Número 24, julio 2004
CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN Y LOS PAÍSES MENOS DESARROLLADOS
>> Aula abierta
 
  La Europa del Conocimiento 2020

El desarrollo del Espacio Europeo de Investigación, el incremento del esfuerzo global dedicado a la investigación hasta el 3% del PIB europeo y el refuerzo de la excelencia científica y tecnológica europea son los tres grandes objetivos a alcanzar en los próximos años. Que se hagan realidad depende, en gran parte, de las universidades, y para crear y conservar universidades eficaces son fundamentales cuatro puntos, a saber: cooperación, financiación, asociaciones público-privadas y movilidad.

     
Raquel Andino
Oficina de la Comunidad de Madrid en Bruselas

madrimasd@comadrid.skynet.be
 

1. Introducción.

Este trabajo versa sobre los numerosos retos a los que se van a enfrentar, en los próximos 10 años, las universidades en el desarrollo de sus estrategias de investigación.

De conformidad con los datos publicados por la OCDE, la Unión Europea y los Estados Unidos se encontraban, en el año 2000, al mismo nivel por lo que se refería al gasto en investigación llevada a cabo por laboratorios universitarios (aproximadamente 33 billones $ PPA (Paridad del Poder Adquisitivo)). Lo mismo sucedía con el porcentaje de esa investigación con apoyo directo de la industria (aproximadamente un 6%). La Unión Europea superaba a los Estados Unidos en cuanto a la investigación llevada a cabo en laboratorios gubernamentales (24,5 contra 19,7 $ PPA).

Incluso aunque se pueda discutir la validez de la utilización de un indicador como el de la Paridad del Poder Adquisitivo, los datos parecen indicar que la investigación pública en Europa cuenta con el mismo nivel de financiación que Estados Unidos.

Sin embargo, siguen persistiendo diferencias en cuanto a los resultados, no tanto por la producción científica total como por lo que respecta al impacto. Diversas son las posibles explicaciones a este hecho, a saber:

  • competencia;

  • movilidad (tanto geográfica como entre sectores);

  • concentración;

  • flexibilidad.

En Estados Unidos, el grueso de la financiación destinada a la investigación académica, proviene del presupuesto Federal. Cada científico debe competir por los recursos en un proceso abierto y transparente. Los mejores son los que obtienen la financiación y llevan a cabo su investigación; el resto se reposicionan dentro de las universidades o en el sector privado. Este proceso lleva a la concentración de la investigación basada en las universidades en tanto en cuanto se necesita una masa crítica de infraestructuras y apoyo para atraer a los mejores talentos. Para las instituciones públicas (éste es el caso de la mayoría de las universidades europeas), los Estados juegan ese papel invirtiendo en su sistema de educación superior.

En contraste, existen dos grandes diferencias en Europa: no existe una competencia real a nivel europeo porque muchos de los recursos provienen de gobiernos nacionales; y un gran número de universidades están implicadas en actividades sustanciales de investigación. Existe una gran diferencia entre que unas pocas instituciones reciban varios cientos de millones y que muchas instituciones reciban unos pocos millones. A este respecto Philippe Busquin, Comisario de Investigación, defendió la financiación de la excelencia científica y anunció que, en el futuro, la política de investigación europea irá dirigida a alcanzar ese fin.

2. La situación de la educación superior en Europa.

En comparación con Estados Unidos, se puede afirmar que la calidad de la educación superior europea es buena. En los peldaños más altos de la escalera educacional, Europa cuenta con más profesionales con el título de doctorado aunque muchos de ellos desarrollan su carrera profesional fuera de Europa. Este hecho resulta paradójico en contraposición con los datos mencionados anteriormente. Una posible explicación a esta situación es que una distribución más homogénea de las actividades de investigación entre un mayor número de universidades cuenta con un impacto mejor sobre la calidad de la enseñanza. Si esta hipótesis es acertada, existe entonces un claro peligro en la concentración de las actividades de investigación en un número limitado de universidades. Europa podría acabar con un sistema parecido al existente en Estados Unidos pero perdiendo los beneficios alcanzados durantes décadas de co-evolución entre sus universidades y las agencias gestoras de fondos europeas que aún han de llegar.

Existe, así pues, una necesidad de mantener un vínculo fuerte entre las actividades de investigación y la enseñanza. Después de todo, la misión central de las universidades es la formación de personas a todos los niveles, desde estudiantes no graduados a estudiantes de post-doctorado. Esto requiere, entre otras cosas, un grupo amplio de personas que dediquen parte de su tiempo al seguimiento de los últimos desarrollos científicos e incorporarlos, más adelante, en la enseñanza. Necesitan estar en contacto con investigadores, participar en actividades científicas. En definitiva, es necesario equilibrar, dentro de un grupo, una institución o incluso un sistema, la producción de nuevo conocimiento científico por personas plenamente implicadas en actividades de investigación a través de su integración y de la difusión a través de la enseñanza.

La respuesta de las instituciones europeas de educación superior a la necesidad de formar investigadores para el desarrollo de sus carreras.

Cada vez más la I+D está siendo desarrollada por instituciones no académicas (empresas, organizaciones sin ánimo de lucro públicas o privadas, centros de investigación independientes, etc). A pesar de su heterogeneidad, las universidades siguen jugando un papel central en lo que se refiere a la formación de investigadores. En este sentido, las universidades se enfrentan al reto de preparar a investigadores que desarrollarán sus carreras científicas en el ámbito no académico.

El desarrollo de una formación científica adecuada será un punto cada vez más importante si se tiene en cuenta que se van a necesitar, en los próximos años, aproximadamente 700.000 nuevos investigadores. Así pues, los postgraduados deberían estar preparados no sólo para trabajar en el ámbito académico sino también para llevar a cabo actividades científicas en el mercado no académico. Sin embargo, preparar post-graduados para profesiones de investigación en otros contextos requiere un cambio bastante radical por lo que se refiere a la práctica actual y constituirá un reto real para las instituciones europeas de educación superior.

Innovación: una nueva misión para las universidades

Se dice que la nueva frontera de las universidades es la innovación. Varios gobiernos de los Estados miembros así lo han afirmado y han establecido objetivos al respecto. Sin embargo, se trata de un ejercicio complejo, y está claro que el objetivo principal no debería ser obtener mayor financiación para la investigación. La innovación no debería ser vista sólo como una explotación comercial del conocimiento; sino que debería percibirse, también, como una forma de cubrir aplicaciones no comerciales.

Las universidades han de jugar un papel crítico por lo que se refiere a:

  • promover la explotación actual de su conocimiento a través de compañías nuevas o existentes;

  • proveer a los nuevos graduados en carreras científicas o de ingeniería de las herramientas adecuadas en términos de gestión, protección y explotación del conocimiento y de propiedad intelectual.

¿Cuál debería ser el mensaje?

No hay una única respuesta al reto al que se enfrentan las universidades en la sociedad basada en el conocimiento. Las infraestructuras básicas y los recursos ya existen, pero es necesario incrementar su nivel de efectividad.

El panorama futuro para la investigación basada en las universidades así como para la educación superior, será probablemente uno basado en la diversidad y en la competencia entre instituciones.

3. El punto de vista de los distintos actores.

El Comisario de Investigación, Philippe Busquin, consciente de los desafíos y grandes cambios a que se enfrenta la investigación universitaria europea, propuso afrontar el tema desde una perspectiva a largo plazo.

La intervención de Busquin se estructuró en dos partes. En primer lugar, realizó un balance de los éxitos logrados hasta el momento, para después dedicar algún tiempo a las perspectivas futuras.

En estos últimos años, la Comisión Europea lanzó la idea de crear un Espacio Europeo de la Investigación, siendo consciente de que el desarrollo en Europa de la economía y de la sociedad del conocimiento hacen necesario establecer un marco europeo adecuado en materia de investigación y educación y reforzar los recursos financieros. Siguiendo en esta misma línea, se crea la iniciativa de aumentar el esfuerzo europeo global dedicado a la investigación hasta el 3% del PIB de aquí a 2010, a través del Plan de Acción para el 3%.

Pero en estos cinco años en que Busquin ha sido Comisario de Investigación se han obtenido otros logros, como el lanzamiento del Sexto Programa Marco de la Investigación, que ha permitido a las universidades reforzar su excelencia y desarrollar la innovación. En el marco de este programa se han lanzado ya cerca de 92 convocatorias de propuestas, que han recibido unas 28000 propuestas.

Por último, Busquin destacó su interés en desarrollar la dimensión internacional del Espacio Europeo de la Investigación y señaló que a tal efecto, ya se han concluido numeroso acuerdos de cooperación internacional científica y técnica en los últimos años en los que las universidades juegan un papel determinante, con países como Israel, Rusia o China.

La segunda parte de la intervención del Comisario Busquin fue la dedicada a las perspectivas de futuro. El Comisario comenzó afirmando la necesidad de continuar esforzándose para lograr alcanzar con éxito tres objetivos estrechamente relacionados, a saber: el desarrollo del mencionado Espacio Europeo de Investigación, el incremento del esfuerzo global dedicado a la investigación hasta el 3% del PIB europeo y el refuerzo de la excelencia científica y tecnológica europea. Tal y como señaló Busquin, estos tres objetivos prioritarios conciernen directamente a las universidades.

Para alcanzar estos fines, a juicio de Busquin, es imprescindible hacer que la ciencia sea más atractiva para los jóvenes. Para lograr esto se ha lanzado el plan de acción "Ciencia y Sociedad", a través del cual se pretende mejorar la imagen que la sociedad tiene de la ciencia, y todo ello porque el refuerzo de la excelencia científica europea no puede lograrse sin aumentar el número de científicos de aquí a 2010, de modo que haya aproximadamente 8 investigadores por cada 1000 habitantes. Para favorecer este incremento se ha creado una estrategia para facilitar la movilidad de los científicos y potenciar sus carreras, que ha sido objeto de una Comunicación de la Comisión Europea titulada "Los investigadores en el espacio europeo de la investigación: una profesión con múltiples carreras", que inspiró a su vez la adopción de una resolución del Consejo sobre el tema.

Busquin hizo mención de otras iniciativas actualmente en desarrollo, como la "Carta del Investigador Europeo" o la "visa científica", una propuesta de directiva adoptada por la Comisión Europea el pasado 16 de marzo que ayudará a mejorar la entrada de científicos no europeos en la Unión Europea.

La intervención del Comisario de Investigación finalizó con una mención a la reciente Comunicación elaborada por la Comisión Europea sobre las perspectivas financieras 2007-2013, en la que enuncia sus sugerencias para el futuro de la política de investigación de la Unión. El objetivo es dar un nuevo paso en este campo, concentrando el esfuerzo de la UE en seis ejes estructurales: el refuerzo de la creatividad y de la excelencia científica, el desarrollo de las capacidades científicas y tecnológicas, el fortalecimiento de la colaboración europea en materia de investigación, el apoyo a la investigación tecnológica y, por último, la coordinación de las actividades nacionales.

El ministro irlandés de Educación y Ciencia, Noel Dempsey, señaló las razones que incitaron a este debate. Según el Sr. Dempsey es un hecho que el progreso social y económico de la UE en su totalidad ya no depende de factores tradicionales. Es necesario adquirir, compartir y divulgar el conocimiento para cosechar el éxito.

El Sr. Dempsey esbozó dos desafíos adicionales, cuyo encuentro marcará los resultados de la carrera por atraer a los mejores talentos: acelerar los procesos de cambio dentro de las universidades para que se ajusten a los objetivos y definir las prioridades de financiación. Otro desafío, aplicable sólo a Europa, consiste en asegurar que la implementación de los cambios se produzca a la misma velocidad en todo el continente para evitar que se agranden las disparidades existentes.

Además, el Sr. Dempsey afirmó que la principal razón de las diferencias entre los niveles de financiación de la Unión Europea y los Estados Unidos radica en la financiación privada - generalizada en los EEUU, pero a menudo ausente en Europa.

Aunque, de conformidad con las palabras pronunciadas por el ministro irlandés, más importante que atraer a los mejores cerebros es retener a los propios y afirmó la posibilidad de que la fuga de cerebros en Europa se deba al trato que reciben los jóvenes investigadores; en Estados Unidos no es sólo más fácil obtener una plaza fija , sino también mantenerla.

Sobre el tema de la financiación, el eurodiputado Michel Rocard manifestó que la recaudación de fondos no es el único problema. El modo en que se reparten estos fondos condiciona en parte el grado de éxito de una universidad. El eurodiputado se mostró, además favorable a una mayor autonomía de las universidades en esta área.

Maria van der Hoeven, ministra holandesa de Educación, Ciencia y Cultura pidió que las universidades asumieran una mayor responsabilidad respecto a su propia supervivencia; afirmó, asimismo, que las universidades deberían ser conscientes de que su papel estriba en rentabilizar el conocimiento y que es con ese fin con el que debería utilizarse la financiación.

La Sra. van der Hoeven también habló del futuro Consejo Europeo de Investigación (ERC), consideró que la creación del mismo resulta absolutamente necesaria.

Por su parte, José Mariano Gago, ex-ministro portuguésde ciencia y tecnología, y presidente en funciones del Laboratorio de Física de Partículas, pidió a las universidades que fomentaran su papel político y contribuyeran a la organización de la comunidad científica. El Dr. Gago volvió a hacer hincapié en la necesidad de autonomía, señalando que el ERC no debería restringir su papel al de un comité consultivo, sino adoptar un papel político.

También indicó que las universidades deberían ejercer más la autocrítica como único medio que permitirá una participación política de las universidades.

La Dra. Nowotny se hizo eco de las voces que apelan por un cambio dentro de la educación superior en Europa, y advirtió contra la intención de imponer un modelo único a las universidades europeas porque, según ella, el riesgo de reunir a tantos expertos es que cada uno tiene en mente un modelo distinto de cómo deben funcionar las universidades. Éste suele coincidir con el modelo al que estamos acostumbrados. Según la Dra. Nowotny, no existe un único modelo y el enfoque debería ser más integral.

Por lo que se refiere al ERC, la Dra. Nowotny advirtió el ERC no es un remedio milagroso y no puede maquillar el déficit estructural o la falta de financiación nacional. Aunque reconoció que, llegado el caso, repercutirá de forma positiva sobre la excelencia.

Finalmente, la Sra. Ene Ergma, Presidenta del Parlamento de Estonia, defendió la importancia de la participación de las universidades en el proceso democrático de toma de decisiones y aplaudió la futura creación del ERC como medio para optimizar la financiación destinada a la investigación.

Todos los participantes coincidieron en la importancia de que la política de investigación, en general, y el Espacio Europeo de Investigación, en particular, mantenga unos lazos con el Proceso de Bolonia, cuyo objetivo consiste en crear, antes de 2010 un Espacio Europeo de Educación Superior. Dicha interrelación debería materializarse, entre otras cosas, en una mayor movilidad a nivel doctoral y postdoctoral.

4. Las relaciones universidad-empresa e innovación.

Las universidades cuentan con la función principal de producir conocimiento, tanto en términos de generar nuevo conocimiento (investigación) como en términos de canalización de estos conocimientos en recursos humanos (educación). Ambas actividades alimentan el desarrollo socioeconómico en el que la innovación resulta ser un proceso fundamental. Aunque estas dos actividades siguen constituyendo la razón de ser de las universidades, está apareciendo la cuestión de cómo y hasta qué punto deberían ser sustituidas por un conjunto de actividades con vistas a una transferencia de conocimiento más explícita y directa hacia la economía y la sociedad.

En la economía y la sociedad basadas en el conocimiento hay una demanda en aumento de un conocimiento especializado, mientras las fronteras de ese conocimiento en términos metodológicos y disciplinarios también se encuentran en fase de cambio. El resultado es un rápido crecimiento de la oferta y la demanda de conocimiento, que se traduce en ciclos más cortos de vida, procesos rápidos y mundiales de estandarización, nuevas formas de organizar la producción, nuevas relaciones productor-consumidor y nuevas demandas sociales sobre conocimiento acerca de temas relacionados con el riesgo y la salud (calidad y seguridad de los alimentos, protección medio ambiental, etc).

En un contexto así, el papel de las universidades como proveedores de investigación y educación se percibe como necesario, pero, cada vez más, se percibe también como insuficiente para hacer frente a los retos de la competitividad y el desarrollo social sostenible.

Se dan cada vez más, dentro de las universidades, una serie de demandas sociales para que éstas sean más dinámicas y flexibles pero, sobretodo, para que estén más abiertas al mundo que las rodea contribuyendo, de una forma más explícita y activa en el proceso de innovación y en el desarrollo social.

A este respecto es posible identificar, por lo menos, cuatro formas distintas de interacción entre las universidades y el mundo que las rodea, a saber:

    • Difusión abierta del conocimiento: el conocimiento generado por la universidad es un bien público y de libre acceso. Esta forma de transferencia del conocimiento conecta a la universidad con el grueso de la economía y la sociedad. Los usuarios finales del conocimiento no se pueden determinar puesto que el alcance del mismo resulta muy amplio.

    • Transferencia comercial del conocimiento: el conocimiento generado por la universidad se vende a través de los instrumentos convencionales. Esta forma de transferencia del conocimiento vincula a una universidad individual con el contexto de producción industrial en tanto en cuanto la transferencia implica un acuerdo privado entre dos partes.

    • Transferencia a través de la puesta en común de conocimiento: la transferencia se lleva a cabo a través de la cooperación entre la universidad y empresas intercambiando capacidades competencias especializadas.

    • Transferencia del conocimiento a través de spillovers: se trata de una forma de transferencia de conocimiento que empieza con la creación de organizaciones autónomas en las que losrecursos humanos (generados en las universidades) resultan esenciales.

5. Las universidades como impulsoras del desarrollo regional.

Por lo que se refiere a la contribución de las universidades al desarrollo regional, se identificaron (en las sesiones preparatorias de la conferencia en enero de 2004) las siguientes:

    • un impacto directo como principales contratantes y como consumidores y proveedores de bienes y servicios;

    • proveedores de capital intelectual en el mercado de trabajo regional;

    • proveedores de outputs de investigación a los que tienen acceso los usuarios de la región;

    • disponibilidad, en la región, de asesoría técnica y política;

    • presencia de un espíritu empresarial.

Diversos son los modelos emergentes en el comportamiento de las universidades que cuentan con una profunda influencia en las regiones; se han observado tres modelos distintos, a saber:

    • Universidades que actúan como núcleos de los sistemas de innovación regional, la creación de redes entre productores de conocimiento y usuarios;

    • Universidades que crean departamentos/ institutos en las localidades más importantes las regiones en las que se encuentran;

    • Universidades que crean centros en otros países y regiones, a través de inversión extranjera directa, para intervenir en la generación de conocimiento y recursos de esas otras regiones.

Por lo que se refiere a las barreras con los que se encuentran las universidades a la hora de intentar jugar un papel más activo en el desarrollo regional, se identificaron dos: la gobernanza y la financiación. La gobernanza de as universidades se consideró un hecho fundamental para que las universidades evolucionen hacia alguno de los tres modelos descritos anteriormente. Los temas fundamentales a este respecto son la gobernanza por lo que respecta a varias funciones de la universidad (enseñanza, investigación e implicación económico/ regional), la libertad de acción de las universidades y la forma en la que se nombra a los responsables de la toma de decisiones en las universidades son puntos a tener en cuenta. La gobernanza implica también la posibilidad de que las universidades participen en el proceso democrático de las regiones. En segundo lugar, se encuentra la barrera de la financiación, en este caso es de vital importancia que las prioridades establecidas para la obtención de la financiación coincidan con los objetivos establecidos por las universidades.

También es necesario que se refuercen determinadas acciones llevadas a cabo a nivel europeo. A este respecto, se recomendó:

    • un mayor reconocimiento y visibilidad de las iniciativas regionales de las universidades;

    • mejores sistemas de financiación y un mejor uso del apoyo a las universidades del Programa Marco y de los Fondos Estructurales;

    • desarrollo de mejores indicadores regionales y de modelos de intercambio de buenas prácticas.

6. Mejorar la investigación internacionalmente competitiva en las universidades europeas.

Para alcanzar una mayor competitividad internacional y potenciar la investigación básica, Europa ha de adoptar procesos que permitan a las universidades competitivas en materia de investigación, emerger dentro del sistema universitario europeo. Se necesitan mecanismos de financiación que desarrollen y exploten el potencial existente. Esto no debería hacerse destinando fondos a universidades predeterminadas, sino financiando la investigación a través de procesos competitivos.

La propuesta de creación de un Consejo Europeo de Investigación es uno de los mecanismos potenciales a nivel europeo en el que podría entrar la competencia por lo que al ámbito universitario se refiere. De llevarse a cabo, el Consejo Europeo de Investigación debería contar con fondos suficientes para tener un mayor impacto; su responsabilidad primordial debería ser la financiación de la investigación fundamental; la financiación ha de destinarse exclusivamente, sobre la base de la excelencia (sin que entre el concepto del "justo retorno"); la evaluación de las propuestas debería llevarse a cabo por investigadores de primera línea; debería actuar como un cuerpo autónomo; debería financiar la excelencia allí donde se encuentre; la financiación no debería provenir de fondos nacionales existentes.

Si estas condiciones no se cumplen, un Consejo Europeo de Investigación perdería su razón de ser convirtiéndose en un aspecto burocrático más dentro del mundo de la investigación.

Finalmente, se discutió sobre la diversidad existente en Europa por lo que al espectro universitario se refiere y la necesidad de crear redes entre las universidades, los centros no universitarios y la industria.

El desarrollo necesario de universidades que lleven a cabo investigación de carácter intensivo debería asociarse con procesos de puesta en red en tres ejes, a saber:

    • entre universidades para que investigadores de alto nivel y oficinas de transferencia de resultados tengan acceso a los recursos de otras universidades;

    • entre universidades y los principales centros no universitarios de investigación que cuenten con infraestructuras de alto nivel;

    • entre universidades e industrias y agencias públicas y privadas.

Los procesos de puesta en red deberían desarrollarse al nivel m´s adecuado (europeo, nacional, regional) según el tema del que se trate.

El papel principal que se espera que jueguen las universidades en la economía basada en el conocimiento requiere una actividad a cuatro niveles:

    • a través de la generación de nuevas tecnologías y nuevas ideas. Sólo si la universidad cuenta con un grado de innovación alto será capaz de atraer la atención de empresas globales que capaces, potencialmente, de invertir en la región;

    • facilitando el acceso de la industria al conocimiento global y a la tecnología;

    • promoviendo start-ups y spin-outs;

    • asesorando a los órganos de decisión política.

7. Documentos de base.

Comunicación de la Comisión "El papel de las universidades en la Europa del conocimiento" (COM (2003) 58 final de 5 de febrero)

http://europa.eu.int/eur-lex/es/com/cnc/2003/com2003_0058es01.pdf

Comunicación de la Comisión "Europa y la investigación fundamental" (COM (2004) 9 final de 14 de enero)

http://europa.eu.int/comm/research/press/2004/pdf/acte_es_version_final_15janv_04.pdf

Comunicación de la Comisión "Los investigadores en el espacio europeo de la investigación: una profesión con múltiples carreras" (COM (2003) 436 final de 18 de julio)

http://europa.eu.int/eur-lex/es/com/cnc/2003/com2003_0436es01.pdf