Quintero de Olivares, Ivonne (2001): Un Modelo de Integración de las Funciones Universitarias. Tesis Doctoral. Maracaibo: URBE, LINEA-I.

 

 

MODELO DE INTEGRACIÓN DE LAS FUNCIONES UNIVERSITARIAS

El problema de la falta de integración entre las tres funciones universitarias básicas es notorio y casi plenamente admitido por todos. En general, ha sido planteado como una situación deficitaria que debería resolverse en la práctica, quizás mediante alguna iniciativa que logre cambiar favorablemente dicha situación. Y, bajo esa orientación, se han producido diversas propuestas e ideas de carácter práctico.

En este estudio, como ya se dijo, no se intenta directamente una propuesta de orden práctico sino, ante todo, una explicación de los factores de Integración / Diferenciación (I/D, de aquí en adelante). La razón de adelantar estudios teóricos acerca de ese hecho es que difícilmente los cambios y los rediseños prácticos podrían alcanzar un éxito consensualmente fundamentado si previamente no se cuenta con una adecuada visualización conceptual y teórica de la situación que deseamos transformar. Sólo después de explicaciones satisfactorias acerca de la I/D y sobre la base de las mismas podríamos lograr acuerdos y rediseños.

Efectivamente, cuando se afirma que las funciones de Docencia, Extensión e Investigación (abreviadas D, E, I, respectivamente o DEI, en conjunto) marchan desarticuladamente, ¿a qué nos estamos refiriendo exactamente? ¿Qué significa “desarticuladamente”? ¿Dónde, en qué puntos, radica esa desvinculación? Y, en resumen, ¿cuáles son los factores que, en conjunto, constituyen esa desintegración y cómo se relacionan entre sí? Estas preguntas nos llevan a un modelo teórico de la I/D para el caso de nuestras universidades.

Por eso, la pregunta central de este estudio se orienta a definir las variables que explican la I/D, entendiendo por ‘variables’ ciertos elementos dotados de un cierto rango de mutabilidad tal que, cuando adquieren determinados valores dentro de ese rango, la estructura global se torna más desvinculada y, cuando adquieren otros valores diferentes, dicha estructura se vuelve más integrada.

Tomemos, a modo de ilustración, el caso del automóvil, con cuatro ‘funciones’ ejemplares: el arrastre (A), la carburación (C), la ignición (I) y la carrocería (R). Hay, cuando menos, dos variables responsables de una mayor o menor integración de esas funciones: una es la interdependencia, en el sentido de que el producto de I es insumo o condición para C, el producto de C es insumo o condición para A y, a su vez, el producto de A es insumo o condición para I (producción y acumulación de energía). La otra variable podría ser de complementariedad, en virtud de la cual R se suma a las tres funciones anteriores para los efectos de conducción, maniobrabilidad y desplazamiento en general. Basta que haya una interrupción o una deficiencia en algún sector de ese círculo funcional (representado por los símbolos de enlace [I®C®AO] ÈR) para que el sistema global se torne desarticulado o menos eficiente. Pero lo más importante de esta ilustración está en que, si advertimos una disfunción global, si notamos que el sistema marcha desarticuladamente y si no conocemos esas variables, no podríamos diseñar un correctivo adecuado, por más buenas ideas e intenciones que tengamos.

Dicho esto, se entenderá mejor el sentido de la construcción de un modelo teórico de la I/D de las funciones universitarias, lo cual se expondrá en este capítulo. Posteriormente, partiendo de ese modelo, puede formularse una propuesta de intervención orientada a la práctica (lo cual se desarrollará en el capítulo subsiguiente).

El capítulo estará dividido en las siguientes secciones: primero, resumiremos la estructura observacional (empírica) a la cual se aplicará el modelo; segundo, sintetizaremos los elementos clave de las teorías de base explicadas en el Marco Teórico, de los cuales derivaremos el modelo, enfatizando los aspectos conceptuales básicos que están implícitos en un modelo de I/D; finalmente, en la tercera sección organizaremos las derivaciones de esas teorías en el modelo propuesto, sintetizándolas al final en esquema convencional. Todo eso permitiría luego, en el capítulo que sigue, formular una propuesta que resulte aplicable a cualquier caso de la práctica.

 

1. ESQUEMA OBSERVACIONAL DE LAS FUNCIONES UNIVERSITARIAS

            El propósito de esta sección es esquematizar el sector empírico que el modelo pretende cubrir o explicar: la vinculación entre las tres funciones universitarias DEI. Aunque en uno de los capítulos anteriores se hizo una amplia reseña de dicho sector, aquí se trata de resaltar los aspectos esenciales en un esquema estructural que permita controlar las formulaciones del modelo teórico que se presentará más adelante.

            Para ello, conviene retomar lo expresado acerca de estas funciones en uno de los documentos oficiales de una universidad típica, la Universidad Autónoma de Baja California, México (UABC, 1998):

            - En cuanto a la Función de Docencia:

De las tres funciones sustantivas que le han sido encomendadas a la Universidad, la docencia es aquélla conformada por el conjunto organizado y sistemático de actividades encaminadas a llevar a cabo el proceso enseñanza-aprendizaje. Su objetivo es impartir educación para formar profesionales, investigadores, profesores y técnicos universitarios útiles a la sociedad, a la vez que organizar, realizar y fomentar programas permanentes de actualización y de superación profesional, de acuerdo con las necesidades de la sociedad y el avance del desarrollo humano, la ciencia y la tecnología.

Al ser la docencia la función más amplia en cuanto a los servicios que a través de ella ofrece la Universidad a la sociedad, es en consecuencia la que mayor asignación de recursos recibe, al tiempo que es objeto de una atención especial que se deriva de la responsabilidad social que representa.

(En http://www.uabc.mx/doctos/inform98/infor019.htm)

- En cuanto a la Función de Investigación:

La investigación, en su concepto general, es un componente esencial de la Universidad, al ser herramienta para la renovación del conocimiento y plataforma indispensable para el desarrollo de los programas de posgrado, que como estudios formales, abarcan los niveles de especialidad, maestría y doctorado.

(En http://www.uabc.mx/doctos/inform98/infor053.htm)

- En cuanto a la Función de Extensión:

La función de extensión de la cultura y los servicios es, sin duda alguna, la que da sentido al concepto de universidad como institución en la que la universalidad del conocimiento, el arte, la ciencia y la cultura encuentran amplios espacios de manifestación.

Durante el año de 1998, las acciones llevadas a cabo como parte de esta función sustantiva, pusieron de manifiesto la importancia de la extensión como el medio por el cual las labores de docencia e investigación pueden trascender el aula o el cubículo y alcanzar a la comunidad; pero además, se hizo evidente que la extensión, por sí misma, es el elemento que da cohesión a la actividad universitaria, mostrando al exterior la imagen de una institución que no se aísla de su ambiente social, y que sabe responder a los retos que éste le plantea.

(En: http://www.uabc.mx/doctos/inform98/infor073.htm)

 

A través de esta cita, que bien pudiera ser tomada como síntesis del campo observacional de este estudio, se distinguen tres componentes estructurales comunes a las tres funciones:

El objetivo, propósito u orientación: se refiere al producto esperado de cada función (salida, S).

El insumo, los datos iniciales o punto de partida: se refiere a los elementos de entrada de cada función (entrada, E).

El sistema operativo o esquema de desarrollo: se refiere al conjunto de acciones intermedias entre el insumo y el producto (proceso, p).

Podemos entender a los dos primeros componentes como términos de una relación definida por el tercer componente, el sistema operativo o proceso, de modo que, siendo S el objetivo o la salida, siendo E el insumo o la entrada y siendo p la relación entre ambos, podemos establecer que para cada una de las tres funciones DEI se observa la siguiente estructura:

<S, E, p>

o, gráficamente:

 


            Ahora bien, siempre sobre la base de la cita anterior, la cual reproduce sintéticamente el cuerpo de datos observacionales que se presentó al comienzo de este documento, debemos considerar que para cada una de las tres funciones DEI los tres componentes anteriores reciben descripciones empíricas diferentes. Así:

Para la Docencia (D), la Entrada E se describe como el ‘perfil de ingreso’, localizado en el conjunto de estudiantes que ingresan a la universidad. La Salida S se describe como ‘perfil de egreso’, localizado en los graduados o diplomados. La relación de Proceso p se describe como “actividades de enseñanza/aprendizaje”.

Para la Investigación (I), la Entrada E se describe como el ‘problema de investigación’, localizado en el conjunto de planteamientos que generan proyectos y ejecuciones de indagación científica. La Salida S se describe como ‘reportes de investigación’, bien sea en artículos para revistas especialzadas, bien en papers para eventos académicos, etc. La relación de Proceso p se describe como ‘Metodologías’ que guían la búsqueda de respuestas o soluciones al problema.

Para la Extensión (E), la Entrada E se describe como ‘comunidad’, localizado en el entorno inmediato de la universidad. La Salida S se describe como ‘eventos socio-culturales’, localizado en los actos de participación universidad-comunidad. La relación de Proceso p se describe como desarrollos extracátedra o extra-aula.

Estas descripciones pueden visualizarse en la siguiente tabla:

 

ENTRADA

SALIDA

PROCESO

DOCENCIA

Ingreso estudiantil

Graduados

Enseñanza/Aprendizaje

INVESTIGACIÓN

Problema de Inv.

Reportes de Inv.

Metodologías

EXTENSIÓN

Comunidad

Eventos Sociocult.

Desarrollos Extra-Aula

TABLA 1: DESCRIPCIÓN DE LAS FUNCIONES DEI EN BASE A ELEMENTOS PROCESALES

           

La tabla anterior queda reflejada en las siguientes expresiones estructurales, que constituyen las descripciones específicas de la forma estructural global antes presentada (<S, E, p>):

DOCENCIA:  < (Ingreso estudiantil, Graduados), enseñanza/aprendizaje >

INVESTIGACIÓN: < (Problema de Inv, Reportes de Inv.), metodología científica>

EXTENSIÓN: < (Comunidad, Eventos Sociocult.), desarrollos extra-aula >

            Concluyendo, la estructura empírica de este estudio consta de tres funciones básicas (D, E, I), a cada una de las cuales corresponde una descripción relacional constituida por una relación (p) y dos términos ligados por dicha relación: E y S.

            De aquí en adelante, de lo que se trata es de formular un modelo que explique esa estructura empírica atendiendo a los diferentes grados posibles de VINCULACIÓN entre las tres funciones DEI. Queda entendido, entonces, que el modelo deberá dar cuenta de cada uno de los elementos de esa estructura empírica.

            Para tal fin, nos detendremos primero en una revisión breve de las Teorías de Base expuestas en uno de los capítulos previos, con el objeto de fijar un pequeño sistema de conceptos del cual se derive el modelo buscado. Para cada una de esas revisiones se hará primero una ‘Formulación esquemática’ y luego unas ‘Aplicaciones al caso de las Funciones Universitarias’ (DEI).

 

2. CONCEPTOS TEÓRICOS BÁSICOS Y DERIVACIONES

2.1. TEORÍA FORMAL DE RELACIONES

Formulación esquemática

            Para que dos o más elementos cualesquiera aparezcan vinculados se requiere que sea posible definir sobre ellos una relación de modo que aparezcan consistentemente como términos de dicha relación. El término de partida de la relación es el Dominio, el término de llegada es la Imagen o Co-dominio, mientras todo ello junto es el Campo de la relación.

            Por lo común, la posibilidad de definir una relación o vínculo sobre dos o más elementos puede examinarse mediante el lenguaje, especialmente a través de los verbos y adjetivos. Siempre que sea posible unir dos o más nombres mediante un verbo y siempre que sea posible delimitar un nombre mediante un adjetivo o una atribución, todo ello en una proposición que sea verdadera en algún mundo posible, podemos decir que las realidades descritas por esos nombres aparecen vinculadas.

            Hay diferentes tipos de relaciones, de las cuales nos interesan las siguientes:

- Complementariedad: dos elementos cualesquiera son complementarios entre sí cuando, sumados, constituyen una sola entidad en un nivel superior: A È B

- Inclusión (esta relación excluye a la relación de complementariedad): dos elementos se hallan en relación de inclusión cuando uno es subconjunto del otro: A Ì B

- Dependencia: dadas dos entidades o elementos, uno es el antecedente (precedente o condición) y el otro es el consecuente (subsiguiente o efecto): a®b.

- Intersección: dados dos conjuntos, existe al menos un elemento que pertenece a ambos: AÇB.

            Además de estos tipos de relaciones, es importante destacar el concepto de FUNCIÓN, como un tipo particular de relación que proyecta un elemento de un conjunto en otro elemento de otro conjunto distinto. Este concepto permite describir aquellos hechos en los cuales un factor aparece como el responsable de la correspondencia entre dos elementos de diferentes clases o como responsable de la transformación de un elemento de una clase en otro elemento de otra clase. Así, por ejemplo, la evaluación escolar puede ser analizada como una función, en la medida en que hace corresponder elementos de rendimiento estudiantil con elementos del conjunto de los números. El curriculum, por su parte, también puede ser analizado como una función que proyecta elementos de un perfil de ingreso (real) en elementos de un perfil de egreso (ideal). El ejemplo más concreto de Función es, en este estudio, la estructura formal de cada una de las funciones universitarias, donde el proceso se concibe como una función p que proyecta elementos del conjunto de los insumos o entradas (E) en elementos del conjunto de los productos o salidas (S), tal como se mostró arriba en el Gráfico 1.

Aplicaciones de la Teoría de Relaciones a las funciones DEI

            Los tipos de relaciones vistos arriba (complementariedad, inclusión, intersección y dependencia), junto con el concepto de Función, resultan útiles para la estructura empírica DEI, expuesta antes, si consideramos cada uno de esos tipos de relación como una variable de integración. Examinándolas una a una, se tiene lo siguiente:

- Complementariedad entre D, E e I: en la medida en que la Docencia, la Extensión y la Investigación fuesen entre sí complementarias, en esa misma medida habrá integración. Se tendría, por ejemplo, una alta integración si la universidad, en conjunto, fuera equivalente a la suma de esas tres funciones, al punto de que no pudiera funcionar como universidad si se eliminara una de ellas, debido al grado de complementariedad existente. Se tendría, al contrario, una baja integración si la universidad no fuera equivalente a la suma de las tres funciones DEI, es decir, si pudiera seguir siendo universidad aun eliminando una o dos de esas funciones.

Para que exista complementariedad en alto grado se requiere que el conjunto que representa al producto final del proceso funcional universitario sea equivalente a la suma de los conjuntos correspondientes a cada una de las funciones DEI. Si Z es ese producto final, entonces una alta complementariedad estaría dada por la expresión

Z= D È E È I

A partir de esa expresión podemos imaginar grados de menor complementariedad, como en los casos en que Z es igual a sólo dos de esas funciones o sólo a una de ellas (complementariedad = 0).

Mientras tanto, si nos mantenemos únicamente en el punto de vista de una teoría formal de relaciones, no podemos adelantar nada acerca de cuál es el producto final del proceso universitario ni acerca de los valores que puedan asumir esas tres funciones DEI. Para ello se requiere una Teoría de la Acción y, más allá, una Teoría de la Organización. Por ahora, queda claro que la ‘complementariedad’, vista de modo formal e independientemente de sus contenidos semánticos, es una variable importante de la integración universitaria.

Provisionalmente, y analizando la estructura empírica vista arriba (véase de nuevo la Tabla 1), se puede adelantar que en la situación actual de nuestras universidades no hay relaciones de complementariedad entre los elementos procesales de las tres funciones DEI, desde el momento en que no se observa coincidencia alguna en torno alguno de dichos elementos procesales. Pero, para profundizar en ese análisis, debemos contar prolongar esta teoría formal de relaciones con teorías menos abstractas, como son las de la Acción y la Organización.

- Inclusión de alguna función universitaria en otra: si una función estuviera incluida en otra, se daría una mayor integración. Es de suponer que la máxima integración estaría dada por una inclusión sucesiva, de modo que una función estuviera incluida en otra y ambas, a su vez, estuvieran incluidas en la tercera, tal como en la expresión siguiente, donde X, Y, Z representa cualquiera de las funciones DEI:

(X Ì Y) Ì Z

Menor grado de integración estaría representado por la inclusión de una sola función en otra, quedando la tercera fuera de esa relación. Asimismo, desde el punto de vista de la relación de inclusión, la integración será igual a cero mientras no sea posible determinar inclusión entre ninguna de las tres funciones.

Con esto queda entendido que también la Inclusión es una de las variables de integración. Hay que hacer notar que este análisis considera como independientes a estas variables formales. O sea, un grado máximo de integración DEI puede resultar exclusivamente de una alta complementariedad o exclusivamente de una inclusión exhaustiva. De hecho, todas estas relaciones lógicas son entre sí excluyentes (si A es complementario a B, entonces A no puede estar incluido en B ni viceversa).

Analizando provisionalmente la estructura empírica expuesta arriba (ver Tabla 1), es posible adelantar que en la situación universitaria actual no existe la integración por inclusión. Más adelante, las Teorías de la Acción y de la Organización, que son menos generales, permitirán examinar con más detalle esa situación actual.

- Dependencia entre las funciones DEI: la relación de antecedencia-consecuencia también puede ser considerada como una importante variable de integración entre las funciones universitarias. Esta variable ha de entenderse como aquella particular característica según la cual una función universitaria depende de otra y ambas, a su vez, dependen de la tercera, o sea, cuando una función universitaria es condición necesaria para otra. Podría haber diferentes modalidades de dependencia, como se muestra en los siguientes pares de expresiones formales, donde X, Y, Z representan cualquiera de las tres funciones DEI:

a) X®Y®Z (dependencia no agrupada: la primera función incide sobre la segunda y ésta sobre la tercera).

a’) (X®Y)®Z o, también X®(Y®Z), (dependencia agrupada: la primera función incide sobre la segunda y el efecto conjunto de ambas incide sobre la tercera).

b) X®Y®ZO (dependencia cíclica: el efecto del final de la cadena se convierte en condición para un nuevo recorrido de la cadena)

b’) X®Y®Z (dependencia cerrada: la cadena concluye en el efecto final).

c) X®Y#Z (dependencia parcial: sólo entre dos elementos, quedando el tercero excluido de la relación).

c’) X#Y#Z (dependencia nula: cada elemento de la cadena es independiente)

             Vemos así que la relación de dependencia es también otra importante variable de integración entre las funciones universitarias. Igual que antes, haciendo un examen provisional de la estructura empírica de este estudio (Tabla 1), notamos que la situación universitaria actual se parece más a la modalidad c’, en que no hay ningún vínculo de dependencia de una función universitaria a otra.

- Intersección entre funciones DEI: otra variable importante de la integración entre las funciones universitarias es la posibilidad de que entre ellas existan elementos comunes, bien sea de tipo procesal, tecnológico, presupuestario, etc. Esta intersección puede entenderse a partir de la existencia de núcleos estructural-funcionales que sean compartidos por las funciones universitarias. Tales núcleos pueden ser de distinto tipo y naturaleza, pero, en la medida en que sean relevantes, en esa misma medida crecerá la integración. Por ejemplo, si sólo comparten el presupuesto universitario o la infraestructura o el personal, la medida de la integración no sería muy alta. Pero sí lo sería en el caso de que los puntos de intersección fueran cosas como, por ejemplo, los objetivos institucionales, las entradas y salidas de los subprocesos, la filosofía, cultura y clima organizacionales, etc.

Como se sabe por la Teoría de Relaciones aquí expuesta, la medida de la intersección varía en dependencia de la magnitud del sector compartido entre dos o más conjuntos, hasta el punto de que una intersección absoluta, por ejemplo, significaría una coincidencia total entre dos conjuntos (lo cual sería irrelevante, porque equivaldría a una identidad de conjuntos o a una inclusión). Por lo tanto, la mayor o menor integración entre las funciones DEI, sobre la base de una relación de intersección, resulta imprecisa desde el punto de vista de una Teoría formal de Relaciones. Se requiere de las teorías que más adelante se manejarán (Acción y Organización) para definir distintos grados de integración sobre la base de la variable ‘intersección’: por ejemplo, no es lo mismo intersección de objetivos o de subprocesos que intersección de presupuesto o de infraestructura: aun cuando la cantidad de elementos compartidos fuera menor en el primer caso, la integración podría ser más alta que en el segundo caso.

En consecuencia, al analizar la integración DEI desde el punto de vista de la variable ‘Intersección’, habría que considerar dos aspectos significativos: la cardinalidad del conjunto resultante de la intersección (o sea, la cantidad de elementos compartidos) y la naturaleza cualitativa de dichos elementos desde el punto de vista de su relevancia para una Teoría de la Acción y de la Organización (justamente, ésa es la razón por la cual un Modelo de Integración no puede quedarse sólo dentro de los límites de una teoría formal). En el Gráfico 2 se visualiza esta diferencia, donde los asteriscos representan elementos muy relevantes cualitativamente y los puntos representan elementos poco relevantes.


- El concepto de Función aplicado a las DEI: la estructura de ‘Función’ también constituye una variable de integración, en la medida en que podamos establecer ese tipo de análisis entre D, E e I. Ya se vio antes que cada una de las funciones universitarias, en sí misma e independientemente de las demás, tiene una estructura de Función lógica (véase el Gráfico 1). Pero si además hubiera esa misma relación funcional entre ellas, entonces se incrementaría la integración. Al revés, en la medida en que ello no sea posible, en esa medida decrecerá la integración.

Podríamos, por ejemplo, suponer que la función universitaria X es una función lógica que proyecta valores del conjunto correspondiente a la función universitaria Y en valores del conjunto correspondiente a la función universitaria Z. De acuerdo a esto, una de las funciones universitarias constituiría un mecanismo de correspondencia entre las otras dos funciones.

También podríamos imaginar una alta integración constituida por una estructura funcional donde la imagen o conjunto de llegada de la función universitaria X sea, a su vez, el dominio o conjunto de partida de la función universitaria Y y, sucesivamente, la imagen de Y sea el dominio de Z, tal como se indica en una expresión como la siguiente:

x(A)=B, y(B)=C, z(C)=D

En conclusión, las derivaciones a partir de una Teoría Formal de Relaciones nos llevan a postular cinco posibles variables de integración de las funciones DEI (opcionales entre sí):

la integración por complementariedad,

la integración por inclusión,

la integración por intersección,

la integración por dependencia

la integración por estructura funcional.

Estas cinco variables, además, corresponden a cinco diseños estructurales distintos, es decir, a cinco modos de organizar las interrelaciones entre las funciones universitarias. Podemos decir que no existe ningún tipo de integración entre ellas cuando el diseño institucional no puede ser descrito mediante ninguna de estas cinco variables. Ése parece ser el caso de la estructura empírica de este estudio, expuesta al comienzo de este capítulo.

Hasta aquí, puede decirse que contamos ya con un modelo lógico de la integración de las funciones DEI. Dicho modelo podría ampliarse en cálculos, si atribuyéramos valores cuantitativos (0 a 1) o cualitativos (alto, medio, bajo, nulo, por ejemplo) a cada una de esas cinco estructuras relacionales. Obtendríamos así  medidas de integración. Falta ahora por analizar el contenido de los conjuntos que aparecen bajo esos cuadros relacionales. Para esto resultan útiles las dos teorías que siguen.

 

2.2. TEORÍA DE LA ACCIÓN

Formulación esquemática

En el capítulo dedicado a las bases o marco teórico se hizo una amplia reseña de la Teoría de la Acción. En esta formulación esquemática sólo se resaltarán aquellos conceptos que permiten derivar elementos relevantes para un modelo de la integración de las funciones universitarias, en la expectativa de que el lector pueda interpretarlos o reubicarlos en el contexto más global de la exposición hecha en el marco teórico. Los conceptos seleccionados son los siguientes:

- La sub-relación <S0, Sn'>: en esta teoría se postula que toda acción parte de una situación real (S0) que, luego de ser analizada y evaluada, se considera que debe ser de algún modo transformada en otra situación (Sn'). En ese punto, mientras la primera es una situación real, la segunda es ideal, intencionada, esperada o deseada. Esto es equivalente a la relación entre 'lo dado' y 'lo deseado'. El par <lo-dado, lo-deseado> es la primera y básica condición para el surgimiento de cualquier acción.

Mientras 'lo-dado' (S0) es la representación teórica de toda situación transformable y de toda 'Entrada' para cualquier acción o proceso, 'lo-deseado' (Sn') es la representación teórica de todo objetivo, de toda intención y de toda 'Salida' prevista en las acciones y procesos.

No hay que olvidar que el 'objetivo' o la 'salida prevista' es diferente al resultado efectivamente obtenido, que en la teoría se denomina 'Situación final' (Sn). Justamente, la puesta en comparación del objetivo con el logro (<Sn', Sn>) es lo que constituye la evaluación de acciones, en que se determina el éxito o el fracaso de una acción. El éxito se da cuando la situación final obtenida es mayor o igual que la situación deseada (Sn ³ Sn') y el fracaso se da cuando la situación final obtenida es menor que la situación deseada (Sn < Sn').

- La Sub-relación <S1, S2..., Sn-1>: es la 'Secuencia de Situaciones Intermedias' o secuencia procedimental que el o los actores ponen en ejecución para transformar la situación inicial en una situación final que sea igual o mayor que la situación deseada.

Esta secuencia implica varias cosas, desde el sistema ordenado de pasos, uno tras otro, hasta las tecnologías e instrumentaciones, pasando por los diseños, modalidades, recursos y tiempos de ejecución.

La Eficiencia y la Eficacia son las relaciones de acción que vinculan entre sí a los componentes de esta sub-relación.

- Los tipos de acción: según la Teoría, son muchos los tipos de acción de acuerdo a los criterios de análisis. Aquí resultan relevantes los siguientes:

Acciones sistemáticas y no-sistemáticas: el criterio que considera distintos tipos de acción según los extremos de sistematización y no-sistematización está en lo estandarizado, en lo canónico o en lo normalizado que puedan ser las acciones.

La posibilidad de replicar indefinidas veces una acción, siempre bajo los mismos términos y condiciones y con los mismos resultados, es una de las evidencias observacionales más cercanas al tipo de las acciones sistemáticas. También lo es la posibilidad de que el desarrollo de una acción aparezca prescrito, predefinido o institucionalizado (como es el caso de los 'Manuales de Normas y Procedimientos' y de los 'Manuales de Uso' o 'Instructivos'. Por su parte, las acciones no sistemáticas se caracterizan por el azar, la contingencia, la eventualidad, la impredecibilidad y la dificultad de réplica.

Acciones socializadas y no socializadas: el criterio que discrimina entre estos dos extremos típicos de acción está en el rango de interés social de una acción, en el grado en que la misma pueda interesar sólo a un individuo (o a unos pocos individuos) o, en cambio, a grandes colectividades.

Esta diferencia tiene que ver con los beneficiarios y destinatarios de una acción y con los eventuales usuarios de sus situaciones finales deseadas y obtenidas (Sn' y Sn). A­que­llo en virtud de lo cual tiene lugar una acción viene definido también por el grupo social cuyas situaciones ordinarias puedan verse de algún modo modificadas por los diseños o por los resultados de dicha acción. La magnitud de este impacto es lo que genera este criterio de diferenciación.

Yendo al plano observacional, vemos claramente esta tipología si consideramos las diferencias entre una riña callejera y una guerra, por ejemplo, o entre cepillarse los dientes y legislar sobre salud pública o entre educar a los hijos y dirigir el Ministerio de Educación de un país. Como puede verse, las diferencias entre estos casos empíricos aluden al concepto teórico de 'Socialización' de la acción.

Acciones individuales y colectivas: hay acciones cuya responsabilidad recae sobre un solo agente o actor, mientras que en otras la autoría es colectiva. Las acciones individuales remiten al concepto de 'Autor' (Picasso, por ejemplo), mientras que las colectivas, en el otro extremo, remiten al concepto de 'Masa' (el caso de "Fuenteovejuna", por ejemplo).

- Las relaciones entre acciones: se pueden considerar las siguientes relaciones.

- Complementariedad: dos o más acciones se unen entre sí simultáneamente para formar una acción de mayor nivel. Un ejemplo es el de varias personas que levantan un objeto pesado para moverlo de un sitio a otro.

- Secuencia: dos o más acciones se suceden en una línea de tiempo, al modo de acción antecedente y acción consecuente. Un ejemplo es el de las tareas en progreso o el de los diálogos (esta relación corresponde a la relación lógica de 'dependencia', vista antes).

- Intersección o conjunción: dos o más acciones comparten algunos de sus elementos internos (S0, Sn', etc.).

- Disjunción o independencia: dos o más acciones carecen de relación entre sí, en el sentido de que cada una es autónoma con respecto a la otra.

- Consistencia o Compatibilidad: dos o más acciones son compatibles o consistentes cuando el desarrollo de una no contradice el desarrollo de la otra. Al revés, son incompatibles o inconsistentes cuando el desarrollo de una contradice el desarrollo de la otra. Un caso fuerte de incompatibilidad es la disyunción exclusiva, que ocurre cuando el desarrollo de una acción equivale a la inhibición de otra. Este es el caso de los conflictos.

- La Interacción: un concepto importante dentro de esta Teoría es el de Interacción, que corresponde a un tipo especial de acciones cuya naturaleza es la de formar un conjunto ordenado o una red. La Interacción considera la interdependencia de una clase de acciones, en virtud de dos características: la complementariedad y la secuencia. En la Interacción complementaria las acciones son simultáneas, pero, sumadas todas, constituyen una macro-acción. En la Interacción secuencial, las acciones son sucesivas dentro de una trayectoria de tiempo. Según este modelo, el producto o salida de una acción cualquiera pasa a ser el insumo o entrada para otra acción encadenada, de acuerdo a la siguiente expresión, donde A1, A2, A3..., An son acciones secuencialmente encadenadas:

<Sn(A1)ÞS0(A2)>,  <Sn(A2)ÞS0(A3)>, <Sn(A3)...,  ÞSn(An)>

Aplicaciones de la Teoría de la Acción a las funciones DEI

De la teoría formal de relaciones derivamos cinco variables de integración DEI, con forma de relaciones lógicas, pero no se obtuvieron los valores de dominio e imagen de las mismas, o sea, los contenidos reales de los conjuntos que forman parte de esas relaciones. Ahora, de esta Teoría de la Acción se pueden derivar esos componentes reales.

Antes de eso, conviene llamar la atención sobre el hecho de que las funciones DEI pueden analizarse perfectamente a través de una Teoría de la Acción.

En primer lugar, dichas funciones muestran los mismos componentes postulados en la teoría: una S0, dada por lo que en la estructura empírica se llamó Entrada; una Sn' y una Sn, dadas por lo que allí mismo se llamó Salida (tanto en el sentido de objetivo, Sn', como en el sentido de producto, Sn); y una secuencia de acciones intermedias, S1, S2..., Sn-1, dada por lo que allí se llamó Proceso.

En segundo lugar, las funciones DEI constituyen acciones socializadas, sistemáticas y colectivas. En la medida en que observacionalmente se muestren evidencias de poca socialización, poca sistematización o poco carácter colectivo, en esa medida podrá hablarse de 'disfunciones' o fallas institucionales. Es posible, por ejemplo, que en una universidad alguna de esas funciones dependa sólo de un grupo muy reducido de personas, con lo cual tendríamos una disfunción identificada por el bajo carácter colectivo de la acción. Es posible también que en una universidad alguna función tenga muy poco interés o impacto social, con lo cual tendríamos una disfunción debida a la poca socialización de la acción. Y es posible, finalmente, que en una universidad alguna de esas funciones desarrolle acciones azarosas, no planificadas, cargadas de imprevisión y casuísticas, con lo cual habría una disfunción determinada por la escasa sistematización.

De hecho, según los registros observacionales de este estudio, las funciones de Extensión e Investigación frecuentemente muestran estas disfunciones en el plano de la práctica, lo cual contradice el carácter institucional de la acción.

Y, en tercer lugar, dichas funciones pueden mostrar las mismas relaciones entre acciones postuladas por la teoría. Al observar los datos de la práctica, se evidencia que entre las funciones DEI no existe complementariedad ni secuencia, sino que más bien se mantienen como acciones disjuntas o independientes.

El caso de las relaciones entre Docencia e Investigación es uno de los más significativos, ya que tienden a la incompatibilidad de acciones y, en algún caso, llegan a ser entre sí acciones disyuntivas excluyentes (en conflicto). Una evidencia de esto es el hecho de que el académico tiene que dejar de investigar cuando va al aula y viceversa, desde el momento en que no se le facilita una integración entre ambas cosas.

Pasemos ahora a reseñar cuáles son los contenidos que la Teoría de la Acción nos muestra para completar las cinco variables de integración vistas antes.

Como se acaba de ver, Docencia, Extensión e Investigación constituyen tres Acciones incluidas en una sola gran Acción que es la acción universitaria. Nuestro problema consiste en identificar las variables responsables de que entre esas tres acciones, D, E e I, exista una mayor o menor integración (también podríamos hablar de los factores que explican distintos grados de integración entre ellas).

La Estructura Empírica que condensa todos los registros observacionales, y que es la base problemática del estudio, revela que entre ellas no existe ninguna de las variables de integración postuladas por una Teoría formal de Relaciones: no son entre sí complementarias, ni interdependientes, ni están incluidas unas dentro de otras, ni hay intersección entre ellas ni tampoco hay una relación funcional lógica. Necesitamos entonces un modelo de integración que explique por qué eso ocurre de ese modo y, además, cómo podría ser de otro modo. Ya que en la primera fase de derivación teórica obtuvimos cinco variables formales de integración, veremos ahora, en esta segunda fase de derivación, que es más particularizada, cuáles son los conjuntos que resultan integrables de acuerdo a una Teoría de la Acción. Examinaremos entonces esas cinco variables aplicadas ahora a los componentes de esta última teoría.

- La Variable de Complementariedad en la Integración DEI: se pueden deducir tres formas de integración según esta variable de complementariedad:

- Complementariedad en torno a la Situación Inicial o Entrada (S0): es posible definir una gran Situación Inicial (una Macro-situación), ubicada en el nivel de la Macro-Acción universitaria, en cuyo caso se podría suponer que cada una de las tres situaciones iniciales correspondientes a cada función universitaria constituye una parte de esa macro-situación, de modo que, si sumamos esas tres porciones, obtendríamos una integración por complementariedad centrada en la Situación Inicial de la Universidad. El esquema sería el que se muestra en el Gráfico 3 y en la expresión siguiente:

S0(D) È S0(E) È S0(I) = S0(universidad)

 

 

 

 

 

 

 

 


Supongamos, por ejemplo, que la Universidad fijara su Macro-Situación Inicial en las necesidades socio-culturales del país y que la misma fuera desagregada en tres sectores situacionales menores (por ejemplo: sector comunidad-universidad, sector profesionalizante y sector de producción de conocimientos y tecnologías). En ese caso, toda esa macro-situación (Macro S0) estaría siendo abordada complementariamente por las funciones DEI, las cuales aparecerían entre sí integradas.

El problema de este tipo de integración es que, si no existen otras relaciones de complementariedad en los demás componentes de la Teoría de la Acción (o sea, si sólo ocurre en torno a S0), entonces no hay comunicación entre las tres funciones y, por tanto, se mantienen como acciones independientes. Mientras cada una resuelve un desagregado de la gran S0, las tres acciones menores corren paralelas sin que exista algún punto en la trayectoria de cada acción que permita una vuelta al todo, una reinserción dentro de la acción global o macro-acción. Podríamos decir, por tanto, que se trata de una integración en muy bajo nivel y, posiblemente, que se trata de una integración que sólo ocurre en el plano de las declaraciones y del mundo conceptual, sin repercusiones o efectos reales, ya que todo depende de una declaración acerca de cuál es la macro-S0 de la Acción Universitaria.

- Complementariedad en torno a la Situación Deseada o Salida prevista (Sn' o Sn): en este punto se puede derivar exactamente lo mismo que en el punto inmediatamente anterior, o sea, si asumimos como referencia la misión global de la Macro-Acción Universitaria, entonces podríamos hablar de una complementariedad resultante del desagregado de esa Macro-Sn). Tendríamos también las mismas debilidades que acabamos de señalar.

- Complementariedad en torno a las Situaciones Intermedias o Proceso: habría una integración DEI en el plano de los procesos de Acción si de nuevo pusiéramos como referencia una Macro-Situación Inicial y una Macro-Situación Deseada en el nivel de la Acción Universitaria, con lo cual las secuencias parciales de cada Acción menor (DEI) se sumarían en un único gran esfuerzo. Pero, como vimos, dado que ello ocurre sólo en el renglón de las declaraciones y las conceptuaciones, en la práctica se trataría de tres acciones paralelas e independientes. Una vez más se hace evidente que la integración por complementariedad requiere de otras variables, si se quiere visualizar un modelo en el que las tres acciones DEI no resulten paralelas e independientes.

- La Variable de Inclusión en la Integración DEI: podemos suponer un modo de integración en que unas de las funciones DEI estén incluidas en otras. Según los componentes de la Teoría de la Acción, tendríamos las posibilidades que se muestran en el Gráfico 4, donde cada una de las tres letras A, B, C, pueden representar a cualesquiera de las funciones DEI.

Es claro que esta inclusión no puede ser desordenada: al analizar la última de las teorías aquí utilizadas, la Teoría de la Organización, se verá cómo, si la Situación Inicial y la Situación Deseada de una función universitaria cualquiera están incluidas en las de otra función universitaria, entonces por fuerza también las Situaciones Intermedias de la primera quedarán incluidas dentro de las de la segunda. Es decir, por ejemplo, si S0(A)Ì S0(B), entonces también ocurrirá que <S1, S2..., Sn-1> (A) Ì <S1, S2..., Sn-1> (B).

(S0(A) Ì S0(B)) Ì S0(C)

 

(<S1..., Sn-1>(A) Ì <S1..., Sn-1>(B)) Ì <S1..., Sn-1>(C)

 

GRÁFICO 4: EJEMPLO DE INCLUSIÓN SUCESIVA DE LAS SITUACIONES DE UNA ACCIÓN UNIVERSITARIA DENTRO DE OTRA

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


- La Variable de Intersección en la Integración DEI: igual que en el caso de la Inclusión, también aquí es posible suponer coincidencias de elementos entre las distintas Situaciones Iniciales (S0), Situaciones Deseadas (S0') y Situaciones Intermedias (S1, S2..., Sn-1) pertenecientes de las diferentes funciones universitarias.

De hecho, sucede en la práctica que las tres funciones DEI comparten elementos de una misma Situación Incial, entendiendo por tal cosa las necesidades socioculturales de la sociedad. La función Docencia, por ejemplo, atiende específicamente a las necesidades de profesionales, mientras que la función Extensión atiende a las necesidades culturales y la de Investigación a las necesidades de conocimientos y tecnologías. Pero estas tres necesidades específicas coinciden entre sí en lo referido a elementos cognitivos, actitudinales y de destrezas.

Pero igual que en el caso de la Inclusión, no basta que haya estas zonas compartidas mientras dicha intersección no quede reflejada en el componente de las Situaciones Intermedias de la Acción, o sea, mientras la organización universitaria no disponga de elementos adecuados a esa intersección. Esto se verá con mayor claridad a la luz de la Teoría de la Organización.

- La Variable de Dependencia en la Integración DEI: de todas las relaciones formales vistas antes, ésta es la más interesante, ya que en la Teoría de la Acción es la que define las INTERACCIONES, las cuales, a su vez, definen el mayor grado de integración entre acciones, como se vio antes en la 'Formulación Esquemática'.

El modelo de la Interacción Secuencial postula que la Situación Final de la acción A se convierte en la Situación Inicial de la acción B, y así sucesivamente, de manera que si tomamos las entradas y salidas de las tres funciones universitarias, tal como se observan en la estructura empírica de este estudio, podríamos suponer diferentes cadenas de interacción. Tendríamos entonces seis opciones excluyentes entre sí (recuérdese que en las estructuras secuenciales no se pueden invertir los términos de la secuencia, así que cada opción es independiente y excluye a las otras):

OPCIÓN 1: la 'Salida' de la Docencia se convierte en la 'Entrada' de la Extensión y la 'Salida' de ésta se convierte en la 'Entrada' de la Investigación:

<Sn(D)ÞS0(E)>, <Sn(E)ÞS0(I)>

OPCIÓN 2: la 'Salida' de la Extensión se convierte en la 'Entrada' de la Investigación y la 'Salida' de ésta se convierte en la 'Entrada' de la Docencia:

<Sn(E)ÞS0(I)>, <Sn(I)ÞS0(D)>

OPCIÓN 3: la 'Salida' de la Docencia se convierte en la 'Entrada' de la Investigación y la 'Salida' de ésta se convierte en la 'Entrada' de la Extensión:

<Sn(D)ÞS0(I)>, <Sn(I)ÞS0(E)>

OPCIÓN 4: la 'Salida' de la Extensión se convierte en la 'Entrada' de la Docencia y la 'Salida' de ésta se convierte en la 'Entrada' de la Investigación:

<Sn(E)ÞS0(D)>, <Sn(D)ÞS0(I)>

OPCIÓN 5: la 'Salida' de la Investigación se convierte en la 'Entrada' de la Docencia y la 'Salida' de ésta se convierte en la 'Entrada' de la Extensión:

<Sn(I)ÞS0(D)>, <Sn(D)ÞS0(E)>

OPCIÓN 6: la 'Salida' de la Investigación se convierte en la 'Entrada' de la Extensión y la 'Salida' de ésta se convierte en la 'Entrada' de la Docencia:

<Sn(I)ÞS0(E)>, <Sn(E)ÞS0(D)>

- La variable de la Relación Funcional en la Integración DEI: otro modo fuerte de integración, análogo al de la Dependencia (generadora de Interacciones), es el de la relación funcional, según la cual la acción A se comporta como mecanismo que proyecta valores de la acción B en valores de la acción C, según cualesquiera de las dos siguientes expresiones:

A:B®C

A(B)=C

Esta relación funcional lógica supone que una Acción A se comporta como mecanismo que genera una acción de salida C a partir de una acción de entrada B. Si sustituimos A, B y C por las funciones D, E e I, obtendríamos también seis opciones entre sí excluyentes, igual que en el caso anterior:

OPCIÓN 1: (D:E®I). En Este caso la función Docencia se comporta como mecanismo que genera una acción de Investigación a partir de una acción de Extensión.

OPCIÓN 2: (E:I®D). En Este caso la función extensión se comporta como mecanismo que genera una acción de Docencia a partir de una acción de Investigación.

OPCIÓN 3: (D:I®E). En Este caso la función Docencia se comporta como mecanismo que genera una acción de Extensión a partir de una acción de Investigación.

OPCIÓN 4: (E:D®I). En Este caso la función de Extensión se comporta como mecanismo que genera una acción de Investigación a partir de una acción de Docencia.

OPCIÓN 5: (I:D®E). En Este caso la función de Investigación se comporta como mecanismo que genera una acción de Extensión a partir de una acción de Docencia.

OPCIÓN 6: (I:E®D). En Este caso la función de Investigación se comporta como mecanismo que genera una acción de Docencia a partir de una acción de Extensión.

Hasta aquí, las Teorías de Relaciones y de la Acción nos permitieron derivar variables de integración de las funciones DEI. El tipo de variables fue suministrada por la primera de esas teorías, mientras que los contenidos de los conjuntos atribuibles a esas variables fueron derivados de la segunda de esas teorías. También quedó establecido que las variables que generan una integración más fuerte son las de Dependencia y de Relación Funcional, las cuales remiten directamente al concepto de INTERACCIÓN, que es la modalidad más importante de integración de acciones de acuerdo a la Teoría de la Acción.

Nos queda por saber ahora cómo se pueden ligar entre sí esas variables, cuáles de ellas implican a otras y, sobre todo, nos queda por determinar cómo se ven esas variables en el plano más concreto de la organización universitaria. Para ello recurrimos a una Teoría de la Organización.

2.3. TEORÍA DE LA ORGANIZACIÓN

Formulación esquemática

La Organización es un tipo particular de Acción, por lo cual una Teoría de la Organización vendría a ser una teoría específica de la Acción y, además, todos los elementos teóricos considerados en esta teoría resultan aplicables a la Organización. Esencialmente, los conceptos específicos de una Teoría de la Acción Organizada se refieren, primero, a que se trata de un colectivo de actores y no de actores individuales; segundo, a que se trata de componentes de acción estandarizados, sistemáticos y predefinidos; y, tercero, a que se trata de una red de acciones menores vinculadas por complementariedad, inclusión y secuencia. Todo esto remite a cosas como organigramas, tecnologías, responsabilidades y perfiles, presupuestos e inversiones..., y, de modo muy especial, al carácter estereotipado o uniforme de la acción (los ‘manuales de normas y procedimientos’, por ejemplo, constituyen una evidencia de este carácter estable y predecible de la organización en cuanto acción).

Dentro de esa característica se enmarcan los conceptos teóricos referidos a la Organización, tal como se reseñan en el capítulo del ‘Marco Conceptual y Bases Teóricas’ de este estudio. Entre todos ellos, conviene resaltar los siguientes:

- La Cultura Organizacional: se refiere al conjunto de creencias, modos de hacer y valores que es común a todos los miembros de la organización y que, además, responde a las Situaciones Finales Deseadas (objetivos colectivos), a las Situaciones Iniciales típicas de la Acción Organizada y a las Situaciones Intermedias también típicas (operaciones, procesos y tecnologías).

Este sistema cultural explica la integración entre las visiones individuales y las visiones colectivas, así como la formación de visiones grupales dentro del sistema global. Por ejemplo, una Cultura Organizacional poco sólida o difusa explicaría la falta de consistencia entre los objetivos personales y los objetivos de la organización. Del mismo modo, una Cultura Organizacional desbalanceada a favor de un grupo y en detrimento de otros grupos explicaría las disfunciones de desintegración.

- El Clima Organizacional: se refiere al entorno inmediato de tipo socio-psicológico, arquitectural y de diseño ambiental en el que se enmarcan los desempeños individuales. Los niveles de compatibilidad  entre unos y otros objetivos personales y/o grupales (tendencias más o menos armónicas o más o menos conflictivas) son un factor esencial en la configuración del Clima Organizacional. También lo son los niveles de satisfacción laboral, la calidad de los sistemas de recompensa, las relaciones interpersonales y el manejo del poder (en la Teoría de la Acción, este factor está dado por los niveles de éxito de las acciones personales). Otro factor relevante es el grado de pertinencia y adecuación de los elementos físicos en relación con los niveles de comodidad y fluidez laboral, tales como la ornamentación, la disposición de los elementos físicos en el espacio de trabajo y la calidad integral de los equipos y medios de desempeño.

El Clima Organizacional explica los niveles de agrado, bienestar y distensión de los actores individuales por relación con los requerimientos de de­sempeño y logro. No es independiente de la Cultura Organizacional, en la medida en que los estándares de creencias, modos de hacer y valores compartidos son también responsables de las relaciones interpersonales y del ambiente laboral. Éstos, a su vez, también interactúan con respecto a la formación de tales sistemas de creencias, modos de hacer y valores compartidos.

- Eficiencia de Procesos: un factor clave que explica el éxito o el fracaso de las Acciones Organizadas es la relación de adecuación de las Situaciones Intermedias (Procesos) con respecto a las Situaciones Iniciales (Entradas) y las Situaciones Deseadas y Obtenidas (Salidas). Esta relación queda plasmada en las Estructuras Organizativas (organigramas organizacionales, por ejemplo), en las cuales se identifica el modo en que los procesos son diseñados para abordar una Situación Inicial o Entrada determinada y para lograr una Situación Final Deseada o Salida.

Allí es donde puede verse si realmente lo declarado como Situación Inicial y como Situación Final Deseada (Visión y Misión organizacionales) está efectivamente siendo buscado en la práctica por la Organización. Si, por ejemplo, la Organización propone una cierta misión X y luego los procesos responden a otros fines W o si los procesos W no resultan adecuados a la misión X, entonces la eficiencia de procesos es mínima.

Esto explica por qué las relaciones formales vistas en la sección anterior no pueden aplicarse sólo a las Entradas y Salidas (Situaciones Iniciales y Deseadas) sin que las mismas relaciones no se apliquen a los Procesos (y, por tanto, no se reflejen observacionalmente en los Organigramas). Si se declara, por ejemplo, una relación de inclusión o de complementariedad entre las Entradas de dos funciones o departamentos organizacionales, la misma relación estaría también planteada en el plano de los Procesos y estaría también estructurada en los Organigramas de Acción.

Aplicaciones de la Teoría de la Organización a las funciones DEI

De los tres conceptos esenciales expuestos en la anterior formulación esquemática es posible derivar otras tres variables de integración entre las funciones DEI.

Mientras las variables obtenidas de la Teoría Formal de Relaciones (complementariedad, inclusión, etc.) actúan como enlaces o modalidades de integración (entre sí opcionales) y mientras las variables obtenidas de la Teoría de la Acción (Situaciones Iniciales, Finales e Intermedias) tienen el carácter de términos o puntos de unión para las variables de enlace o para las modalidades de integración, las variables que se obtienen de una Teoría de la Organización adquieren el carácter de condiciones para las dos clases anteriores de variables y pueden entenderse como ‘Variables de Entorno’.

- La Cultura Organizacional como condición de integración: mientras la visión que tengan de sí mismas las universidades esté centrada exclusivamente sobre una sola de las funciones DEI, es evidente que las otras dos funciones quedarán desintegradas. Por ejemplo, una Cultura de tipo exclusivamente ‘Curricular’ tenderá a consolidar la Función Docente, desvinculándola de las otras dos funciones. Cuando, por otro lado, los Centros y Departamentos de Investigación favorezcan unilateralmente una Cultura grupal centrada sólo en la Investigación, en esa medida quedarán desintegradas de la Función de Investigación las otras dos funciones. Lo mismo puede decirse de la Cultura grupal de las Coordinaciones de Extensión Universitaria.

De acuerdo a este factor organizacional, es de suponer que una integración máxima entre las funciones DEI dependerá de un sistema de creencias, modos de hacer y valores que sea capaz de visualizar la realidad universitaria como un entramado formado por las tres funciones universitarias y no como una acción encaminada primordialmente a la Docencia, siendo las otras dos funciones apenas un apéndice.

Siendo así, la Cultura Organizacional Universitaria se constituye en una variable teórica de importancia para explicar los diferentes grados de integración entre las tres funciones.

- El Clima Organizacional como condición de integración: este otro factor organizacional se constituye también en una variable que explica los mayores o menores grados de integración DEI, en cuanto que elementos tales como las relaciones interpersonales y los componentes ambientales, al tener la posibilidad de estar más o menos orientados según una visión integrada de las funciones DEI, se convierten en responsables parciales del grado en que esa visión se expresa en la práctica. Por ejemplo, las relaciones interpersonales pueden verse afectadas por el modo en que los roles quedan discriminados según la función universitaria a la que el personal esté adscrito. Del mismo modo, el diseño ambiental e infraestructural refleja también la mayor o menor integración entre las DEI.

- La Eficiencia de Procesos como condición de integración: una de las condiciones organizacionales más importantes en la integración de las funciones universitarias es la adecuación de los procesos y estructuras de funcionamiento a lo expresado en los grandes objetivos de la Acción institucional. Esto significa que, aun cuando en el plano de las declaraciones se exprese dicha integración, ello no ocurre realmente mientras los procesos marchen de modo separado e independiente.

Los vínculos de complementariedad, inclusión, intersección, dependencia y relación funcional, vistos arriba, deben tener lugar necesariamente en las Secuencias de Situaciones Intermedias de la Acción Organizada, lo cual se traduce en estructuras de procesos integradas de acuerdo a esas mismas relaciones. Mientras las estructuras de procesos, tal como son vistas en los organigramas, por ejemplo, muestran tres sistemas independientes para las funciones DEI, no habrá realmente integración, por más que se declare tal integración en el nivel de las Entradas de Proceso y de los Objetivos institucionales.

En el Gráfico 6 se muestra un ejemplo en el que la relación de dependencia se aplica también a la estructura de procesos.

En la Tabla 2 se muestra ese mismo ejemplo de integración que ocurre en el plano de los procesos, que en este caso resultan eficientes con respecto a las declaraciones de integración entre las funciones DEI.

ACTOR

INSUMO

PRODUCTO

EXTENSIÓN

Demandas en el entorno

Necesidades de conocimientos y tecnologías

INVESTIGACIÓN

Necesidades de conocimientos y tecnologías

Descripciones, teorías y aplicaciones tecnológicas.

DOCENCIA

Descripciones, teorías y aplicaciones tecnológicas.

Egresados portadores de conocimientos y tecnologías

Tabla 2: Dependencia de procesos entre las funciones DEI

En cambio en el Gráfico 7 se muestra otro ejemplo en que los procesos se mantienen independientes.

 

 

 

3. UN MODELO DE INTEGRACIÓN DE LAS FUNCIONES UNIVERSITARIAS

De las derivaciones anteriores se obtuvo un sistema de variables que explica diferentes grados y posibilidades de integración entre las funciones universitarias de Docencia, Extensión e Investigación. Hasta allí, con esas derivaciones, se cumplió el objetivo de este estudio, el de explicar los diferentes grados de integración entre esas funciones.

Esto se logró identificando una serie de variables. Cada una de ellas debe entenderse como un concepto teórico explicativo que dentro del modelo funciona como un mecanismo que, manipulado de un cierto modo, genera un cierto grado de integración y, manipulado de otro cierto modo, genera un grado distinto de integración. Por tanto, las manipulaciones de todas esas variables pueden ser combinadas para explicar cualquier situación de integración DEI en cualquier universidad. De allí se deduce que ese sistema de variables puede ser utilizado no sólo para explicar la situación particular de las funciones DEI en alguna universidad, sino también para producir el tipo o medida de integración que se desee, con lo cual dicho modelo adquiere posibilidades no sólo explicativas sino además ‘aplicativas’.

Falta ahora sistematizar todas esas variables en un ‘modelo’ compacto y sintético, lo cual se expone a continuación. Para visualizar mejor la configuración de este modelo se utilizó el recurso diagramático: mediante el Gráfico 8 puede verse esta configuración.

El modelo contiene tres grandes partes o componentes, cada uno de los cuales agrupa un sub-sistema de variables: las condiciones de integración (donde se agrupan las variables ‘condicionantes’), los términos de integración (donde se agrupan las variables ‘terminales’) y las modalidades de integración (donde se agrupan las variables ‘modales’ o relacionales). El primer componente (condiciones de integración) es de carácter organizacional y atraviesa todo el sistema de variables como factores de primer orden que condicionan los otros dos componentes.

3.1. Las Condiciones de Integración

Este componente, que también podría llamarse el componente ‘organizacional’ del modelo, actúa como el marco general de fondo donde se inscriben los otros dos. Tiene el carácter de pre-requisito para cualquier grado de integración y, por tanto, sin las variables allí contenidas no podría explicarse ninguna de las formas de integración posibles. Contiene tres variables esenciales:

- La Cultura Organizacional

- El Clima Organizacional

- La Eficiencia de los Procesos

 

3.2. Los Términos de Integración

Este segundo componente, que también podría llamarse el componente ‘sustantivo’ del modelo, contiene los núcleos de acción organizacional que pueden o no ser integrados entre sí mediante alguna de las relaciones del tercer componente, el de las modalidades de integración. Las variables aquí contenidas son polos de unión o de vinculación, lo cual, técnicamente, se expresa como “términos” de las relaciones postuladas en el tercer componente.

Las variables aquí contenidas son las siguientes:

- Situaciones Iniciales de Acción (Entradas de Procesos)

- Situaciones Finales Deseadas de Acción (Salidas de Procesos)

- Situaciones Intermedias de Acción (Procesos)

Es sobre cualesquiera de estos tres núcleos sobre los que se pueden proyectar las distintas relaciones o modalidades previstas en el último componente del modelo.

3.3. Las Modalidades de Integración

            Este tercer componente del modelo, que también podría llamarse el componente’relacional’, funciona como campo de enlace entre los distintos núcleos, polos o términos de integración postulados en el segundo componente. Mientras este segundo componente contiene las entidades organizacionales sobre las cuales es posible definir diferentes grados de conexión, el tercer componente, el de las Modalidades de Integración, contiene estas mismas posibilidades de conexión, es decir, los diferentes modos opcionales en que aquellas entidades organizacionales pueden integrarse unas con otras.

            Las variables aquí previstas son:

- Integración por Complementariedad

- Integración por Inclusión

- Integración por Intersección

- Integración por Dependencia (interacción secuencial)

- Integración por Relación Funcional

Este modelo de INTEGRACIÓN, ya esquematizado en el Gráfico 6 y en la tabla 2, puede traducirse en una propuesta aplicativa para reorganizar las Universidades sobre la base de la fusión de las tres funciones. Dicha propuesta se expresa del siguiente modo:

 

 

SÍNTESIS FORMALIZADA DE LA PROPUESTA

La Integración se representa como una función, de modo que:

a) Extensión (e) es una función que transforma Demandas del Entorno (D) en Necesidades de Conocimientos y Tecnologías (n)

b) Investigación (i) es una función que transforma n en Conocimientos y tecnologías (c).

c) Docencia (d) es una función que transforma c en egresados portadores de conocimientos y tecnologías (Eg).

De modo que, en síntesis:

 

[(e(D)=n) ® (i(n)=c) ® (d(c)=Eg)]