En Ferrater-Mora, José (1994): Diccionario de Filosofía. Barcelona: Ariel. Pp. 3474-3476.

 

 

 

TEORÍA

 

El verbo griego Theoreo [Theorein] significa «mirar», «observar» (lo que hacía el espectador en los juegos y festivales públicos). Este espectador no intervenía en tales juegos y festivales, su actividad era «teórica». Los griegos llamaban Theorós al «observador», o embajador que una Ciudad-Estado enviaba a los juegos, o al oráculo. La Teoría es la acción de mirar, ver, observar. Es también la función del Teorós, así como el conjunto de los Teoroi. Los Teoroi formaban una «procesión».

 

Cuando el mirar, ver u observar se entendían «mentalmente», el verbo Theoreo significaba «considerar» o «contemplar» (cfr. el latín contemplare); la Theoria equivalía a contemplación (VÉASE) (cfr. el latín contemplatio).

 

El sentido filosófico originario de 'teoría' es el de contemplación, especulación, el resultado de la «vida contemplativa» o «vida teórica». Platón había hablado de «teoría» en este sentido en varios diálogos. Aristóteles habló de la TEORÍA como la actividad del primer motor; la más alta teoría es el pensar del pensar. La «vida teórica» o la contemplación es la finalidad del hombre virtuoso; mediante ella se alcanza la felicidad de acuerdo con la virtud (Etlt. Nic. X, 7, 1177 a 10 y sigs.). Aristóteles habla de la ciencia teórica, a diferencia de la ciencia práctica, o de la acción, y de la ciencia «poética», o de la producción. Nos hemos referido en el artículo ACCIÓN a la tendencia de muchos pensadores antiguos de afirmar la superioridad de la «teoría» sobre la acción o «práctica».

 

Sigue discutiéndose en la actualidad el problema de la relación -sea como contraposición, equilibrio o armonía, fusión o primado de una sobre otra- entre teoría y práctica, teoría y praxis, y teoría y acción. En este caso se da a 'teoría' el sentido muy general de «conocimiento», en particular de «conocimiento objetivo».

 

En teoría del conocimiento y en filosofía de la ciencia se ha discutido con frecuencia el sentido que puede darse a 'teoría'; la relación entre la noción de teoría y las nociones de principio, ley, hipótesis, etc.; la naturaleza y estructura de las teorías científicas; la relación entre teoría y hechos; las interpretaciones (realista, convencionalista, instrumentalista) que pueden darse de las teorías; las relaciones (sea en oposición, de subordinación, de reducción de una a otra, etc.) entre teorías en las ciencias naturales y teorías en las ciencias sociales, etc. En la mayor parte de los casos se usa 'teoría' sin precisarse lo que se entiende por este término y fiándose en una comprensión intuitiva del uso del vocablo. Se dice, por ejemplo, que la teoría de los cuantos es una teoría física; se habla de la teoría de la evolución; se usa la expresión 'teoría de conjuntos'; se discuten teorías económicas, psicológicas, históricas, etc. A veces se distingue entre teorías y leyes; por ejemplo, se habla de la ley de inercia y no de la teoría de la inercia, de las leyes de Mendel o de la de Gay-Lussac y no de las teorías de Mendel o de la teoría de Gay-Lussac. Se indica al respecto que mientras las leyes -en la acepción científica de 'leyes'- son leyes experimentales, cuyo propósito es la explicación de hechos, las teorías no son experimentales directa, sino indirectamente, ya que el propósito de una teoría es explicar las leyes. Sin embargo, no es siempre fácil distinguir entre 'teoría' y 'ley', y ha ocurrido que algún conjunto de proposiciones que ha sido llamado en algún momento «teoría» ha sido llamado en otro momento «ley», o viceversa. En vista de esta dificultad se ha propuesto en ocasiones dar a 'teoría' un sentido flexible: teoría es un cuerpo coherente de conocimientos sobre un dominio de objetos; cuando este cuerpo de conocimiento es formalizado, se origina una teoría axiomática.

 

La dificultad de precisar el sentido de 'teoría' se debe a que la noción de teoría se halla implicada en casi todos los problemas que se suscitan en epistemología y, en particular, en filosofía de la ciencia. Además, toda posición relativamente bien definida en filosofía de la ciencia comporta alguna noción de teoría. Si consideramos, por ejemplo, la definición de 'teoría' proporcionada por R. B. Braithwaite: «Una teoría científica es un sistema deductivo en el cual ciertas consecuencias observables se siguen de la conjunción de hechos observados con la serie de las hipótesis fundamentales del sistema» (Scientific Explanation 1953, pág. 22), advertimos que esta definición está vinculada a una cierta interpretación dada a los términos teóricos a diferencia de los términos observacionales. Hemos tratado de varias interpretaciones posibles al respecto en los artículos TÉRMINOS OBSERVACIONALES y TÉRMINOS TEÓRICOS, los cuales pueden servir de complemento al presente.

 

El sentido, o sentidos, en que se entiende 'teoría' depende en buena parte de qué género de teorías se tienen en mente, así como del dominio de objetos que una teoría se supone abarca. Lo primero depende generalmente de lo segundo, pero aun dentro de un dominio de objetos especificado puede haber distintos géneros de teorías. Así, en la matemática puede haber teorías «particulares» (como la teoría numérica, la teoría de conjuntos) y teorías «abstractas» (como diversos tipos de álgebras y la topología). En las ciencias, tanto naturales como sociales, los géneros de teorías consideradas son a menudo función del tipo de explicación (VÉASE) que se aspira a proporcionar. Ello no agota, sin embargo, los tipos de teorías. Ciertos autores se inclinan por teorías consistentes en términos no interpretados; otros estiman que toda teoría incluye interpretación de sus términos básicos. Además, puede hablarse en todos los dominios de teorías más o menos básicas. Un determinado dominio, finalmente, puede ser abarcado por una pluralidad de teorías.

 

Un problema importante, y muy debatido, es el de la interpretación epistemológica de las teorías. Grosso modo, hay dos grandes opiniones al respecto. Según la concepción llamada «realista», una teoría proporciona o, si se quiere, aspira a proporcionar, una descripción del mundo, de tal suerte que se afirma que existen las entidades postuladas por la teoría. Según la concepción llamada « convencionalista» , una teoría es una herramienta conceptual útil y no hay por qué preguntar si hay las entidades que la teoría postula. Cada una de estas opiniones tiene muchos matices, desde el realismo extremo hasta el convencionalismo extremo. Algunos realistas sostienen que una teoría correcta es verdadera; otros que puede no ser verdadera, pero no es meramente convencional. Algunos convencionalistas se inclinan hacia una concepción «simbolista» y otros hacia una concepción «operacionalista» de las teorías.

 

Se ha discutido acerca de si hay una diferencia de naturaleza, y no sólo de grado entre teorías en las ciencias naturales y teorías en las ciencias sociales e históricas. Los que mantienen que no hay diferencia de naturaleza suelen ser reduccionistas, pero el reduccionismo puede manifestarse en dos formas muy distintas: para unos, todas las teorías en las ciencias sociales se reducen al tipo de teoría que consideran ejemplar en las ciencias naturales; para otros, las propias teorías en las ciencias naturales son fenómenos sociales e históricos y son explicables por los últimos (o, mejor dicho, por alguna teoría acerca de tales fenómenos). Los que mantienen que hay diferencia de naturaleza entre teorías en las ciencias naturales y en las ciencias sociales e históricas ponen de relieve que en las últimas el que produce, o abraza, una teoría es al mismo tiempo el objeto de la teoría, de modo que el tipo de teoría que produce o abraza, incide sobre los resultados que cabe esperar de la teoría.

 

Véase también bibliografía de EXPLICACIÓN; OBSERVACIÓN.