Contexto de
Descubrimiento y Contexto de Justificación
Ferrater, Mora (1994): Diccionario de Filosofía. Tomo I. Barcelona: Ariel.
En Experience Prediction (1938), Hans Reichenbach propone distinguir
entre la tarea de la epistemología y la de la psicología. La última se ocupa de
cómo tienen lugar los procesos del pensar; la primera «trata de construir los
procesos del pensar del modo como debeberían ocurrir si hubieran de ser
dispuestos en un sistema consistente» (op. cit., pág. 5). Por tanto «la
epistemología considera un sustituto lógico más bien que los procesos reales»
(loc. cit.). Se trata de una reconstrucción racional pero, agrega Reichenbach,
no arbitraria, ya que «se halla ligada al pensamiento efectivo mediante el
postulado de correspondencia» (op. cit., pág. 6); sin embargo, «en cierto
sentido es un modo de pensar mejor que el tiene efectivamente lugar».
Para distinguir entre la tarea de la psicología y la de la
epistemología, Reichenbach propone dos expresiones que han hecho fortuna: «el
contexto de descubrimiento» y el «contexto de justificación» (op. cit., págs.
7). Sólo el contexto de justificación -que a veces se llama asimismo de «validación»- es de incumbencia del epistemólogo.
Reichenbach
reconoce que hay una «correspondencia» entre el pensar construido (o reconstruido)
lógicamente y el pensar efectivo, y admite, además, que las teorías científicas
son sólo aproximaciones a lo que entiende por «contexto de justificación». Los
que han admitido la distinción propuesta Reichenbach, o distinciones similares
–los que han elaborado, siguiendo las inspiraciones lógico‑positivistas,
lo que Hilary Putnam ha llamado, según frase ya consagrada «the Received View»;
literalmente, «la concepción recibida»; más propiamente, «la concepción
ortodoxa» y, más propiamente aún, «la concepción [otrora] vigente»‑ han
alegado a menudo, contra quienes han atacado la distinción, que ésta no se
propone describir los modos como se desarrolla la ciencia, y específicamente
las teorías científicas. El análisis de la ciencia ‑que en tal caso es a
menudo el análisis lógico de lenguajes científicos suficientemente
maduros y desarrollados como para poder axiomatizarse‑ es una reconstrucción
lógica de teorías científicas, o una reconstrucción racional del pensamiento»
(op. Cit. pág. 382). En esta reconstrucción no desempeñan, según Reichenbach y
otros autores, ningún papel las consideraciones psicológicas –o, cabría
agregar, sociológicas e históricas‑, las cuales se hallan dentro del contexto
del descubrimiento, pero no de la justificación o validación.
Muchos de los autores que se han opuesto a la
«concepción vigente» ‑o concepción otrora vigente‑ niegan que haya la supuesta dicotomía entre los
dos contextos. Esta negación puede asumir varias formas; la más conocida,
representada, entre otros, por R. N. Hanson, siguiendo precedentes de Peirce,
va acompañada de esfuerzos para constituir lo que se ha llamado una «lógica del
descubrimiento». Los procesos de descubrimiento no siguen necesariamente vías
azarosas ni están condicionados y, con ello, validados por circunstancias
“externas”; hay formas y modelos o patrones de descubrimiento (véase del citado
autor, Patterns of Discovery, 1958,
passim; trad. esp.: Patrones de
descubrimiento: Observación y explicación, 1971 [reúne la trad. de dos
obras]). La “lógica de la ciencia” en el sentido apuntado al principio es una
“lógica del producto terminado”, en tanto que “una lógica del descubrimiento”
es una lógica que, aun si parte del producto terminado, sigue los pasos que
llevaron lógicamente a tal producto (cf. asimismo: “The Logic of Discovery”, Journal of Philosophy, 55 [1958],
1073-1089; “More on the ‘Logic of
Discovery’”, ibid., 57 [1960], 182‑188; «Is There a Logic of
Discojy?, en Current Issites in the
Philosopliy of Science, ed. H. Feigl y G. Maxwell, 1961, págs. 20‑35, 4‑42;
«Retroductive Inference», en Plálosophy
of Science. The Delaware Seminar, ed. B. Baurririn, vol. 1,
1961, págs. 21-37; “Notes Toward a Logic of Discovery”, en Perspectives on Peirce, ed. R. J. Bernstein, 1965, págs. 42‑65).
Es obvio que los modos de desarrollar la «lógica del descubrimiento» varían dependiendo
de lo que se entienda por ‘contexto' en la expresión 'contexto de
descubrimiento'. Cabe entender tal contexto de un modo «máximo», en cuyo caso
la lógica del descubrimiento se «disuelve», en efecto, en psicología o en
sociología de la ciencia, perdiéndose entonces toda estructura lógica o
fiándose en «estructuras lógicas» del contexto que se recurra en cada caso.
Puede entenderse de un modo «mínimo» o, cuando menos «moderado», como lo hace
Hanson al hablar de la lógica del descubrimiento «filosóficamente respetable»,
la cual incluye, entre otros elementos, estudios de pasos inferenciales a
partir del reconocimiento de anomalías y determinación de tipos de hipótesis que puedan servir para «explicar» las anomalías,
y la cual constituye, en sus palabras, «un área de investigación no un manual
de conclusiones» (o de recetas) («Notes, etc.», pág. 65). Aun en el sentido «mínimo»
o «moderado», sin embargo, se postula que una «lógica del descubrimiento» tiene
que distinguirse de una «lógica de los métodos de inducción», que Reichenbach y
otros autores «ortodoxos» estiman ser la metodología apropiada para el estudio
del descubrimiento científico.
El que el
título original del libro de K. R. Popper, Logik
der Forschung (1935), se haya traducido al inglés por Logic of Scientific Discovery, 1959 (la trad. esp. es: La lógica de la investigación científica, 1963),
y el que Popper emplee esta expresión y haya habido debates en torno a los
problemas que suscita puede prestarse a confusiones; así, por ejemplo, el
trabajo de Thomas S. Kuhn, «¿Lógica del descubrimiento o psicología de la
investigación?» (en Criticisim and
tlie Growth of Knowledge, 1970, ed. I. Lakatos y A. Musgrave;
trad. esp.: La crítica y el desarrollo
del conocimiento científico, 1975) podría hacer pensar que Kuhn debate el
problema de la «lógica del descubrimiento» en la acepción que hemos visto tiene
esta expresión en Hanson, o como la que tuvo en Peirce. En rigor, Popper no
acepta una «lógica del descubrimiento» en el sentido Peirce‑Hanson, y
cuando habla, en inglés, de «lógica del descubrimiento» según el modelo, más o
menos modificado, de su Logik der
Forscluing, está hablando de una «lógica del conocimiento científico» (que
es el título, más acertado, que se ha dado a la traducción al español del libro
indicado de Popper). Por otro lado, es justo reconocer que una «lógica del
descubrimiento científico», cuando abandona los últimos residuos
«reconstruccionistas» y «justificacionistas» propios de la filosofía de la
ciencia desarrollada por algunos positivistas, puede ‑sin convertirse en
«psicología (o sociología) de la ciencia»‑ acercarse al estudio de pasos
inferenciales que se dan de hecho en la investigación científica y que no se
equiparan exactamente ni a procesos deductivos ni inductivos. La distancia que
va del estudio de tales pasos inferenciales a un examen de la psicología (y
sociología) del descubrimiento se puede hacer tan corta ‑o tan larga‑
como se quiera.
Herbert A.
Simon sigue en parte las huellas de Hanson al sostener (cf. “Does Scientific
Discovery Have a Logic?”, Philosophy of
Science, 40 [1973], 471-480) que hay una lógica del descubrimiento
entendida como teoría normativa de los procesos de descubrimiento, y aduce al
efecto una serie de ejemplos de procesos de retroducción. Se trata, en
sustancia, de descubrir estructuras o modelos de información contenidos en
datos, y de usar la información obtenida para “recodificar” los datos.