Teoría

(Prof.  Dr. José Rodriguez de Rivera / Dpto. Ciencias Empresariales / Universidad de Alcalá)

1. Origen y comprensión del concepto de Teoría en la filosofía griega

El término 'teoría' procede del substantivo griego qewria  (en latín: contemplatio, speculatio) emparenteado con el verbo qewrein = mirar, observar, que a su vez está relacionado con el substantivo qea = visión, contemplación. En el origen del qewrein puede estar el vocablo qea - oroV , es decir, el que ve una representación o acción, y que era el término con que se designaba a los delegados de la Polis en las solemnidades religiosas o a los que acudían al oráculo (los filósofos antiguos relacionaban ese thea con el término theos=dios). 

Del uso primitivo en el contexto religioso se retuvo la connotación de que era un tipo de observación más depurada y dirigida a lo más elevado (las "Ideas" en Platón).

En la filosofía griega, desde Platón (Politica 486 a) y Araistóteles (Metafísica L 7.1072 b24) se utiliza para designar el saber filosófico, pero comprendido como esencial a un "modo de vida" (Hadot) en que el nous, la mente, ayuda a configurar la propia vida. Es claro que en esta comprensión, "teoría" no es algo contrapuesto a la "praxis", a la vida de un sujeto inserto en la comunidad, el "zoon politikon" o animal político. La oposición polar se da más bien entre esa "praxis" y la actividad concreta productiva realizada sobre cosas, es decir, a la "poiesis" o producción. La antítesis teoría/praxis surgirá mucho después en un contexto muy distinto y realmente alejado de la comprensión clásica. La "teoría" del griego era un conocimiento orientador y que da solidez a esa Praxis (en que el individuo configura su existencia, y donde precisamente esa configuración de la propia vida es vista como realización de lo bello y bueno (La ética clásica no se estructura en relación a un tipo de imperativo categórico kantiano, sino es concebida como actividad ético-estética).

En este modo de comprensión griego, la teoría de la física estructura orientando y dando solidez al conocimiento práctico de los hechos del mundo material, la lógica hace lo mismo con la comunicación argumentativa, etc. Es en este sentido como la Teoría constituye un conocimiento que da fundamento.

Los griegos veían en la Teoría dos elementos esenciales: el enunciado teórico o la formulación (filosofar siempre implicaba dialogar) y la prueba o demostración.

Para Tales de Mileto, esos enunciados teóricos, por ejemplo, en la geometría se ocupaban de los ángulos, circunferencia etc. y las demostraciones geométricas se realizaban por consideraciones de simetría. Sólo a partir de Euclides se sistematiza ese modo de probar en forma de un procedimiento deductivo-axiomático.

Los presocráticos comprendían ya la teoría como resultado de una actividad (dialogal) de fundamentación del saber. Para Anaxágoras era teoría la contemplación del "orden" del universo en cuanto organizado por una razón cósmica (KosmoV = lo ordenado).

Mientras que Platón refería la teoría a la contemplación de las "Ideas", en Aristóteles se inicia una evolución del concepto que llevará a una nueva  comprensión de la teoría aislada de su relación a la vida o "praxis", es decir, se inicia la idea de una teoría-científica en que, prescindiendo de la función de iluminación o de conducción de la vida-praxis, se diferencia un tipo de conocimiento abstracto. como contemplación pura (sin elementos de la praxis). Pero esa actividad contemplativa no se restringe a lo cognitivo, integra al mismo tiempo toda la actividad humana, es "Bios theoreticos" (lo que luego se llamará "vida contemplativa").

Aristóteles considera la actividad del teorizar como algo propio de la inteligencia (nous), actividad que nos es común con los dioses, y que por ello no sólo constituye la forma más elevada del saber sino también el nivel más alto de la "praxis" (el de la filo-sofía amor a la sabiduría).

Posteriormente, la teoría evolucionó hacia conocimientos especializados,, pero en las tradiciones del neo-pitagorismo y neoplatonismo volvió a recuperar su sentido anterior.

2. La comprensión de lo que es teoría en la filosofía moderna occidental

(el término se sigue derivando del griego: en francés théorie; inglés: theory; alemán: Theorie).

El término ha pasado a designar meramente actividades mentales dirigidas a lo abstracto, a lo no accesible a la percepción sensible. El llamado "giro lingüístico" de la filosofía del s. XX, bajo el influjo de las corrientes lógico-positivistas, ha restringido gradualmente el ámbito de lo teórico a las construcciones mentales formuladas en conjuntos de enunciados (en general, muy complejos) en que se ordenan proposiciones sobre fenómenos, sus fundamentos o causas, etc., como sistemas de enunciados que no sólo permiten explicar un dominio de la realidad sino también formular pronósticos sobre su comportamiento futuro.

El uso actual del término es muy variado. Podemos distinguir así entre varios usos del término:

  1. cotidiano, al margen del trabajo científico o filosófico,
  2. en la reflexión filosófica,
  3. en los distintos tipos de saber científico,
  4. en la reflexión epistemológica o de la Teoría de la Ciencia.

2.1 Empleo cotidiano - no científico - del término "teoría"

En la comunicación cotidiana se suele recurrir a dos sentidos del término 'teoría'. Decir que detrás de una serie de acciones, por ejemplo, de un colectivo organizado, debe haber una idea o teoría, por ejemplo, sobre el modo de resolver el problema de la contaminación, es un ejemplo de un uso en que se denomina "teoría" a la presunta existencia de un ordenamiento en las ideas que orientan la acción. Por otra parte está el sentido peyorataivo de "teoría", como algo no sólo diferente de la praxis, sino incluso contrario. Por ejemplo, cuando se acusa a un político de izquierdas de actuar desde una teoría que olvida los condicionamientos econòmicos de la vida práctica. Aquí, praxis es lo que funciona, y teoría es sólo el dominio de las ideas abstractas irrealizables.

Esta supuesta oposición entre lo pragmático y lo teórico, o entre el "sentido común" y la especulación teórica, era ya un tema discutido en tiempos de Kant. La objección: "esto puede ser correcto en la teoría, pero no vale para la praxis", según Kant sería una falsa acusación. En realidad, lo que faltaría sería precisamente una buena teoría para orientar la praxis.

2.2 Usos del término 'teoría' en las corrientes de la moderna Teoría de la Ciencia

Según los distintos enfoques epistemológicos se distinguen también diversas concepciones sobre lo que es una "teoría"; pero, a pesar de esas diferencias, al menos en lo que respecta a las corrientes de la Filosofía Analítica se constata cierta conformidad sobre algunos rasgos o características de lo que es una "teoría científica".   Por ejemplo, la capacidad para producir "explicaciones" y "predicciones" es considerada esencial en un cuerpo teórico científico. Las diferencias se dan no respecto a esas finalidades de la teoría sino en lo que concierne a los "medios" para conseguirlas, y en la forma de concebir la "estructuración" de una teoría.

A lo largo de la discusión metodológica y epistemológica durante el siglo XX se puede además constatar una creciente diferenciación de las formas de plantear los problemas sobre los elementos esenciales de una teoría. Al mismo tiempo también puede constatarse (y quizá lamentarse) un estrechamiento del campo considerado debido al dominio de ciertas posiciones (de ciertas "filosofías" de la ciencia) que se caracterizan por su "reduccionismo" epistemológico (incluyendo ahí al ·Racionalismo Crítico de Popper y Albert).

La idea más ingenua era la de una teoría formada por un cuerpo de datos y regularidades o "leyes" halladas por inducción y comprobadas empíricamente.

Esta concepción era formulada por Whewell como "consilience" (concordar) de las leyes halladas inductivamente desde "hechos". John Stuart Mill (A System of Logic - 1843) popularizó  luego la idea de las teorías como sistemas elaborados deductivamente desde ciertas leyes empíricas.

Campbell recomendó que no se reconociera como teoría sino cuando estuviera reflejada en un "modelo" -conseguido mediante analogías.

R. B. Braithwaite (1953) le contradijo indicando que la existencia de un modelo no bastaba como criterio para elegir entre alternativas teóricas.

Partiendo de las tesis del Empirismo Lógico, Hempel (a partir de 1966) resumió las tareas de una teoría como formulación de regularidades en forma de "leyes" (causales) lo que permitía, según el modelo nomológico, la explicación de ciertos tipos de fenómenos (Hempel 1974: 100).

Hempel interpreta "realisticamente" una teoría nomológica: los "fenómenos" no serían otra cosa que manifestaciones de entidades objetivas, de procesos reales que se esconden tras dicha fachada fenoménica a la que tenemos acceso mediante los sentidos y la observación científica. Y esas entidades seguirían leyes o principios que podemos formular en la teoría de una forma adecuada (aunque mejorable). La teoría sería pues una imagen formulada en el lenguaje científica de una realidad objetiva en que se presupone los procesos están regulados por esas leyes naturales.

Para formular una teoría se considera bastaría indicar, o sus "principios internos", o ciertos "principios-puente".

Los principios internos del campo de fenómenos o procesos observado son los que caracterizan realmente ese dominio de entidades que cumplen ciertas leyes.

Los principios puente sirven para vincular los procesos de que trata una teoría con los fenómenos empíricos (perceptibles, observables) que son lo que nos es más familiar, y que valen además para explicar fenómenos, predecirlos o confirmar a posteriori su manifestación.  Pero Hempel tiene luego cuidado de restringir esa "familiaridad" (de ciertas manifestaciones o fenómenos) advirtiendo del peligro inherente a confundir fenómenos que deben ser explicados con otros que no necesitan explicación.

Introduciendo más tarde un sesgo interpretacionista y constructivista, Hempel también afirma que una teoría nos sirve para "profundizar" en el conocimiento de lo real en la medida en que esas leyes o principios formulados en ella no son algo absoluto sino tienen un carácter  de progresiva aproximación y que sólo tienen validez en "dominios" muy restringidos (Hempel 1974 108).

Esta concepción puede ser vista como revisión de la idea previa del mismo Hempel y de Carnap, presentada en los años treinta, sobre el modelo en "dos fases", que fue elaborado en el contexto del Empirismo Lógico y que distinguía entre "lenguaje observacional" y "lenguaje teórico".

Los conceptos básicos empleados en el lenguaje observacional debía referirse directamente a lo perceptible o observable directamente. El resto de los conceptos debía ser derivado de forma explícita y controlada desde dichos conceptos empíricos. En cambio, en el lenguaje teórico habría que trabajar con conceptos introducidos de acuerdo a ciertos postulados. Pero la "interpretación" de la teoría (es decir, la referencia del cuerpo doctrinal de tales formulaciones conceptuales a una realidad empírica) se realizaría sobre la base de ciertas reglas de correspondencia que son las que darían su significado (dimensión semántica) a las formulaciones teóricas (para que éstas no fueran simplemente correctas "sintácticamente").

La idea misma de un "lenguaje observacional" fue cuestionada por los representantes de una teoría del contexto (por ejemplo, N.R. Hanson). Para estos autores, todo "dato" o toda constatación de "hechos" sería ya producto de una "teoría" (más o menos explícita en el observador). El caso de los datos cuantitativos considerados como sumo exponente de lo que es trabajo empírico puede ayudar a comprender esta situación: la comparación entre "magnitudes" (resultantes evidentemente de un trabajo selectivo del observador guiado por pre-concepciones de lo que es la realidad) y realizada en "medición métrica" presupone a su vez una construcción no sólo de "magnitudes" abstractas sino de unidades "métricas" etc.

La teoría del contexto no piensa sin embargo en una determinación del significado por el "uso" (meaning), sino inserta también una definición (pero "implícita") de ciertos conceptos teóricos que contienen en cierto modo lo más importante (el núcleo) de una teoría.

En la dirección de la concepción "semántica" de las teorías, éstas se caracterizan por indicación de sus campos de aplicación o "modelos".

El estructuralismo epistemológico sigue una línea similar cuando considera a las teorías no como sistema de enunciados (como en la "statement view" de los lenguajes teóricos), sino como predicados enunciados en una teoría matemático-lógica de conjuntos. Dichos predicados son conceptos de segundo grado que se representan por sistemas axiomatizados con variables para individuos y predicados. Cuando en estas formulaciones se sustituye una variable por una constante (es decir, se aplica el concepto a un objeto concreto) se llega a un enunciado teórico.

 

 

 

 

 

 

¿Qué debe entenderse bajo el término de "Teoría"?

Para aplicar el calificativo de "Teoría" a un modo del saber social (sobre el hombre, la sociedad etc.), como son la Ciencia de la Organización o la Ciencia de la Economía de los Sistemas Organizados es preciso aclarar primero en qué sentido pueden ser dichos saberes "teorías empíricas".

En primer lugar hay que diferenciar un sistema "ciencia" observando reflexivamente su forma de observar. En esa observación junto al código verdad/no_verdad, que constituye la diferencia entre el sistema-teoría frente a otros modos de saber, utilizamos el código empírico/formal que origina la contraposición de ciencias "formales" - como la Matemática o la Lógica que sólo tienen la dimensión Sintaxis, no poseen ni semántica ni pragmática; frente a las ciencias empíricas: con referencias a lo real en cuanto conocido o en cuuanto campo de actividad.

(Auto-)comprensión de la ciencia desde el enfoque deductivo-nomológico

Al tipo de sistema-ciencia empírica se le exige actualmente por la comunidad científica orientada según el paradigma de las ciencias naturales (en el modelo de explicación deductivo-nomológico) suministrar información sobre el modo en que se estructura la realidad, garantizar de una u otra forma que tales informaciones sean:

  1. verificables (o falsables) intersubjetivamente, es decir, en el marco de la comunicación y de la observación controlada del campo de fenómenos de que se trata en esas ciencias;
  2. que sea información consistente en proposiciones con carácter general, universalizado (no mera constatación de la existencia de fenómenos individuales)
  3. que el carácter generalizado o universal no sólo provenga de una abstracción descriptiva (como al efectuar una taxonomía en que se constata la existencia de géneros, especies etc.), sino implique la afirmación de regularidades o leyes generales desde las que explicar (paradigma de la explicación nomológica) esos fenómenos.

Frente a este ideal del paradigma deductivo-nomológico de lo que debe ser una Teoría, la misma comunidad científica dedicada a la Teoría de la Ciencia ha planteado varias posibles desviaciones:

Junto a estas definiciones de los que es "Teoría", que intentan reducir el valor útil de la teoría, desde la comunidad científica orientada según el paradigma científico-nomológico se cree que es posible desarrollar ese concepto y desplegar todas sus posibilidades. Para ello se insiste en los siguientes principios:

  1. Los enunciados teóricos son afirmaciones de un estado de cosas ("Feststellungen")
  2. Los enunciados teóricos sólo son medios .
  3. Los enunciados teóricos informan sobre la realidad del mundo.

1) Los enunciados teóricos son constataciones sobre estados de cosas en la realidad

1.1) Una "Teoría" es un Sistema de Definiciones

Hayek Friedrich A. Hayek (1976:98f) saca dos importantes consecuencias de lo que supone la aplicación del concepto nomológico de ciencia a las ciencias sociales: 

  1. La primera es que las teorías de las Ciencias Sociales no constan de "leyes" en el sentido de constar de reglas empíricas sobre el comportamiento de objetos definidos como físicos. Lo único que puede realizar una teoría en una ciencia social es mostrar una técnica (un programa para las operaciones) de pensamiento que nos posibilite establecer relaciones coherentes; pero tal programación de las operaciones de conocimiento científico no tendrá un referente en el mundo de las cosas, sino sólo, como en Lógica o en Matemáticas, se ocupará de las relaciones entre los elementos de ese conocimiento (observación teórica o de segundo grado).
  2. Por esta razón - y este es el segundo punto -, los contenidos de estas ciencias, en cuanto restringidos a enunciados de tipo "formal" (como sucede con la Microeconomía), nunca serán verificables o falsables por hechos empíricos. Lo que podemos y tenemos que verificar será únicamente la coherencia de nuestra construcción teórica con el caso particular (....). Pero la misma teoría, el esquema mental para la interpretación, nunca puede ser "verificado", síno sólo examinado en lo que concierne a su consistencia lógica. Puede pues estar vacio de todo contenido concreto, o puede faltar al principio de compleción, al no haber considerado suficientemente determinadas condiciones. Pero no puede ser refutado o falsado por hechos, lo mismo que tampoco es posible falsar así la lógica o la matemática. "

El carácter no-empírico de la teoría económica (la neoclásica) se apoya así en su misma definición. (Hayek, 1976:99f).

Por tanto, la validez de esta teoría económica se apoya en el convenio o convención de que hay  que admitir una serie de principios y que toda inferencia deductiva desde ellos será tambíén válida si dicho inferir se realiza de acuerdo a ciertas reglas. La comprobación o el test empírico no juega aquí papel alguno.

 

2) ¿Cómo defiende el "convencionalismo" (de la teoría económica) su modelo?

Sobre todo en la tradición de la Economía Neoclásica, el "Convencionalismo" tiene fuertes raices (Albert, 1967a:338s)

Los intentos de "inmunización frente a la experiencia" de los modelos o teorías económicas mediante el uso del recurso al "convencionalismo" han sido criticados sobre todo por Hans Albert Hans Albert (1967a:338) que los denomina "Modell-Platonismus". Sobre todo en la Economía General, esta tendencia se manifiesta en su preferencia de los modelos matemáticos más abstractos y en el no planteamiento del problema de la comprobación empírica de tales modelos. La corrección "formal" les parece garantía suficiente de verdad.

Nun dürften aber Vertreter einer Kohärenztheorie der Wahrheit die methodische Praxis der neoklassischen Ökonomie sicherlich ganz anders beurteilen, als Hans Albert dies tut. 

Das zeigt jedoch nichts weiter, als daß 

Denn: 

  1. "Einerseits können wir fragen, ob und in welcher Weise sich die betreffende Aussage oder Aussagenmenge - also zum Beispiel eine Theorie- auf die Wirklichkeit bezieht,
  2. andererseits können wir die Frage stellen, ob und in welche Maße sie darüber informiert, und gegebenenfalls, welche Information sie enthält,
  3. und schließlich können wir noch fragen, ob diese Aussage oder Aussagenmenge 'stimmt', das heißt in unserem Zusammenhang vor allem: ob sie mit der Beschaffenheit der Wirklichkeit, genauer: des ins Auge gefaßten Aspektes der Wirklichkeit, übereinstimmt."

Es ist außerordentlich leicht, wahre Aussagen zu produzieren, die sich auf Realität beziehen 

z.B.: "Morgen regnet es oder es regnet morgen nicht." 

Aber wenn diese Aussagen analytisch sind (d.h. daß sie schon aus logischen Gründen wahr sind), dann informieren solche Aussagen weder über die Beschaffenheit der Realität noch taugen sie als Mittel der Vorhersage! 

Die Entscheidung über den konventionalistischen "Theorie"-Begriff spitzt sich demnach zur Frage zu, ob und inwieweit wir einer sozialwissenschaftlichen Theorie gestatten wollen, nicht über die Beschaffenheit ihres realen Objektbereichs zu informieren. 


2) Las proposiciones teóricas sólo son "medios"

La tesis central del Instrumentalismo se puede resumir en la afirmación siguiente ( Popper 1969, pp. 97 ss)

Es decir, se niega que tras el mundo de los fenómenos exista una estructura objetiva de la realidad que pudiera ser, en ciertos casos muy favorables, descrita adecuadamente mediante "teorias científicas".

La idea de que las proposiciones teóricas puedan afirmar algo sobre la estructura de la realidad ha sido defendida por George Berkeley, Ernst Mach, Wittgenstein-I y Moritz Schlick (Popper, 1984a:31,nota.*1).  

Crítica del Instrumentalismo: 

Popper ha formulado algunas críticas a esta concepcíón:

La simple "observación" exige ya poseer una teoría (Popper, 1984a:31;nota.*1)

El interés de la ciencia empírica se centra en la "explicación". Al científico, sólo le interesan la predicción o la aplicación como test para comprobar la validez de su teoría (Popper, 1984a:31,nota.*1)

Sin embargo, una crítica en profudndidad de la posición instrumentalista tiene que examinar ante todo sus fundamentos epistemológicos..

3) Los enunciados teóricos "informan" sobre la realidad

Según el nuevo "Constructivismo" (con evidente sesgo a una interpretación psicológica, como es el caso en Watzlawick), toda investigación empírica, toda percepción u observación (también la realizada en el contexto de la actividad de "medición") presupone una teoría, por lo menos implícita, sobre la estructura y cognoscibilidad del objeto a que se dirigen tales operaciones. 

En toda percepción se realiza una "función" esencial: 

Uno puede pues afirmar que: 

El organismo realiza una "decodificación" de las señales sensibles gracias a las "teorías" sobre la realidad almacenadas en su memoria.

Esta interpretación psicológica de la percepción es tomada como base para la reflexión meta-teórica del Constructivismo.

Si adoptamos la posición de Wittgenstein-II y consideramos toda teoría empírica como un "juego de lenguaje" Sprachspiel , es decir, como algo construido por nosotros mismos para poder sistematizar nuestra interacción-observación de lo real de modo que "aprendamos" en tal contacto, entonces se plantea la siguiente pregunta (que por lo demás, aunque desde el marco teórico del Racionalismo Crítico también plantea Albert Albert, 1967b,126s:)

¿Qué estructura deberá tener un "juego de lenguaje" para que pueda posibilitar la construcción de alternativas de predicción sobre eventos o sucesos reales?

Para Albert, esta cuestión da origen a las siguientes inferencias:

Estas exigencias a una teoría científica son las que llevan a Helmut F. Spinner (1974:112) a las siguientes conclusiones:

"El ideal de conocimiento de la ciencia exige llegar a un "conocimien to" con contenido informativo, que además tenga carácter nomológico (por lo cual, al menos potencialmente, será siempre un conocimiento "explicación" causal);, además tendrá un carácter general,en su campo de aplicación, y sus pretensiones de validez serán algo scontrolable sistemáticamente, lo que equivale a afirmar que se ha comprobado de forma rigurosa (al menos, que no ha podido ser "falsado").

Según la idea más tradicional se tratará pues de un conocimiento bien fundamentado y asegurado demostrativamente.

Este saber se referirá a ciertos aspectos estructurasles seleccionados como relevantes en referencia a los "intereses cognoscitivos" de la comunidad científica y deberá ofrecer, en su unidad sistemática, es decir, en su calidad teórica, un relativamente algo nivel de compleción, exactitud y fiabilidad. Algo que sólo es esperable de una teoría científica.

Una posición similar, pero aún más fuertemente sesgada a la explicación nomológica es la que (quizá simplificando demasiado) define lo que es una teoría del modo siguiente:

"Teoría, comprendida en el contexto de la consideración científica, es un conjunto de "leyes" relacionadas de tal forma que puedan ser inferidas unas de otras mediante ciertas reglas lógicas (las del campo científico)".

 

Críticamente hay que notar que una teoría científica no consta nunca sólo de enunciados sobre leyes naturales o similares regularidades. Además, las "leyes" se distinguen no sólo por una distinta posición dentro de una estructura jerarquizada de contenidos deducidos desde los principios o axiomas superiores, sino también se diferencia por su distinta forma lógica.

Desde una comprensión lógico-formalista, la forma "ideal" de una teoría empírica es el conjunto de proposiciones relacionado según una estructuración deductivo-axiomática (como el de la mecánica clásica a que se había reducido la física iniciada en Newton) y cuyos principios eran concebidos como hipótesis universalmente válidas en espacio y tiempo. En esa concepción "deductivo-axiomática": 

Para facilitar la comunicación en la comunidad científica, una teoría científica debería pues estar plenamente formalizada, es decir, en ella sólo serán lícitas las proposiciones formuladas en signos formales (los de la lógica simbólica) que deben además ser introducidos con la mayor precisión.

Sin embargo, las ventajas de la formulación lógica no pueden ser utilizadas si se plantea la cuestión metodológica al comparar una de esas alternativas teóricas con otras posibles que compiten en su capacidad de explicación de la realidad fenoménica. La formulación simbólica de un sistema no es comparable con la de otro sistema alternativo. Por esta razón, se ha dejado en un segundo plano la exigencia de la formalización lógica de las teorías y se considera, en estas orientaciones de la Teoría de la Ciencia, como más importante la consideración de la dimensión "nomológica".