Estos materiales en CD Rom responden a la convicción de que las Maestrías y Doctorados en cualesquiera de las Ciencias Sociales deberían incluir Seminarios en Análisis del Discurso, considerando las razones expuestas más adelante. Sin embargo, no siempre es fácil orientar productivamente esos seminarios en atención a la complejidad de los temas y a las dificultades relacionadas con la bibliografía. De allí la necesidad de textos orientadores, que no pretendan agotar toda la información ni construirla sino más bien estimular su búsqueda, organizar los temas, jerarquizar los planteamientos, estimular las discusiones y, en fin, determinar espacios de trabajo. Es el sentido que tiene este material eletrónico.

Y, precisamente, a esta idea de espacios de trabajo corresponde el diseño de estos materiales, tal como se plantean. A diferencia de los libros especializados, por ejemplo, este diseño supone una gran relatividad de los contenidos con respecto a un objetivo de aprendizaje y a un área de información. Lo que se pretende es definir ámbitos de interés antes que cuerpos informacionales. La información contenida tiene el carácter de ilustración, de incursión, de muestra, que puede ser intercambiada, sustituida o ampliada por el lector o el participante de los seminarios.

En este sentido, este CD Rom no es en absoluto un texto científico ni busca aportar elementos para el crecimiento de las teorías del discurso o de sus aplicaciones. Aunque se presentan algunos aspectos teóricos y metodológicos originales, la intención es estrictamente didáctica y orientadora. En este sentido se ha reunido aquí una gran cantidad de textos de muchos autores, a distintos niveles de complejidad.

Este material va dirigido muy específicamente a participantes de cursos de postgrado en Ciencias Sociales y, más en general, a investigadores que no han tenido contacto con este tipo de herramientas lingüísticas, pero que están conscientes de su importancia práctica y desean aproximarse a ellas.

Existen cuando menos dos campos generales de intereses a los que responde el "Análisis del Discurso" o "Análisis del Texto" o "Teoría del Discurso". Uno de ellos es de naturaleza tecnológica (heurística) y está definido por la necesidad de organizar toda la información que cualquier “acto de habla” revela para un ob­ser­vador, sea éste un psicoterapeuta, un consultor de empresas, un vendedor, un publicista, un político, un investigador social, etc. El otro es de naturaleza teórica y está definido por la necesidad de explicar las acciones comunicativas y el lenguaje, en general, en cuanto clase universal de hechos que forman parte de las realidades o experiencias de las que debe rendir cuenta la producción de conocimiento sistemático-socializado.

Si atendemos al primero de esos dos campos de intereses, vemos que, efectivamente, los actos de habla arrojan dos tipos de información: uno referido a lo que dice el hablante, al contenido que transmite; y otro referido a cualquiera de los componentes de la acción comunicativa en cuanto tal, esto es, a todo lo que un observador (interno o externo) puede percibir en ella, desde las intenciones de los interlocutores hasta los rasgos de entonación y hasta la forma en que se usan los términos o en que las palabras responden a los rasgos del contexto social, etc. Todo este cúmulo de información resulta altamente complejo y difícil de organizar, especialmente si estamos interesados en estudiar algún fenómeno que se esconde a simple vista y que se revela a través del lenguaje (de hecho, la gran mayoría de los hechos sociales se hallan asociados al lenguaje). Es aquí, entonces, donde el Análisis del Discurso intenta prestar un servicio heurístico, adoptando la forma de un sistema de análisis y de ordenamiento de toda esa información.

Si, en cambio, atendemos al segundo de los dos campos de intereses arriba mencionados, nos encontramos con aquella típica situación en que el hombre de ciencia formula, sobre la base de ciertos conocimientos previos, preguntas significativas respecto a algún tipo de hechos (el lenguaje, en este caso, y todo el entramado social al que responde) y luego intenta ofrecer alguna explicación abarcante, evaluable y plausible (teorías lingüísticas, en este caso). En este sentido, el Análisis del Discurso (más bien, para este caso, "Teoría del Texto" o "Teoría del Discurso") es una de las más recientes explicaciones dentro del campo de la Lingüística y la Semiótica, adoptando la forma de teoría o modelo de los actos de habla.
Obviamente, estos dos campos de intereses se hallan estrechamente interconectados. De los modelos teóricos o de los esquemas que explican la actividad lingüística se derivan los sistemas de análisis y los heurismos para ordenar la información implícita en cualquier acto de habla, los cuales serán adecuados a las necesidades cotidianas en la medida en que el modelo teórico de base sea potente y verosímil. A la inversa, las teorías o las explicaciones se van reajustando y consolidando gracias a los resultados de las aplicaciones.
Cualquier sea el caso, la utilidad que en general tiene el Análisis del Discurso o del Texto para un investigador social radica en tres facetas importantes de su 'oficio':

- Por un lado, muchos estudios contemplan, entre sus 'unidades de análisis', piezas o fragmentos de lenguaje, es decir, actos de habla (documentos, intervenciones orales, etc.), cuyo abordaje requiere poderosas herramientas de interpretación y tratamiento.

- Por otro lado, muchos de los entramados teóricos que las ciencias del hombre de esta época asocian a los fenómenos sociales están definidos por una perspectiva comunicacional y de lenguaje, no sólo en el seno de la tradición neopositivista (Carnap, Wittgenstein...) y de la tradición racionalista (Aus­tin, Searle, Chomsky...), sino también dentro de las tendencias sociohistoricistas (Habermas, Derrida, Foucauld...). En relación con esta faceta, la Teoría del Texto, o del Discurso, viene a ser uno de los cuerpos explicativos más sistematizados y fecundos.

- En tercer lugar, todo investigador social se ve enfrentado a la necesidad de criticar conceptos, de dilucidar tér­minos, de construir definiciones y, en fin, de manejar muchas operaciones de pensamiento vinculadas a estructuras lógico-lingüísticas. Y, también en este caso, el Análisis del Discurso resulta una guía valiosa.
Todas estas relaciones que acabamos de ver constituyen una buena justificación para incluir un estudio especial del Discurso en los programas de postgrado de las distintas ramas de las Ciencias Sociales. Al propio tiempo, constituyen también las direcciones básicas hacia las que se orientan los módulos temáticos de las páginas que siguen.

El objetivo fundamental que en términos generales se persigue aquí es que los usuarios puedan aplicar principios y técnicas del Análisis del Discurso a sus propias necesidades de investigación.

Este objetivo general deberá entenderse a la luz de lo expuesto arriba: al hablar de Análisis del Discurso, nos estamos refiriendo a las dos modalidades básicas ya mencionadas: en cuanto modelo teórico con función explicativa y en cuanto sistema de análisis con función de ordenamiento de la información generada por 'textos'. Y, al hablar de "necesidades de investigación", nos estamos refiriendo particularmente a las siguientes:

- Interpretación, comprensión y explicación de hechos sociales en cuanto hechos de comunicación, bajo la óptica de una teoría del Discurso.

- Sistematización y procesamiento de información generada por diversas clases de textos, mediante los principios y técnicas del Análisis del Discurso

- Crítica, evaluación y estructuración de textos académicos mediante herramientas del Análisis del Discurso.


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