WEBER, MAX (1864-1920), nac. en Erfurt, estudió en las Universidades de Heidelberg, Berlín y Gottinga, doctorándose en 1889. Profesó en Friburgo (1894-1895) y en Heidelberg (1895-1897), teniendo que suspender sus actividades académicas por razones de salud. Un año antes de su muerte empezó a profesar en la Universidad de Munich.

Weber se distinguió por sus estudios sociológicos, a los que aportó un vasto material de datos y gran riqueza de conceptos. Su estudio sobre la ética protestante y el espíritu del capitalismo mostró que los factores económicos son fundamentales en las formaciones sociales, pero no determinantes; en este caso, una estructura económica discurre por el cauce de ciertas creencias religiosas y el espíritu que las anima. Aunque este estudio parecía invertir las tesis de Marx, estaba concebido dentro del complejo de problemas que Marx suscitó.

Las diferencias entre el tipo de enfoque marxiano y el weberiano resaltan más, en cambio, en la concepción que Max Weber se hizo de las ciencias sociales dentro de la tradición de las «ciencias del espíritu» y de la diferencia entre «ciencias culturales» y «ciencias naturales». Resaltan asimismo en la insistencia de Weber sobre la necesidad de distinguir entre la investigación empírica de los hechos sociales y las valoraciones. De ello nació la muy discutida idea weberiana de la ciencia social libre de valores (wertfrei). Con esta idea se halla asociada su también muy discutida distinción entre los dos tipos de racionalidad: la racionalidad de los fines (esto es, de la adaptación de medios a fines) y la racionalidad del valor, o racionalidad en la valoración. Según Weber, los datos empíricos no pueden proporcionar ninguna base para establecer juicios de valor. Esto no quiere decir que no puedan formularse tales juicios e inclusive que no se pueda apelar a datos empíricos a tal efecto. Lo que no puede hacerse es considerar tales datos como prueba definitiva o como premisa de la cual se deriven los juicios. Dentro de la ya mencionada tradición de las «ciencias del espíritu», Weber consideró que el método adecuado del estudio de fenómenos sociales es la llamada «comprensión». Ésta no elimina el estudio de las causas. En muchos casos, este estudio tiene que preceder a la comprensión, pero ésta no deriva de aquél.

El conocimiento de la sociedad es, para Weber, un conocimiento empírico y objetivo. No es ni una mera descripción ni tampoco una simple conceptuación, sino una mezcla de ambas adecuada al tipo de objetos considerado. La conceptuación incluye los que Weber llama «tipos ideales». Estos no se derivan inductivamente del material empírico, aun si este material ayuda a su formación. No denotan tampoco ninguna realidad empírica. No son resultado de clasificaciones. Sin embargo, no son tampoco meras ficciones. Son modelos o construcciones racionales que funcionan a manera de conceptos límites y que describen modos de comportamiento social que tendrían lugar en condiciones de total racionalidad.

Se deben a Weber conceptos que han tenido amplia circulación inclusive fuera de los círculos sociológicos y filosóficos. Tal sucede con el concepto de carisma como fundamento de un tipo ideal de autoridad. Sucede también con el concepto de burocracia racional, concepto que Weber desarrolló ampliamente en su estudio (o, mejor, estudios) sobre economía y sociedad, particularmente en relación con el desenvolvimiento del espíritu moderno.