Padrón, José (2000): Esquema de una Teoría General de la Acción. Caracas: USR.
No basta estipular una
Situación Inicial y una Situación Final Deseada para obtener una descripción de
la acción. Hace falta un elemento adicional que permita diferenciar las acciones
efectivas del "soñar despierto" y ese elemento adicional es, precisamente, una
secuencia de situaciones intermedias entre S0 y Sn', o
sea, una secuencia de operaciones orientadas a ir progresivamente transformando
la Situación Inicial en la Situación Final Deseada.
Un primer detalle respecto a
esta secuencia de situaciones intermedias es que ella va acompañada de medios y
recursos de acción y que, por tanto, está asociada a estrategias, tiempos y
costos, entre otras cosas. En principio, cada una de estas situaciones equivale
estrictamente a acciones menores, pero se estructuran según ciertos esquemas de
selección y ordenamiento, lo cual constituye las 'estrategias' de acción, y se
vinculan con modos y medios de operación ("técnicas" e "instrumentos") y fluyen
dentro de una cierta línea de tiempo segmentable en fases o períodos, todo lo
cual se traduce en "inversión" o "costos" de acción.
De lo anterior se infiere que
hay por lo menos dos condiciones importantes que regulan la acción en el nivel
de este componente de situaciones intermedias. La primera es la "eficacia",
según la cual se busca que cada una de estas acciones menores sea pertinente y
relevante con respecto a Sn', y la segunda es la "eficiencia", según
la cual se busca el mayor rendimiento con la mínima inversión de esfuerzos.
Estas dos condiciones hacen que, en principio, toda secuencia de situaciones
intermedias sea comparable ("conmensurable") con otra dentro de un mismo
planteamiento S0-Sn'. Es decir, igual que las
Situaciones Finales Deseadas (Sn'), también esta secuencia intermedia
resulta de una selección entre un conjunto de posibilidades (aún cuando después
se compruebe que dicho conjunto es unitario, o sea, que no había otras
opciones), de modo que siempre será posible decidir si una secuencia es más
eficaz y eficiente que otra e, incluso, decidir si es la única opción posible.
Todo esto se comprueba en las acciones cotidianas, cuando la gente, frente a un
planteamiento S0-Sn', se plantea aquella pregunta
"¿...y cómo hacemos?" o cuando, luego de un examen de posibilidades, alguien
dice: "No me queda otra opción" o “¿qué más podía hacer?”, etc.
Otro detalle importante es que
esta secuencia intermedia puede estar o no "bien definida", en el sentido de que
su estructuración puede ser tal que siempre conduzca, indefectiblemente y con
certeza, a una misma situación final o, en otras palabras, que su ejecución
pueda ser confiada plenamente a una máquina. En este caso tenemos los
algoritmos, comúnmente representables por diagramas de flujo y pseudocódigos.
En otros casos, en la medida en que no siempre la secuencia intermedia lleve a
un mismo resultado o no siempre pueda ser ejecutada por una máquina, tenemos los
"heurismos". Este detalle resulta de interés porque se asocia a uno de los
niveles de la acción (ver más adelante), aquél que distingue entre acciones
'difusas' y 'precisas'.
Un tercer detalle de
importancia es que esta secuencia intermedia es recursiva, en el sentido
de que toda acción menor o toda situación intermedia puede ser concebida ella
misma como una acción específica y puede, por tanto, repetir todo el esquema
estructural de la acción general. A la inversa, cada acción que analicemos puede
ser ubicada como situación intermedia de alguna acción más general. Esto
significa que la acción humana está envuelta en "redes", que siempre es relativa
a un cierto sistema de acción y que, en fin, no son posibles las acciones
absolutas ni aisladas. Veámoslo con un ejemplo, el mismo de antes, con la acción
particular de "comprar": supongamos que S0 consiste resumidamente en
la carencia de un vehículo y que Sn' consiste, también
sintéticamente, en la posesión de un vehículo. Supongamos que, en la secuencia
intermedia, S1 sea obtener el dinero requerido. Salta a la vista
entonces que S1 a su vez puede traducirse en un par específico <
sub-S0 , Sub-Sn' >, tal como < carecer del dinero,
disponer del dinero >. Y también salta a la vista que entre "carecer del
dinero" y "disponer del dinero" cabe toda una subsecuencia de situaciones
intermedias, tales como "ubicar una fuente de crédito", "reunir garantías de
pago", etc. Podríamos seguir hacia niveles más específicos, convirtiendo ahora
alguna de esas acciones menores en un par < sub-sub-S0, sub-sub-Sn'
> y así sucesivamente. Pero, además, la misma acción de "comprar" puede
también considerarse no como una acción principal sino como situación intermedia
dentro de una acción más general. Es posible, por ejemplo, que el par "<carecer
de un vehículo, disponer de un vehículo>" sea una acción menor con respecto a un
par < supra-S0 , supra-Sn' >, tal como <quedarse
en casa en vacaciones, salir de paseo en vacaciones>, por ejemplo. Esta
recursividad indefinida de la acción resulta importante no sólo porque alude al
concepto de redes o "sistemas de acción" (Parsons y Shils, 1961), sino también
porque conduce a la idea de 'redes integradas por marcos situacionales y
conjuntos epistémicos', idea que permite imaginar la posibilidad de describir
con cierto rigor sociedades y culturas enteras, desde sus niveles más
socializados o institucionalizados hasta sus niveles más individualizados y
privados, siempre partiendo de una teoría de la acción que considere el carácter
recursivo de ésta.