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Theodor Wiesengrund Adorno nació el año 1903. Entre
1918 y 1919, cuando tenía 15 años, fue alumno de Siegfried Kracauer. Al
terminar sus estudios en el Gymnasium, se matriculó en la universidad de
Francfort, donde estudió filosofía, sociología, psicología y música.
En 1924 se doctoró en filosofía y el año siguiente se trasladó
a Viena para estudiar composición musical bajo la dirección de Alban Berg. Al
mismo tiempo empezó a publicar artículos sobre música en general y sobre Schönberg
en particular.
Desencantado con el "irracionalismo" del Círculo de
Viena, Adorno volvió a Francfort y allí preparó una tesis sobre Kant y Freud,
El concepto del incosciente en la teoría trascendental de la mente, que
no fue aceptada, por lo que escribió otra sobre Kierkegaard, La construcción
de la estética, que fue publicada el año 1933, coincidiendo con el ascenso
de Hitler al poder.
La aprobación de este trabajo le permitió a Adorno entrar en
el Instituto de Investigación Social de Francfort, dirigido entonces por Max
Horkheimer, pero enseguida tuvo que emigrar a Inglaterra para escapar del
nazismo. El propio Instituto se trasladó a Zurich en 1934.
Cuatro años más tarde, en 1938, Adorno se reincorporó al
Instituto, que se había instalado en Nueva York, y allí trabajó en varios
proyectos, entre los que destacan su investigación sobre Doctor Faustus, en
colaboración con Thomas Mann, y la redacción de la famosa obra Dialéctica
de la Ilustración, junto con Max Horkheimer, que fue publicada por primera
vez en 1947.
En 1953, a la edad de 50 años, Adorno abandonó los Estados
Unidos y regresó para trabajar en el Instituto, que se había vuelto a instalar
en Francfort, del que llegó a ser director en 1959, tras la jubilación de
Horkheimer.
Adorno murió el año 1969 en Suiza, cuando estaba trabajando en
la redacción de su obra, Teoría de la Estética. Además de ésta, sus
obras más importantes son: Dialéctica de la Ilustración (en colaboración
con Horkheimer), Minima moralia y Dialéctica negativa.
La filosofía de Adorno se enmarca en la corriente básica
hegeliano-marxista en que se mueven todos los miembros de la teoría crítica.
Según Adorno, la sociedad industrializada presenta una estructura que niega al
pensamiento su tarea más genuina: la tarea crítica. En esta situación, la
filosofía se hace cada vez más necesaria, como pensamiento crítico para
disipar la apariencia de libertad, mostrar la cosificación reinante y crear una
conciencia progresiva.
El texto propuesto en el programa para lectura y comentario, "Opinión, demencia y sociedad", aparece publicado en la edición española de Filosofía y superstición, un conjunto de artículos y trabajos que vieron la luz en diferentes circunstancias. En él Adorno contrapone la opinión a la reflexión crítica y propugna una recta comprensión de la verdad para poder hacer frente con éxito a las diversas ideologías que intentan ocupar el sitio que deja libre la disolución de la verdad. Lo cual se consigue en un proceso de "dialéctica negativa", en oposición a la opinión dominante y al pensamiento positivo y satisfecho de sí mismo