunes de Investigación Universitaria, como veremos después. El hecho es que, con el paso de una sociedad esclavista, campesina y analfabeta (donde ser bachiller era una excepción) a una sociedad empresarial, urbana y profesional (en que los títulos universitarios se van devaluando), muchas personas lograron movilizarse desde una condición de extrema marginalidad y exclusión hasta un punto medio de la escala social.

Nuestros profesores universitarios son un buen ejemplo: la inmensa mayoría de ellos provienen de familias sumamente pobres y, con los mecanismos de formación profesional, a su vez filtrados por los mecanismos proselitistas de los viejos partidos políticos, llegaron a posiciones de clase media, traducidas básicamente en un buen automóvil, una buena casa o apartamento, un hogar constituido "como Dios manda" y la oportunidad de viajar a USA o Europa de vez en cuando. A partir de allí, aun creen en una movilidad que los lleve hasta el vértice, lo cual es imposible, precisamente. Efectivamente, lo que pocos saben es que no fue una movilización genuina sino, más bien, el resultado de las conveniencias de los dueños de los medios de producción. Una vez que se impone la industrialización, ya las empresas no requieren más del artesano ni del campesino ni del peón analfabeta. De lo que requieren es de profesionales capaces de atender los nuevos esquemas técnico-industriales que sustituían la simple fuerza bruta.

Se implementan así nuestras universidades PROFESIONALIZANTES, siempre al servicio de las demandas empresariales y bajo el control de los partidos políticos, que fueron los grandes 'gestores', encargados de velar porque la distribución piramidal se desenvolviera de acuerdo a los intereses de las élites. Para éstas, quedaba implícito admitir un grueso sector poblacional entre ellos y los de abajo, junto con los gastos asociados (mejores sueldos, mayores prerrogativas, más concesiones...). A pesar de esta desventaja, el saldo global era sumamente positivo: el viejo modelo feudal de sólo dos clases sociales era ya insostenible y estaba a punto de reventar. A cambio, se obtenía el apoyo de los grandes sectores de la nueva clase media, surgidos desde abajo, los cuales, bajo los estímulos de la imitación al poderoso y bajo los espejismos de la movilidad social, dejarían de pensar en revoluciones y sublevaciones y se pondrían al lado de las élites defendiendo lo que llegarían a considerar sus 'metas de superación personal' y ubicándose en contra de las masas de desposeídos, en contra de su mismo origen social.

Fue así como el viejo modelo feudal se revitalizó y se regeneró, ahora con el apoyo de la nueva clase media, surgida de las universidades. Esto podría explicar por qué, durante el conflicto político venezolano, la mayoría de la clase media, en particular muchos de nuestros profesores universitarios, decidieron ponerse del lado de las élites, quienes los convocaron a través de su Poder Informativo, los medios masivos, en contra de los intereses de las clases pobres de las cuales provienen, lo cual viene a ser algo así como ponerse de lado de lo que creen que es su futuro social próximo o sus metas de superación personal. No es que hayan defendido a los poderosos en sí mismos, sino a sus propios espejismos dentro de la tesis de la movilidad social. Cuando asistieron a marchas portando eslóganes como "Con mis medios no se metan", en realidad demostraban estar convencidos de aquella historia del Sr. Mendoza, el que ascendió desde la base de la venta de empanadas hasta la cima de los grandes negocios comerciales y financieros, historia convenientemente repetida en nuestras escuelas, liceos y universidades.

De la sencilla teoría de la Pobreza que les expuse antes, ustedes podrán deducir que llegar desde la gran base de la pirámide hasta su vértice es matemáticamente imposible. Mientras sí es posible (pero muy difícil para la mayoría, dados los esquemas de competencia) llegar hasta una mediana altura (en el nivel de la clase media), gracias a las demandas de las élites y a las oportunidades con que nuestras universidades responden a esa demanda, resulta en cambio imposible llegar a pertenecer a las clases elitescas (las clases medias son los sustitutos de los antiguos esclavos y peones analfabetas y éstos llegan a convertirse en élites sólo en las novelas de Corín Tellado, en las novelas de los canales venezolanos y mexicanos de TV).

Ya nuestros abuelos y bisabuelos decían muy sabiamente, con una cierta matemática intuitiva, que "los ricos están completos". ¿Qué significa que "los ricos están completos"? Básicamente que el espacio del vértice o de la cima de la pirámide es tan pequeño (la cardinalidad de ese subconjunto es mínima) que allí no caben sino los que ya están y no hay espacio para más nadie. Cuando alguno de ellos muere o se arruina, es sustituido por sus herederos o por sus devoradores, pero no por gente que venga ascendiendo desde la base. Esto es algo esencial que ignoran los que creen en el espejismo de la movilidad social o los que creen que es posible comenzar de buhonero y terminar siendo uno de los pocos dueños de un país (recordemos de nuevo a Mafalda: "Nadie puede amasar una fortuna sin volver harina a los demás").

Bueno, les dejo a ustedes todas las demás deducciones que pueden hacerse de esa estructura lógico-matemática, que son bastantes y que serán acertadas en la medida en que esa teoría sea correcta. Pero, ¿saben cuál es el punto que une esta teoría de la Pobreza con el tema de las relaciones entre Investigación Universitaria y Transformación Social? Es el punto de las funciones que nuestras universidades han cumplido hasta ahora como mecanismos declarados de supuesta "movilidad social", pero, en realidad, como auténticos mecanismos ocultos de favorecimiento a las demandas de las élites dentro del modelo de SOCIEDAD INDIVIDUALISTA. Esta doble función, una declarada y otra oculta, toca muy de cerca y muy significativamente el asunto de la Investigación Universitaria y sus nexos con la transformación social. Tenemos que detenernos antes, entonces, en dos concepciones de las universidades que se derivan del doble modelo de Sociedad que vimos al comienzo y que se enraízan en una teoría de la Pobreza, para luego terminar en el asunto de la Investigación Universitaria.

Dos concepciones de la Universidad

Comencemos por aquella concepción que se deriva del MODELO INDIVIDUALISTA de la Sociedad. Se trata de la concepción de la Universidad como mecanismo de movilidad social y de ascenso, en su versión declarada, y como mecanismo de respuesta a las demandas de las oligarquías, en su versión real.

En el gráfico que están viendo ahora intento resumir esta concepción:

 

Como se ve allí, en este modelo INDIVIDUALISTA privan las Necesidades de la Empresa, las cuales se exhiben como Necesidades de Empleo (=Movilidad Social, véase el rectángulo verde a la izquierda). De allí se diseña un Perfil de Ingreso (abajo, en azul), al que le sigue un diseño curricular basado exclusivamente en la Docencia, o sea, en metas de Profesionalización. Este diseño profesionalizante engulle a la Investigación, la cual no pasa de ser una mínima área de experticias metodológicas adscritas a unas necesidades empresariales. De allí unas clases de Metodología con profesores que raras veces investigan pero que saben mucho de recetas librescas y de terquedades y de allí también unos trabajos de grado que sólo sirven para demostrar las competencias metodológicas adquiridas, ante un Jurado que no siente la más mínima curiosidad por los posibles hallazgos investigativos, sino que se siente, ante todo, como un Torquemada de la época de la Inquisición o como un Vengador Errante. El Jurado se asume a sí mismo como un docente evaluador de destrezas curriculares, pero jamás como un Investigador. De eso resulta que los Trabajos de Grado de nuestros universitarios sean un total desperdicio de posibilidades de buenos hallazgos, porque todo se centra en el asunto de la evaluación de experticias "metodológicas" (?) y no en la necesidad ni en la oportunidad de producir conocimientos y tecnologías. 

La Extensión, por su parte, anda girando desorientadamente en torno a este curriculum, sin saber muy bien si se dedica a promover actividades deportivas y culturales, al modo de los 'Centros Culturales' comunitarios, o si se dedica a promover celebraciones patronales y movilizaciones turísticas, al modo de las agencias de relaciones públicas. El hecho es que la Extensión Universitaria ignora su verdadera función y se halla totalmente disociada del curriculum.

De todo esto se culmina en un "egresado" o "graduado", capaz de competir en los mercados de empleo, pero, sobre todo, capaz de satisfacer el desarrollo empresarial de las élites y de los privilegiados, cuyo premio o recompensa estará en el mejoramiento salarial del individuo y en su supuesta "felicidad individual" (podrá tener acceso a un apartamento, a un carro, a un hogar "como Dios manda" y a alguno que otro viaje a Miami; además, asistirá a las marchas convocadas por las clases dominantes portando una pancarta con el eslogan "con mis medios no se metan" o defendiendo a la Pepsi-Cola o a la Polar cada vez que un gobierno colectivista arremeta contra los acaparamientos y contra las conspiraciones individualistas).

Veamos ahora la concepción opuesta de la Universidad, la que se deriva de una visión COLECTIVISTA de la Sociedad. En el gráfico que ven ahora pretendo visualizar el contraste con la concepción Individualista:

Todo parte de una visión COLECTIVISTA de la Sociedad y de las necesidades de reducir los márgenes de exclusión social y acortar la brecha entre Pobres y Ricos, mediante mecanismos de redistribución de la riqueza no sólo material sino también de otras formas, como es, sobre todo, la riqueza en conocimientos, tecnologías y experticias. Las universidades dejarían de ser promotoras de la estafa de la movilidad social y de las visiones individualistas de la "superación personal" para convertirse en generadoras de riqueza intelectual y de soluciones a los problemas del desarrollo social colectivo. El proceso universitario, bajo esta visión, estaría dominado por las funciones de Extensión e Investigación, mientras que la Docencia o Profesionalización no sólo pasaría a ser un subcomponente interno, sino que además dependería de esas otras dos funciones. En el gráfico que sigue ustedes podrán ver una representación de las relaciones entre las funciones universitarias (este modelo está tomado de la tesis doctoral de Ivonne Fermín, miembro de nuestra línea de Investigación):

Con esto, las universidades recogerían de la gran sociedad (y no del sector empresarial exclusivamente) las demandas de conocimientos, tecnologías y experticias (Función de Extensión), producirían respuestas a esas demandas (Función de Investigación) y tales respuestas constituirían los contenidos curriculares para la formación de egresados (Función de Docencia). Las soluciones investigativas no sólo alimentarían la Docencia, sino que también podrían constituir ofertas independientes de la Docencia, entregadas directamente a los núcleos de tomas de decisión en el sector del desarrollo social colectivo, con lo cual estos núcleos tendrían una fuerte base investigativa para fundamentar sus decisiones y las universidades se vincularían estrechamente al liderazgo social, yendo bastante más allá de su función de producir 'graduados'.

Una ventaja adicional de esta visión colectivista de las universidades es que quedaría abierto el camino hacia la independencia académica e intelectual y hacia un cierto nacionalismo en materia de producción de conocimientos y tecnologías. Hasta ahora los contenidos curriculares de la docencia tradicional son importados de las universidades de los países desarrollados y de los grandes centros de investigación mundial (aun perdura y va en aumento la colonización académica), mientras que los resultados de la investigación nacional pasan inadvertidos para la docencia.

Dos concepciones de la Investigación Universitaria

Asociada a la visión individualista de la Sociedad y de la Universidad, y anclada en el esquema piramidal de la distribución de la riqueza, aparece también una concepción de la Investigación Universitaria que podría representarse en el siguiente gráfico:

La investigación es un proceso enclaustrado en la Academia (que sólo adquiere sentido en, para y por la academia). Su punto de partida está en las necesidades, gustos e intereses individuales del investigador, como base para el logro de sus metas individuales orientadas al ascenso y prestigio personales (tal como está pautado en los principios piramidales de competencia y leyes de selección natural, típicos de la visión individualista de la Sociedad).

Esta base de inicio es incluso promovida por los mismos organismos e instituciones, que establecen recompensas competitivas económicas para el trabajo individual (PPI, CONABA...) , mientras brillan por su ausencia los estímulos al trabajo colectivo y a las soluciones grupales amplias (por lo demás, en realidad, jamás se premian los resultados de investigación, sino sólo los esfuerzos traducidos en cantidad de cursos, cantidad de publicaciones, cantidad de tutorías, etc., sin importar cuáles sean los resultados concretos ni las soluciones investigativas generadas por esos esfuerzos: aparentemente, a nadie le interesan los productos investigativos, sino sólo el esfuerzo individual en sí mismo, algo así como si dijéramos "no importa qué cosa investiguen ni qué cosa produzcan, basta con que investiguen"; de hecho ¿conocen ustedes alguna universidad que sistemáticamente esté al tanto de los logros de sus investigadores, que lleve un registro y control de los objetivos de investigación que se van planteando y cumpliendo?). Esta idea de que la investigación universitaria es un hecho individual competitivo es lo que a menudo lleva a muchos rectores, decanos y coordinadores de entidades departamentales a evaluar su propia gestión según la cantidad de "profesores PPI" existentes en su propio ámbito institucional. Así, oímos con frecuencia cosas como "la universidad X o la Coordinación X es mejor que la universidad W o el departamento W porque tiene más profesores PPI". Jamás se oye decir que una es mejor que la otra porque cuenta con más y mejores productos o soluciones investigativas ni por la medida en que tales productos hayan pasado a los núcleos de tomas de decisión en la sociedad o se hayan hecho extensivos al bienestar colectivo. Pregúntenles a las universidades "¿cuántos investigadores tienen?" y verán como todas responderán con cifras exactas y hasta con gráficos de barras y tortas. Pero pregúntenles "¿qué problemas científicos han resuelto, como universidad?" y verán que todas se quedan mudas.

Desde esa base inicial, el proceso investigativo sigue a una etapa de desarrollo totalmente individualizado, orientado a lograr una publicación en alguna revista "indiciada" (o 'indexada', no sé bien cuál es el término correcto), lo cual se concibe como la meta más alta y más apreciada por el investigador. Si la revista es extranjera y si la publicación es en inglés, entonces la satisfacción final será mayor. La Investigación Universitaria, bajo esta concepción, tiene una trayectoria groseramente simple y vulgarmente desligada de la sociedad. Sus nexos son sólo en relación con los grandes centros investigativos internacionales, con la "comunidad académica internacional", bajo un total acomodo a la colonización académico-intelectual que se ejerce desde los países industrializados hacia los países subdesarrollados. La meta de nuestros investigadores es aparecer citados internacionalmente al lado de los grandes autores, aunque éstos aparezcan como los líderes del trabajo y ellos como los replicadores y seguidores (que es lo que suele ocurrir). Pero eso les sirve para exhibirse como grandes señores dentro de su propio país, aunque afuera se comporten como afortunados ayudantes o buenos asistentes de investigación.

Lo más lamentable de esto es que el Estado continúa financiando, a través de sus universidades, este tipo de investigación que no le aporta beneficio alguno y que no representa ninguna ganancia en términos de desarrollo nacional colectivo. Pudiéramos decir que lo que el estado hace es financiar las carreras individuales y los éxitos personales de los investigadores universitarios, algo así como suele ocurrir con los médicos, por ejemplo, en cuya formación el Estado invierte grandes sumas para que ellos, una vez dotados de cierto prestigio y de un buen consultorio privado, se hagan multimillonarios mediante cobros truculentos y exorbitantes a los pacientes y a sus compañías de seguro (por supuesto, no son médicos formados para el bienestar de las clases desposeídas, sino que son médicos formados para ascender y "amasar" su propia fortuna).

De esta concepción depende también que la formación en investigación y que los trabajos de grado de nuestros estudiantes no sean incluidos dentro de la función universitaria de Investigación, sino que sean un asunto exclusivamente curricular, limitado a unas clases de "Metodología" plagadas de recetas e imposiciones carentes de la más mínima base epistemológica y controlado por jurados al estilo de Torquemada, tal como vimos antes. Quiero insistir en el enorme y grave desperdicio de oportunidades investigativas que significa esta situación: son muchísimos los egresados universitarios cada final de semestre y, por tanto, son muchísimos los trabajos de grado que podrían convertirse en productos investigativos serios. Pero, con esta concepción predominante, esos trabajos y sus esfuerzos implícitos resultan lamentablemente desperdiciados desde el momento en que no se les atribuye un carácter de investigación real, sino un carácter de demostración curricular de competencias metodológicas ("aprendizajes evaluables").

Para terminar este punto, podemos decir que uno de los grandes males subyacentes a esta concepción es, dado su enfoque INDIVIDUALISTA, su grave DESARTICULACIÓN, lo que hace de ella una investigación 'tartamuda' y 'autista'. Esa desarticulación ocurre en tres grandes niveles, como puede verse en el siguiente gráfico, donde los símbolos de doble cono representan desconexión o desarticulación: a) desarticulación entre unos y otros trabajos de investigación, b) desarticulación entre el conjunto de los trabajos y la propia universidad y c) desarticulación entre la función investigativa de la universidad y su entorno social (este gráfico lo he expuesto en algún otro escrito anterior y luego ha sido usado por otras personas en varios otros trabajos, sin que se cite la fuente, por cierto, como es el caso de uno de los documentos de planificación de la Universidad Bolivariana de Venezuela, entre otros).

Pasemos ahora a revisar la concepción opuesta, ligada a un modelo COLECTIVISTA de la sociedad y a una visión también colectivista de la Universidad. En el gráfico que ven ahora se resume esta otra concepción:

La primera gran diferencia con respecto a las visiones individualistas de la investigación es que aquí la trayectoria es mucho más alargada, tanto en su entrada como en su proceso intermedio y en su salida: la investigación comienza no en los intereses del individuo, sino mucho más atrás, en el sector social, en las áreas de demanda y consumo de conocimientos y tecnologías, privilegiando los entornos regionales más cercanos, hasta llegar a los macro contextos internacionales. De allí se seguiría a la sistematización de esas demandas, a un ordenamiento, racionalización y priorización, en términos de diferentes tipos de necesidades según distintos criterios y posibilidades de respuesta. Estas dos primeras fases se revelan como responsabilidad genuina de la función universitaria de Extensión, la cual asumiría así un carácter mucho más sustantivo, técnico y especializado, lejos de aquella concepción ambigua y ornamental que suele tener en la concepción individualista. El proceso interno de la investigación universitaria resulta también más alargado y complejo: ya no se trata de desarrollos individuales incontrolados, en que los investigadores se comportan como los mecenas de hace siglos, sino de una planificación colectiva que se establece sobre la base de programas a distintos plazos de gestión, con la intervención de grupos y subgrupos de trabajo (aquí interviene un concepto fuerte, que es el de "LÍNEAS" de investigación; no puedo detenerme en esto, pero véase la página web http://lineai.entretemas.com para los detalles). Finalmente, la salida de todo el esquema es también más alargada, ya que va mucho más allá de las simples publicaciones y premios del tipo PPI, hasta la difusión y colocación de los productos investigativos en el mismo sector social en el cual había comenzado todo el proceso. Esta fase de salida también correspondería a la función de Extensión (de paso, obsérvese que la que hasta ahora ha sido la Cenicienta de las funciones universitarias adquiere ahora un rol muy importante con respecto a la Investigación: en verdad, dentro de esta visión colectivista, ni la Investigación ni la Docencia ni, en general, la Academia llegan a valer nada sin el apoyo de la Extensión; pero esto todavía resulta sumamente difícil de hacer entender a nuestras universidades).

La segunda gran diferencia está en la complejidad del proceso interno de la Investigación bajo esta concepción colectivista. Al no tratarse de un asunto de mecenazgos individuales cerrados y competitivos en pos de publicaciones indexadas (o 'indiciadas'), la Investigación se hace entonces todo un proceso organizacional programático en el que intervienen grupos y subgrupos, en el que se mueven asuntos administrativos, financieros y logísticos y en el que se trabaja sobre la base de complementariedad y secuencia de esfuerzos individuales en función de logros a diferentes plazos de gestión (quien desee alguna ampliación sobre este punto, vea un trabajo mío anterior, titulado "El Problema de Organizar la Investigación Universitaria", en http://padron.entretemas.com). En el gráfico que ven ahora se representa visualmente la noción de una 'Red' de investigaciones:

La tercera gran diferencia es que estos 'Programas de Investigación' siguen una secuencia de logros diferentes, pero concatenados y sucesivos, tal como trato de mostrar en este otro gráfico que sigue. La idea es que los investigadores individuales no pueden hacer lo que les dé la gana, sino que tienen que inscribirse dentro de una secuencia de trabajo, pero no porque se trate de una dictadura (o de un "régimen", como suelen decir los oligarcas de este país), sino sólo por el hecho mismo de que nadie puede trabajar discontinuamente con  respecto al trabajo de los demás: en efecto, ningún albañil, por ejemplo, puede dedicarse a hacer un techo si antes algún otro albañil no hizo las columnas; ningún mesonero puede servir el postre si antes algún otro mesonero no ha servido todavía el segundo plato, etc.; tanto los albañiles como los mesoneros constituyen equipos de trabajo, sometidos a 'programas' de gestión; el problema es que muchos de nuestros investigadores todavía se creen los mecenas del siglo XXI y no han llegado a concebir su propio trabajo por referencia a un equipo ni a algún 'programa de gestión'):

 

 

Lo que intento hacer ver en este gráfico es que la investigación es un trabajo continuo, sucesivo, de largo alcance, que no puede ser resuelto por un solo investigador, sino que a veces requiere hasta de generaciones de investigadores. Es, por tanto, un trabajo supra-individual, trans-individual, que va mucho más allá de las posibilidades de una sola persona y que, por tanto, exige un núcleo organizacional que le dé unidad, cohesión y sentido a toda la ruta de trabajo. El punto de partida en el "mundo real dado" y el punto de llegada en un "mundo real transformado" se refiere precisamente a las relaciones entre "Investigación Universitaria" y "Transformación Social". Sólo que, para las concepciones COLECTIVISTAS, todo esto se fundamenta en el bienestar común, en el principio de que "yo no puedo ser feliz si los demás son infelices". En las visiones INDIVIDUALISTAS, el punto terminal ('mundo real transformado') se refiere a los beneficios de las clases poderosas, aquéllas que están en el vértice de la pirámide de una teoría de la Pobreza. Para ellos, las transformaciones sociales son transformaciones para el beneficio de unos pocos, generándose así el trágico fenómeno de la 'exclusión social', la trágica brecha entre pobres y ricos, con lo cual volvemos al inicio de esta conferencia y, por tanto, a algunas consideraciones finales.

Conclusión

He tratado de mostrar cómo el tema de las relaciones entre Investigación Universitaria y Transformación Social no puede manejarse en términos absolutos, sino en dependencia de cuál es la visión de Sociedad que se tenga en mente, de lo cual también depende qué cosas podamos entender por "investigación". En general, quienes conciben la "transformación social" como sistema de beneficios para las clases dominantes también entenderán la "investigación" como un proceso elitesco, tal como se conciben todos los demás procesos de producción de riqueza, considerando que los productos de la investigación (conocimientos y tecnologías) son eminentemente 'riqueza'.

Yo no creo que las diferentes concepciones de investigación sean ingenuas, inocentes o 'castas'. Esto sólo lo creen aquellos que pertenecen al célebre "rebaño desconcertado" de Lippman y Chomsky, el mismo rebaño creado y conducido por los medios privados de comunicación social (discúlpenme los defensores de los medios, aquellos del eslogan "con mis medios no se metan"). Yo creo que que si consideramos la transformación social en un cierto sentido x, también consideraremos la investigación en el sentido x'  y que, si consideramos la transformación social en el sentido k, también consideraremos la investigación en el sentido k'. Ambas cosas se hallan correlacionadas, ya que vivimos en un mundo manejado por los intereses de dominación. Y los conocimientos y tecnologías (que son el objeto y el fin de toda investigación) son un instrumento primario y fundamental para toda dominación. Si no, que lo digan las actuales tecnologías de guerra, de invasiones y de exterminio. En fin, también los productos de la investigación se hallan dentro del conjunto 'R' de la Riqueza.

Todo depende de qué lado nos ubiquemos, de qué visión de Sociedad tengamos. Si creemos que pronto llegaremos a pertenecer a la clase de los ricos y los poderosos, convencidos de que se puede llegar allí aun comenzando por vender empanadas en la calle, o porque, gracias a la universidad, ya logramos llegar a la clase media y apenas nos falta un pequeño trecho hasta la cima de la pirámide, entonces veremos la Universidad y la Investigación como recursos adicionales para ascender por encima de nuestros compañeros de origen (sin importar que ellos se queden atrás, en la gran base).

Si creemos que lo importante no es llegar a estar al lado de los ricos y los poderosos, sino lograr que todos seamos un poco más felices, si trabajamos por reducir las distancias entre pobres y ricos, por disminuir los márgenes de exclusión y por lograr una sociedad sin injusticias, entonces veremos la Universidad y la Investigación como recursos adicionales para esos logros.

Creo que de todo eso depende el sentido de las relaciones entre Investigación Universitaria y Transformación Social.

Eso es todo. Muchas gracias por oír todo esto y de antemano les agradezco también cualquier crítica o cualquier contra-argumento a estas ideas.