Immanuel Kant nació el 22 de abril de 1724 en Königsberg,
ciudad de la Prusia Oriental que en 1946 pasó a depender de Rusia con el nombre
de Kaliningrado.
Después de estudiar durante siete años en una escuela local,
Kant empezó a estudiar teología en la universidad de Königsberg, pero pronto
abandonó esta disciplina en favor de la filosofía, las matemáticas y la física,
atraído de forma especial por la obra de Isaac Newton.
Para ganarse la vida, trabajó durante nueve años como
preceptor de hijos de aristócratas y potentados en los alrededores de Königsberg.
Al mismo tiempo, profundizaba en sus estudios de filosofía, consiguiendo el
doctorado el año 1755. Con este título pudo ejercer como profesor no titular
en la universidad, hasta que en 1770 fue nombrado profesor titular de la cátedra
de lógica y metafísica, puesto que ocuparía hasta su muerte.
Durante más de cuarenta años, Kant se dedicó por entero a la
actividad docente, a la investigación filosófica y a la redacción de sus
obras, que marcaron un hito muy importante en el desarrollo de la historia de la
filosofía. Fue un profesor querido por sus alumnos, a los que sabía estimular
en sus deseos de saber y conocer más. No sólo enseñó lógica y metafísica,
sino también otras materias, como matemáticas, física, geografía, teología
natural, ética y derecho.
La vida de Kant, hombre sedentario y metódico, estuvo marcada
por una gran regularidad; fue la suya una existencia rutinaria, libre de
acontecimientos especiales, que transcurrió siempre en su ciudad natal, sin
viajar nunca a otros lugares o países.
Desde muy joven, Kant se autoimpuso un programa diario de
actividades que cumplía con tal precisión y método que los habitantes de Königsberg
podían poner sus relojes en hora con solo fijarse en las entradas y salidas de
Kant.
La publicación de sus obras principales dio a Kant una gran
celebridad, no sólo en Alemania, sino también en el resto de Europa, pero
rechazó todas las ofertas que le llegaron para que fuera a dar cursos fuera de
Königsberg. El 12 de febrero de 1804 falleció en su casa, rodeado de amigos y
discípulos. La universidad y toda la ciudad de Königsberg le enterraron con
honores propios de un príncipe.
El pensamiento de Kant está expuesto en una serie de obras,
entre las que destacan las siguientes:
• Crítica de la razón pura (1781).
• Idea de una historia universal en clave cosmopolita
(1784).
• Fundamentación de la metafísica de las costumbres
(1785).
• Crítica de la razón práctica (1788).
• Crítica del juicio (1790).
• La religión dentro de los límites de la mera razón
(1793).
• Sobre la paz perpetua. Un esbozo filosófico (1795).
• La metafísica de las costumbres (1797).
Con su teoría del conocimiento, Kant intentó superar la
oposición entre el racionalismo y el empirismo. Según él, el contenido o
“materia” del conocimiento nos llega desde fuera a través de los sentidos,
pero el orden o “forma” de la experiencia procede de las estructuras propias
de nuestra mente.
Del mismo modo, en el campo de la filosofía moral, Kant
distingue entre la materialidad de los hechos morales y la forma o el porqué de
nuestra actuación. Lo que cuenta moralmente no son los hechos en sí, sino el
motivo que nos lleva a actuar de una determinada manera, es decir, su adecuación
a los imperativos morales que nos impulsan a obrar por respeto al deber.
El primer texto que el programa propone para lectura y
comentario es el prólogo a la segunda edición (publicada en 1787) de la Crítica
de la razón pura. En este prólogo, Kant resume el contenido y la
intención de lo que el lector va a encontrarse en el cuerpo de la obra, es
decir, un análisis de la razón y de sus producciones, para determinar los límites
de actuación de la propia razón.
El objetivo de la crítica es determinar los límites dentro de
los cuales la razón es capaz de instaurar un orden de certezas indudables; más
allá de éstos, la metafísica no puede engendrar sino conocimientos ilusorios:
las ideas de Dios, de la libertad, de la inmortalidad del alma. Lo cual no
significa que los contenidos de estas ideas no existan: Kant los rescatará como
“postulados de la razón práctica”, que no incrementan nuestro conocimiento
de la realidad, pero alimentan nuestra esperanza y fundamentan una moralidad que
no esté condenada a la desesperación de la pura inmanencia.
El segundo texto para lectura y comentario pertenece al
segundo capítulo de la Fundamentación
de la metafísica de las costumbres, obra de carácter práctico
moral, en la que Kant estudia los principios de la voluntad pura o libertad práctica
como fundamento de la moralidad de nuestras acciones.
El fragmento elegido trata del imperativo categórico, de su
posibilidad y de sus características (incondicionado, sintético-práctico y
necesario), y presenta a continuación las tres formulaciones que Kant propone
del mismo.
El tercer texto kantiano que propone el programa es el
escrito ¿Qué
es la Ilustración?, publicado el año 1784. En él Kant pretende
definir lo que se entiende por “ilustración”, caracterizándola como un
proceso en el que el ser humano va adquiriendo cotas cada vez más elevadas de
libertad, lo que le permite salir progresivamente de su “minoría de edad” e
ir avanzando en la tarea de pensar por sí mismo.