Criterios para la construcción de redes de investigación

tercera Parte

CONTENIDO:

a. criterio según la estructura diacrónica de la investigación.

b. Criterio según una temática general: Construcción DEDUCTIVA. 

C. Criterio según el problema de investigación: Construcción inductiva.

D. Criterio según los estilos de pensamiento.

En Hernández-Rojas, A. (2000): La Investigación como Discurso. Tesis Doctoral. Caracas: USR

Los criterios para la construcción de redes de investigación fueron validados en la asignatura Redes de Investigación facilitada en la Especialización Gerencia de Investigaciones de la Universidad del Valle del Momboy, Valera- Trujillo, 1998.

 

 

La noción de redes de problemas de investigación tiene un fundamento, por un lado, de tipo epistemológico en cuanto a la necesidad de examinar las relaciones lógicas que mantiene un problema de investigación con otros y en general la medida en que una investigación pueda ser incluyente, incluida o complementaria con respecto a otras investigaciones. Por otro lado tiene un fundamento de tipo organizacional en la intención de agrupar tanto los problemas como los investigadores en torno a programas o líneas de investigación con la idea de sistematizar el conocimiento que se obtiene al final de todo un proceso conocido como ‘investigar’ y además con la idea de cohesionar esfuerzos y lograr que tanto los procesos como los productos investigativos se procesen y diseminen bajo una visión de equipo, de integración y de esfuerzo unificado. Sin embargo, parece evidente que definir el problema y conocer el tipo de problema a resolver es el núcleo de todo el proceso, lo que conduce a plantear una relación de inclusión del problema dentro de una línea, tal como lo sostiene Bunge (1995: 191):

 

La selección del problema coincide con la elección de la línea de investigación, puesto que investigar es investigar problemas. En la ciencia moderna, la elección de grupos de problemas o de líneas de investigación está a su vez determinada por varios factores, tales como el interés intrínseco del problema según lo determina el estadio del conocimiento en cada momento, o la tendencia profesional de los investigadores, o la posibilidad de aplicaciones, o las facilidades instrumentales y de financiación.

 

La idea de asociar la investigación a una línea o programa de investigación tiene importantes implicaciones por el hecho de plantear el proceso de investigación como una acción que trasciende los límites e intereses personales de cada investigador, para hacerlos corresponder con las necesidades y exigencias de toda una comunidad académica a la que, finalmente, van a llegar los resultados de las investigaciones. Esta asociación, tácita o expresa, hace que ‘problema’ e ‘investigador’ queden relacionados de manera estrecha con otros problemas de investigación, con áreas de conocimientos y, en general, con otros investigadores aunque en la mayoría de los casos no exista un contacto directo entre ellos.

Tomemos como ejemplo la investigación que sirve de fundamento al tema de redes de problemas de investigación. Siendo la investigación como discurso el problema de investigación, la misma se corresponde, evidentemente, con el área de conocimiento referida al ‘discurso’. Dentro de la variedad de estudios acerca del ‘discurso’, este trabajo tiene especial interés en revisar el discurso que se obtiene como producto de todo un proceso de investigación y que puede ser observable a través de los informes, reportes o, sencillamente, las tesis de grado que son la manifestación textual de dicho discurso.

En general esta gran área de conocimiento se ubica dentro de lo que se conoce como teoría del discurso. A su vez, la Teoría del Discurso se encuentra inserta en los estudios que al respecto desarrolla Morris (1992) en Estados Unidos con su teoría semiótica. Hasta aquí se observa la relación entre el problema de investigación y el área que corresponde al discurso o texto. Desde otras perspectiva de la búsqueda del conocimiento, la ‘investigación como discurso’ también se relaciona con el enfoque semiológico de la ciencia, modelo propuesto por Echeverría (1989) en España y en Venezuela por los modelos propuestos por Becerra (1990) en la UPEL y Padrón (1992) en la USR, cuyos estudios tienen su fundamento en un área más amplia donde se encuentra la teoría de la ciencia con otros importantes representantes como Popper y Lakatos.

En este caso hay que destacar la importancia de graficar en forma de ‘árbol’ las relaciones o conexiones que se establecen entre el problema de investigación y las grandes áreas de conocimiento. De esta manera se facilita la observación de las relaciones o conexiones del problema con otros estudios o con otras áreas de conocimiento, así como la manera como una investigación está incluida en otra (relaciones de inclusión) o es complemento de otra (relaciones de complementariedad), relaciones que se explican más adelante.

Se tiene entonces que una red de problemas de investigación es un conjunto sistemático de problemas que se relacionan entre sí y, además, con grandes áreas de conocimiento de acuerdo a relaciones de inclusión y complementariedad conformando tramas y conexiones que avanzan según las necesidades de producir, revisar o aplicar conocimientos.

La formulación de problemas en atención a reglas lógico-estructurales se explica a partir del hecho de que todo problema de investigación se concibe como tal si responde a una incógnita que debe ser resuelta dada la importancia y la magnitud de su planteamiento, quedando por fuera la posibilidad de aceptar como ‘problema’ aquellas incógnitas que sólo se preguntan por problemas evidentemente triviales, cotidianos o poco relevantes respecto a las necesidades de conocimiento que la sociedad y la ciencia en general se propone alcanzar. La formulación del problema es quizás el paso más difícil de todo el proceso investigativo. Sin embargo en Bunge (1995: 191) se encuentran algunas importantes recomendaciones a tomar en cuenta:

No hay técnicas para elaborar problemas que sean a la vez profundos, fecundos y resolubles con medios prescritos. Pero pueden ser útiles los siguientes consejos: (i) Criticar soluciones conocidas, esto es, buscar puntos débiles en ellas: tienen que tener alguno, aunque no de hayan descubierto hasta  el momento, (ii) Aplicar soluciones conocidas a situaciones nuevas y examinar si siguen valiendo para éstas: si valen, se habrá ampliado el dominio de esas soluciones; si no valen, se habrá tal vez descubierto todo un nuevo sistema de problemas. (iii) Generalizar nuevos problemas: probar con nuevas variables y/o nuevos dominios para las mismas. (iv) Buscar relaciones con problemas pertenecientes a otros campos: así, al estudiar la inferencia inductiva deductiva como procesos psicológico, preguntarse cómo puede ser su sustrato neurofisiológico.

 

Igualmente dichas reglas se refieren a la estructura que se logra establecer a partir del planteamiento del problema, lo cual implica: una estructura ‘empírica’ u observacional donde se ubica el problema, un ‘método’ o vía instrumental para alcanzar la solución del mismo y un fundamento ‘teórico’ que sustente la solución. Toda esta estructura lógica tiene un sustento epistemológico que permite establecer la relación entre el problema y las grandes áreas del conocimiento a manera de red o tejido donde, por relaciones de complementariedad y de inclusión, se ubica cada investigación.

Ahora bien, lo que debe quedar claro para cada investigador es el hecho de conocer si su problema se ubica dentro de un programa o una línea de investigación. Veamos la diferencia conceptual de ambos términos.

 

Un programa de investigación se puede definir como un conjunto borroso de trabajos investigativos individuales, ordenado por una relación de secuencia temporal y, además, por relaciones de inclusividad y complementariedad. Dos o más de estos conjuntos pueden, a su vez, constituir programas de investigación cada vez más altos, siempre en dependencia de los criterios que se elijan para analizar los grupos de problemas, temas operaciones y productos de trabajo. Desde el punto de vista de su estructura diacrónica, entonces, la investigación es considerada en términos de Programas o redes problemáticas y no como hechos individuales aislados entre sí. (Padrón, 1994: 119).

 

En la noción de programa propuesta por Padrón se observan los siguientes elementos:

¨      Las investigaciones que forman parte de los programas se organizan dentro de una secuencia ‘temporal’ la cual determina cuándo debe comenzar una investigación y cuándo debe finalizar, pues subyace la idea de que unas y otras investigaciones se enlazan para resolver subáreas de problemas que facilitan el desarrollo de todo un proceso. Por ejemplo, una investigación ‘descriptiva’ se comienza y finaliza primero que una investigación ‘explicativa’ pues la primera sirve de ‘insumo empírico’ a la segunda.

¨      Las investigaciones se ‘acomodan’ dentro del programa según relaciones de inclusividad o complementariedad. Es decir, una investigación puede estar dentro de otra (incluida) según niveles o grados de complejidad o una investigación se suma a otra (complementa) por el grado de similitud entre ambas.

¨      Dado ciertos criterios de ordenamiento de las investigaciones se construyen uno o varios programas de investigación, pero siempre atendiendo a la estructura diacrónica de las investigaciones, estructura que lleva implícita la idea de temporalidad en el sentido de que las investigaciones se desplazan desde la solución de problemas descriptivos hasta la aplicación de soluciones tecnológicas y/o científicas.

 

Por su parte el concepto de Línea de Investigación remite al conjunto o grupo de investigadores organizados en torno a redes o programas de investigación, entre los cuales ocurre un proceso de interacción secuencial y complementaria que contribuye a la producción de conocimiento. Este concepto intenta ser más amplio que el de ‘programa’ o ‘red’, al incluir todos los elementos antes descritos (de (a) hasta (c)) y, además, incorporar la interacción como vía o forma de intercambio entre investigadores que se ubican dentro de una red, programa y/o línea. Las modalidades de interacción secuencial y complementaria (Hernández, 1994: 144) permiten explicar como, dentro de una línea de investigación, los investigadores cooperan para llevar a cabo los objetivos que la línea se ha planteado. En la interacción complementaria dos o más investigadores ejecutan una misma investigación, diferenciada por la intención de la misma, o desarrollan investigaciones que se corresponden a una misma fase diacrónica. Esto se corresponde a la vez con la ubicación dentro de una línea, programa o red de investigaciones por relaciones de complementariedad. En la interacción secuencial dos o más investigadores ejecutan una misma investigación cuyo resultado es insumo o producto de la investigación de otro investigador. Así se establece una relación de inclusión para organizar investigaciones dentro de redes, programas o líneas.

En general, la acción de producir conocimientos responde a ciertas necesidades que son definidas por los Programas y Líneas de Investigación a los que se ‘conectan’ los investigadores. Esta líneas y programas funcionan como instrumentos que facilitan la producción de las investigaciones aportando, entre otras:

(a)  Las áreas donde es necesario realizar estudios. Por ejemplo, dentro del área educativa, los procesos instruccionales en metodología de la investigación, los procesos de evaluación, la formación docente, las competencias del investigador, etc. Dentro del área de la agropecuaria, el mejoramiento de la producción de determinado cultivo, el rendimiento de la producción de determinada raza de vacas lecheras, la producción de insecticidas en función de las necesidades de protección ambiental, etc.

(b)  Vías de acceso a información actualizada.

(c)   Personal capacitado para dar asesorías y/ tutorías.

(d)  Problemas de conocimiento por resolver.

Ahora bien, una vez que se tiene noción de los conceptos más importantes que subyacen al proceso de investigación como hecho ligado a otros procesos, a otros investigadores, a otros contextos, se debe considerar la posibilidad de agrupar la acción de investigar y los problemas de investigación en torno a redes de problemas, en atención a los criterios que aquí se proponen:

a. criterio según la estructura diacrónica de la investigación

Para organizar redes en torno a la estructura diacrónica de las investigaciones se debe determinar la intención que subyace en cada problema de investigación. Según este criterio y de acuerdo a la definición de Padrón (1994), las investigaciones se desarrollan en fases de producción de conocimientos socializados y sistemáticos en forma progresiva de la siguiente manera: fase descriptiva, fase explicativa o constructiva, fase de validación o contrastiva y fase aplicativa o tecnológica. Este criterio es aplicable tanto si ya existen investigadores desarrollando procesos o si sólo existen investigadores potenciales (sin problemas de investigación claramente formulados). En el primer caso la idea es organizar todos los problemas existente en torno a las fases diacrónicas de los procesos de investigación, de lo cual se obtendrían investigaciones descriptivas, explicativas, contrastivas o aplicativas. En el segundo caso, donde no existen problemas, estos se formularían y luego se ubicarían en las fases que les corresponden (ver gráfico Nº 18).  

La aplicación de este criterio lleva implícita la noción de programas de investigación propuesta por Padrón (ver concepto de programas del mismo autor) y en consecuencia la idea de temporalidad. Por tanto, cada producto de investigación ubicada en la fase descriptiva debe servir de insumo para las investigaciones ubicadas en cualquiera de las fases restantes. Así mismo, el producto de una investigación explicativa puede ser el punto de partida para una investigación contrastiva o aplicativa. Queda claro entonces que, con este criterio, las investigaciones deben regirse por fases y cronogramas de tiempo que faciliten la culminación de los estudios ‘a tiempo’ para que sean realmente aportes dentro de la misma línea o programa.

b. Criterio según una temática general: Construcción DEDUCTIVA

            Según el criterio deductivo la organización de problemas en torno a una red, parte de grandes áreas de conocimientos alrededor de las cuales se generan problemas de investigación (ver Gráficos Nº 19 y Nº 20 respectivamente).  

 

 

Un ejemplo de aplicación de este criterio ocurre al inicio de los seminarios de investigación o mejor aún, cuando los estudiantes se inscriben en un programa de postgrado, y se comienza a indagar acerca del interés por algún área de investigación en particular, por el área de desempeño laboral, por la inclinación hacia ciertos campos de estudio, etc., con la idea de ir ordenando las futuras investigaciones en torno a áreas de conocimiento.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

C. Criterio según el problema de investigación: Construcción inductiva

            Para la construcción de redes de problemas por vía inductiva se toma un elemento del problema y se incluyen (reglas de inclusión) y complementan (reglas de complementariedad) elementos para, a partir de ellos, construir la red. (ver Gráfico Nº 21).  

 

 

La utilidad del criterio inductivo en la construcción de redes radica en que facilita la organización de problemas de investigación en instituciones o grupos donde ya existen personas investigando. La idea no es eliminar o cambiar los problemas para construir una red o línea sino, ordenar o reordenar los problemas que ya se están trabajando (ver Gráfico Nº 22).

 

 

 

 

D. Criterio según los estilos de pensamiento.

La organización de problemas en torno a este criterio exige ‘explorar’ o ‘sondear’ la tendencia del estilo de pensamiento inductivo, deductivo o introspectivo del investigador para, a partir de ellos, organizar los problemas. Es un criterio flexible que permite combinar cualquiera de los criterios descritos, organizando, por ejemplo, los estilos de pensamiento con las fases diacrónicas, los estilos de pensamiento con criterios deductivos o estilos de pensamiento con criterios inductivos. Quizás se dificulte la organización de una red de problemas según este criterio cuando sólo se tienen los problemas formulados y los investigadores desconocen sus tendencias y estilos de solucionar problemas. En ese sentido, este criterio requiere cierto entrenamiento o experiencia para determinar el ‘estilo’ en el cual se ubica cada investigador (ver Gráficos Nº 23 y Nº 24, respectivamente).  

 

 

Estos son sólo algunos criterios que pueden aplicarse a la construcción de redes de problemas. Otros criterios como los que proponen Briceño y Chacín (1995) resaltan la importancia de planificar y organizar líneas de investigación a partir de las necesidades sociales como núcleos generadores de las mismas, lo que las autoras denominan “claves en la arquitectura de una línea de investigación” (p. 36) y que aquí se ha reseñado como “necesidades de conocimientos”. Pero tanto en la propuesta aquí presentada como en la estas autores coincide la visión organizacional que debe prevalecer tanto en las líneas como en los programas. La siguiente cita expresa esta visión:

 

La idea subyacente en las líneas de investigación es su función como estrategias organizativas que propician una base sólida a la investigación, generando respuestas a las demandas de conocimiento.

Las líneas de investigación, como subsistemas estratégicos organizativos, vinculan las necesidades e intereses de los investigadores con contextos sociales donde se generan necesidades de conocimiento suficientemente confiables para la toma de decisiones y para las soluciones a problemas apremiantes. Este enfoque sistémico indica el dinamismo de las acciones que se producirán al interior de la línea mediante la interacción de los participantes integrados en grupos estratégicos y su constante intercambio con las otras líneas de investigación, en búsqueda de síntesis multi e interdisciplinarias y de intercambios provechosos. (pp. 33-34)

 

En general, la construcción de redes de problemas de investigación compromete tanto a quien organiza y gerencia la red como a la institución donde la misma se ubica, a generar procesos que garanticen su desarrollo. Es decir, no basta con organizar los problemas de investigación en torno a redes o líneas. A partir de su organización se deben establecer procesos de seguimiento y control enmarcados dentro de los principios teóricos de la organización. En ese sentido es necesario prever procedimientos organizacionales que contribuyan con un funcionamiento lo más exitoso posible tanto de programas como de líneas (para profundizar en el tema ver Aponte, 1999; Salazar 1999; Schavino, 1999). Algunos de estos procedimientos podrían ser:

  •  Diferenciar, dentro de los procesos investigativos, los ‘productos’ y ‘subproductos’ que cada investigación puede ofrecer dentro de la red.

  •  Organizar los investigadores en grupos de trabajo de acuerdo a sus intereses y necesidades.

  •  Chequear los estados de avance de las investigaciones y su correspondencia con los objetivos de la red y con las necesidades de conocimiento inicialmente planteadas.

  •  Atender las necesidades de los investigadores en cuanto a ofrecer seminarios, conferencias, talleres, charlas, reuniones y documentación actualizada.

  • Jerarquizar las áreas de necesidades y establecer correspondencias según relaciones de complementariedad e inclusión.

  •  Establecer mecanismos de intercambio entre empresas y sector universitario tanto para detectar necesidades de conocimiento como para ‘colocar’ los productos investigativos.

  •  Establecer intercambios con instituciones y academias a fin de ‘conocer’ y ‘dar a conocer’ los avances investigativos de la red.

 

En conclusión, los pasos a cumplir para construir redes de problemas de investigación según los criterios anteriormente descritos no son estáticos ni deben ser tomados como ‘recetas al pie de la letra’. Deben abordarse con criterios lógicos y de carácter organizacional preguntándonos, por ejemplo, si un elemento es inclusivo o complementario o un área de conocimiento es más amplia que otra o si, simplemente, los problemas permiten organizar dos o más líneas. En concreto, la idea es organizar problemas e investigadores en torno a redes, programas o líneas obedece a la necesidad de alcanzar el mayor grado se socialización, difusión y diseminación de los productos investigativos.