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UNIDAD 1: EL ANÁLISIS DEL DISCURSO EN LA INVESTIGACIÓN SOCIAL. ASPECTOS DE BASE

Objetivo: delimitar los marcos epistemológicos, los fundamentos macro-teóricos y los aspectos técnico-operativos que vinculan el Análisis del Discurso con la Investigación Social.

Contenidos: la Investigación Social: sus estructuras elementales y sus variaciones en función de los enfoques epistemológicos. Teoría del Discurso y Análisis del Discurso. Sus campos de aplicación en general y sus potencialidades con respecto a la Investigación Social. Visión histórica de los estudios sobre el discurso en la diversidad de sus marcos epistemológicos y de sus orientaciones macro-teóricas.

ÍNDICE DE ESTA UNIDAD

SECCIÓN 1.1. PANORAMA GENERAL DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL

SECCIÓN 1.2. ANÁLISIS DEL DISCURSO

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Listado de lecturas de esta Unidad

Análisis del Discuros e Investigación Social.

________

 PRIMERA EDICIÓN, 1996.


 

En esta unidad se trata de dilucidar el marco o fondo de las relaciones entre la Investigación Social y el Análisis del Discurso, considerando dicho marco o fondo desde tres puntos de vista: el punto de vista epistemológico, el teórico y el técnico-operativo. La pregunta que debemos responder sería, entonces, algo así como: ¿qué aspectos de tipo epistemológico, de tipo teórico y de tipo técnico-operativo vinculan la Investigación Social con el Análisis del Discurso?

Para acercarnos a una respuesta a esta pregunta, podemos recurrir a tres pasos en secuencia:

- Primero, analizaremos brevemente el concepto de Investigación Social, examinando su naturaleza y función, sus estructuras elementales y sus variaciones.

- Segundo, analizaremos el concepto de 'Análisis del Discurso', revisando de modo general en qué consiste, de dónde proviene, cuáles son sus campos de aplicación y cómo puede entenderse en relación con los diferentes enfoques epistemológicos, teóricos y operativos en que ha sido concebido a lo largo de su evolución histórica.

- Finalmente, relacionaremos los resultados de los dos pasos anteriores, acercándonos así a una respuesta a la pregunta planteada al principio. Esta sección no se desarrollará en este material: se espera que los Participantes logren desarrollarla por propias deducciones a partir de los datos aquí suministrados.

 

SECCIÓN 1.1: PANORAMA GENERAL DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL

Comenzaremos con una síntesis global, aquí mismo, y luego revisaremos una lectura más amplia.

La Investigación en general tiene que ver con la producción de representaciones mentales acerca de los objetos, hechos y procesos del mundo que nos rodea ('CONOCIMIENTOS'). En ese sentido, investigamos desde que nacemos, ya que progresiva y constantemente estamos obligados a conocer la realidad y a aprender sobre el mundo. Seremos más exitosos en la medida en que nuestras representaciones mentales sean más acertadas y en la medida en que apliquemos eficientemente esas representaciones a nuestro desenvolvimiento práctico en el mundo. Los fracasos en general parecen provenir de errores en nuestras representaciones mentales o de ineficiencias en el modo en que aplicamos esas representaciones a nuestra propia acción.

Esto supone, cuando menos, tres factores esenciales: por un lado, está la realidad o el mundo dentro del cual ocurren nuestras experiencias (lo que vemos, oímos, tocamos, etc.); por otro lado, están las representaciones mentales de ese mundo, las cuales van siendo construidas en nuestras mentes; y, en tercer lugar, están las operaciones mentales y materiales mediante las cuales construimos esas representaciones, las chequeamos, las validamos y las corregimos. Vemos que el segundo de estos factores viene a ser una especie de traducción mental ('Conocimiento') del primero de esos factores (la 'Realidad', tal como la experimentamos), mientras que el tercero viene a ser un sistema procedimental ('Método') que nos permite transitar entre el primero y el segundo de los factores anteriores. Gráficamente, estos tres factores podrían visualizarse del siguiente modo:

Sin embargo, hay dos aspectos que diferencian la 'investigación', en el sentido de aprendizajes cotidianos, de la 'investigación científica', aunque su estructura sea básicamente la misma. El primer aspecto es el grado de 'SOCIALIZACIÓN': la investigación en el plano de los aprendizajes cotidianos tiende a centrarse en los intereses del individuo o de los pequeños grupos (la familia, por ejemplo), mientras que la investigación científica exige atención a intereses de grandes masas, hasta de civilizaciones completas y de culturas amplias (la cultura occidental, por ejemplo), de modo que la investigación de la vida cotidiana tiene un grado de socialización más bien bajo y en la investigación científica ese grado tiende a ser muy alto.

El segundo aspecto es el grado de 'SISTEMATIZACIÓN', que se refiere a la estandarización y regularización de las operaciones metodológicas. Mientras en la investigación de los aprendizajes cotidianos nadie está obligado a definir sus métodos ni a validarlos, la investigación científica, en cambio, se fundamenta precisamente en métodos uniformes, regulares, canónicos, que estén a la vista de cualquiera y cuya eficiencia pueda comprobarse. Bajo esta idea, la investigación científica es altamente SISTEMATIZADA. Si aplicamos todo esto a la producción de Conocimientos acerca de los hechos y procesos SOCIALES, estaremos entonces hablando de Investigación Social. En el gráfico siguiente se intenta mostrar los diferentes cruces entre las propiedades de Socialización y Sistematización con ejemplos de varios tipos de conocimiento:

Para concluir esta síntesis global, hay que considerar que la Investigación Científica no es ni un proceso exclusivamente individual ni un proceso exclusivamente lógico-estructural. Por encima de eso, todo investigación se ubica en familias y en constelaciones de trabajo estrechamente interrelacionadas entre sí y que van progresando según agendas a través del tiempo ("Programas de Investigación"), no en función de problemas individuales sino de redes de problemas. A esto se le ha llamado la visión "DIACRÓNICA" de los procesos de investigación. Esto significa también que la investigación, debido a su carácter altamente socializado, está comprometida con las necesidades de las grandes masas sociales y de las más amplias demandas de conocimiento.

 

LECTURA NIVEL BÁSICO

Para profundizar en el concepto de investigación social, pulse aquí mismo para analizar la lectura titulada "La Estructura de los Procesos de Investigación". Una vez concluido el análisis de ese documento, realice en grupo el ejercicio que se solicita.

- Estructura Sincrónica de la Investigación

- Estructura Diacrónica de la Investigación

- Epistemología y Ciencia

- Epistemología y Metodología

 

 

Si desea profundizar en el concepto de Investigación, revise las siguientes lecturas:

Acerca del carácter organizacional, social y político de la Investigación:

- "El Problema de Organizar la Investigación Universitaria"

- "Investigación y Transformación Social"

- "Los Procesos de Investigación como Procesos Organizacionales"

- "Los 7 Pecados Capitales de la Investigación Universitaria Tercermundista"

- "La Estructura de las Revoluciones Científicas"

- "Lecturas en el Tema de Ciencia y Sociopolítica"

- "Una Propuesta de Base Teórica para la Organización de la Investigación en los Postgrados"

- "Un Modelo de Integración de las Funciones Universitarias Básicas"

Acerca del carácter epistemológico-metodológico de la Investigación:

- "Elementos para el Análisis de la Investigación Educativa"

- "Conceptos en torno a la Ciencia"

- "Aspectos Clave en la Evaluación de Teorías"

- "Notas sobre la Investigación Racionalista"

- "La Ciencia Moderna y su Filosofía"

- "Enfoques Epistemológicos y Secuencias Operativas de Investigación"

- "Enfoques Epistemológicos y Estilos de Pensamiento"

- "Fundamentos de Filosofía de las Ciencias"

 

 

 

EJERCICIOS 1, PARTE 'A'

A partir de la Lectura Básica "La Estructura de los Procesos de Investigación",

1. Elabore una síntesis crítica del documento (máximo dos páginas tamaño carta, espacio sencillo)

2. Elabore una lista de rasgos que caractericen la Investigación Social (máximo una página).

 


 

SECCIÓN 1.2. ANÁLISIS DEL DISCURSO

En esta sección se analiza el concepto de "Análisis del Discurso", de acuerdo a lo dicho al comienzo de esta Unidad. Intentaremos formarnos una idea muy general sobre los alcances aplicativos del Análisis del Discurso en la investigación social. No pretenderemos por ahora una explicación sistemática, detallada y profunda de tales posibilidades de aplica­ción, sino que más bien trataremos de captarlas intuitivamente, apelando a ejemplos concisos y a visiones esquemáticas, descartando en esta oportunidad la mayor parte de las fundamentaciones disciplinarias y metodológicas. Nos contentaremos, provisionalmente, con la noción ordinaria y cotidiana de “Discurso”, sin considerar por ahora definiciones técnicas y atendiendo sencillamente a su doble carácter de proceso y de producto semiótico (representacional, comunicacional, lingüístico...) cuya complejidad estructural trasciende los límites de la frase u oración (y, en general, de cualquiera de las unidades mínimas de un sistema de signos) y se ubica al mismo nivel y en estricta correspondencia con un contexto situacional (lo cual no significa necesariamente que las unidades internas a los límites de la frase, una palabra o un concepto, por ejemplo, queden fuera de su campo de análisis).  

Muy en general e independientemente de las necesidades en el campo de la investigación, el Análisis del Discurso surge en respuesta a aquellos problemas derivados del procesamiento de grandes bloques de información verbal (tal como los relatos y poemas, los ensayos y escritos públicos, las noticias y la propaganda...), asociados por su parte a ciertos fenómenos de importante influencia sobre la conducta de las masas (la persuasión, la ideología, la estética, el adiestramiento...) y ligados substancialmente a diversas esferas de la acción sistemática socializada: la industria y el comercio, la política y la milicia, el arte y el entretenimiento, la educación y la religión, etc. Dado que esta problemática es casi tan antigua como el ser humano, también el análisis del discurso es, en ese sentido, muy antiguo. Desde ese punto de vista tan general, de algún modo vienen a ser análisis discursivos desde los estudios de Aristóteles sobre Retórica hasta las técnicas de Goebbels en el fascismo y la noción de “actos fallidos” o la del “inconsciente como lenguaje” en el psicoanálisis, por citar casos disímiles. En efecto, la lingüística y la lógica sólo se ocupaban, hasta no hace más de cuarenta años, de la frase, oración o proposición, excluyendo de su campo de estudio, por comprensibles razones, cualquier segmento de lenguaje que sobrepasase los límites de esa reducida unidad estándar. Los problemas del procesamiento de grandes bloques de lenguaje quedaban entonces en manos de los estudios retóricos, del análisis literario, del comentario libre de textos, del análisis de contenido y aun de la interpretación psicoanalítica, enfoques todos que dependían casi exclusivamente de la habilidad personal del analista y que, por carecer de un buen instrumental técnico y teórico-metodológico (al menos según los estándares de la “ciencia normal”), fueron incapaces de proveer sistemas de abordaje intersubjetivamente eficientes (esto es, que pudieran ser aprendidos y aplicados por cualquier persona en función de unos resultados más o menos iguales frente a un mismo objeto de análisis).

En cuanto sistema dotado de una base teórica y orientado a una tecnología, el Análisis del Discurso, en sentido estricto o especializado, surge recientemente en atención a la vieja problemática arriba mencionada, pero esta vez integrando los avances de la lingüística, la lógica, la semiótica, la psicología cognitiva, etc., en función de los horizontes textuales y bajo los retos cada vez más apremiantes planteados desde la esfera de las transformaciones sociales de este siglo. Entre estos retos, hay tres que conviene resaltar:

- los provenientes de los hechos de cognición (procesos de comprensión y producción de información, procesos de aprendizaje),

- los provenientes de la informática y mediática (comunicación por redes, inteligencia artificial, procesamiento automático de información...) y

- los provenientes de los hechos de interacción social (comunicación de masas, comportamiento grupal y organizacional, estructuras de consenso/conflicto...).

            Bernárdez (1982: Introducción a la Lingüística del Texto. Barcelona: Espasa-Calpe, p. 31) sintetiza cuatro “causas que han conducido al desarrollo de la lingüística del texto”, las cuales pueden entenderse como campos de aplicación general del Análisis del Discurso:

"a) necesidad de realizar aportaciones de carácter lingüístico a las disciplinas que trabajan con textos completos, como poética, estilística y tratamiento mecánico de la información lingüística;

b) necesidad de explicar, por el recurso al texto coherente, una serie de fenómenos que no pueden estudiarse adecuadamente en frases aisladas;

c) necesidad de integrar las datos semánticos y pragmáticos con los gramaticales;

d) necesidad de seguir las directrices científicas generales, entre las que se encuentra la de realizar estudios integradores, escapando del reduccionismo de otras tendencias lingüísticas."

Y, bastante antes de que se consolidaran los actuales estudios sobre el discurso, en la época en que se plasmaba el concepto asociado de “Semiótica”, uno de sus pioneros concebía del siguiente modo la utilidad general de los análisis del “signo” (Morris, Ch., 1962: Signos, Lenguaje y Conducta. Buenos Aires: Losada, pp. 263-265):

"Todo individuo que haya considerado los fenómenos de signo desde el punto de vista de la semiótica debería haber tomado conciencia de lo importante que resulta distinguir los diversos modos de significar y los varios empleos a que pueden sujetarse los signos. Todo aumento en tal conciencia debiera ampliar la capacidad individual para utilizar los recursos de signo que la cultura pone a nuestra disposición. Se aprecia así la importancia crucial de la ciencia, al proveer información fidedigna sobre uno mismo y sobre el mundo, una información en interés propio y un factor poderoso para originar y rectificar apreciaciones y prescripciones. Al mismo tiempo, estará capacitado para moverse entre tipos de discurso que no sean el científico para utilizar los recursos de la ficción, la poesía, la mitología, la religión y la filosofía en la dirección y orientación de su vida. Porque la vida como actividad no puede contentarse con mera información; necesita elegir los objetos con los cuales ha de entrar en contacto y requiere la elaboración de técnicas adecuadas para entrar en relación con dichos objetos. Únicamente el individuo que aprovecha los signos de los artistas, los profetas y los filósofos, tanto como la información que le suministran los hechos de ciencia, se encuentra viviendo al nivel de una individualidad compleja. Quizá la tarea más importante que pueda hoy realizar la semiótica consista en demostrar el papel fundamental que desempeñan en la vida los signos no científicos, pero haciéndolo de tal manera que no reduzca en lo más mínimo la capital importancia de la ciencia. EI conocimiento de los signos también puede servir para que el individuo no permita que lo exploten los demás. Desde la cuna hasta la tumba, desde que se levanta hasta que se acuesta, el individuo de hoy se halla rodeado por una interminable red de signos, mediante los cuales procuran los demás adelantar sus propios objetivos. Se indica lo que ha de creer, lo que debe aprobar o desaprobar, lo que debe hacer o evitar. Si no se pone en guardia se transforma en un verdadero robot manipulado por signos, pasivo en sus creencias, sus valoraciones, sus actividades.. El desarrollo de la radio, la prensa y el cine permite la enorme extensión de una influencia que en lo esencial no difiere de la hipnosis. La conducta se torna así estereotipada, monótona, compulsiva y patológica. La semiótica puede servir como antídoto contra esta explotación de la vida individual. Cuando el individuo hace frente a los signos que se le presentan con un conocimiento de cómo operan los signos, le es más fácil defenderse contra la explotación por parte de los demás, así como está mejor capacitado para colaborar con ellos, cuando tal cooperación se justifica. Si se pregunta qué especie de signo le sale al paso, con qué propósito se lo emplea, qué pruebas hay de su verdad y adecuación, su actuación se transformará de respuesta automática en conducta crítica e inteligente. Por idéntico camino, el individuo puede hallar en la semiótica una defensa contra su propia auto-explotación por signos inadecuados y patológicos. Ya vimos cómo una persona podía aferrarse inflexiblemente a tales signos, a causa de cierta satisfacción parcial que le concedían: como supuesta categoría que no responde a la realidad, como pretendida solución de un problema que en realidad no está resuelto y como pasajera reducción de una angustia cuyos fundamentos no han sido, en verdad, destruidos. Hay mecanismos poderosos que impiden que el individuo descubra en sí mismo la existencia de tales signos, si no lo hacen imposible, pero la comprensión de cómo y por qué se hacen inflexibles los signos es por lo menos un arma para combatir dicha inflexibilidad. EI individuo que se problematiza la verdad y la adecuación de sus signos, los fines a que lo guían sus signos favoritos, y las zonas de su vocabulario de signo, que se resisten especialmente a dejarse explotar, está al menos mejor capacitado para señalarse sus propias técnicas de auto-explotación, con lo que hasta cierto punto logra infundir a sus procesos una flexibilidad que refleja la salud individual y la promueve."

Considerando ahora las necesidades planteadas desde el terreno de la investigación social, podemos tomar en cuenta tres aspectos fundamentales, cada uno de los cuales nos lleva a considerar un importante campo de aplicación del Análisis del Discurso:

- Producción y evaluación de textos investigativos (“texto académico”): desde el punto de vista de la producción textual, el investigador se enfrenta a un doble esfuerzo; por un lado, el de la construcción de estructuras conceptuales, que es un trabajo eminentemente lógico-representacional, ya que se define por la búsqueda de relaciones adecuadas entre a) hechos u objetos, b) mapas o esquemas mentales de tales hechos u objetos y c) formas representativas capaces de discriminar, organizar y hacer identificables tales mapas o esquemas. Por otro lado, está el esfuerzo de comunicar sus planes y resultados de trabajo a otros miembros de la comunidad académica y a los usuarios de su investigación, lo cual se traduce típicamente en una actividad de organización y presentación de información, esto es, en un acto discursivo(1). Desde el punto de vista de la evaluación e interpretación textual, se plantea también un doble esfuerzo: el de analizar las estructuras conceptuales de insumo a sus propias investigaciones (descodifi-cación de significados) y el de procesar los textos producidos por otros investigadores (interpretación comunicativa). En todos estos cuatro esfuerzos intervienen de uno u otro modo las herramientas del Análisis del Discurso, como veremos más adelante.

- Tratamiento de datos discursivos: una gran cantidad de trabajos en investigación social requieren el tratamiento de datos discursivos, en el sentido de que sus unidades de análisis son textos escritos u orales y sus fuentes de suministro-recolección son distintos tipos de medios textuales, tales como prensa, documentos institucionales, comunicación cara-a-cara, etc. Es frecuente que en casos como ésos el investigador sólo atienda al contenido informativo en sí mismo, con el riesgo de pasar por alto que tal contenido viene alterado, o al menos modulado, por factores intencional-situacionales, factores lingüísticos y factores relativos al medio físico de comunicación (tal fue, precisamente, una de las deficiencias del viejo “análisis de contenido”(2)), aparte de que aun la misma información semántica requiere de ciertos técnicas especializadas de organización y discriminación. Los actuales estudios sobre el discurso ofrecen sistemas conceptuales amplios y profundos para el tratamiento de ese tipo de datos investigativos, con la especial ventaja de que tienden a subespecializarse en una serie de tratamientos tipológicamente concebidos sobre bases intencional-situacionales (contextuales): discurso político (ver, p. ej. AA VV, 1987: El Discurso Político. Lenguajes y Acontecimientos. Buenos Aires: Hachette), discurso publicitario (p. ej. Pérez-Tornero,1982: La Semiótica de la Publicidad. Barcelona: Mitre), discurso periodístico (p. ej. Van Dijk,1990: La Noticia como Discurso. Buenos Aires: Paidós), discurso ideológico (p. ej. Reboul, 1986: Lenguaje e Ideología. México: FCE), discurso persuasivo (Roloff y Miller,1980: Persuasion. Beverly Hills: Sage), etc.

- Conexiones entre discurso y hechos sociales: una buena parte de los hechos sociales puede comprenderse o explicarse a partir de la consideración de hechos discursivos íntimamente asociados. Ya desde la época de los positivistas lógicos se hipotetizaba que el “lenguaje” era reflejo exacto del “mundo” y, más tarde, tal hipótesis se reformuló sobre la base del énfasis en el “lenguaje ordinario” como criterio de estudio, en lugar de los atiborramientos de los lenguajes artificiales ideales, propugnados por el positivismo. Y, más recientemente, los interaccionistas simbólicos y los etnometodólogos, influenciados por la fenomenología de Schutz (a su vez traida de Husserl) y por una visión empirista-singularizante del hecho social, consideraron los fenómenos de habla cotidiana y de conversación ordinaria como núcleo revelador para los estudios de la interacción social. Así, Garfinkel (1967: Studies in Methodology. Englewood Cliffs: Prentice Hall), el gran promotor de la etnometodología, partiendo del experimento de lo que llamó “método documental” (de carácter obviamente lingüístico), llega a una descripción de los intercambios sociales en términos de cierta tendencia del individuo a ir descubriendo los patrones de pensamiento de aquéllos con los cuales interactúa. Al margen de la medida de acierto o adecuación de estos enfoques, lo que se descubre en el fondo es la estrechísima relación entre discurso y hecho social. Muy probablemente, ha de ser una buena teoría del discurso (o teoría semiótica), o un buen uso de la misma, lo que realmente permita construir sólidos puentes desde el texto hasta la explicación de fenómenos humanos. Aquí, una vez más, el Análisis del Discurso enfrenta un vasto campo de aplicaciones teóricas y metodológicas. Y en ese sentido, por supuesto, es una oportunidad que no deberían desaprovechar los investigadores sociales.


NOTAS.

1. La diferencia entre estos dos esfuerzos, el de la construcción conceptual (significación) y el de la transmisión de resultados (comunicación), fue ya advertida por Eco (1975: 34-35): “Es de todo punto cierto que existe una gran diferencia entre una semiótica de la comunicación y una semiótica de la significación (...). Siempre que una cosa materialmente presente a la percepción del destinatario represente otra cosa a partir de reglas subyacentes, hay significación. Ahora bien, debe quedar claro que el acto perceptivo del destinatario y su comportamiento interpretativo no son condiciones necesarias para la relación de significación: basta con que el código establezca una correspondencia entre lo que REPRESENTA y lo representado, correspondencia válida para cualquier destinatario posible, aun cuando de hecho no exista ni pueda existir destinatario alguno. Por tanto, un sistema de significación es una construcción semiótica autónoma que posee modalidades de existencia totalmente abstractas, independientes de cualquier posible acto de comunicación que las actualice. En cambio, cualquier proceso de comunicación entre seres humanos presupone un sistema de significación como condición propia necesaria. En consecuencia, es posible (aunque no del todo deseable) establecer una semiótica de la significación que sea independiente de una semiótica de la comunicación; pero es imposible establecer una semiótica de la comunicación independiente de una semiótica de la significación”. Efectivamente, una cosa es el esfuerzo “significante” que hace el investigador al elaborar estructuras conceptuales y otra cosa es el esfuerzo “comunicativo” que hace cuando, posteriormente,  presenta sus resultados al público.

2. Al respecto, comentan Lozano y Peña-Marín (1988: "Discurso", en Reyes, 1988: p. 295): El análisis del discurso supera así a aquel análisis de contenido que, ubicado en el paradigma del content analysis, olvida, a pesar de sus enriquecimientos,  lo no dicho (presuposiciones), reduciéndose a lo dicho o contenido manifiesto. O mejor, lo “no dicho” aparecería como cancelación y no como correferencia textual. En todo caso, para quienes se centran sólo en un supuesto “contenido informativo”, el riesgo típico está en el tratamiento de textos “institucionales”, como es el caso de la Educación, los cuales son francamente ambivalentes, tal como plantea Reyes (1988: "Discurso Institucional", en Reyes, 1988: p. 297): “La institución crea su propio discurso. O mejor, adapta un discurso mundano al rito de iniciación: todos nos reconocemos en la institución si dominamos su discurso. E1 discurso de la institución se identifica con ella misma. Y al revés: no hay institución que no tenga su discurso. E1 lenguaje definitivamente al servicio de una ficción útil: el hombre se reconoce en y por la institución, a través y a pesar de ella. El discurso laico excluye la lógica del discurso sagrado de la institución: hablar el lenguaje de la calle es respetar el misterio de ese otro lenguaje referente y referencial. Cuando se generaliza el discurso institucional la institución de alguna manera se socializa, es de dominio público. Uno -cualquiera que se acerque a un medio de difusión- se convierte con facilidad en erudito -la erudición también crea status-. Sin embargo, no por ello la institución se diluye tendiendo a desaparecer, porque el uso que de sus proposiciones hagamos supone garantizar un (meta) uso -un uso reservado, secreto-, una interpretación acreditada de esa presunta relación entre teoría y realidad. La conectiva es lo que importa: los sistemas, códigos o criterios de adecuación entre las palabras y las cosas. Uno es el valor de uso de ese discurso y muy otro el valor óntico -valor real- que la institución le confiere. Cuidan de un uso correcto y de una noción unívoca seleccionados agentes de la institución en concreto. Hablar “en nombre de la institución” sólo pueden hacerlo escogidos -respetados, respetables y misteriosos- y acreditados agentes. Su lenguaje se hace necesariamente oscuro, críptico, para marcar la diferencia del repetitivo lenguaje ordinario (...). Más allá de esa determinación, hablando lo mismo, quiere decir otra cosa”.


 

LECTURA NIVEL BÁSICO

Para revisar algunos ejemplos preliminares de aplicación del Análisis del Discurso, pulse aquí mismo para ir a la lectura titulada "Ejemplos de Aplicación de Análisis del Discurso" (en la Unidad 2 y en el Nivel de Información Intermedia de esta misma unidad verá ejemplos más detallados y específicos). Una vez concluido el análisis de ese documento, realice en grupo el ejercicio que se solicita.

 

Si desea examinar más ejemplos de aplicación del Análisis del Discurso o más datos acerca de ese concepto general, puede revisar cualesquiera de los documentos siguientes:

- "Un Método de Análisis del Discurso Periodístico" (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- "El Discurso Escrito Periodístico"

- "Análisis Lingüístico del Discurso de la Prensa"

- "El Discurso en el Aula" (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- Aplicación a la Educación (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- Análisis del Discurso y Enseñanza de Lengua Extranjera (archivos 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- Análisis del Discurso Virtual de los Educadores

- Análisis del Discurso de los Chats

- Sobre el Discurso Político

- "Lenguaje y Política"

- "Análisis Crítico del Discurso Político"

- Análisis Crítico del Discurso en Contextos de Dominación

- "Nuevas Perspectivas sobre el Análisis del Discurso Político"

- "Análisis del Discurso"

- "Mapas Conceptuales aplicados al Análisis del Discurso" (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- "El Análisis Crítico del Discurso como Metodología de Análisis de las Letras del Carnaval"

- "Análisis del Discurso Pedagógico en la Educación para el Trabajo en la EB" (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- "Significaciones Imposibles", Aplicación a los fenómenos sociopolíticos

- Marcadores del Discurso (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- "El Lenguaje del Dolor"

- Aplicación a la Drogodependencia

- Trastornos del Discurso

- Poética y Retórica del Discurso Marginal

- "De la Interpretación al Malentendido: Lagunas del Discurso"

- Análisis del funcionamiento discursivo en la tartamudez

- Análisis del Discurso en el Fútbol

 

EJERCICIOS 1, PARTE 'B'

A partir de la Lectura Básica "Ejemplos de Aplicación del Análisis del Discurso", más alguna otra lectura del nivel intermedio,

1. Elabore una síntesis crítica de las potencialidades de aplicación del Análisis del Discurso (máximo dos páginas tamaño carta, espacio sencillo)

2. Proponga algún otro ejemplo de aplicación que no figure en las lecturas sugeridas (máximo una página).

 


 

Pasemos ahora a examinar el desarrollo histórico de los estudios sobre el Discurso, hasta llegar a las versiones recientes más difundidas. Intentaremos adquirir un panorama amplio de cómo han evolucionado los estudios sobre el Discurso y el Texto en la diversidad de sus marcos epistemológicos y de sus orientaciones macroteóricas.

Aunque es en la Unidad 2 en la que esperamos definir teóricamente los conceptos de Discurso y Texto, ya con los temas manejados hasta este punto podremos ir formándonos algunas aproximaciones relevantes, si no de un modo técnico, al menos de un modo comprensivo e intuitivo.

Según parece, una de las mayores dificultades de las obras que tratan sobre historia de los estudios en torno al discurso es que, o se basan en escasas distinciones, o no distinguen en absoluto ciertos criterios de exposición. En efecto, el gran problema en el tratamiento de este tema (como en el de la mayoría de los temas históricamente enfocados) consiste en que son tantas las afluencias diversas o son tan disímiles las ubicaciones que, sin establecer previamente ciertas distinciones mínimas, es imposible lograr agrupaciones y bloques coherentes de datos que, en conjunto, transmitan visiones globales integradas. Esto no es grave si sólo se quiere un conjunto de datos históricos brutos, que incluso se pueden enumerar siguiendo una línea cronológica (como el caso de las efemérides). Pero sí lo es cuando lo que se pretende es un panorama interpretado (o que permita ser interpretado) significativamente en función de unas aplicaciones.

En el caso que nos ocupa, podrían considerarse, por lo menos, dos tipos de distinciones: (a) uno de carácter metodológico, referido al punto de vista de quien expone, y (b) otro de carácter disciplinario, referido al punto de vista desde el cual se han realizado los distintos aportes y desarrollos.

En (a), cabe una primera distinción (a1) relacionada con las interdependencias entre estudios sobre el lenguaje y estudios sobre el discurso. Se sabe que esas interdependencias son estrechísimas y casi imposibles de deslindar, pero de hecho tampoco constituyen una misma cosa. Por tanto, hay que distinguir entre: (a1.1) lo que es hablar sólo de los aportes centrados específicamente en el concepto de discurso, descartando todos aquellos datos derivados de los estudios sobre el lenguaje en general y (a1.2) lo que es hablar del desarrollo de los estudios sobre el lenguaje en general, mostrando las interdependencias con los estudios sobre el discurso hasta llegar a las particularidades de estos últimos. Pero, aparte de ésa, en (a) cabe también una segunda distinción (a2), relacionada con la diferencia en la cantidad de aportes según las diversas épocas. Sabemos que después de los aportes aristotélicos hasta el siglo XX, aproximadamente, el desarrollo fue desproporcionadamente escaso en comparación con este último período que arranca con Frege, sigue luego en varias líneas diferentes y se madura después con Chomsky, Austin, Grice, etc., hasta desembocar en la Teoría Pragmática, que es precisamente el fundamento actual de la noción de Discurso y que fue propiamente un estudio sobre el lenguaje y no sobre el texto en particular. Por tanto, allí hay que distinguir entre, por un lado (a2.1), lo que es hablar sobre los aportes previos al presente siglo, que además tienen poco que ver con el concepto técnico de Discurso o Texto y mucho que ver con el concepto de lenguaje (nótese como esta distinción se cruza con a1, la distinción anterior) y, por otro lado (a2.2), lo que es hablar sobre los aportes que empiezan a finales del siglo pasado y llegan hasta hoy.

En otro tipo (b) de distinciones, el de carácter disciplinario, referido al punto de vista desde el cual se han realizado los distintos aportes y desarrollos, también caben dos  distinciones. La primera (b1) se relaciona con el tipo de área disciplinaria desde la cual se plantean necesidades en materia discursiva y hacia la cual se dirigen soluciones teórico- metodológicas. Aquí hay que distinguir entre: (b1.1) aportes desarrollados según tratamientos propiamente lingüísticos (como en las célebres “lingüística generativa”, “lingüística funcional” y “lingüística del texto”);  (b1.2) aportes desarrollados según tratamientos socioantropológicos (como en el caso de la etnometodología de Garfinkel y de la sociolingüística de Hymes, Labov y otros); y, finalmente (b1.3), aportes desarrollados según tratamientos típicamente filosóficos (como es el caso de la filosofía analítica en general, tanto en su versión del atomismo lógico como en la del análisis del lenguaje ordinario, como en la de la lógica pragmática, etc.). Y la segunda distinción (b2) se relaciona con el marco epistemológico de fondo, el mismo que siempre está presente en cualquier construcción de teoría y en todo planteamiento científico. Aquí hay que distinguir entre: (b2.1) estudios enfocados desde una concepción empirista inductiva, de tendencias exactas (como son el positivismo lógico y, con ciertas excepciones, los tratamientos estructuralistas y conductistas de mediados de siglo, entre otros); (b2.2) estudios enfocados desde una concepción racionalista deductiva (como son los aportes de la lingüística chomskyana, los de las lógicas formales no clásicas, los de la filosofía del lenguaje enmarcados en la llamada Escuela de Oxford y muchas de las recientes versiones de la Teoría del Texto); y, finalmente (b2.3), estudios enfocados desde una concepción fenomenológica introspectiva (como son los estudios hermenéuticos, etnográficos, etnometodológicos, dialécticos, sociohistoricistas, etc.).

No pretendemos desarrollar aquí un panorama histórico enmarcado en esas distinciones que acabamos de ver. Preferimos transcribir un buen fragmento que contiene datos históricos generales y solicitar al participante que, por su cuenta, procese tales datos de acuerdo al sistema de distinciones presentado arriba. Para estos efectos, a continuación ofrecemos algunas claves generales y esquemáticas dentro de cada una de las distinciones hechas arriba.

 

(a) Distinciones de carácter metodológico y  expositivo

(a1) Interdependencias entre estudios sobre el lenguaje y estudios sobre el discurso

(a2) Desarrollos previos al S. XX y desarrollos durante el S. XX

(a1)®

   

(a2)¯

(a1.1) El Lenguaje

(a1.2) El Discurso

(a2.1)

Antes

del s. XX

Desde Aristóteles, pasando por Pedro Abelardo (s. XII) hasta el s. XVII, los estudios sobre el lenguaje estuvieron sistematizados en un cuerpo compacto (Lógica, Gramática, Retórica y Poética), donde la Lógica (a veces llamada dialéctica”) era el eje de referencia. Después del Renacimiento, en el s. XVIII, el Comparativismo desvió las tendencias normativas hacia el estudio descriptivo de nuevas lenguas (Bopp y Grimm fueron pione­ros). Humboldt y la Escuela de Port-Royal (1660) representaron otros estudios importantes. En pleno ingreso al s. XX, se destacaron las corrientes psicologista (Wundt) e idealista (Croce y Vossler).

Escaso arsenal técnico-metodológico. De base normativa y didáctica. Con orientación a pocos contextos de uso (retórica, poética, estilística...). Platón y Aristóteles son los auto­res básicos y, luego, Boecio (s. VI, doctrina de la 'interpretación') y F. Wolf (1759-1824, crea­dor de la 'Filología', en cuanto estudio del texto escrito). En el límite con el siglo XX, B. Croce (1866-1952) fue uno de los precursores en los intentos por fundir la estética con la lingüística (y, por tanto, el estudio de la gramática oracional con el estudio del discurso).

(a2.2)

En el s. XX

G. Frege (1848-1925), en los entrelímites de siglo y desde el área de necesidades de la filosofía y la lógica, es el primero en establecer tratamientos rigurosos del lenguaje (sentido, referencia, etc.). Luego, en una primera fase, se desarrollan cuatro líneas separables: una, heredera directa de Frege, la del análisis del lenguaje (Russell, Wittgenstein, Carnap); otra, la de la lingüística del signo (Peirce y Saussure); una tercera, la de la lingüística antropológica (Boas, Sapir, Whorf) y una cuarta que lleva la herencia de Dilthey, Husserl y Heidegger, representada por Gadamer. A partir de allí, ésta última sigue hacia tendencias tales como la gramatología (Derrida) y la acción comunicativa (Habermas), convirtiéndose en propuesta antagónica a la primera de esas cuatro líneas (el análisis del lenguaje) y aliándose en cierta medida a los continuadores de la tercera línea (antropología lingüística) que, por su parte, había evolucionado hacia el interaccionismo simbólico, la etnometodología y la etnografía. La segunda línea, la lingüística del signo, evolucionó hacia el estructuralismo y el funcionalismo europeos (que son los primeros en valorizar técnicamente la noción de discurso). Del estructuralismo norteamericano evoluciona la fuerte tendencia de la lingüística generativa (Chomsky), que en varios aspectos se une a los intereses de la primera línea (Análisis del Lenguaje), la cual para esa fecha había también evolucionado hacia desarrollos semánticos y pragmáticos (Quine, Davidson, Putnam, Strawson, etc.). Y es aquí, precisamente, al tope de esta línea filosófica del análisis del lenguaje (Austin, Searle, Grice) donde se llega a los conceptos de acción y de actos de habla (copiados también por Habermas), que definitivamente fundamentan actualmente los estudios sobre el lenguaje y que parecen haber unido a las tres primeras líneas que habían surgido a comienzos del siglo.

H-G. Gadamer, con su hermenéutica filosófica, es uno de los primeros en considerar el texto como objeto de interés (dentro de la herencia de Schleiermacher). Luego, bajo esa herencia y en combinación con la herencia del estructuralismo francés, Derrida (con sus conceptos de deconstruccionismo y gramatología) y Foucault (deslizamiento de la episteme a través del discurso) representan aportes importantes para los estudios filosóficos del discurso desde la perspectiva de aquel estilo de pensamiento que parece seguir desde Platón y San Agustín hasta Husserl, Heidegger..., y, recientemente, Habermas, Rorty, Deleuze, Vattimo, etc. Aunque no todos ellos pueden incluirse sin más en una misma 'escuela' (las diferencias son, a veces, rotundas), sí es cierto que, en conjunto, han formado un bloque antagónico y divergente con respecto a la tendencia del análisis del lenguaje (o filosofía analítica: Frege, Russell, Wittgenstein, Carnap, Quine, Austin, Searle, Grice, etc.), aún cuando en más de un caso hayan tomado a conveniencia y discreción algunos conceptos elaborados en esta última línea (juegos de lenguaje, acción, uso, conversación ideal, etc.). En todo caso, no hay en esta línea de Gadamer, Derida, Foucault y Habermas conceptos teóricos que deriven en aplicaciones técnico-prácticas para el Análisis del Discurso (cosa, por lo demás, a la que tampoco estarían dispuestos), sino más bien interpretaciones filosóficas que pueden ser útiles para otros campos distintos a éste.
Los verdaderos estudios teórico-técnicos sobre el Discurso se inician en el estructuralismo europeo, especialmente entre los formalistas rusos (Propp), el grupo estructuralista francés (Lévy-Strauss, Barthes, Todorov, Greimas, Ducrot) y otros autores aislados (Coseriu parece haber sido el primero en postular una lingüística del texto, mientras que a H.Eco se le debe una sistemática fundamentación de la Semiología) . A partir de allí, los avances se van produciendo cada vez con mayor profundidad y sistematización, gracias a los aportes ofrecidos, primero, por la línea de trabajo que comenzó con la lingüística del signo y que culmina en la lingüística generativa y funcionalista (Martinet, Benveniste); segundo, por la línea de las modernas lógicas y del análisis del lenguaje. Desde allí, los actuales modelos de las teorías del Discurso y del texto han proliferado: Halliday, Leontev, Petöfi, Van Dijk (Alemania), Pike, etc.

 

b) DISTINCIONES DE CARÁCTER DISCIPLINARIO
(b1) Los estudios del discurso según los tratamientos y necesidades de otras disciplinas
(b2) Los estudios del discurso según los enfoques epistemológicos

(b2)®

(b1)¯

(b21) Empirismo inductivo

(b2.2) Racionalismo deductivo

(b2.3) Fenomenología introspectiva

(b1.1)

Tratamientos

lingüísticos

Los análisis de los discursos narrativo y poético por el formalismo ruso y el estructuralismo radical.

La semiótica de M.A.K. Halliday y H. Eco. Los modelos del texto de J. Petöfi, Van Dijk, Leontev, Culioli y Mel’cuk / Zolkovskij.

El modelo de la Enunciación (Benveniste) y algunos otros tratamientos de la semiología francesa (Barthes, Kristeva, etc.)

(b1.2)

Tratamientos sociológicos y antropológicos

Los análisis cuantitativos de la antropología, etnolingüística y sociolingüística empíricas sobre saludos, mitos, ritos, etc. en grupos culturales (p. ej. Labov, Bernstein, etc.).

Buena parte de los análisis sobre los medios masivos, la comunicación artística, la retórica, la ideología y la persuasión (p. ej. Eco, Lotman, McLuhan....)

Los estudios orientados a interacciones comunicativas en casos y grupos singulares, sobre la base de los significados y símbolos compartidos y mediante técnicas autobiográficas y participativas (Garfinkel, Cicourel, Hymes, Gumperz, Ervin-Tripp, etc.).

(b1.3)

Tratamientos filosóficos

La filosofía del análisis del lenguaje, en la versión del empirismo lógico (Carnap, Quine...)

La filosofía del lenguaje en la versión del lenguaje ordinario (T. de acción, T. pragmática)

Hermenéutica, neodialéctica, deconstruccionismo... (Gadamer, Derrida, Habermas...)

 

En realidad, cualquiera de las variaciones en las concepciones del Análisis del Discurso tiende a depender de estas dos variables: por un lado, el Análisis del Discurso será diferente según las necesidades específicas de cada disciplina que requiera del mismo (son diferentes, por ejemplo, las versiones del Análisis del Discurso utilizado por la Lingüística y la Estadística Lingüística que el utilizado por la Sociología; para una revisión de las demandas disciplinarias actuales, véase "El Surgimiento de los Estudios sobre el Discurso", de Van Dijk). Por otro lado, el Análisis del Discurso será diferente según el enfoque epistemológico adoptado (son muy diferentes, por ejemplo las versiones de los fenomenólogos y posmodernistas, siempre dotadas de una gran ampulosidad del lenguaje, que las de los racionalistas y los empiristas, que tienden al uso de la lógica, la matemática y la estadística).

En ese sentido, a la hora de adoptar el Análisis del Discurso para su propio trabajo, el investigador social debería considerar aquellas versiones que más se vinculan a su propia disciplina y a su propio enfoque epistemológico.

 

LECTURAS NIVEL BÁSICO

Para profundizar en la evolución histórica del Análisis del Discurso, en sus variaciones y en sus versiones recientes, examine las siguientes lecturas, pulsando en cada caso sobre el título del documento. Una vez concluido el análisis de ese documento, realice en grupo el ejercicio que se solicita después:

- "El Estudio del Discurso" (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- "El Discurso o la Polifonía de un Término" (discusión sobre los significados del término y recorrido histórico)

- "El Poder de Hacer Cosas con Palabras"

- "Problemáticas recientes en Análisis del Discurso" (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- "De la Retórica al Análisis del Discurso", visión histórica.

- Competencia Comunicativa y Análisis del Discurso

- El análisis del discurso según Van Dijk y los estudios de la comunicación

- El Modelo de Beaugrande-Dressler

- Aportaciones más Relevantes para el Análisis del Discurso Escrito (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- Las Nuevas Investigaciones sobre el Lenguaje (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

 

 

- De la Gramática del Texto al Análisis Crítico del Discurso

- Sobre el Análisis Crítico del Discurso

- "El Análisis del Discurso desde una Mirada Psicosocial"

- "El Orden del Discurso" (pensamiento de Foucault)

- El Análisis del Discurso según Jesús Ibáñez, aplicado a la Antropología

- El análisis del discurso según Carlos Vaz Ferreira

- "Hermenéutica y Análisis del Discurso"

- "Acerca de las Teorías de la Lectura del Discurso"

- Crítica a 6 Modelos de Análisis del Discurso (archivo 'PDF'. Requiere tener instalado el programa Acrobat Reader en su PC para poder leer el documento).

- "Palabras y Armas", Análisis del Discurso Mediado.

- "El Desarrollo del Análisis del Discurso"

 

- El Análisis Crítico del Discurso (Van Dijk)

- Discurso, Poder y Discriminción (Van Dijk)

- Discurso y Cognición Social (Van Dijk)

- La Enunciación, según Benveniste

 

EJERCICIOS 1, PARTE 'C'

A partir de las Lecturas Básicas solicitadas arriba:

1. Desarrolle los criterios para clasificar las distintas variaciones en las concepciones del Análisis del Discurso (máximo dos páginas tamaño carta, espacio sencillo)

2. En un ensayo no menor de 4 páginas ni mayor de 6 (a espacio sencillo), explique las relaciones de tipo epistemológico, teórico y técnico-operativo entre Análisis del Discurso e Investigación Social.

 


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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS EN ESTA UNIDAD

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