Centro de Estudios Básicos
en Teoría Social
Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales
UNAM – México City – México
Apuntes sobre la teoría de
la acción comunicativa de Jürgen Habermas –
desde el punto de vista de
la teoría de las distinciones
Resumen
En este articulo se observa
el trabajo central de Jürgen Habermas, su teoría de la acción comunitativa,
desde el punto de vista de la teoría elaborada por el autor, desde la teoría de
las distinciones, que posee como moto: ¡Dime que distinción tu usas y yo te digo
lo que puedes observar! El punto de
partida de mencionada observación es el problema central de toda teoría de la
sociedad: ¿Cómo es posible el orden social? Se argumenta que Habermas observa la
sociedad con ayuda de una distinción primordial, la de sistema y mundo de vida,
la cual le sirve a el para ordenar toda la información sociológica aportada. Es
por lo tanto desde mencionada distinción que se pueden entender plausiblemente
las decisiones teóricas que Habermas toma para ofrecernos su punto de vista, la
teoría de la acción comunicativa.
Abstract
In
this article we try to observe the main work of Jürgen Habermas, his theory of
communicative action, from the point of view of the theory offered by the
author, the theory of distinctions, whose central motto is: ‘Tell me what
distinction you use and I tell you what you can see’. The point of departure of
our theoretical observation is the central problem of every theory of society:
How is social order possible? It is argued that Habermas observes society with
the help of one main distinction, the distincion system and lifeworld. With the
help of this distinction Habermas arranges his theoretical proposal so that we
can understand the different theoretical decisions made by him in working out
his theory of communicative action.
“Si uno quiere analizar, por
ejemplo, la crisis de control de la economía, se debe hacer uso del instrumental
teórico de la teoría de sistemas. No parece haber alternativa a dicha teoría,
después de que la dialéctica objetiva y los conceptos de totalidad de la teoría
de Hegel ya no despiertan confianza, o sea, después de que se haya roto aquello
que en aquel entonces se mantenía junto: la teoría de los sistemas y la teoría
de la acción.”
Jürgen Habermas[1]
Introducción
Entender la teoría de la
acción comunicativa del sociólogo alemán Jürgen Habermas no es un trabajo fácil.
Seguramente un aspecto de dicha dificultad radica en la forma en que Habermas
discute sus propuestas: por lo general ofrece su punto de vista indirectamente
citando o comentando otros autores. Una segunda dificultad radica en el problema
de como Habermas trabaja sus conceptos más centrales: a veces están tan
entrelazados entre sí, que al lector de sus obras se le hace prácticamente
imposible desentrelazar dichas ‘mallas semánticas’. El ejemplo más paradigmático
es su noción de ‘acción comunicativa’, un entrelace muy estrecho entre acción y
comunicación. Esta dificultad será discutida por nosotros ofreciendo al mismo
tiempo, alternativas semánticas menos entrelazadas desde el punto de vista de la
teoría de las distinciones. Un tercer aspecto que ofrece dificultades al lector
es la forma en que Habermas concibe su esqueleto categorial: prácticamente
dicotomiza todas las categorías que ofrece al lector. Este aspecto es de suma
importancia, ya que de él depende también la noción que Habermas nos ofrece de
lo que él observa como ‘sociedad’. Si Talcott Parsons cae en el error de no
separar nociones distintas, como en el caso de identificar la semántica del
‘sistema’ con la semántica de la ‘acción’, Habermas comete el error contrario de
separar sus nociones categoriales en forma dicótoma. Este tercer aspecto también
es tratado por nosotros en este trabajo, intensivamente. Que no se nos
malentienda: Jürgen Habermas es uno de los grandes titanes de la sociología
contemporánea y nosotros hemos aprendido y asimilado diversos aspectos de su
teoría. Su trabajo tiene asegurada nuestra admiración y nuestro respeto. Pero
también nuestros ‘titanes‘ tienen sus debilidades. Dos de las cuales nos hemos
aventurado a tematizar explícitamente. Una tercera debilidad es criticada por
nosotros implícitamente: la noción de sociedad como forma lingüística (en primer
lugar hablada). Para que el lector de este artículo sepa lo que le espera, le
ofrecemos a continuación el índice temático de dicho
artículo:
Introducción
I. Descripción de la teoría
de la acción comunicativa, con hincapié en la racionalidad de la
acción
I.a. La teoría de los tres
mundos de Karl Popper desde el punto de vista de Habermas
I.b. Conceptos de mundo, de
acción y de lengua de Habermas: sus mutuas relaciones
I.c. Sobre costumbre,
comportamiento tradicional y medios de comunicación – una observación
crítica
II. La teoría de la acción
comunicativa desde la perspectiva de la teoría de las
distinciones
II.a. Los tres problemas de
la acción comunicativa - posibles soluciones
II.a.1. El problema
concepcional y el problema de la operacionalización de los conceptos
básicos
II.a.2. El problema de la
dicotomización
II.b. Sobre el concepto de
acción de Habermas
II.c. Sobre el concepto de
sistema de Habermas
II.d. La sociedad, el
observador y el participante
II.e. Acción como suceso y
acción como sistema
I. Descripción de la teoría
de la acción comunicativa con hincapié en la racionalidad de la
acción
1. La teoría de la acción
comunicativa de Jürgen Habermas desarrolla un concepto de la racionalidad
comunicativa orientándose por el “…hilo guía de la comunicación lingüística.”[2]
A la vez, el concepto de la comunicación lingüística está estrechamente
vinculado con el proceso de un consentimiento motivado racionalmente. Este
consentimiento se mide, a su vez, con exigencias de validez criticables. Por lo
tanto, dentro del marco de la teoría de la acción comunicativa, la racionalidad
comunicativa remite a la comunicación lingüística; ésta, a su vez, remite al
consentimiento racional y este consentimiento, por su parte, remite a exigencias
de validez criticables:
racionalidad comunicativa
Ô comunicación
lingüística Ô consentimiento
racional Ô exigencias de
validez criticables
2. Si se considera que con
los conceptos mencionados arriba solamente se han colocado demarcaciones burdas
del diseño de la teoría en caso, entonces esto equivale a un relacionamiento
categorial muy estrecho[3].
Ahora bien, Habermas analiza las exigencias de validez bajo dos aspectos
diferentes: (1) “…por un lado, bajo el aspecto de cómo semejantes
manifestaciones pueden ser justificadas...” (2) “...por el otro lado bajo el
aspecto de cómo los actores se refieren, con ellas, a algo en el mundo.”[4]
Aquí, en este trabajo, nos dedicaremos a observar el segundo punto: cómo los
actores se refieren al mundo con la ayuda de las mentadas exigencias de
aceptación. En otras palabras: analizaremos en primer lugar, el aspecto de la
racionalidad de la acción de la teoría de la acción comunicativa ofrecida por
Habermas..
I.a. La teoría de los tres
mundos de Karl Popper desde el punto de vista de Habermas
3. El pensamiento central de
Habermas que expresa la relación entre referencia al mundo y racionalidad de la
acción, nos dice: “…que nos…comprometemos ontológicamente cuando elegimos
determinados conceptos de acción sociológicos. Los aspectos de la posible
racionalidad de acción social dependen de las referencias del actor al mundo.”[5]
En lo que concierne el aspecto de la racionalidad de la acción, Habermas intenta
explicar “…cuatro (conceptos de acción RJ), los cuales se han vuelto importantes
para la formación de teoría de las ciencias sociales …”[6].
Son analizadas las implicaciones de la racionalidad de cada uno de dichos
conceptos apoyándose en la distinción entre actor y mundo. Ahora bien, de
acuerdo con Habermas, generalmente no se acostumbra relacionar - dentro de las teorías de
acción sociológicas conocidas – la respectiva noción de acción con ‘el mundo’,
en el cual el actor actúa. Una excepción es el sociólogo británico y antropólogo
social I. C. Jarvie en su trabajo “La lógica de la sociedad”[7],
en el cual “hace uso de manera interesante de la teoría de los tres mundos de Popper.”[8]
Habermas recurre al concepto de la teoría de tres mundos de Karl R. Popper,
mediatizado y desenvuelto por Jarvie. Es sobre todo la teoría de los tres mundos
de Popper, en la versión de Jarvie, la que alcanza un significado especial para
la teoría de la acción comunicativa de Habermas.
4. Los tres mundos de Popper
son fáciles de mencionar: el mundo de los objetos o estados físicos, llamado
mundo 1; el mundo de los estados de conciencia o disposiciones de comportamiento
para la acción, o mundo 2; finalmente el mundo de los contenidos de los
pensamientos objetivos (en el sentido del lógico Alemán Frege) como productos
del espíritu humano, o mundo 3.[9]
Este último es el mundo de las teorías y de sus relaciones lógicas ‘en sí’. Es
el mundo de los argumentos y de los problemas situacionales ‘en sí’. Ahora bien,
Habermas critica el concepto de los tres mundos de Popper, sobre todo su
interpretación del mundo 3, que es una interpretación abreviada en un sentido
cognitivista, ya que tiene como contenido solamente componentes culturales -
científicos.
5. Ahora bien, el intento de
Jarvie de trasladar, la ‘teoría de tres mundos’ de Popper, de la ‘teoría del
conocimiento’ a la ‘teoría de la acción’, es de interés primordial para
Habermas. Sin embargo, de acuerdo con Habermas, hay que constatar tres
debilidades en la propuesta hecha por Jarvie: primero, Jarvie no diferencia
entre la vida cotidiana no-científica y la vida cotidiana-científica; segundo,
Jarvie descuida las componentes culturales en el concepto del mundo 3, ya que
dichas componentes no se pueden reducir solamente a los pensamientos y los
problemas científicos ‘en si’, y finalmente tercero, Jarvie no distingue entre
los valores culturales y las normas institucionales de la sociedad.[10]
6. Habermas desarrolla - en
el transcurso de su crítica de la teoría de los tres mundos de Popper y su
realización desde la perspectiva de la teoría de la acción por Jarvie- tres
conceptos de mundo: el objetivo, el social y el subjetivo. Estos tres conceptos
de mundo se pueden identificar con los conceptos de mundo propuestos por Popper:
el mundo 1 con el mundo objetivo, el mundo 2 con el mundo social y el mundo 3
con el mundo subjetivo. Por el otro lado, Habermas aborda los conceptos de
acción relevantes para la formación de teorías de las ciencias sociales
dividiéndolos en cuatro grupos, a saber: los conceptos de acción
teleológicos-estratégicos (Aristóteles, von Neumann, Morgenstern), los regulados
por normas (Durkheim, Parsons), los dramatúrgicos (Hoffmann) y los comunicativos
(Mead, Garfinkel, Habermas). Estos cuatro conceptos de acción, Habermas los relaciona con los arriba mencionados
conceptos de mundo.[11]
I.b. Conceptos de mundo, de
acción y de lengua de Habermas: sus mutuas relaciones
7. La acción
teleológica-estratégica implica solamente un mundo: el objetivo, ya que en dicha
acción se trata de una relación entre el actor y el mundo de estado de cosas. La
acción regulada por normas implica dos mundos: el objetivo y el social, dado que
en este caso se trata de una relación entre el actor y el estado de cosas
vinculadas a los roles regulados por normas. La acción dramatúrgica también
implica dos mundos: el subjetivo y el objetivo, ya que se trata de una relación
entre el actor con sus manifestaciones expresivas - subjetivas y el mundo
objetivo exterior, hacia el cual el actor sólo puede comportase
‘objetivamente’.[12]
Finalmente tenemos, según Habermas, la acción comunicativa, por medio de la cual
“...locutor y escucha se refieren, simultáneamente, desde la perspectiva del
mundo de vida preinterpretado, a algo en el mundo objetivo, social y subjetivo,
para negociar definiciones conjuntas de las situaciones en caso.”[13]
Con ello, se trata de una “…interacción de, por lo menos dos sujetos capaces de
acción y habla, los cuales forman una relación interpersonal.”[14]
8. Después de haber efectuado una
adjudicación de los tres conceptos de mundo a las cuatro teorías de acción
relevantes para las ciencias sociales, Habermas, asocia a estas cuatro teorías
de acción cuatro conceptos distintos de lengua, con lo cual surge la pregunta:
¿cómo están relacionadas las cuatro teorías de la acción con los
correspondientes conceptos de lengua? El acto de habla del locutor frente al
escucha puede adoptar las siguientes formas: la perlocutiva (influencia de la
contraparte), la constativa (exposición del estado de cosas), la regulativa
(producción de relaciones interpersonales) y la expresiva
(autorepresentación):
Características
Pragmatico-formales +
+
+
+ tipos de
acción |
actos del
habla |
funciones del
lenguaje |
orientaciones de la
acción |
posiciones
fundamentales |
exigencias de
validez |
referencias de
mundo |
Acción
estratégica |
perlocuciones,
imperativos |
influencia sobre la
contraparte |
orientación hacia el
éxito |
Objetivizante |
(efectividad) |
mundo
objetivo |
Conversación |
constativos |
descripción de estados
de cosas |
orientación hacia la
comunicación comprensible |
Objetivizante |
verdad |
mumdo
objetivo |
Acción regulada por
normas |
regulativos |
producción de
relaciones interpoersonales |
orientación hacia la
comunicación comprensible |
conformismo
normativo |
autenticidad |
mundo
social |
Acción
dramatúrgica |
expresivos |
autorepresentación |
orientación hacia la
comunicación comprensible |
expresivo |
veracidad |
mundo
subjetivo |
9. Habermas relaciona las
exigencias de validez efectividad (perlocuciones), la verdad (constativos), la
autenticidad (regulativos) y la veracidad (expresivos) con los dos principales
modos de orientación de las acciones: los actos de habla perlocutivos, que
claman una validez de efecto, están orientados hacia el éxito; los actos del
habla constativos, regulativos y expresivos, que claman validez de verdad,
autenticidad y veracidad, están orientados hacia la comunicación comprensiva[16]:
actos del habla
exigencia de validez
orientaciones de las acciones
perlocutiva efectividad hacia el éxito
constativa verdad hacia la comunicación comprensible
regulativa corrección hacia la comunicación comprensible
expresiva veracidad hacia la comunicación comprensible
10. Queremos hacer hincapié
en que Habermas dicotomiza la coordinación de las acciones en toma de influjo,
por una parte; en comunicación comprensible, por otra. De esta manera, Habermas
puede integrar las unilateralidades de la acción regulada por normas, de la
acción conversativa y de la acción dramatúrgica, usando el concepto de la acción
comunicativa. Este concepto integra - así Habermas - las tres formas de
comunicación: la normativa, la conversativa y la dramatúrgica. Habermas las
reúne con ayuda del concepto titulado consentimiento. Habermas escribe: el
“…modelo de acción estratégico se conforma
con una explicación de las características de la acción orientada hacia
el éxito…”[17],
mientras que los otros modelos de acción comprenden la coordinación de la acción
social “…como el encadenamiento de cálculos de provecho egocéntricos (…), como
el consentimiento social -
integrativo acerca de las normas y valores, regulado por medio de la
tradición cultural y la socialización…” o
“…como relación consensual entre público y actores…”[18]
Por lo tanto, se puede decir que “…en estos modelos de acción…el lenguaje se
concibe de una manera muy parcial.”[19]
Solamente el modelo de la acción comunicativa reúne los tres aspectos del
lenguaje: el aspecto normativo, el aspecto conversativo y el aspecto
dramatúrgico[20].
Si para la acción comunicativa es válido que el lenguaje se utiliza con una
orientación hacia la comunicación comprensiva, “[21]
¿qué se debe comprender entonces como una acción “orientada hacia la
comunicación comprensiva”? Habermas opina: “Comunicación comprensiva significa
la comunicación con miras a un consentimiento válido.”[22]
Resumimos: Las acciones se coordinan, de acuerdo con Habermas, a través de dos
mecanismos: por una parte mediante el influjo, que se practica
paradigmáticamente en la acción estratégica; por otra, mediante el
consentimiento, que se produce a base de la acción
comunicativa.
11. Para Habermas, la
dicotomización arriba mencionada de “consentimiento” y “ejercicio del influjo”,
forma un punto de salida central de la arquitectura de su teoría: “Por lo
pronto, quiero caracterizar con “consentimiento” y con “ejercicio del influjo”,
dos mecanismos para la coordinación de la acción, que son la base más importante
de los conceptos de las acciones sociales…Dichos conceptos deciden sobre cómo
puede ser pensado el orden social.(RJ).”[23]
Por lo tanto, el interés de Habermas
por las diversas teorías de acción sociológicas, está relacionado
estrechamente con la mencionada dicotomía: “Por lo demás, las teorías
sociológicas de la acción se distinguen dependiendo de si para la coordinación
de la acción social postulan consentimiento ...o solamente un mutuo ejercicio del influjo
externo.”[24]
Ahora bien, si Habermas introduce el llamado mundo de vida como concepto
complementario al de la acción comunicativa[25],
entonces habría que sugerir considerar el sistema como concepto complementario
al concepto de la acción estratégica. Y de hecho, Habermas realza explícitamente
que existe dicha adjudicación, primero “…entre la acción estratégica por un
lado, y los sistemas de acción diferenciados mediante los medios, por el otro
lado (lo que equivale a la integración sistémica RJ)[26]
“, y, segundo, “…entre la acción comunicativa y la integración social.[27]
“ De aquí resulta la siguiente adjudicación conceptual extremadamente
dicótoma:
mundo de vida Ô acción comunicativa Ô consentimiento Ô integración social
sistema Ô acción estratégica Ô ejercicio del influjo Ô integración sistémica
12. Si se parte del hecho de
que el contexto complejo del “mundo de vida” (o sea -> acción comunicativa
-> consentimiento -> integración social) se puede comprender como
“acción”, mientras que el contexto de “sistema” (o sea -> acción estratégica
-> ejercicio del influjo -> integración sistémica) se puede comprender
como “sistema”, entonces Habermas ha propuesto una arquitectura de teoría, misma
que se puede caracterizar por medio de una dicotomía de “acción” y “sistema”. De
hecho, esta dicotomización forma uno de los momentos centrales del concepto de
la teoría social de Habermas, como lo podemos observar en la cita siguiente: “La
forma de que las sociedades representan contextos estabilizados sistémicamente
de grupos socialmente integrados, requiere seguramente de una explicación más
exacta; por lo pronto, representa la propuesta heurística de considerar la
sociedad como una entidad, la cual se diferencia en el transcurso de la
evolución tanto como sistema como
también como mundo de vida.”[28]
I.c. Sobre costumbre,
comportamiento tradicional y medios de comunicación - una observación
crítica
13. Se hace evidente que
para Habermas, la acción está estrechamente ligada a la comunicación lingüística
en el sentido de un consentimiento lingüístico, para él la formación del
consenso es prácticamente una actividad lingüística. No consideramos este
supuesto (el consenso como consentimiento siempre ya otorgado) como
suficientemente plausible. Además, no lo consideramos lo suficientemente
realista, ya que la operación de un consenso resulta solamente razonable desde
el punto de vista de una operación de disenso.[29]
En otras palabras: para que haya consenso tiene que haber la posibilidad de
disenso. A ello se añade que solamente frente al trasfondo de la operación del
ya-haber-entendido de una expresión lingüística, se hace posible la adopción de
una postura de consentimiento o de rechazo frente a dicha operación. En caso
contrario, se trata de formas de comunicación que producen el consentimiento sin
referirse a operaciones consensuales. Semejantes formas de “consentimiento”[30]
implícito, forman la mayor parte del acontecer comunicativo y de acción
cotidiano dentro de la sociedad. Estas formas son, sobre todo, la “costumbre”,
la “rutina”, el “comportamiento tradicional”[31]
en el sentido de Max Weber y los llamados “medios de comunicación”.
14. Los llamados “medios de
comunicación” expresan formas de sistemas de sentido muy potentes: son
comunicaciones y acciones altamente abreviadas, mismas que, sobre la base de los
medios como el “dinero”, “dios” o el “poder” posibilitan las operaciones de
“comprar”, “rezar” o “elegir”, sin incluir explícitamente los procesos de
decisión explícita o de consentimiento reflexivo. Los medios de comunicación de
dicho tipo canalizan las operaciones comunicativas en una forma particular, de
tal manera que “el comprar”, “el rezar” o
“el elegir” no requieren de ninguna operación explícitamente consensual o
una decisión deliberada[32].
Es más, la función de los “medios de comunicación simbólicamente generalizados”
radica en la tarea de reducir la complejidad comunicativa (posibilidad de
argumentar, de decir ‘sí’ o ‘no’ etc.),
hacer dicha reducción transferible y, con ello, hacerla capaz de que
conexione “sin más problemas”. En este sentido, estamos completamente de acuerdo
con Niklas Luhmann, quien opina que dichos medios de comunicación extremadamente
reducidos como “el dinero”, “dios” o “el poder “...aumentan la disposición de
aceptación comunicativa de tal manera…que dicha comunicación puede ser
arriesgada sin omitirla o ponerla en duda desde un principio…”[33]
Es más, precisamente debido a la mentada “reducción communicativa”, se
constituyen los llamados “sistemas de sentido”, como los son por ejemplo la
ciencia, la economía, la política, la educación, la familia etcétera.
15. En caso de que sea
aceptada nuestra observación hecha arriba, diríamos que grandes partes de la
comunicación social se realizan en primer lugar a través de la costumbre, de la
rutina, de la acción tradicional y de los medios simbólicamente generalizados.
Por lo tanto, la operación del consenso postulada por Habermas representa una
forma de realización comunicativa más bien marginal. Además, si Habermas usa el
concepto del consenso en el sentido de un ‘acuerdo-ya-alcanzado’ (=
consentimiento), esto implica un ‘ya-haber-entendido’. Dicha situación
comunicativa implica, a su vez, que uno puede de estar de acuerdo - o no - con
aquello que ya ha entendido[34].
Esto a su vez implica la distinción primordial de consenso/disenso, o sea la
posibilidad de poder decidir “o qué si o qué no”. Después de una minuciosa
examinación analítica de la semántica del consenso de Jürgen Habermas, el
sociólogo alemán Gabor Kiss llega a la conclusión: Habermas “...construye… un
consenso, mismo que es explicado mediante el consenso acerca del consenso.”[35]
II. La teoría de la acción
comunicativa desde la perspectiva de la teoría de las
distinciones
16. ¿Qué se puede decir,
desde la perspectiva de la teoría de las distinciones aquí presupuesta[36],
acerca de la actual arquitectura de la teoría de la acción comunicativa de
Jürgen Habermas con relación al aspecto de la racionalidad de la acción?
1) Nosotros vemos el
problema general de dicha teoría en el hecho de que Habermas plantea sus
conceptos de una manera demasiado estrecha, lo que Gabor Kiss ha criticado como
“…deficiencia de sistematización de sus pensamientos (de Habermas RJ)…”[37]
Por lo tanto, la conclusión debería ser: desentrelazar la estructura conceptual
de su teoría.
2) Vemos un segundo problema
en el hecho de que Habermas prácticamente no operacionaliza sus conceptos.
Conceptos como “acción”, “sistema”, “mundo de vida”, “comunicación” etc. son
usados en una forma sinóptica fenomenológica-clasificatoria, con la consecuencia
de que resulta difícil trabajar con dichos conceptos, dado que no permiten un
manejo teórico-operacional[38].
3) Un tercer problema está
en que Habermas dicotomiza sus conceptos centrales como los
son:
“acción”/”sistema”
“consentimiento”/”ejercicio
del influjo”
“racionalidad de acción
comunicativa”/”racionalidad de acción estratégica”
“integración
social”/”integración de sistema”
“intenciones de
acción”/”consecuencias de la acción”
“perspectiva del
participante”/”perspectiva del observador”
“razón comunicativa”/”razón
funcional”
17. Sobre la base de una
teoría social planteada dicótomamente, Habermas presupone dos niveles
esenciales de la Sociedad moderna,
mismos que se muestran en el nivel de la arquitectura de dicha teoría como
tensión entre la ‘teoría de la acción’ y la ‘teoría de sistemas’[39].
Por ello, Habermas parte consecuentemente del hecho de que “… el problema de
construcción de cómo pueden ser asociadas las teorías de acción y de sistema
mediante conceptos básicos, existe con razón. Mi fórmula propuesta
provisionalmente de comprender las sociedades, por un lado, como contextos de
acción estabilizados sistémicamente (RJ); por el otro lado, como grupos
integrados socialmente (RJ), contiene estos dos aspectos.”[40]
En otras palabras: no son las teorías en sí las que dan como resultado dicha
dicotomía, sino la actitud de Habermas frente a sus conceptos
básicos.
18. Por lo tanto: nosotros
negamos, que conceptos básicos como “el sistema” y “la acción” puedan ser vistos
exclusivamente en forma dicótoma, aunque admitimos que este procedimiento
dicótomo de Habermas es comprensible en el sentido de que es (hasta cierto
punto) el resultado de su crítica de la teoría del sistema general de la acción
de Parsons; la cual plantea así,
Habermas “…a un nivel de reflexión demasiado simple los puntos de conexión entre
los modelos de sistema y de acción.”[41]
En otras palabras: mientras que Parsons utiliza los conceptos de ‘acción’ y de
‘sistema’ semánticamente en forma idéntica, Habermas trata de relacionar dichos
conceptos exclusivamente en forma dicótoma. Ahora bien, nosotros somos de la
opinión de que aquí no se trata de una unidad idéntica (acción es igual al
sistema), como en el caso de Parsons, ni tampoco de una distinción disyuntiva
(acción y sistema son totalmente distintos), como en el caso de Habermas.
Nosotros postulamos que el problema de poder entender lo que es la Sociedad
solamente puede ser resuelto adecuadamente, si uno está dispuesto a examinar ‘la
acción’ y ‘el sistema’, por una parte como unidad, por otra parte como
distinción. Se trata nada menos de integrar – desde el punto de vista de una
arquitectónica de la teoría – las posiciones más generales de Talcott Parsons[42]
y de Jürgen Habermas.
II.a. Los tres problemas de
la acción comunicativa - posibles soluciones
II.a.1. El problema
concepcional y el problema de la operacionalización de los conceptos
básicos
19. Intentemos abordar
primero el problema del aspecto conceptual de un entrelace demasiado estrecho de
los conceptos centrales de Habermas. Dicho problema está al mismo tiempo
vinculado estrechamente con el segundo problema de la teoría de la acción
comunicativa: los conceptos básicos
que Habermas propone se oponen a una posible operacionalización. Por lo tanto
primeramente preguntamos: ¿De qué manera se podría efectuar un
desentrelazamiento de la arquitectura de la teoría de la acción comunicativa de
Habermas?
20. Como (1) primer ejemplo
para abordar el problema conceptual de un entrelazo de conceptos centrales
demasiado estrecho, nos servirá su concepto de referencia al mundo, mismo que
Habermas conecta con cuatro conceptos sociológicos de acción. Recordemos
brevemente: la acción teleológica-estratégica hace referencia solamente al mundo
objetivo; la acción regulada por normas implica dos mundos: el mundo objetivo y
el mundo social; la acción dramatúrgica implica igualmente dos mundos: el
objetivo y el mundo subjetivo; finalmente, la acción comunicativa presupone
simultáneamente el mundo objetivo, el social y el subjetivo[43].
21. Nosotros preguntamos:
¿Se puede proceder aquí de otra manera? A base del concepto de la observación,
mismo que hemos desenvuelto y presentado en otra parte[44],
se puede observar (!) una transición paulatina de la operación llamada
‘observación’ y, con ello, esquivar la dicotomización de sujeto/objeto, la cual
está integrada junto con el concepto de mundo propuesto por Habermas. En el
trabajo mencionado arriba propusimos seis modalidades de observación, mismas que
se dividen en observaciones que ‘producen’ la operación de la acción, y
observaciones que ‘constituyen’ la operación de la observación. Las modalidades
de observación referidas a la acción son: “la facticidad”, “la posibilidad” y
“la alternatividad”. Las observaciones referidas a la observación son: la
propiamente llamada “observación”, “la reflexión” y “la autorreflexión”.
observaciones de la
acción
observaciones de la observación[45]
facticidad
(monovalente)
observación (tetrádico-valente)
posibilidad (bivalente)
reflexión
alternatividad (trivalente)
autoreflexión
22. La “facticidad” refleja
una relación monovalente del observador a lo observado y, en este sentido, sería
equivalente al concepto del mundo objetivo de Habermas (o al mundo 1 de Popper).
La “posibilidad” consiste en una relación bivalente del observador a lo
observado y, en este sentido, es equivalente al concepto del mundo social de
Habermas. La “alternatividad” consiste en una relación trivalente del observador
a lo observado, y constituye lo que por lo general los sociólogos llamamos
‘acción’: consiste en una decisión explícita entre ‘algo’ y ‘algo más’. Este
lugar no está ocupado dentro del marco de la arquitectura de teoría de Habermas,
dado que él presenta solamente un concepto de acción muy rudimentario.
Finalmente existe lo que podríamos llamar la verdadera “observación” como un
relacionamiento tetrádico del observador a lo observado de cuatro valencias,
mismo que forma el equivalente al concepto del sujeto de Habermas: El observador
observa ‘esto, no aquello’ y es accesible a sí mismo como alguien que observa
(no como alguien que actúa)[46].
23. Dentro del marco de una
teoría de la observación, uno tiene la posibilidad de poder observar(!)
paulatinamente la constitución de las diferentes modalidades de observación. De
dicha manera, uno escapa del problema de tener que plantear todo lo observado,
con la ayuda de la clásica dicotomización de ‘subjetividad’ y de ‘objetividad’.
En todo caso, la ventaja de dicha teoría consiste en que puede ser criticada,
mejorada o rechazada, sin que ello lleve consigo un rechazo global de la
estructura global de la teoría aquí propuesta como ‘teoría de las distinciones’,
como parece ser el caso con la ‘teoría de la acción comunicativa’ de Habermas .
Además, se puede añadir la circunstancia de que los conceptos de mundo usados
por Habermas, o sea “objetividad”, “subjetividad” y “socialidad”, pueden – en el
marco de la teoría de las distinciones - ser comprendidos como constituidos
desde la perspectiva de un observador y que, en este sentido, no hace falta
hablar de supuestos ontológicos de los diferentes mundos, como lo hace
Habermas:
Jokisch:
Habermas:
teoría de la observación
teoría de los 3 Mundos (Popper, Jarvie)
en el marco de la
en el marco de la
teoría de las distinciones[47]
teoría de la acción comunicativa
facticidad
corresponde a
objetividad
posibilidad
“
socialidad
alternatividad
“
?
observación
“
subjetividad
24. Como (2) segundo ejemplo
para abordar el problema conceptual de un entrelazo de conceptos centrales
demasiado estrecho en la teoría de la acción comunicativa de Habermas, tomaremos
su modelo de los conjuntos de racionalización, el cual también está relacionado
con los modelos sociológicos de la acción previamente ya tematizados. Habermas
parte del hecho de que con la paulatina descentralización de la conciencia, se
pueden relacionar las posiciones fundamentales de la acción, o sea la
objetivización, la normatividad y la expresión, con los conceptos del mundo
formalmente introducidos, o sea con el mundo objetivo, con el mundo social y con
el mundo subjetivo. Ahora bien, Habermas combina de manera de una tabla de cruz
(una técnica de construcción de teoría previamente practicada en extenso por
Parsons) las posiciones fundamentales de la acción con los mundos y obtiene
nueve relaciones pragmática - formales, mismas que constituyen las relaciones
específicas entre los actores y sus mundos:
+ mundos + + Posiciones + fundamentales |
1 |
2 |
3 |
1 |
| |||
3 |
Arte |
|
|
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1 |
racionalidad instrumental - cognitiva Ciencia, Técnica Tecnologías sociales |
x |
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2 |
x |
racionalidad moral - práctica Derecho Moral |
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3 |
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x |
racionalidad estética - práctica Erótica Arte | |||||
25. De las nueve
posibilidades de una relación entre actor y mundo sirven, según Habermas
“…solamente algunas de estas relaciones pragmático-formales para la acumulación
del conocimiento…”[49],
dicho exactamente: solamente seis[50].
Ahora bien, estas seis relaciones están integradas en tres formas de
racionalidad. Tenemos (1) la racionalidad instrumental - cognitiva que requiere
una posición objetivizante hacia el mundo objetivo y el mundo social. Está (2)
la racionalidad moral-práctica que requiere una posición de conformidad
normativa hacia el mundo social y el mundo objetivo. Finalmente está (3) la
racionalidad estética - práctica que requiere una posición expresiva hacia el
mundo subjetivo y el mundo objetivo[51].
26. Los dos criterios que
Habermas ofrece para comprender el desarrollo de las seis relaciones, las cuales
están condensadas en las tres formas de racionalidad expuestas arriba, son:
primero, que dichas
relaciones tienen que ser propicias para “...la acumulación del conocimiento.
Por lo tanto debemos intentar identificar aquellas relaciones que bajo el
aspecto de la adquisición del conocimiento son lo suficientemente productivas
como para permitir un desarrollo de las esferas culturales autorreguladas en el
sentido de Max Weber.”[52];
segundo, que dichas
“...esferas culturales destaquen por su producción de conocimiento diferenciado
de acuerdo a exigencias legitimas de aceptación...”...”...y que dicha
continuidad de producción de conocimiento pueda ser garantizada mediante el
surgir de una reflexividad sobre procesos de aprendizaje, o sea por medio de un
re-acoplamiento con las formas diferenciadas de la argumentación....”...es
entonces “...que se debe poder comprobar la existencia de relaciones culturales
típicas con una respectiva forma de argumentación, especializada en lo que se
podría llamar una exigencia de aceptación universal.”[53]
27. Resumimos lo arriba
dicho por Habermas: Para que se puedan diferenciar como ‘esferas de valores
culturales’, las seis relaciones - ciencia/técnica, tecnologías sociales,
derecho, moral, erótica y arte - requieren, por un lado, de una acumulación de
conocimiento y, por el otro lado, del desarrollo de una forma especial de
argumentación, misma que permita una correspondiente
institucionalización.
28. De acuerdo con Habermas
pertenecen a la racionalidad instrumental - cognitiva, la ciencia, la técnica y
las tecnologías sociales ; a la racionalidad moral - práctica pertenecen el
derecho y la moral, y a la racionalidad estético - práctica pertenecen la
erótica y el arte[54].
Ahora bien, si aplicamos el criterio de la acumulación del conocimiento
propuesto por Habermas, preguntamos (con Thomas McCarthy): ¿Existe, dentro de
los ámbitos del arte y de la moral algo como una producción de conocimiento
continua y acumulativa? Dudamos de semejante posibilidad, ya que aun en áreas
como la ciencia y la técnica, ya no se puede partir del hecho de que estas áreas
estuvieran caracterizadas por una acumulación continua del conocimiento - como
lo ha demostrado sobre todo Thomas S. Kuhn con sus estudios sobre el desarrollo
de la ciencia[55]
- Por ello, McCarthy escribe sobre dicha propuesta de Habermas: “Los adelantos a
nivel estructural no necesariamente generan una acumulación de conocimiento
continua a nivel del contenido. Esto señala que no podemos adjudicar demasiada
importancia al carácter “continuo” y “acumulativo” de la producción del
conocimiento dentro del esquema de referencias de actor-mundo de Habermas.”[56]
Ahora bien, si la mirada se dirige al criterio de la institucionalización,
entonces preguntamos: ¿A qué grado es la racionalidad moral-práctica-
institucionalizable?[57]
La respuesta dada por McCarthy es: “…el punto decisivo sigue siendo aquel de que
una ética comunicativa despegada de sus bases religiosas ha encontrado hasta
ahora solamente un débil amarre institucional, tanto dentro de las instituciones
culturales como dentro de las sociales.”[58]
En resumidas cuentas: ni el criterio de la acumulación del conocimiento, ni el
de la institucionalización son suficientes para legitimar argumentativamente las
racionalidades propuestas por Habermas. Con ello no estamos argumentando que
dichas racionalidades no existan!
29. La construcción de una
teoría como la de Habermas, en la que los diferentes conceptos están tan
entrelazados entre sí que ya no se pueden diferenciar los unos de los otros, no
está - así, nuestra opinión - primero, lo suficientemente asegurada
empíricamente. Es más, Habermas mismo es de la opinión de que su modelo
propuesto “...es un modelo muy arriesgado...”[59]
Y Thomas McCarthy - realmente partidario de la teoría propuesta por Habermas -
resume su análisis crítico del modelo de Habermas en las siguientes palabras:
“Quiero…mostrar…qué tan extremadamente problemático es el esquema de
Habermas.”[60]
Segundo, somos de la opinión que Habermas trata de relacionar los conceptos de
acción con los correspondientes conceptos de mundo en una forma inequívoca[61]
privándose, al mismo tiempo, de la posibilidad de abordar acciones especificas
como la científica, la técnica, la jurídica, la moral, la erótica o la artística
como formas de acciones y comunicaciones autónomas. Es más, dicha adjudicación
inequívoca bloquea la comprensión de la emergencia de otras relaciones
actor-mundo. Solamente si la arquitectura de teoría permite diseñar la
racionalidad, en el caso de que se pudiera producir un acoplamiento entre una
comunicación específica es posible resolver adecuadamente el problema de la
emergencia de tan diversos ‘sistemas sociales’ como lo son el arte, la religión,
la política, la economía, el sexo, la familia, la salud, la moral, la ciencia,
el derecho, la técnica, el deporte, la educación, etc. De otra manera, Habermas
corre el riesgo de caer preso de una preferencia idiosincrática de modelos
occidentales de cultura, como lo ha formulado el mismo McCarthy, partidario
vehemente de la teoría de la acción comunicativa: “Habermas es consciente del
hecho de que su esquema refleja de manera muy imprecisa las tres esferas de
valores culturales, mismas que han sido diferenciadas en la Europa moderna(…);
no obstante insiste en el hecho de que ‘…esto aun no es una objeción contra el
valor sistemático de dicho …esquema…’“[62]
De este modo, hemos tratado de ofrecer un ejemplo de cuáles son las ‘cadenas
teóricas’ que se pone Habermas, lo cual es resultado del alto grado de
hermeticidad de la arquitectura de su teoría.
30. ¿Hay otra posibilidad de
tratar lo que Habermas quiere expresar con las posiciones básicas de acción
relacionadas con lo “objetivizante”, lo “conforme a las normas” y lo expresivo”,
en conexión con los conceptos de mundo objetivo, social y subjetivo? Nosotros
somos de la opinión que se puede proceder teóricamente de otra manera. La
condición es que las posiciones básicas de acción y los conceptos de mundo
postulados por Habermas deben de ser desentrañados en el sentido de que ambos
grupos de conceptos deben ser tratados hasta cierto punto aisladamente. Hemos
señalado ya varias veces que la sociedad – desde el punto de vista de la teoría
de las distinciones - está
compuesta, por lo menos, de cuatro estilos de expectación, a saber: la corporal,
la afectiva, la personal y la social:
SOCIEDAD
estilos de expectación
tipos de sistemas del sentido
naturales/corporales
áreas de sentido corporales
afectivos
áreas de sentido psíquicos
personales/individuales
áreas de sentido personales
normativos
áreas de sentido sociales
A su vez, la formación de
los estilos de expectación tiene lugar mediante las siguientes
distinciones:
áreas de la sociedad
distinciones
áreas o sistemas corporales
corporal/espiritual
áreas o sistemas psíquicos
afectual/neutral
áreas o sistemas personales
consciente/inconsciente
áreas o sistemas sociales
normativo/cognitivo
31. Dentro del marco de una
teoría de estilos de expectación, es natural esperar(!) que un tipo de área o
sistema de sentido “espere” como su igual a otro tipo de sistema de sentido
distinto, sin considerar su carácter diferente. Esto sucede tan sólo por el
hecho de que cada tipo de área o sistema de sentido procede de manera universal:
todo lo que espera, lo puede esperar solamente dentro del marco de su propio
estilo de expectación. Para demostrar esto, sólo necesitamos observar las
acuñaciones concretas de las áreas o los sistemas del sentido, mismos que operan
dentro del marco de un determinado tipo de área o sistema de
sentido:
tipo de área o sistema del sentido...
área o sistema del sentido...
corporal
sexo, edad, color, altura…
afectual
amor, envidia, confianza, melancolía…
personal
conciencia, imaginación, pensamiento
social
economía, política, ciencia, religión…
32. Nosotros partimos de la
posición de que, entre las distintas áreas de la sociedad (o tipos de sistemas),
no existen relaciones a priori, como en el caso de Habermas: para poder
determinar cómo se efectúan realmente las relaciones, se requiere de una
observación que procede empíricamente. Por otra parte, es posible por ejemplo
que el área o tipo de sistema llamado sexo “sexualice” al amor o a la persona o
a la economía. Bajo la perspectiva de dicha ‘sexualización’, el amor entonces no
se presenta como ‘amor romántico’, o sea, como expresión de sentimientos, sino
como sexualidad; la persona no se presenta como individuo, sino como hombre o
mujer; la economía se presenta, por ejemplo, como prostitución, etc. Con esto
queremos decir que hay una constante influencia positiva y negativa entre las
diferentes áreas.
33. No se trata aquí de
demostrar que la universalización de dichos estilos de expectación sería
deseable o fuera de lugar. Lo que importa es la presentación de la posibilidad
de una observación de este tipo, con lo cual, el interés de observación y una
correspondiente investigación deben decidir sobre la universalización ‘real’ de
un determinado estilo de expectación[63].
Ahora bien, si se intenta relacionar la teoría de los estilos de expectación
brevemente presentada aquí con la teoría de las formas de racionalidad de
Habermas, entonces podemos formular: la posición objetivizante se puede
encontrar en el ámbito del estilo de expectación físico/corporal; la posición
expresiva está representada en el
estilo afectivo de expectación; y finalmente, la posición conforme a las normas
se puede considerar en gran medida como igual al estilo social de expectación.
Nos asombra que Habermas no pueda ofrecer una posición equivalente al estilo
personal de expectación, por lo menos no dentro del marco de las posiciones
fundamentales referidas por él:
estilos de expectación
complejos de racionalización
corporal
posición objetivizante
afectual
posición expresiva
personal
?
social
posición conforme a las normas
II.a.2. El problema de la
dicotomización
34. Abordemos ahora el
tercer problema de la arquitectura de teoría de Habermas: la repetida
dicotomización de conceptos como lo son: el consentimiento/el ejercicio de la
influencia, la racionalidad de acción comunicativa/la racionalidad de acción
estratégica, la integración social/la integración de sistema, las intenciones de
acción/las consecuencias de la acción, la perspectiva del participante/la
perspectiva del observador, la razón comunicativa/la razón funcional, etc. En
última instancia, estas dicotomizaciones, por un lado, desembocan - en el nivel de la sociedad
observada por Habermas - en la dicotomía de “acción” y “sistema” ; por el
otro lado, en el nivel de la teoría de la sociedad de Habermas, en la dicotomía
de teoría de la acción y teoría de sistemas.
Sociedad observada por
Habermas
Teoría de la sociedad
propuesta por Habermas
acción/sistema
teoría de la acción/teoría de sistemas
35. El problema de la
dicotomización, el cual Habermas produce a lo largo de su teoría (tanto en el
ámbito de la teoría general como en el ámbito de la teoría de la sociedad), está
estrechamente ligado al segundo problema ya mencionado arriba: al hecho de que
Habermas antes de someter conceptos como “acción”, “sistema”, “comunicación”,
etc. a un tratamiento operacionalizante, más bien sólo los describe
fenomenológicamente, para entonces ordenarlos clasificatoriamente. Por lo tanto,
trataremos conjuntamente el problema de la dicotomización y el problema de la
insuficiente operacionalización de sus conceptos centrales. Procederemos de la
siguiente manera: en el ámbito de la teoría social reduciremos las diferentes
dicotomizaciones a una sola, es decir, a la de “acción” y “sistema”. En el
ámbito de la teoría general, trataremos brevemente la dicotomización de ‘teoría
de acción’ y ‘teoría de los sistemas’, con la ayuda de la dicotomía de la
‘perspectiva del participante’ y la ‘perspectiva del observador’, también
ofrecida por Habermas.
36. Es nuestra opinión una
de las razones por las cuales Habermas elabora su teoría en forma dicotónoma, es
que es el resultado de su crítica a Talcott Parsons, ya que Parsons
prácticamente identifica ‘la acción’ con ‘el sistema’[64].
Y por ello Habermas sostiene que a Parsons no le es posible diferenciar entre
‘sistema’ y ‘mundo de vida’, dada tal identificación[65].
Con base en dicha crítica, Habermas desenvuelve su programa para una teoría de
la sociedad titulada ‘acción comunicativa’, formulándola de la siguiente manera:
“Desde Marx uno puede observar en la historia de la teoría social una desmixtura
de los dos paradigmas más importantes de la teoría de la sociedad: el paradigma
del sistema por una parte, y el paradigma del mundo de vida (que incluye el
concepto de acción RJ) por otra. Ya no(RJ) es posible integrar dichos paradigmas
en un solo concepto de sociedad.”[66].
37. Por lo tanto, según
Habermas “…existe el siguiente problema de construcción de una teoría de la
sociedad: ¿cómo se pueden entrelazar los conceptos fundamentales de la teoría de
la acción por un lado, de la teoría de sistemas por el otro?”[67].
Y Habermas formula, en cortas palabras, su programa de una construcción de dicha
teoría social: “Mi formula propuesta provisionalmente, de comprender a las
sociedades como contextos de acción estabilizados sistémicamente (RJ) de los
grupos socialmente (RJ) integrados, contiene ambos aspectos (el aspecto de la
acción y el aspecto de sistema RJ).”[68]
II.b. Sobre el concepto de
acción de Habermas
38. Empecemos con el concepto de la acción
de Habermas y analicemos, para esta finalidad, más exactamente, la
reconstrucción tipológica que hace de los conceptos teóricos de la acción.
Preguntamos, primeramente: ¿Es adecuado partir, dentro del marco de la formación
y construcción de teorías sociales, de solamente cuatro conceptos de la acción,
es decir, del teleológico, del normativo, del dramatúrgico y del comunicativo?
Esta sería una pregunta que se debería contestar empíricamente. Ahora bien, el
problema de la determinación lo que puede ser comprendido como acción, está
estrechamente vinculado a la pregunta acerca de una tipologización de conceptos
de la acción, dentro del marco de la formación de teorías en las ciencias
sociales. ¿Pero cómo se puede resolver dicho problema de la tipologización de la
llamada acción, si no se dispone de una semántica de la acción, por más sencilla
que sea?[69]
Por ello nosotros preguntamos: ¿Qué comprende Habermas por acción?
39. En el contexto de una
definición del concepto de la acción comunicativa, nos dice Habermas: “Hasta
ahora hemos comprendido la acción como el dominio de las situaciones.” Y unas
páginas más adelante: “La acción o sea el dominio de las situaciones…”[70]
Ambas definiciones contienen muy poca información como para poder seleccionar
sobre ellas conceptos de la acción tipológicamente distintos. Si abordamos las
definiciones propuestas, entonces podemos decir: Todo sistema tiene - y esto por
definición - que dominar la situación en la que se encuentra. De lo contrario,
decaería como sistema; se destruiría como área específica social. En este
sentido, se puede decir que el dominio de la situación que tiene que ejercer el
sistema equivale a su conservación como sistema. Por lo tanto, preguntamos: ¿Nos
ha proporcionado Habermas con dichas definiciones algo relevante e informativo
acerca de lo que puede ser una acción? Nosotros creemos que no, a no ser que le
demos suma importancia a la fórmula trivial de la acción, como ‘dominio de las
situaciones’.
40. Si lo dicho arriba es
aceptado por el lector, entonces, la conclusión debería ser que Habermas no
dispone de ninguna semántica adecuada de la acción. Y no olvidemos que su teoría
trae el nombre de “acción comunicativa” !Por lo tanto, haciendo hincapié en
la semántica de acción, la tipología de la acción propuesta por Habermas debería
ser -dada la mencionada deficiencia
del concepto de acción- solamente una descripción empírica aproximada a los
conceptos de la acción presentes en las teorías de las ciencias sociales. No
obstante, ¡Habermas reclama universalidad en cuanto a su tipologización![71]
De acuerdo con nuestra opinión, Habermas no puede cumplir con dicha exigencia
bajo las condiciones expuestas.[72]
41. Por lo tanto, la crítica
que Hans Joas (también un partidario de la oposición de Habermas) le hace a
Habermas es una critica - así nuestra opinión - fundada : que el modelo de
acción proporcionado por él es un modelo muy parcial; que le falta por completo
la distinción entre una acción realizadora de finalidades y aquel tipo de acción
realzado por la fenomenología y el pragmatismo que “…encuentra sus finalidades
en las situaciones muy específicas…”[73]
El tipo de acción de un manejo juguetón de objetos y de situaciones no es
mencionado en absoluto según Joas, y en el ámbito del modelo de acción regulador
de las normas falta el tipo de la acción regulada sólo mínimamente por normas,
misma que juega un papel importante en el interaccionismo simbólico y en la
etnometodología. Pero también el modelo de acción auto-expresivo, sin
intenciones estratégicas, no es mencionado. Joas concluye su comentario con la
observación: “Después de una revisión de los modelos de acción propuestos por
Habermas me da la impresión de que no se trata de una adecuada recopilación de
los conceptos comunes de la acción, ni de una tipología amplia para una teoría
general de la acción, sino simplemente de
una clasificación, la cual está trabajada de tal manera, que desde un
principio encaje con los modelos de mundo previstos teóricamente por él.”[74]
II.c. Sobre el concepto de
sistema de Habermas
42. Que podemos ahora decir
en relación al concepto de sistema dentro del marco de la arquitectura de teoría
de la ‘acción comunicativa’? Si a Habermas le planteáramos la pregunta de cómo,
desde su punto de vista, sería posible el orden social, entonces probablemente
respondería: como acoplamiento de los dos tipos que coordinan toda acción: los
‘sistémicos’ y los ‘mundos de vida’. En el contexto de la misma pregunta ¿Como
es posible el orden social? Habermas opina, con referencia a Parsons:
43. “La pregunta inicial que
Parsons se pone acerca de cómo es posible la sociedad en el contexto de su
teoría de la acción, justificaba una aplicación al problema de como se coordinan
las acciones sociales. ¿Cual es la naturaleza de los mecanismos que conectan las
acciones del ‘alter’ de tal manera con las del ‘ego’, que los conflictos, los
cuales podrían amenazar la acción emergente, puedan ser o evitados o bien
suficientemente limitados? Hemos distinguido entre los mecanismos de una
integración social (RJ), que orienta a la acción en caso, y una integración
sistémica (RJ), que ‘pasa a través’ de dicha orientación social coordinando
acciones fuera del limite intencional de las personas (por eso el nombre de
‘sistemas sociales’ RJ).”[75]
De acuerdo a esta distinción, la coordinación de las acciones tiene lugar, por
un lado, mediante “...un ajuste de orientaciones de las respectivas acciones…”,
por el otro lado, “…por medio de un entrelazamiento funcional de las
consecuencias no intencionales de las acciones.”
44. El resultado de la
propuesta de Habermas es una distinción de formas de integrar las acciones:
integración social e integración sistémica.[76]
La sociedad desde el punto de vista de Habermas es definida con la ayuda de
dicha distinción de tipos de integración de la acción: como “…contextos de
acción sistémicamente (RJ) estabilizados de grupos socialmente (RJ)
integrados…”[77]
Con otras palabras, de acuerdo a la opinión de Habermas, su teoría procede
simultáneamente desde la perspectiva de
la teoría de sistemas y desde la teoría de la acción. Por medio de dicha
distinción Habermas puede superar una debilidad central de la teoría de Parsons
(The Structure of Social Action): la casi identificación de las semánticas de la
“acción” y del “sistema”. Ahora bien, nosotros somos de la opinión que una
indentificación de la ‘acción’ con el ‘sistema’ - como lo concibe Parsons - no
solo es posible, sino que también necesario. Pero dicha posición también
significa, que al mismo tiempo hay que tener en cuenta la distinción entre
‘acción’ y ‘sistema’. La debilidad de la propuesta de Parsons consiste en el
hecho de que Parsons no tematiza la distinción entre ‘acción’ y ‘sistema’ sino
que simplemente trabaja a base de dicha identidad de ambos conceptos[78].
45. Habermas no está
dispuesto a explicar ni el concepto de la acción ni el de sistema en forma
operacional, lo cual podría resultar utilizable en el campo de construcción de
teorías de la sociedad dado que serían más aptos a una aplicación. Ahora bien,
si uno de sus objetivos centrales es el formular un concepto de la sociedad,
“…mismo que reúne las teorías de acción y de sistema…”, lo cual supuestamente
debe suceder de una manera no trivial[79],
entonces se genera una pregunta similar frente a la semántica de “sistema” y de
“acción”. ¿Qué entiende Habermas por ‘sistema’? Él define: “Hablamos de
integración social por medio del sistema con respecto a los logros específicos
de control de un sistema auto-regulado; las sociedades aparecen bajo el punto de
vista sistémico como complejos con la posibilidad de conservar sus limites y su
existencia mediante el dominio de la complejidad del respectivo entorno.”[80]
Para nosotros es sintomático que Habermas ofrezca un concepto de ‘sistema’ en
forma fenemenológica-descriptiva y esquiva el estilo Kantiano de preguntar:
¿Como es posible algo? Si se pregunta de tal forma, la respuesta lleva consigo
una connotación técnica. ¿Será por eso que Habermas no usa dicho estilo de
preguntar (y naturalmente de contestar)?[81]
46. La definición de
Habermas de sistema como ‘algo’ que reduce la complejidad del entorno, tiene
naturalmente su sentido. Sin embargo, si se deja la definición de esta manera es
al fin y al cabo una trivialidad.[82]
En todo caso, una explicación fenomenológica-descriptiva de lo que es un sistema
ofrecida por Habermas, no nos puede dar ninguna claridad acerca de su
utilización pragmática.[83]
Estamos seguros que las categorías de la acción y de sistema iluminan el centro
de la arquitectura de teoría de la ‘acción comunicativa’, misma que de acuerdo a
Habermas se esfuerza en no cometer el mismo error que cometió Parsons con su
‘The Structure of Social Action’: presentar “…los una cohesión de acciones
inmediatamente como sistema…”[84]
Compartimos y radicalizamos la opinión de Parsons debido a que funde las
semánticas de la “acción” y de “sistema” a una tan sola unidad la cual se podría
titular “suceso sistémico”. En todo caso, consideramos muy imprecisa la
comprensión que posee Habermas de lo que podría ser la semántica de
“sistema”.
47. Hans Joas no considera
que el supuesto de Habermas de posicionar a la “teoría de la acción” en una
relación de competencia con la “teoría de sistema” sea el resultado de una
discusión substancial que Habermas haya conducido con base en ambos paradigmas.
Joas supone que ha sido la consecuencia de una pre-decisión teórica de valores,
de un supuesto cuasi-antropológico tomado de antemano por Habermas de antemano.
Joas escribe: “No es la teoría de la acción la que se encuentra en una relación
de competencia con la teoría de sistemas funcionalista, sino que una teoría
fundamentada antropológicamente en la acción humana y en las estructuras basales
de la socialidad humana, que se opone (RJ) a una concepción de las ciencias
sociales en categorías de una teoría de sistemas (RJ), misma que como tal no
está confeccionada a la orientación de lo especifico social-humano. La teoría de
sistemas es, frente a lo social, ...solamente una propuesta metafórica para la
solución de los problemas teóricos del orden social.[85]
Puede ser que Habermas tenga un “fuerte resentimiento” contra las figuras de
argumentación teóricas que ofrece la teoría de sistemas, las cuales amenazan con
“tecnizar” al “hombre”, y por ello, no le pueden hacer justicia en cuanto a su
condición ‘humana’. Sin embargo, la recepción intensiva del pensamiento
funcionalista de Habermas - su tratamiento minucioso y multifacético de la
teoría de Talcott Parsons se puede considerar como muy bien logrado - habla en
todo caso otro idioma. A ello se puede añadir su relación pragmática al problema
de recepción de pensamientos ajenos a su posición como nos hace ver la siguiente
formulación del propio Habermas: “Me comporto totalmente de manera pragmática
frente a la pregunta, la cual formuló demasiado dramáticamente McCarthy, acerca
de cuántos “prestamos” de la teoría de sistemas son necesarios para continuar al
mejor nivel posible aquello que Marx comenzó con su crítica de la economía
política.”[86]
48. En resumen, nuestra
tesis principal sobre las teorías de Parsons y Habermas es que los problemas que
tiene Talcott Parsons con la arquitectura de su teoría (The Structure of Social
Action) resultan de una identificación semántica de lo que es “acción” y lo que
es “sistema”, mientras que Jürgen Habermas entra en dificultades porque solo
enfoca “acción” y “sistema” desde el punto de vista dicótomo.
49. Lo que Parsons no
imagina es que más allá de la unidad de la “acción” y del “sistema”, existe
también una diferencia, realzada exageradamente por Habermas, quien absolutiza
la distinción de “acción” y “sistema”, con la consecuencia de que se le escapa
su unidad. Citando nuevamente a Hans Joas: “Por más impreciso que haya sido el
intento de Lockwood de formular la interesante distinción de ‘integración
social’ e ‘integración sistémica’ (la cual es ajustada por Habermas a su
concepto teórico RJ), era evidente que aquí la integración sistémica y la
integración social se referían solo a dos dimensiones de integración, las cuales
siempre están presentes simultáneamente, y que no designaban a dos áreas
completamente distintas de la sociedad (como lo ha presupuesto Habermas RJ).”[87]
La definición de la sociedad que ofrece Habermas como ‘contextos de acción
sistémicamente estabilizados de los grupos socialmente integrados’, da una clara
evidencia de dicha dicotomía: por un lado la “acción” como integración social o
coordinación de las intenciones de la acción, por otro, el “sistema” como
integración sistémica o coordinación de las consecuencias de dichas
acciones.
50. En el contenido,
Habermas legitima el dualismo de “acción” y “sistema” o el de “mundo de vida” y
“sistema”, de la siguiente manera: “El análisis de estos contextos (de acción y
sistema RJ) es posible solamente, si distinguimos entre aquellos mecanismos de
la coordinación de la acción que afinan las orientaciones de la acción de los
participantes entre sí, y aquellos mecanismos que estabilizan los contextos de
acción no-intencionados mediante el entrelazamiento funcional de las
consecuencias de la acción. En uno de los casos, la integración de un sistema de
la acción se produce mediante un consenso asegurado normativamente u obtenido
comunicativamente, en el otro caso por medio de una regulación no-normativa de
las decisiones particulares más allá de la conciencia de los actores. La
diferenciación entre una integración social, misma que comienza con las
orientaciones de la acción, y una integración sistémica, misma que ‘atraviesa
por las orientaciones de la acción’, hace necesaria un diferenciamiento
correspondiente en el concepto mismo de la sociedad.”[88]
Se trata de dos formas distintas de integración de la sociedad, las cuales
representan simultáneamente dos mecanismos diferentes de coordinación de la
acción , lo que hace evidente que Habermas proceda exclusivamente desde la
perspectiva de la teoría de la acción[89].
II.d. La sociedad, el
observador y el participante
51. La dicotomía ofrecida
por Habermas para entender la sociedad: se trata de la integración social de las
intenciones de la acción, y de la integración sistémica de las consecuencias de
la acción. Habermas concibe la coordinación de las intenciones de la acción con
ayuda del concepto de la acción, mientras que, de acuerdo a su opinión, la
coordinación de las consecuencias de la acción solo pueden entenderse con ayuda
del concepto de sistema. Habermas utiliza la semántica de la “acción” para hacer
comprensible la coordinación intencional de las acciones, la semántica de
“sistema” para iluminar la coordinación de las acciones no-intencionadas[90].
Asimismo, argumenta que es la perspectiva del participante la que genera que -
para los actores - la sociedad aparezca como una coordinación de las intenciones
de la acción. También asevera que es la perspectiva del observador la que genera
que - para los actores - la sociedad aparezca como una coordinación de las
consecuencias de la acción. Expresado de forma abreviada: dentro del marco de
las acciones sociales, los participantes experimentan la sociedad como “acción”,
y los observadores “sistema”.[91]
52. La propuesta de Habermas
de relacionar disyuntivamente los paradigmas del “sistema” y de la “acción” los
discute en conexión con el trabajo de Emile Durkheim en donde este trata de
ofrecer un análisis de las forma de cambio de solidaridad social en relación a
lo que se le ha llamado la división del trabajo de Emile Durkheim.[92]
Habermas con base en los aportes de Durkheim quiere hacer plausible que cada
sociedad se basa tanto en una integración social de sus acciones como en una
integración sistémica de las consecuencias de dichas acciones. Por lo tanto,
toda sociedad se enfrenta con el problema de cómo acoplar ambas maneras de
integración de la acción. Habermas define evolución social con base en ambas
formas de integración: “Comprendo como evolución social un proceso de
diferenciamiento del segundo grado: el sistema (RJ) y el mundo de vida (RJ) se
diferencian por el hecho de que la complejidad del uno y la racionalidad del
otro crecen, no solamente como sistema y como mundo de vida, sino que ambos se
diferencian, a la vez, también entre sí (RJ).”[93]
Con esta formulación se enfatiza que Habermas define “acción” como mundo de vida y el concepto de
“sistema” de manera dicótoma, aunque bajo la consideración de desarrollos
social-evolucionarios, muestra hasta cierto punto que dicha dicotomización posee
un sentido contingente, ya que se ha generado como un suceso histórico. Cabe
señalar que para Habermas la primacía dentro de la separación de “sistema” y
“mundo de vida” (= “acciones sociales intencionadas”) la obtiene el mundo de
vida, dado que dicho mundo “... define el estado de la sociedad en su
totalidad.”[94]
La consecuencia de dicha reflexión es, que el sistema requiere de un anclaje
dentro del mundo de vida, lo que significa que debe ser institucionalizado como
‘sistema’.[95]
II.e. Acción como suceso y
acción como sistema
53. Se reitera que la teoría
de Talcott Parsons (The Structure of Social Action) presenta el problema de
fundir - y por lo tanto confunde - la “acción” con el “sistema” en una sola
unidad semántica, sin considerar su distinción. El problema de la teoría de la
acción comunicativa de Jürgen Habermas consiste en que sólo enfoca la distinción
de “acción” y de “sistema”
transformando dicha distinción en una dicotonomía sin tematizar su unidad. Ahora
bien: si preguntamos - a nivel de la teoría social: ¿cuando es una acción un
suceso, cuando es la misma acción un sistema? Nuestra respuesta - prematura, ya
que todavía no hemos ofrecido argumentos: desde la perspectiva del observador
(como unidad de observación), la acción es posible solamente como sistema, desde
la perspectiva participativa (como unidad de utilización), la acción solamente
es posible como suceso. Dicho esto podemos decir que estamos en concordancia con
Habermas (ver arriba). La discordancia entre Habermas y nosotros radica en que
las perspectivas del participante y del observador se encuentran en una relación
complementaria, no en una exclusivamente dicótoma.[96]
54. Los argumentos de dicha
perspectiva son: Una acción es un suceso siempre y cuando - es requerida como
unidad de utilización. Solo sistemas que utilizan acciones, constituyen a éstas
en un acontecimiento o suceso. La razón de esto se puede ver en el hecho de que
un sistema solo se puede conservarse a si mismo con base en una conexión de
sucesos en el sentido que conecta un suceso llamado ‘acción’ con el siguiente
suceso llamado ‘acción’ con el siguiente suceso llamado ‘acción’ etc. Esto se
logra si el suceso - en este caso la acción - se conecta con el siguiente
suceso, lo que quiere decir: un suceso (como lo es la acción) emerge, está
presente y desaparece para cederle el espacio al siguiente suceso y así -
conectarse con el, mismo que, por su parte, emerge, está presente y desaparece
para cederle el espacio al siguiente suceso... Si no tiene lugar ninguna acción
de conexión en forma de suceso, entonces el sistema deja de existir: Toco el
timbre y espero que se me abra la puerta. La puerta permanece cerrada. Me
marcho.
55. Ahora bien, por una
parte es trivial decir que los sistemas utilizan acciones en forma de sucesos
para poder actuar. Es menos trivial que el suceso llamado “acción” presenta,
desde la perspectiva de la observación, una estructura compleja de relaciones
que podemos formular de la siguiente manera: para poder actuar, hay que poder
decidir (explícitamente o - por lo general - implícitamente); y para poder
decidir, hay que poder distinguir. En otras palabras: cada acción implica por lo
menos una distinción para poder realizarse como acción, seamos o no seamos
conscientes de dicha estructura. El puro hecho de querer tocar el timbre de
cualquier puerta implica una estructura compleja. Si contamos que queremos tocar
el timbre de la puerta de un amigo, entonces dicha estructura de la acción
comprende la siguiente forma:
asimetría
simetría
no tú,
no tocar el timbre
proceso de la acción
sino yo
tocar el timbre
Ciertamente se puede decir
también que la acción se presenta en el proceso de denominación, mismo que puede
generarse solamente, si desde una posición asimétrica se decide sobre una
situación simétrica: yo, no tu (asimetría), quiero tocar el timbre (simetría, ya
que tengo la posibilidad de hacerlo o no hacerlo).[97]
56. Mediante la observación
podemos ver a la acción tanto como ‘suceso’ como también ‘estructura relacional’
y, con ello, como “sistema”. Ahora bien, ¿La “acción” es sistema o es suceso?
Para que se genere una acción, deben estar involucradas las distinciones, las
cuales originan el proceso de la decisión. Si observamos dichas distinciones,
entonces estamos observando la acción - y no usándola - como ‘sistema’, como
‘estructura relacional’. Si actuamos, entonces tenemos que usar dichas
distinciones para poder actuar y estamos haciendo uso de la acción como
suceso.[98]
57. Es nuestra impresión que
el aparato teórico de la acción comunicativa de Habermas no es lo
suficientemente complejo como para mantener enfocado, por medio de lo distinto
(las diferentes dicotomías discutidas), también la unidad de lo distinto. Si
preguntamos desde la perspectiva de la teoría de la acción comunicativa: ¿Cómo
es posible la sociedad?, entonces se debe responder: La sociedad posible como
una dicotomía exclusiva de intenciones: de la acciones por una parte, de
consecuencias de dichas acciones por otra.
58. Visto desde la
perspectiva general de arquitectura de teorías, la estructura de la teoría de la
acción comunicativa de Habermas se debería construir de tal manera que se hagan
posibles las reparaciones en diversas partes de dicha estructura, sin que con
ello empiece a sacudirse la estructura en su totalidad. En vista de esta
circunstancia, Niklas Luhmann formula: “En la mayoría de los casos, las teorías
no son capaces de corregir posteriormente las decisiones de conceptos, con las
cuales comienzan. Las cargas, resultado de una situación inicial, solo pueden
ser retocadas o atenuadas. Pueden ocasionar importantes innovaciones o incluso
“revoluciones científicas” en el sentido de Thomas Kuhn. Sin embargo, puede
suceder también que todo el esfuerzo sea simplemente inútil y solo se pueda
desechar como una inversión intelectual fracasada, en caso de que sea posible
ordenar nuevamente el área de teoría desde otras decisiones iniciales.”[99]
Podrá repararse la teoría de la acción comunicativa? Hasta cierto punto ese a
sido nuestro intento, pero desde otro punto de vista teórico, lo cual implica
que ya no puede ser la misma teoría.
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[1] Habermas, ’85:190.
[2] Habermas, ‘81b,1:114.
[3] Consideramos como una de las debilidades fundamentales del proyecto de Jürgen Habermas conectar los diferentes conceptos entre sí tan estrechamente que la autonomía relativa de dichos conceptos ya no se garantiza. No obstante, este destino lo comparte con Talcott Parsons, aunque con ‘The Structure of Social Action’ tenemos la impresión de que hay algo más de “aire” entre los conceptos.
[4] Habermas, ’81,1b:114.
[5] Ibid 126.
[6] Ibid 115.
[7] Jarvie ’74.
[8] Habermas, ‘81b,1:115.
[9] Popper, ’73:174.
[10] Habermas ’81,1b:120-123.
[11] Ibid 129-142.
[12] Ibid 140.
[13] Ibid 142.
[14] Ibid 128.
[15] Ibid 439
[16] Igualmente la misma tabla
[17] Habermas, ’81,1b:151.
[18] Ibid.
[19] Ibid,
142.
[20] Ibid,
149.
[21] Ibid,
148.
[22] Ibid, 525.
[23] Habermas, ’84:572.
[24] Ibid, 573
[25] “He introducido, ocasionalmente ... ,el concepto del mundo de vida. Forma un concepto complementario para la acción comunicativa.” (Habermas, ‘81b,2:182)
[26] Habermas, ’84:604.
[27] Ibid, 603.
[28] Habermas, ‘81b,2:228.
[29] Luhmann formula críticamente acerca de la primacía del supuesto del consenso de Habermas: “Frecuentemente se imputa más o menos explícitamente que la comunicación aspira al consenso, que busca el consentimiento. La teoría de la racionalidad de la acción comunicativa desarrollada por Habermas, se erige sobre la base de esta premisa. Sin embargo, ya empíricamente está simplemente falsa. También se puede comunicar para marcar el disenso, uno puede querer pelearse, y no hay ninguna razón para considerar la búsqueda del consenso como más racional que la búsqueda del disenso. Esto depende enteramente de los temas y los afectados. Obviamente, la comunicación es imposible sin algún consenso; pero también es imposible sin ningún disenso.” Luhmann, ‘87e:10.
[30] Aquí se trata de algo como un “consentimiento sin estar de acuerdo”.
[31] Max Weber identifica la “masa de toda acción cotidiana asumida por el mundo de vida” con la acción tradicional, misma que realmente se describe como “comportamiento”. Weber, ’72 :12/13.
[32] Haberams realza con razón que un medio de control como el “dinero” o el “poder” está hecho de tal manera que “,... las acciones del alter pueden ser “conectadas” con las de ego, aun esquivando los arriesgados procesos de formación de consenso.” Habermas, ’84 :578.
[33] La cita completa es: “En general, con los medios de comunicación simbólicamente generalizados se trata de instituciones semánticas, mismas que posibilitan el éxito comunicativo, el cual, en sí, es improbable. Con ello, “posibilitar el éxito” significa: aumentar la disposición para la recepción de la comunicación, de tal manera que se pueda arriesgar la comunicación , y que no se omita, desde el principio, por falta de esperanza.
[34] Naturalmente, uno puede imaginarse haber entendido algo de esta u otra manera. Pero esto es otro problema que aquí no trataremos.
[35] Kiss,
’87 :111.
[36] Ver Jokisch, ’99. Dicho trabajo se terminó de escribir en 1992 y se publicó en una editora alemana en 1966 (Jokisch ’96). Se está editando actualmente por la editora de la Universidad Iberoamericana y saldrá probablemente a mediados de 1999 en español.
[37] Kiss, ’87 :114.
[38] No son, si se quiere decir así, concebidos lo suficientemente ‘técnicos’; lo que corresponde seguramente más al ‘espíritu’ de Habermas.
[39] Habermas, ‘81b,2:300.
[40] Ibid, 301.
[41] Ibid, 304
[42] Ver el artículo sobre Talcott Parsons ‘Sobre la estructura de la acción social de Talcott Parsons - desde el punto de vista de la teoría de las distinciones’. Manuscrito también en español, México/Berlín, 1998.
[43] Habermas
‘81b,1:142.
[44] Jokisch
’96:259-301.
[45] Ibid 271.
[46] Los conceptos de observación de la “reflexión” y la “autorreflexión no son tematizados en este contexto, ya que no son relevantes en referencia a los conceptos de mundo propuestos por Habermas.
[47] Naturalmente, estas equivalencias son correctas sólo condicionalmente, ya que con la ayuda del concepto de la observación esquivamos la dicotomía de sujeto/objeto.
[48] Habermas, ‘81b, 1:326.
[49] Ibid, 325
[50] Con ello, Habermas se adhiere a max Weber: “El (M. Weber RJ) tiene
aparentemente la idea de que solamente seis de las clasificadas relaciones entre
actos y mundo pueden ser “racionalizadas y sublimadas” conscientemente...”
(ibid.
326).
[51] Ibid.
326/327.
[52] Ibid.
325/326.
[53] Ibid. 327/328.
[54] Véase la tabla en ibid. 326.
[55] Kuhn
’76.
[56] Mc Carthy
’89.569/570.
[57] Ibid. 570.
[58] Ibid.
[59] Habermas ‘81b,1:328
[60] Mc Carthy
’89:579.
[61] “...las tres esferas de valores culturales se deben conectar con los respectivos sistemas de acción de tal manera que esté asegurada una producción y transferencia del conocimiento especializada de acuerdo con las exigencias de aceptación ...” Habermas ‘81b, 1:328/329.
[62] McCarthy, ’89:579.
[63] Un ejemplo clásico para la era moderna es el ‘estilo de expectación científico ‘ del sistema de economía, supuestamente aquel sistema con la más fuerte influencia sobre la sociedad. Sustituyo al ‘estilo de expectación religioso’ en cuanto al alcance social global y a la amplitud del efecto.
[64] Habermas ‘811b,2:304.
[65] Ibid. 420.
[66] Ibid.
303.
[67] Ibid.
301
[68] Ibid.
[69] Aunque una concepción de este tipo fuera, por lo pronto, intuitiva y rudimentaria.
[70] Las citas dicen: “Hasta ahora hemos comprendido la acción como el dominio de las situaciones. El concepto de la acción comunicativa separa sobre todo dos aspectos del dominio de la situación: el aspecto teleológico de la realización de las finalidades (o la realización de un plano de acción) y el aspecto comunicativo de la interpretación de la situación y la obtención de un consentimiento. Con la acción comunicativa, los participantes persiguen conjuntamente sus planes sobre la base de una definición común de la situación.” Habermas ‘81b,2:193. La segunda cita dice: “La acción o el dominio de la situación se presenta como proceso circular, dentro del cual el actor es ambas cosas a la vez - el iniciador de acciones adjudicables y el producto de las tradiciones, dentro de las cuales está ubicado…”(ibid., 204) En un trabajo publicado dos años después de la aparición de la teoría de la acción comunicativa, encontramos también dos definiciones de la acción: a) “Si comprendemos la acción generalmente como el dominio de las situaciones…”Habermas, ‘83a:145, y b) “Si partimos, con Piaget, de la acción, es decir, de la confrontación activa de un sujeto aprendiendo constructivamente con su entorno…”Habermas ‘83a:150.
[71] Habermas ‘81b,1:115 y ss.
[72] Hans Joas opina: “Ya una breve confrontación de esta tipología con los conceptos de la acción dentro de las ciencias sociales o en la filosofía indica deficiencias fundamentales de dicha tipología” Joas, ’86 :148.
[73] Ibid
[74] Finalmente, Joas establece : “Se debería anotar como resultado intermedio el hecho de que, en cuanto a la teoría de la acción, Habermas no ha intentado realmente hacerle justicia a la pluralidad fenomenológica de dicho concepto”. Ibid 149.
[75] Habermas ‘81b,2:301/302
[76] Se sabe que David Lockwood (Lockwood ‘84) propuso esta distinción en su crítica a Parsons. Habermas no menciona dicho trabajo, el cual, en última instancia, ocupa un lugar central dentro de su arquitectura de teoría. Ver Habermas ‘79:17
[77] Habermas ‘81b,2:301
[78] Cabe decir que Parsons no tematiza dicha identidad explícitamente, pero en su trabajo la aplica. De ahí viene también el problema de poder comprender su propuesta. Si el lector de Parsons no tiene en cuenta dicha identidad, no entenderá a fondo su teoría. Pero esta no es una debilidad del lector, sino de Parsons.
[79] “Dado que la teoría de la sociedad Hegeliana-marxista desarrollada en categorías de totalidad se haya desintegrada en sus elementos, es decir, por un lado en teorías de la acción y, por el otro lado en teorías del sistema, la tarea actual es la de reunir estos dos paradigmas de manera no-trivial, es decir, no solamente de modo eclecticista y aditivo.”(Habermas ‘85:180)
[80] Habermas ’79:14
[81] Luhmann formula: “‘¿Qué o Cómo?’ - esto se dice fácilmente. El reordenamiento de las preguntas ¿Qué? transmite una imagen de refinamiento intelectual - sobre todo desde que Kant ha recomendado la forma de pregunta ‘¿cómo es posible algo?’” (Luhmann 90a:14). Karin Knorr-Cetina opina: “Las nuevas orientaciones metodológicas frecuentemente van a la par con un traslado del planteamiento del problema y de las finalidades del análisis. Después de haber dado la espalda a las herramientas frígidas de la investigación sociológica, algunos planteamientos micro-sociológicos le han dado la espalda también a los planteamientos establecidos de preguntas de la sociología. Se han dirigido a una pregunta, la cual ya desde hace mucho está dominando a la investigación dentro de la antropología. Esto es la insignificante pregunta del cómo en lugar del porqué...”(Knorr-Cetina ‘84:48).
[82] Un planteamiento del problema no-trivial es un planteamiento del problema trivial, mismo que muestra su no-trivialidad mediante las conclusiones relevantes que se deducen de el.
[83] Tal parece que Habermas intenta dar una respuesta a la pregunta ‘¿Qué es el orden social?’. Si se dejara guiar por la pregunta ‘¿Cómo es posible el orden social?’, entonces sus explicaciones resultarían menos fenomenológicas-descriptivas y más constructivistas-operativas. No obstante, esta observación representa una fuerte estilización del estilo de escritura de Habermas, misma que seguramente no le hace justicia.
[84] Habermas ‘81b,2:303
[85] Joas ‘86:156
[86] Habermas ‘86a:390
[87] Joas ’86:164
[88] Habermas ‘81b,2:179
[89] Y esto naturalmente en contra de la propia intención, es decir, de proceder tanto desde la perspectiva de la acción como también desde la perspectiva de la teoría de los sistemas.
[90] Ver acerca de este complejo de problemas Jokisch ‘81
[91] “Independientemente de si se parte con Mead de los conceptos básicos de la interacción social o con Durkheim de los conceptos básicos de la representación colectiva, en ambos casos la sociedad se concibe desde la perspectiva del participante (RJ) de los sujetos actuantes como el mundo de vida de un grupo social. Frente a esto, desde la perspectiva de observación de un no-participante, la sociedad se puede comprender solamente como un sistema de acciones, con lo cual estas acciones merecen una posición funcional.”
[92] Habermas ‘81b,2:173 y ss
[93] Ibid 230
[94] Ibid
[95] Habermas formula: “A la vez, el mundo de vida permanece como el sub-sistema, mismo que define a la existencia del sistema social en total. Por lo tanto, los mecanismos sistémicos requieren de un anclaje dentro del mundo de vida - deben ser institucionalizados.” (Ibid)
[96] Ver Habermas ‘81b,1:152 y ss
[97] Ver mas detalladamente el problema de la complementaridad de la asimetría y de la simetría en conjunto con las concepciones sociológicas fundamentales como las son la acción, la decisión y la comunicación (Jokisch ‘96)
[98] Jokisch
’96:280ss
[99] Luhmann
‘86f:41